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que están expuestos los niños y las niñas del país, en relación con las distintas ..... el año 2005, en el que se recogieron datos tanto de países desarrollados.
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BOLETÍN 7 VIOLENCIAS EN LA PRIMERA INFANCIA EN COLOMBIA

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Boletín 7 VIOLENCIAS EN LA PRIMERA INFANCIA EN COLOMBIA

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de e st ilo

y di agr a m ación

I mpr e sión B ogotá D.C., C olombi a Marzo de 2013 ISBN 152152

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Boletín 7

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Violencias en la Primera Infancia en Colombia

Créditos de las fotografías Equipo de la Ventana de Infancia, Naciones Unidas, pág. 16 Equipo del ICBF, pág. 28 Linda Flor Salazar (Convenio 442 de 2012 para Atención Integral a la Primera Infancia), pág. 15 Luisa Fernanda Juliá (Alta Consejería Presidencial para Programas Especiales) portada, pág. 11, 31 y 37

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Tabla de Contenido Violencias en la primera infancia en Colombia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 Maltrato infantil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

• Gráfica 1. Casos de maltrato en niños y niñas de 0-4 años reportados al INMLFC, 2004-2012 . . . . . . 19 • Gráfica 2. Violencia intrafamiliar, tasa por 100.000 habitantes, 2003-2012 . . . . . . . . . . . 21 • Gráfica 3. Violencia contra niños, niñas y adolescentes y denuncias por maltrato infantil, 2006-2012 . . . . . . . . 22 Abuso sexual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22

• Gráfica 4. Exámenes médico legales por presunto delito sexual realizados en niñas y niños de 0 a 5años en Colombia, 2005-2011 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24 • Tabla 1. Exámenes médico-legales por presunto abuso sexual en niños y niñas menores de 5 años por departamento, 2005-2010 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 Homicidios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26

Violencia colectiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27

• Gráfica 5. Homicidios en niños y niñas de 0-4 años, 2005-2012 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 • Tabla 2. Niños y niñas de 0-5 años víctimas del conflicto armado según hechos victimizantes, 2005-2012 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 Muertes y lesiones por accidentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32

• Gráfica 6. Muertes por accidentes de tránsito y otros accidentes en niños y niñas de 0-4 años, 2005-2012 . . . 34 Consideraciones finales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34

• Gráfica 7. Lesiones accidentales en niños y niñas de 0-4 años, 2004-2012 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39

7 Violencias en la Primera Infancia en Colombia

Violencias en la primera infancia en Colombia El desarrollo de los niños y las niñas depende, en gran parte, del contexto en que crecen: una adecuada nutrición, el acceso oportuno a servicios de salud, una constante estimulación educativa y un ambiente de diálogo, afecto y participación desde los primeros años de vida, son factores que influyen notoriamente en el desarrollo de sus capacidades y habilidades y se traducen en mejores condiciones de vida futura a niveles individual y social. Está demostrado que quienes tienen cuidados de calidad durante sus primeros años son más cooperativos, responsables y creativos1, tienen menor probabilidad de participar en actividades riesgosas como infracciones a la Ley, consumo de drogas o de alcohol2 y, en general, exhiben mejores patrones de interacción con otros y de autorregulación de sus emociones. Pero, así como el contexto puede favorecer y potenciar el desarrollo, también lo puede perjudicar. Si bien el ser humano tiene la gran virtud de ser “moldeable” durante sus primeros años de vida, también corre el riesgo de ser “mal o insuficientemente moldeado”3 y, en ello, influyen tanto las condiciones materiales de vida como las relaciones interpersonales. Entre más temprano ocurran las afectaciones, más duraderos son sus efectos, por lo cual la gestación y los primeros dos años de vida se constituyen en el periodo más importante para influenciar el desarrollo, tanto desde un punto de vista positivo como negativo. Una de las experiencias que representa mayor riesgo para el desarrollo infantil en los primeros años es la violencia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como: “El uso deliberado de la 1

Ruopp, R.; Travers, J.; Glantz, F. y Coele, C. (1979), Children at the center: Final results of the National Day Care Study. Cambridge, Massachussetts: Art Books.

2 Barnett, C. Belfield R.; Mores, M. Mortie, Z.; Schweinhart, J. y Xiang, W. (2005), The High/ Scope Perry Preschool Study to age 40, High Scope Educational Research Foundation. Ypsilanti, ,Michigan: High/ScopePress. 3

Vargas, J. E. (2010), Primera infancia. En: Vargas, J. E.; Vargas, J. F.; Ramírez C. y Blanco M., Primero la Primera Infancia, Bogotá, Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Bogotá, p. 21. 13

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fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”4. De acuerdo con esta definición, se puede manifestar tanto en forma física como psicológica y se puede reproducir tanto a nivel individual como colectivo; incluso, se puede constituir por situaciones de omisión deliberada, tal como sucede con la negligencia, la indiferencia o la inobservancia de los derechos. Según las neurociencias, los efectos de la violencia sobre el desarrollo se transmiten a través del circuito: Hipotálamo-Pituitaria-Glándula Adrenal, que es la estructura fisiológica del estrés5. Como este circuito está estrechamente ligado a la respiración y las funciones cardiovasculares, cualquier situación de extremo estrés experimentada durante la primera infancia, como el maltrato o el hecho de presenciar un acto violento, puede alterar seriamente el funcionamiento del circuito e incrementa la probabilidad de presentar estrés en la edad adulta, problemas cardiovasculares6, enfermedades pulmonares, cardiacas o hepáticas o incluso episodios de aborto espontáneo en el caso de las mujeres7. Dado que la violencia afecta la cognición, la emoción, la conducta y el sistema de inmunización, también incide sobre las capacidades de concentración y memorización, la autorregulación emocional y la estabilidad afectiva de los niños y las niñas8. Quienes experimentan carencias físicas y afectivas, violencia, maltrato, imposición, despro4

Organización Panamericana de la Salud (2002), Informe mundial sobre la violencia y la salud: Resumen., Oficina Regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud, Washington, D.C ,p. 5.

5 Mustard, F. (2002), “Early Child Development and the Brain—the Base for Health, Learning, and Behavior Throughout Life”, en From Early Child Development to Human Development. Young, M. E. (edit.), The World Bank, Washington 6 Ibídem. 7 Pinheiro, P. (2006), Informe del experto independiente para el estudio de la violencia contra los niños, citando a National Centers for Injury Prevention and Control (2006). Adverse Childhood Experiences Study, NO TIENE CIUDAD. 8 Mustard, F. (2002). Op. Cit. 14

Violencias en la Primera Infancia en Colombia

tección y largos periodos de abandono en sus primeros años tienden a ser agresivos y desarrollar capacidades limitadas para transmitir afecto, compartir con otros, participar en la vida social y ser cooperativos9. Así mismo, ellos pueden presentar, además, ansiedad, trastornos depresivos, alucinaciones, comportamientos violentos10 y, en general, mostrar limitaciones para establecer relaciones interpersonales y tener confianza en sí mismos. Si la violencia se experimenta desde la gestación puede llegar a ocasionar malformaciones congénitas, retraso mental, retardo en el crecimiento y otra larga serie de riesgos y complicaciones para la salud y el bienestar de la madre y del niño o la niña 11. En etapas posteriores de la vida, el maltrato está asociado 9

Vargas, J. E. (2010), Op. Cit., p. 26, citando a Clausen, J. (edit.), (1968), “Socialization and Society”. Little Brown, Boston.

10 Pinheiro, P. (2006). Op. Cit., p. 13. 11 Galicia, I. X.; Martínez, B.; Ordoñez, D. M. y Rosales, H. A. (2013), Relación entre maltrato fetal, violencia y sintomatología depresiva durante el embarazo de mujeres adolescentes y adultas: Un estudio piloto, Psicología y Salud, Vol. 23, Núm. 1: 83-95. p. 84. Se citan varios estudios relacionados con estos resultados. 15

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a violencia de pareja, a una mayor probabilidad de intento de suicidio12y a bajos resultados en salud y educación 13. A pesar de lo costosa que resulta la violencia contra los niños y las niñas, tiende a ser un fenómeno oculto y poco registrado. El miedo a denunciar, las dificultades para acceder al apoyo institucional y la aceptación social de algunos comportamientos violentos como: los castigos corporales, la intimidación y otros abusos cometidos por “la disciplina”14 son las causas más frecuentes por las cuales se desconoce su verdadera magnitud. Además, como el lugar donde más se agrede a los niños y las niñas es el hogar y quienes más lo hacen son los adultos, quienes forman parte de sus vidas (padres, madres, hermanos mayores, profesores, familiares u otros relacionados), la denuncia termina siendo un mecanismo limitado para procurar la mediación y el seguimiento institucional ante estas situaciones. Podría afirmarse que los casos que se conocen son apenas “la punta del iceberg” y que no hay certeza sobre el tamaño y las características reales del fenómeno que se ocultan tras ella. En Colombia, las cifras sobre violencia contra los niños y las niñas presentan las mismas limitaciones aquí señaladas: son escasas, tienen un alto nivel de sub-registro y no necesariamente reflejan la realidad. De acuerdo con una encuesta aplicada por Gallup15, Colombia tiene una de las tasas más altas de sub-registro de maltrato infantil en la 12 Pinheiro, P. (2006). Op. Cit., p. 13. 13 Boivin, M. y Hertzman, C. (Edits.), (2012), “Early Childhood Development: adverse experiences and developmental health”, Royal Society of Canada - Canadian Academy of Health Sciences Expert Panel, Ottawa, Ontario, Royal Society of Canada, [en línea], disponible en: https://rsc-src. ca/sites/default/files/pdf/ECD%20Report_0.pdf, recuperado: Recuperado el 11 de noviembre de 2013. 14 Pinheiro, P. (2006). Op. Cit., pp. 9-10. 15 English, C. y Godoy, J. (2010), Child abuse underreported in Latin America, New York, Gallup, 16

Violencias en la Primera Infancia en Colombia

región latinoamericana, ya que un 22% de los adultos entrevistados conoce algún caso específico de niños y niñas maltratados o abusados, pero apenas un 38% de esos casos son reportados a las autoridades. En términos institucionales y de información, la responsabilidad está dividida entre los niveles nacional y local del gobierno16, por lo que no se puede contar con una cifra consolidada que dé cuenta del total de denuncias y valoraciones que se producen por este motivo en el país. A pesar de lo anterior, es importante analizar estas las cifras en función de identificar las tendencias y características que reflejan sobre la violencia contra los niños y las niñas, para, así, llamar la atención sobre la necesidad de fortalecer la información al respecto, ampliar el apoyo institucional y promover las acciones de la política pública para reducirla. En virtud de ello, a continuación, se presentan los datos sobre maltrato infantil, abuso sexual, muertes violentas y afectaciones por el conflicto armado, como una aproximación a los diversos riesgos a los que están expuestos los niños y las niñas del país, en relación con las distintas formas de violencia. Así mismo, se analizan algunas cifras sobre lesiones y muertes accidentales, con las cuales se busca mostrar los lamentables extremos a los que se puede llegar la negligencia, el desacato o la inobservancia de derechos infantiles, lo que los convierten en formas de violencia que merecen especial atención.

Maltrato infantil “La pediatría y la psicología demuestran que el desarrollo de las capacidades en la primera infancia exigen cercanía afectiva y estímulos muy ricos y diversos para que los sentidos y las capacidades cognitivas,

16 En la nación, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar recibe denuncias y tiene el deber de intervenir sobre los casos de vulneración de derechos, mientras que el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses realiza las valoraciones médico legales de los casos que llegan a su conocimiento. Por su parte, en el nivel local del gobierno, las Comisarías de Familia, que dependen directamente de las Alcaldías Municipales, tienen la responsabilidad de intervenir sobre los casos de violencia intrafamiliar, entre los que se encuentra el maltrato infantil; al tiempo que, los hospitales e instituciones de salud tienen la responsabilidad de hacer las respectivas valoraciones. Como se puede observar, los actores involucrados en los niveles nacional y local del gobierno son de naturaleza muy diferente, lo cual hace difícil su coordinación. 17

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psicoafectivas, psicosociales y psicomotoras se fortalezcan”17. En este sentido, toda situación de violencia contra los niños y las niñas se constituyen en un riesgo de obstaculizar su desarrollo, en tanto afecta sus vínculos afectivos y altera su desarrollo psicológico. No obstante, hay una barrera muy fuerte que le impide al Estado actuar directamente sobre estos actos de violencia cuando se producen en el seno de la familia. Si bien la legislación, la política y la práctica nacional les protegen contra toda forma de castigo corporal, violencia física, mental o cualquier tipo de maltrato, sin importar el contexto donde se desenvuelvan 18, el hecho que la familia ejerza su custodia limita la acción del Estado y delega en ella gran parte de la corresponsabilidad de sus derechos al ser su entorno natural de crecimiento y desarrollo. De hecho, un estudio de las Naciones Unidas sobre el tema afirma que “Eliminar y dar respuesta a la violencia contra los niños [y las niñas] es quizá más difícil en el contexto de la familia que en ningún otro, dado que ésta es considerada por lo general la más privada de todas las esferas privadas”19. De acuerdo con el Informe Forensis de 201220 , el 77% de los casos de violencia contra los niños, las niñas y los adolescentes en Colombia fueron producidos por sus propios familiares, entre los que se cuentan a padres, madres, padrastros, madrastras, hermanos, tíos, abuelos y otros familiares civiles o consanguíneos. Así mismo, el 64% de los casos se presentaron en la vivienda, siendo éste el principal escenario de agresión para los niños y las niñas. El estudio de Naciones Unidas afirma que “entre un 80% y un 98% de los niños [y las niñas] sufren castigos corporales en el hogar y que un tercio o más de ellos reciben castigos corporales muy graves aplicados con utensilios”21. 17 Vargas, J. E, (2010). Op. Cit., p. 21. 18 Véase el artículo 44 de La Constitución Política de Colombia (1991) y los Artículos 14, 18, 39, 41, 45 y 199 de la Ley 1098 de 2006 por la cual se expide el Código de la Infancia y la Adolescencia, Congreso de Colombia. 19 Pinheiro, P. (2006). Op. Cit., p. 10. 20 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Forensis, Bogotá, 2012, p. 204. 21 Pinheiro, P. (2006). Op. Cit., p. 10. 18

Violencias en la Primera Infancia en Colombia

Algunos de estos eventos pueden llegar a tener efectos permanentes, aunque no sea la intención de los agresores, tal como sucede con el “síndrome del bebé sacudido” o con algunas afectaciones sobre la vista, el oído o la motricidad que se producen por golpes muy fuertes durante el primer año de vida. Los casos de violencia contra niños y niñas menores de 5 años valorados por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (en adelante INMLCF), han estado en ascenso durante los últimos años, pues pasaron de 1.687 en 2004 a 2.357 en 2011, lo que representa un incremento del 42,1% (ver Gráfica1). Este aumento se presenta tanto en niños como en niñas, cuyo número de casos creció en 32,4% y 54,8% entre 2004 y 2010, respectivamente. Aunque el resultado no necesariamente implica un crecimiento o un mayor conocimiento de la magnitud de la violencia contra los niños y las niñas, demuestra una intención de hacerla más visible y, por tanto, de exigir una mayor intervención por parte del Estado. Gráfica 1. Casos de maltrato en niños y niñas de 0-4 años reportados al INMLFC, 2004-2012

1.839 1.687 840

1.945

1.955

842

845

1.103

1.110

2006

2007

1.842 833

2.398

2.357

1.138

1.098

1.924 872

1.922 880

735 1.260 952

999

2004

2005

Niños

1.009

1.052

2008

2009

Niñas

1.259 1.042

2010

2011

2012

Total

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - INMLCF / Grupo Centro de Referencia Nacional sobre Violencias – GCRNV,. 19

Boletín 7

Pero no sólo la violencia en contra de los niños y las niñas, sino el hecho de presenciarla en el hogar también puede afectar seriamente su bienestar y desarrollo y, por ende, su capacidad de interacción social en la infancia y la vida adulta 22. Dada la alta correlación que existe entre la violencia contra las mujeres y la violencia contra los niños y las niñas23, los casos de violencia intrafamiliar son una alerta que debe tenerse en cuenta para procurar la protección inmediata, e intervenir oportunamente en función de reducir los efectos negativos sobre el desarrollo. Al respecto, las cifras del INMLCF muestran que en 2012, 180 de cada 100.000 personas se vieron involucradas en una situación de violencia intrafamiliar, cifra que en 2003 sólo afectaba a 149 personas de cada 100.000 y que indudablemente refleja un aumento del riesgo que corren los niños y las niñas de vivir situaciones de violencia en sus hogares (ver Gráfica 2). Las cifras por regiones muestran que en el oriente y el centro del país se concentra, en mayor medida, esta problemática, en tanto los departamentos de Casanare, Meta, Arauca, Norte de Santander, Boyacá, Cundinamarca, Bogotá y Huila registran tasas superiores a 200 personas involucradas en casos de violencia intrafamiliar por cada 100.000 habitantes; a estas zonas se suma el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, donde la tasa de violencia intrafamiliar es de 394 personas por cada 100.00024. Frente a la afectación por violencia en la población menor de 18 años, se observa también un aumento entre 2006 y 2011 de 1.423 casos, aunque en 2012 se reporta el valor más bajo del periodo con 12.173 casos. Con relación a las denuncias por maltrato infantil reportadas ante el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, se observa un 22 L. A. McClosky, A. J. Figueredo y M. P. Koss (1995). “The effect of systemic family violence on children’s mental health”.ChildDevelopment, vol. 66, p. 1239-1261. 23 OrganizaciónMundial de la Salud (2002). Informe mundial sobre violencia y salud, Ginebra, p. 68 24 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Forensis, Bogotá, 2012, pp. 243-274, Cuadro 48. 20

Violencias en la Primera Infancia en Colombia

ascenso de 38.517 casos en 2006 a 46.697 en 2011, aunque en 2012 se registra un valor inferior de 42.665 casos (ver Gráfica 3). Gráfica 2. Violencia intrafamiliar, tasa por 100.000 habitantes, 2003-2012 250 202,51

200 149,18

150

180,62

180,89

176,97

2005

2006

2007

208,64

196,52

195,04 180,11

142,4

100

50

0

2003

2004

2008

2009

2010

2011

2012

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses / Grupo Centro de Referencia Nacional sobre Violencia / Sistema de Información para Análisis de la Violencia y la Accidentalidad en Colombia y Sistema de Información Nacional de Estadísticas Indirectas. Tasas calculadas con base en las proyecciones de población DANE 2005-2020.

Estas cifras muestran que además de estar cada vez más expuestos a presenciar la violencia en el hogar, los niños y las niñas también son cada vez más propensos a ser víctimas de esos mismos actos, hecho que constata la correlación positiva antes mencionada entre maltrato infantil y violencia intrafamiliar y que debe generar todas las alertas del caso para procurar la intervención oportuna del Estado. Teniendo en cuenta que los datos no reflejan la totalidad de las situaciones de violencia que suceden en el país, el crecimiento simultáneo de ambas cifras también indicar una mayor coincidencia en la notificación y el reporte de los casos, lo cual puede ayudar a lograr una mayor visibilización social de estas problemáticas. 21

Boletín 7

Gráfica 3. Violencia contra niños, niñas y adolescentes y denuncias por maltrato infantil, 2006-2012 50.000

46.697

45.000 40.000

38.517

42.997

42.542

42.665

39.850

40.319

13.919

13.580

14.087

13.731

14.211

2007

2008

2009

2010

2011

35.000 30.000 25.000 20.000 15.000

12,788

12.173

10.000 5.000 0

2006

Denuncias maltrato ICBF

2012

Violencia NNA INMICF

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses / Grupo Centro de Referencia Nacional sobre Violencia / Sistema de Información para Análisis de la Violencia y la Accidentalidad en Colombia y Sistema de Información Nacional de Estadísticas Indirectas. Denuncias: Instituto Colombiano de Bienestar Familiar – Dirección de Servicios y Atención. Información suministrada por las regionales y centros zonales a nivel nacional y además del aplicativo SIM.

Abuso sexual La violencia sexual y el abuso en la primera infancia resultan más lamentables que el maltrato infantil. En este tipo de situaciones, los niños o las niñas son usados para satisfacer los impulsos sexuales de los adultos, quienes desconocen su grado de desarrollo psicosexual y dejan secuelas permanentes sobre el desarrollo social y afectivo. Si el maltrato físico deja huellas a nivel psicológico, social y físico que pueden ser irreversibles, las del abuso sexual pueden llegar a constituirse en serios trastornos del desarrollo físico, afectivo y psicosocial, pues generalmente se acompañan de violencia física, intimidación, exposición a enfermedades de transmisión sexual y conllevan a la experimentación de inseguridad, impotencia y abandono, entre otras situaciones 22

Violencias en la Primera Infancia en Colombia

que profundizan los efectos negativos del abuso. Al respecto, el informe Forensis del 2012 asevera que: “La vivencia del abuso transforma completamente sus vidas, ya que la agresión por parte de un familiar, amigo o conocido genera ruptura de relaciones y transforma la confianza en desamor, dolor y repudio por quien antes proporcionaba protección”25. Los efectos del abuso sexual son casi siempre permanentes y si no se intervienen de manera profesional pueden dejar daños irreparables. En este sentido, el abuso representa un grave atentado a la dignidad humana, pues “no hay nada más lesivo para dicha dignidad que utilizar o servirse de alguien como si de un objeto se tratara”26. Por ello, es alarmante observar que entre 2005 y 2011 se incrementó en 34% el número de exámenes médico-legales por presunto delito sexual en niñas y niños de 0 a5 años en todo el país, según las cifras del INMLCF. El número de casos valorados pasó de 2.863 en 2005 a 3.966 en 2011, aunque el punto más alto se presentó en 2009 cuando se registraron casi 4 mil casos. De ellos, el 77%, en promedio, corresponden a las niñas y el 23% a los niños, lo que muestra que esta violencia tienen una clara diferencia de afectación por género, que empieza a marcarse desde las edades más tempranas (ver Gráfica 4). Los datos por departamento muestran que la mayoría de casos de abuso sexual se concentran en Bogotá, Antioquia, Valle del Cauca, Cundinamarca y Santander, justamente, los departamentos más poblados del país. No obstante, la tasa por 100.000 niños y niñas de 0 a 5 años muestra los mayores valores en San Andrés, Risaralda, Bogotá, Quindío, Santander, Meta y Amazonas, donde superan los 100 casos de violencia por cada 100.00 personas; esto quiere decir que en estos lugares, en promedio, una de cada mil niñas o niños menores de 5 años corre el riesgo de ser abusado lo largo del año. En casi todos los departamentos los casos y la tasa de exámenes médico-legales por abuso sexual en esta edad han aumentado entre 2005 y 2011, excepto en Caquetá, Cesar, Córdoba y Guaviare, que son los únicos departamentos 25 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Forensis, Bogotá, 2012, p. 288. 26 Ibídem. 23

Boletín 7

donde se han reducido. Vale la pena destacar que los departamentos de Guainía y Vaupés no registran ningún caso de abuso sexual en la primera infancia en todo el periodo (ver Tabla 1).

Gráfica 4. Exámenes médico legales por presunto delito sexual realizados en niñas y niños de 0 a 5años en Colombia, 2005-2011 3.974

2.863 2.211

3.062 2.390

3.318

3.424

2.599

2.652

652

672

719

772

2005

2006

2007

2008

Niños

Niñas

3.027

3.799 2.837

3.966 2.975

947

962

991

2009

2010

2011

Total

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses,.

Al igual que el maltrato infantil, la mayoría de casos de abuso sexual ocurren en la vivienda y son perpetrados por miembros del grupo familiar. De acuerdo con el Informe Forensis 201227, el 59,9% de los casos tuvo como escenario la vivienda y el 35,6% tuvo como posible agresor a familiares, donde padres, padrastros y tíos predominan en las cifras. “De modo similar, un estudio multipaís realizado por la OMS en el año 2005, en el que se recogieron datos tanto de países desarrollados como de países en vías de desarrollo, mostró que entre el 1% y el 21% de las mujeres manifestaba haber sufrido abusos sexuales antes de los 15 años, en la mayoría de los casos por parte de varones miembros de la familia que no eran ni su padre ni su padrastro”28.

27 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Forensis, Bogotá, 2012, p. 204 y 207. 28 Pinheiro, P. (2006), Op. Cit., p. 15, cita el Estudio multipaís de la OMS sobre salud de la mujer y la violencia doméstica de la Organización Mundial de la Salud, Madrid, 2005. 24

Violencias en la Primera Infancia en Colombia

Tabla 1. Exámenes médico-legales por presunto abuso sexual en niños y niñas menores de 5 años por departamento, 2005-2010 Departamento Amazonas Antioquia Arauca Atlántico Bogotá Bolívar Boyacá Caldas Caquetá Casanare Cauca Cesar Chocó Córdoba Cundinamarca Guainía Guaviare Huila La Guajira Magdalena Meta Nariño Nte. Santander Putumayo Quindío Risaralda San Andrés Santander Sucre Tolima Valle del Cauca Vaupés Vichada Total

2005 6 382 14 103 724 77 60 68 19 27 25 65 20 43 206 0 9 58 21 52 96 32 57 2 53 76 8 162 33 81 272 0 1 2.852

2006 10 357 16 97 737 98 64 72 24 29 39 49 17 37 228 0 5 60 26 51 107 45 106 8 87 85 13 185 39 90 268 0 3 3.052

No. de Exámenes 2007 2008 13 18 408 506 23 21 123 111 843 836 129 106 72 67 84 82 25 21 21 28 42 43 62 51 28 22 44 50 209 189 0 0 13 7 61 73 22 22 56 72 104 79 60 65 102 88 3 11 49 81 87 89 5 14 212 195 33 42 96 86 281 341 0 0 1 6 3.311 3.422

2009 25 664 23 140 887 137 100 111 16 25 36 62 30 41 196 0 11 70 21 55 126 89 132 15 83 111 12 223 47 82 387 0 6 3.963

2010 14 565 32 128 905 113 62 79 16 40 41 53 24 32 263 0 3 58 30 56 120 67 126 20 60 125 14 215 37 116 361 0 1 3.776

2005 50,1 61,0 34,6 38,9 100,9 30,3 38,7 66,1 28,8 63,4 14,9 47,9 25,3 20,8 74,9 0 55,6 41,9 17,8 29,8 94,3 15,7 34,7 4,1 94,1 79,9 100,6 74,7 31,8 48,5 61,3 0 9,6 54,6

2006 84,0 57,3 39,2 36,7 103,4 38,9 41,9 70,5 36,5 68,4 23,8 36,3 21,4 17,8 83,1 0 30,5 43,7 21,4 29,4 103,8 22,3 66,0 16,4 155,3 90,2 165,2 86,9 37,9 54,5 61,0 0 28,7 58,8

Tasa por 100.000 2007 2008 109,1 145,9 65,7 81,7 56,4 51,7 46,7 42,3 118,7 117,8 51,5 42,5 47,9 45,4 82,7 81,2 38,2 32,3 49,7 66,3 26,1 27,1 46,1 38,1 35,2 27,7 21,0 23,8 76,2 68,7 0 0 78,9 43,7 44,7 53,8 17,6 17,1 32,6 42,2 99,6 74,9 29,9 32,6 64,7 56,5 6,2 22,9 87,8 146,0 93,0 95,9 64,3 181,4 101,1 94,1 32,3 41,4 58,9 53,5 64,4 78,6 0 0 9,4 60,3 64,1 66,5

2009 207,8 107,2 56,9 53,6 124,9 55,2 69,0 110,8 24,7 59,2 22,9 46,5 37,8 19,5 70,9 0 66,4 51,8 15,9 32,5 118,4 44,9 85,5 31,5 150,2 120,2 156,2 108,7 46,5 51,6 89,4 0 55,0 77,1

2010 115,8 91,1 79,5 49,3 127,1 45,7 43,6 79,6 24,8 94,5 26,2 39,9 30,3 15,1 94,5 0 18,0 42,9 22,1 33,2 111,9 33,9 82,1 42,2 108,8 135,8 182,9 105,6 36,7 73,7 83,5 0 9,0 73,6

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Tasa calculada con base en Proyecciones de Población del DANE.

Como se puede observar, no sólo han crecido los casos reportados de violencia contra los niños y las niñas en la primera infancia, sino también los reportes de abuso sexual, cuya conducta es más repudiable y cuyos 25

Boletín 7

efectos son más nefastos. Tratándose de niños y niñas menores de 5 años, ésta situación debería despertar todas las alarmas a nivel social, ya que no sólo representa un claro atropello al desarrollo infantil y a la estabilidad familiar, sino que refleja una carencia de principios y de normas mínimas de convivencia social que es necesario solucionaren el menor tiempo posible.

Homicidios Finalmente, como máxima expresión de la violencia contra los niños y las niñas se puede contar el homicidio, que constituye un lamentable hecho para la sociedad en general y que parece inexplicable cuando se trata de los niños y las niñas en primera infancia. De acuerdo con las cifras del INMLCF, entre 2005 y 2012 se han registrado 559 homicidios de niños y niñas menores de 5 años, lo que da un promedio 70 muertes al año, concentradas en promedio en un 56% para los niños y un 44% para las niñas. No se cuenta con datos desagregados por zona de residencia urbana o rural, ni por pertenencia étnica para este rango de edad, pero los análisis del INMLCF al respecto sugieren que en estos grupos poblacionales también se presentan con igual intensidad este tipo de situaciones repudiables29. Desde todo punto de vista, los homicidios representan pérdidas irreparables para la sociedad y las familias, que es necesario dejar de asumir y frente a los cuales debe intervenir el Estado (ver Gráfica 5). En general, se observa que todas las manifestaciones de la violencia personal contra los niños y las niñas en la primera infancia han crecido durante los últimos años, lo cual puede ser indicativo de un eventual crecimiento de esta problemática. No obstante, dado que los registros no necesariamente captan la dimensión real de estos fenómenos, es pertinente llamar la atención sobre la necesidad de mejorar la información y la cobertura institucional en torno a estas problemáticas, con el propósito de dirigir con mayor precisión las acciones de la política estatal requeridas para atacar de forma decidida sus causas. 29 Véase al respecto el Informe Forensis 2012, que ofrece análisis específicos para los pueblos indígenas y la población rural, a propósito de su mayor afectación por el conflicto armado. 26

Violencias en la Primera Infancia en Colombia

Gráfica 5. Homicidios en niños y niñas de 0-4 años, 2005-2012 80

79 69

67

73

72

62

57

2005

2006

2007

2008

2009

2010

2011

2012

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses.

Violencia colectiva Además de los actos de violencia personal contra los niños y las niñas, en Colombia también se presentan, lamentablemente, afectaciones causadas por el conflicto armado, cuyas secuelas pueden llegar a ser incluso más profundas que aquellas generadas por el maltrato o el abuso. En este caso, se habla de violencia colectiva, la cual se define como: “aquella ejercida por personas que se identifican a sí mismas como miembros de un grupo armado que se enfrenta a otro grupo, con el fin de lograr objetivos políticos, económicos o sociales”30. En Colombia, este tipo de violencia hace parte de las dinámicas propias del país desde hace cerca de 60 años31, por lo cual es un factor importante por en cuenta a la hora analizar las posibilidades de desarrollo para los niños y las niñas. Además de las huellas emocionales que dejan estos actos violentos, se debe tener en cuenta que quienes generalmente los presencian son familias rurales en situación

30 Save the Children, Canadá y Organización de Estados Iberoamericanos – OEI (2009), Colombia: Huellas del conflicto en la primera infancia. Bogotá, Revista Número Ediciones. 31 Comisión de Estudios sobre la violencia (1987), Colombia: violencia y democracia. Informe presentado al Ministerio de Gobierno, Bogotá, Centro Editorial – Universidad Nacional, 1987. 27

Boletín 7

de pobreza o en un alto grado de vulnerabilidad, por lo cual, en general, estas situaciones se acompañan de otras carencias como desnutrición, ausencia de programas integrales de cuidado, limitada presencia estatal y dificultades de acceso a servicios de salud, agua potable y saneamiento básico, entre otras situaciones que agudizan aún más las limitaciones al desarrollo infantil 32. La investigación realizada por el Grupo de Memoria Histórica33 permite concluir que entre el 1 de enero de 1958 y el 31 de diciembre de 2012 el conflicto armado en Colombia ha causado la muerte de aproximadamente 220.000 personas, de las cuales cerca de un 80% son civiles que han caído a manos de algún bando armado. Según el propio informe, esta cifra es equivalente a desaparecer una ciudad del tamaño de Popayán o Sincelejo34, por lo cual la magnitud de los efectos que ha dejado sobre la población colombiana no puede ser despreciable desde ningún punto de vista. A pesar de que la cifra es escalofriante, presenta un alto nivel de subregistro, pues, en promedio, 3 de cada 4 homicidios quedan por fuera de las estadísticas, debido a múltiples razones asociadas a las dinámicas propias del conflicto. Por su parte y de manera adicional, las personas desplazadas de sus lugares de origen por causa de esta violencia alcanzan los 5.700.000 entre 1985 y 2012, los cuales equivalen a un 15% de la población total del país. Los efectos del conflicto armado en la primera infancia se expresan de múltiples formas. Los niños y las niñas pueden ser víctimas de minas antipersona, vivir dinámicas de desplazamiento forzado, experi32 Save the Children Canadá y OEI (2009). Op. Cit. 33 Grupo de Memoria Histórica (2013), ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad, Centro Nacional de Memoria Histórica y Departamento para la Prosperidad Social, Bogotá: Imprenta Nacional. 34 Ibídem, ,pp. 31-33. 28

Violencias en la Primera Infancia en Colombia

mentar el secuestro propio, de sus padres o familiares, verse afectados por migraciones de sus familias fuera del país que implican dejarlos al cuidado de otras personas, pueden ser hijos o hijas de combatientes, afrontar la desmovilización de sus padres, verse maltratados y abandonados por parte de sus familias, vivir la desaparición forzada de sus padres o familiares, ser víctimas de confinamientos, presenciar ataques y tomas armadas a municipios, ser afectados por fumigaciones a cultivos ilícitos o ser testigos de asesinatos y masacres de sus familiares y vecinos, entre otras dramáticas situaciones35. Los efectos de esta violencia en los niños y las niñas se manifiestan en su desarrollo en términos de “trastornos del sueño, pérdida del apetito, tristeza, miedo, llanto frecuente, rememoración constante de los hechos, mal rendimiento escolar, somatización, crisis de pánico, aislamiento y apatía […] Otros cambios se manifiestan en distintas emociones y sentimientos que hacen difícil expresar y construir confianza, promueven dependencia, dificultan afrontar los propios problemas, debilitan las relaciones comunitarias y redes sociales, tiene impactos en las narraciones que los niños construyen de sí”36. En esta medida, las situaciones violentas ocasionadas por actores armados ajenos o inmersos en la cotidianidad de los niños y las niñas, también impactan de forma considerable sus posibilidades de desarrollar algunas capacidades y habilidades, sobre todo, en materia de socialización. Pero, más allá de los daños y lesiones físicas y emocionales, el conflicto armado también limita el ejercicio de los derechos por parte de los niños y las niñas, al impedirles el acceso oportuno a los servicios de salud y alimentación adecuados, al destruir o mantener bajo control los lugares donde viven impidiéndoles disfrutar del juego o movilizarse con tranquilidad cerca a sus viviendas, al llenar de miedo, desesperanza e incertidumbre su vida cotidiana y al enseñarles que la violencia es un medio válido para resolver las diferencias37. Se 35 Save the Children Canadá y Organización de Estados Iberoamericanos (2009). Op. Cit., p. 35 36 Arias, F. J. (s.f ), El desplazamiento forzado de niños en Colombia: Una perspectiva psicosocial, Bogotá, Fundación Dos Mundos. 37 Save the Children Canadá y OEI, Op. cit. p. 61. 29

Boletín 7

perturban, así, las condiciones que hacen posible cimentar ambientes seguros de crianza y desarrollo, debido a que el conflicto produce traumas psicológicos y físicos, sentimientos de temor y pérdida de confianza en sí mismo y en los demás, desarraigo y hasta puede llegar a ocasionar orfandad, separación familiar o, en ocasiones, abandono, maltrato y abuso. En estos contextos, las niñas presentan una mayor vulnerabilidad, en tanto se exponen en una alta probabilidad a situaciones como abuso sexual, reclutamiento forzado, esclavitud doméstica y otras vulneraciones, que atentan de forma definitiva contra su libertad y su desarrollo en etapas posteriores de la vida 38. En Colombia, el Registro Único de Víctimas (RUV) muestra algunas cifras sobre la victimización de esta población. De acuerdo con esta información, en sólo el 2012 se registró el homicidio de 516 niños y niñas entre 0 y 5 años en el marco del conflicto (ver Tabla 2), cifra que es cercana a la suma de todos los asesinatos registrados entre 2005 y 2012 por parte del INMLCF. Si se suman los homicidios registrados para esta población en el RUV a lo largo de todo este periodo, la cifra alcanza los 1.737 casos, equivalentes a tres veces más los que se registran a través del INMLCF. Vale la pena aclarar que estos datos son complementarios entre sí, debido a que el año de registro de los casos en el RUV no necesariamente corresponde con la ocurrencia de los hechos y a que la propia dinámica del conflicto hace que gran parte de los asesinatos sucedidos no queden registrados en las fuentes oficiales de información. La mayor proporción de victimización, sin duda alguna, la ocupa el desplazamiento forzado. Entre los años 2000 y 2012 el conflicto ha causado la movilización de cerca de 350.000 niños y niñas en primera infancia en todo el país, lo que significa un promedio de cerca de 27.000 niños y niñas desplazados cada año de su lugar de origen (ver Tabla 2). Además de los impactos psicológicos que ocasiona este 38 El Informe “Por Ser Niña: Situación de las Niñas en Colombia 2012” Bogotá, 2012 señala además que cuando las mujeres se enfilan en los grupos armados se exponen a situaciones como prostitución forzada, embarazos tempranos, restricción de la participación, imposición de lazos afectivos con combatientes, esclavitud sexual, mutilación sexual e incluso prácticas de anticoncepción y aborto forzado. Si bien estas circunstancias no afectan la primera infancia, sí constituyen un riesgo derivado de la exposición al reclutamiento forzado a temprana edad. 30

Violencias en la Primera Infancia en Colombia

hecho y de todos los cambios de modo de vida que acarrea, el desplazamiento trae consigo la exposición a múltiples situaciones de vulneración como la pobreza (que alcanza a un 96% de estos hogares), el trabajo infantil, la mendicidad, el abandono, la deserción escolar, el hacinamiento, la exposición a enfermedades o la imposición de barreras para el acceso a la cultura y la recreación, entre otras situaciones que profundizan los riesgos y las consecuencias negativas del conflicto sobre el desarrollo infantil.

Otros hechos que convierten en víctimas a los niños y las niñas y que llaman la atención a partir de las cifras son: las amenazas, que afectan a más de 5.800 niños y niñas desde el año 2000; los actos terroristas, que afectan a 1.183 niños y niñas; la desaparición forzada, que victimiza a 380 niños y niñas, y otros hechos más que en suma han dejado más de 250 víctimas por minas antipersonal, secuestro, tortura, delitos contra la libertad y la integridad sexual y vinculación forzada al conflicto (ver Tabla 2). Estos hechos se concentran con mayor intensidad en los departamentos de Antioquia, Bolívar, Magdalena, Córdoba, Cesar, Chocó, Cauca, Valle, Nariño, Putumayo, Caquetá y Tolima, que conforman una región que prácticamente bordea el país desde la Costa Atlántica hasta el sur de la Amazonía, cobijando todo el litoral Pacífico. 31

Boletín 7

Tabla 2. Niños y niñas de 0-5 años víctimas del conflicto armado según hechos victimizantes, 2005-2012 Hecho violento 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 Total victimizante Homicidio 56 64 58 73 47 47 19 56 162 223 255 459 516 2.035 Perdida de bienes 1             1       1 7 10 muebles o inmuebles Acto 45 42 36 31 27 12 18 36 32 49 53 198 604 1.183 terrorista Desaparición 30 20 20 25 11 18 6 14 24 32 28 65 87 380 forzada Secuestro 5 6 4 6 7 6 2 3 2 1 4 9 15 70 Tortura 8 2     1 3 2     1   2 9 28 Delitos contra la libertad 4 5 2 3 2   2 2 3 6 3 10 8 50 y la integridad sexual Vinculación de niñas 4 4 3 3 1 1             2 18 y niños adolescentes Amenaza 161 157 206 149 139 113 104 137 137 160 278 804 3.306 5.851 Minas 1 1 3 1 1 5 3 2 10 10 4 11 29 81 Antipersonal Desplazamiento 25.776 30.970 37.327 23.135 22.181 25.118 26.916 31.257 31.828 22.396 19.791 28.969 21.870 347.534

Fuente: Red Nacional de Información. Información recuperada el 04/12/2013 de http://rni.unidadvictimas.gov.co/

En total, cerca del 7% de los niños y las niñas en primera infancia del país han sido víctimas del conflicto armado entre 2005 y 2012, lo que significa que más allá de los efectos negativos que pueda llegar a ocasionarla violencia personal, a la cual posiblemente también se encuentran expuestos, el país necesita atender de forma prioritaria y masiva las secuelas que ha dejado la guerra sobre esta población, en vista de su exposición a mayores situaciones de vulnerabilidad.

Muertes y lesiones por accidentes De acuerdo con la OMS, una vez los niños y las niñas cumplen 5 años, las lesiones no intencionales son la mayor amenaza a su super32

Violencias en la Primera Infancia en Colombia

vivencia, en tanto pueden ocasionar discapacidades que impactan en todas las facetas de su vida o que incluso pueden acarrear su muerte. Al respecto, la OMS advierte que cada día mueren en el mundo alrededor de 2.000 niños, niñas y adolescentes por accidentes de múltiples clases, los cuales pueden evitarse en una gran proporción 39. De hecho, la principal causa de muerte externa entre los niños y las niñas menores de 5 años en Colombia son las muertes accidentales. Los datos del INMLCF muestran un total de 2.444 muertes de niños y niñas de 0 a 4 años entre 2005 y 2012 debidas a accidentes diversos como inmersiones, caídas, golpes contundentes, envenenamientos, atragantamientos, asfixia y otras causas más, que son evitables en términos generales. De acuerdo con el Informe Forensis 2012, “la sumersión y sofocación fueron las principales causas de muerte en los niños (0 a 4 años)”40, y las viviendas y los espacios acuáticos fueron los lugares donde más se presentaron estos hechos. Por su parte, los accidentes de tránsito han cobrado la vida de 894 niños y niñas a lo largo de este periodo, en una magnitud que se ha reducido paulatinamente de 139 casos en 2005 a 86 en 2012 (ver Gráfica 6). Este tipo de muertes afecta en mayor medida a los niños, que concentran el 61% de los casos, mientras que las niñas participan con un 39%. Cuando los accidentes no son fatales suelen dejar lesiones que afectan de forma definitiva el funcionamiento, la apariencia o la estructura de algunos miembros del cuerpo. Desde el punto de vista del indicador “años de vida potencialmente perdidos”41, la primera infancia es el periodo de vida que representa mayores pérdidas para la sociedad, tanto en términos de lesiones fatales como de aquellas que generan una discapacidad, debido a que se trata de la etapa cuando se desarrolla más aceleradamente el ser humano en términos físicos y psicológicos y a que es cuando se pierde una mayor proporción de años de vida esperados para las personas. 39 World Health Organization (2008), World report on injury prevention, Ginebra 40 Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Forensis Bogotá, 2012, p. 405. 41 Este indicador expresa la suma de años que una persona pierde desde el momento en que fallece o adquiere una discapacidad, hasta cuando se cumple hipotéticamente la Esperanza de Vida al Nacer, los cuales representan una pérdida social en términos de la imposibilidad de que esa persona genere aportes al desarrollo a lo largo de su vida. 33

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Gráfica 6. Muertes por accidentes de tránsito y otros accidentes en niños y niñas de 0-4 años, 2005-2012

342

333 305

305

292

324

292 251

139

135 102

99

2005

2006

2007

2008

Transporte

122

2009

104

2010

107

2011

86

2012

Otros accidentes

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - INMLCF / Grupo Centro de Referencia Nacional sobre Violencia – GCRNV.

Según los datos del INMLCF, en promedio, unos 350 a 400 niños y niñas menores de 5 años presentan anualmente algún tipo de lesión por esta causa, cifra que ha crecido en 44% entre el 2004 y el 2012, al pasar de 273 a 394 casos reportados en el año (ver Gráfica 7). El mayor número de casos se registra en el 2011, cuando 426 niños y niñas menores de 5 años presentaron algún tipo de lesión por causas accidentales. Al igual que las muertes, los niños se ven más afectados que las niñas por estas lesiones, en tanto concentran cerca del 60% de los casos registrados.

Consideraciones finales La mayoría de cifras disponibles sobre las distintas formas de violencia contra los niños y las niñas en primera infancia muestran tendencias crecientes o al menos parecen no disminuir en los últimos ocho años. Los registros de maltrato, abuso, violencia intrafamiliar, víctimas del conflicto, muertes y lesiones accidentales han aumentado entre 2005 y 2011, lo cual puede ser una señal de efectivo crecimiento de es34

Violencias en la Primera Infancia en Colombia

Gráfica 7. Lesiones accidentales en niños y niñas de 0-4 años, 2004-2012

402 339 273

142

355

357

134

151

176

426 383 168

369

394 174 159

154

130

252 197

221

206

226

215

215

2008

2009

2010

235

143

2004

2005

2006

Niños

2007

Niñas

2011

2012

Total

Fuente: Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses - INMLCF / Grupo Centro de Referencia Nacional sobre Violencia – GCRNV.

tas problemáticas o de al menos un mayor interés de la ciudadanía por ponerlas en conocimiento del Estado. Igualmente, las cifras corroboran que las viviendas son los lugares donde más se presentan este tipo de situaciones y que quienes participan en ellas son, en su mayoría, los propios familiares de los niños y las niñas. Si bien hay subregistro y los datos no proporcionan una imagen precisa de los fenómenos, las tendencias advierten que la violencia contra los niños y las niñas es cada vez más visible y que, por ende, se requieren esfuerzos adicionales por parte del Estado para fortalecer los esquemas de atención y, por esta vía, mejorar la información que se produce al respecto. Para avanzar hacia la erradicación de estas formas de violencia aquí analizadas y procurar un mayor impulso del desarrollo en la primera infancia, se pueden identificar, al menos, tres direcciones en las cuales el país puede encaminar sus acciones: La primera se relaciona con el fortalecimiento de los vínculos familiares y las redes comunitarias, el cual busca reducir los casos de vio35

Boletín 7

lencia intrafamiliar, maltrato, abuso, homicidios y lesiones o muertes accidentales que se producen en el seno de la familia. Esto exige, por un lado, adelantar estrategias para transformar el relacionamiento de los adultos con los niños y las niñas al interior de los hogares y, por otro lado, fortalecer los vínculos de confianza a nivel de la comunidad con el fin de generar y consolidar unidades familiares y redes de apoyo protectoras de los niños y las niñas. Estas acciones también pueden ayudar a reducir el nivel de subregistro de los casos puestos en consideración del Estado, en vista de la mayor valoración social que se puede lograr frente a la primera infancia. Al respecto, el Informe de Naciones Unidas afirma que “El buen desempeño de la paternidad, el desarrollo de vínculos afectivos entre padres e hijos y una disciplina afirmativa y no violenta son algunos de los factores que suelen favorecer la protección de los niños contra la violencia, tanto en el hogar como en otros entornos”42. La segunda dirección consiste en la búsqueda de una solución pacífica y democrática al conflicto armado que aqueja al país desde hace décadas. Si bien hoy en día se adelanta un proceso de negociación entre los principales actores armados ilegales y el Gobierno Nacional, que resulta esperanzador para el país desde todo punto de vista, es necesario insistir en la necesidad de continuar por esta vía durante los próximos años, pese a las dificultades que se ello pueda generar, debido a que la sociedad necesita estar libre de la amenaza y la zozobra que implica vivir bajo el fuego cruzado y que la ha restringido para explotar todo su potencial a lo largo de los últimos 60 años. En este contexto, es menester eliminar por completo la posibilidad de exponer a los niños y las niñas a los nefastos efectos que produce la violencia sobre sus vidas en sus múltiples manifestaciones, así como atender, de forma inmediata, a todos aquellos que de una u otra manera han resultado víctimas de ella. Por último, también es necesario ampliar los esquemas institucionales de atención frente a las distintas formas de violencia para que no sólo se propicie una mayor disposición del Estado para intervenir sobre

42 Pinheiro, P, (2006), Op. Cit., p. 12. 36

Violencias en la Primera Infancia en Colombia

estos hechos, sino que se logre mejorar la calidad y cantidad de información que se recolecta sobre estos fenómenos. Para ello, se requiere aumentar la oferta de atención y hacerla más cercana a las familias, de manera que se las oriente mejor sobre cómo actuar ante este tipo de situaciones y se pueda conocer más de cerca la situación real de las distintas formas de violencia. Si bien la solución reside en mayor medida en el diálogo y la orientación familiar, es necesario reconocer que la presencia institucional aporta de forma importante a este propósito.

Si bien los efectos de la violencia no se desvanecen en el corto plazo y menos cuando quedan tan marcados durante la primera infancia, es importante impulsar la acción del Estado frente a esta problemática con el fin de mitigarlos impactos que ya han dejado sobre sus víctimas desde sus múltiples manifestaciones y, además, avanzar hacia la generación de condiciones de vida en el futuro que procuren su reducción definitiva.

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