Violencia en las calles de Tegucigalpa

Pedagógica a la embajada de Brasil para apoyar a su presidente. “La única ruta es sacar del país a este hijo de p...”, coreaban los manifestantes, refiriéndose a ...
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EXTERIOR

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Jueves 24 de septiembre de 2009

LA REGION, EN VILO s SE EXTIENDEN LOS CHOQUES EN HONDURAS

Violencia en las calles de Tegucigalpa Continuación de la Pág. 1, Col. 2 cinco de la tarde, esta vez por tiempo indefinido. A primera hora de la mañana, con un toque de queda que ya se prolongaba durante 36 horas, la capital hondureña amaneció otra vez semidesierta. En los barrios de Bellavista, Kennedy y El Pedregal, entre otros, las calles todavía mostraban el furor desplegado anteayer por los zelayistas, que habían quemado mobiliario urbano y gomas de vehículos para levantar barricadas. Los más descontentos por la falta de provisiones saquearon supermercados y otros negocios. Del caos generalizado se “beneficiaron” también los pandilleros, que aprovecharon la coyuntura para robar electrodomésticos y desvalijar cajeros automáticos. La policía no tardó en allanar varias casas en las que los ladrones habían guardado los equipos robados. Desde las diez de la mañana de ayer, cuando el régimen suspendió el toque de queda, la capital recobró la vida de una forma convulsiva. Miles de vehículos tomaron las calles para abastecerse de nafta en las estaciones de servicio, y los supermercados se colapsaron con colas interminables de ciudadanos en busca de provisiones. Los bancos no daban abasto. “Esto es culpa del que ha venido”, se lamentaba José Rivera en la cola de un banco del mall Multiplaza. “Así no se puede vivir, ahora no vamos a tener ni para comer y mire lo que hay que hacer para sacar dinero”, denunciaba, al señalar la larga fila de clientes ansiosos por conseguir algo de efectivo para hacer la compra. Para calmar los ánimos, en uno de los múltiples mensajes que el régimen de Micheletti emite cada día por radio y televisión, el ministro de Industria y Comercio, Benjamín Bográn, afirmó que el país cuenta con reservas de combustible para un mes. Según Bográn, las empresas del sector tienen alimentos inventariados para al menos 14 días. “Pido calma a la población”, dijo Bográn, al tiempo que informaba del desbloqueo de las fronteras terrestres. Los aeropuertos, sin embargo, continúan cerrados desde que el lunes el gobierno de facto decidió sellar la entrada al país. Según el sector empresarial hondureño, el toque de queda le cuesta al país más de 37 millones de dólares por día. La agudización de la crisis hondureña ya se ha cobrado la primera víctima: Francisco Alvarado, un albañil de 65 años al que lo sorprendió anteayer una marcha de seguidores zelayistas en el barrio Flor del Campo, de Tegucigalpa. Alvarado murió por los disparos de la policía antidisturbios cuando salió a comprar un refresco, según relató un hermano de la víctima.

AP

Piedras y barricadas en el barrio El Pedregal, de Tegucigalpa, donde hubo fuertes choques entre manifestantes y policías

AFP

Un supermercado de Tegucigalpa, tras la irrupción de saqueadores La canciller de Zelaya, Patricia Rodas, informó anoche de un posible segundo muerto en los disturbios, un sindicalista.

Tres argentinos, varados

Disparos y represión

La subgerencia de Noticias de Canal 7 confirmó ayer que Jorge Sille, Mario Fascio y Mario Giordano, productor, camarógrafo y cronista de esa emisora, respectivamente, quedaron varados en el paso fronterizo de El Amatillo, en El Salvador, por orden del director de Migraciones hondureño.

Con la presencia de Zelaya en Honduras, la represión del régimen golpista se ha acrecentado. Varios seguidores zelayistas fueron baleados ayer en el barrio Arturo Quesada de la capital, según relató a LA NACION Concepción Cruz Avila, un sindicalista que fue testigo de los disparos de varios policías anti-

AFP

Disturbios en las marchas a favor de Zelaya disturbios contra un contingente sindical que se manifestaba por la restitución de Zelaya. “Estábamos concentrados unas 500 personas, cantando pacíficamente, cuando varios motoristas de la policía dispararon a la gente con sus armas automáticas”, dijo. Cinco personas resultaron heridas de bala, una de ellas de gravedad, según confirmaron a LA NACION fuentes médicas del Hospital Escuela de Tegucigalpa. Pero las balas de la policía no amedrentaron a los manifestantes. Varios miles de zelayistas

marcharon ayer desde la Universidad Pedagógica a la embajada de Brasil para apoyar a su presidente. “La única ruta es sacar del país a este hijo de p...”, coreaban los manifestantes, refiriéndose a Micheletti. Las columnas zelayistas fueron nuevamente reprimidas por los efectivos antidisturbios cuando se acercaban a la sede diplomática brasileña. “La movilización tiene que servir para que apuntalemos y fortalezcamos el diálogo entre los hondureños,

para buscar una salida patriótica y digna para todos”, declaró Rafael Alegría, dirigente del Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado. Mientras el país avanza hacia un callejón sin salida, el gobierno de facto sigue rechazando el diálogo. El canciller Carlos López Contreras leyó anteayer un comunicado de Micheletti en el que éste se ofrecía a hablar con Zelaya, pero siempre y cuando el mandatario depuesto aceptara la celebración de elecciones bajo el statu quo actual. Curiosamente, López Contreras leyó el comunicado en inglés (traducido luego al español por una asistente), como si el único destinatario fuera Estados Unidos. Al mismo tiempo, invitó a una comisión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) a visitar el país para reabrir ese diálogo. La invitación cursada ayer a Zelaya era muy distinta: un salvoconducto para que abandone el país cuanto antes. Para el mandatario derrocado, la estrategia de los golpistas sólo procura seguir ganando tiempo mientras persiste el acoso a la embajada brasileña. Zelaya denunció ayer que los militares “están bombardeando con químicos” el edificio donde se refugia y dificultando las comunicaciones con “señales radioeléctricas”. Las fuerzas especiales del ejército desalojaron anteayer por la fuerza a todos los vecinos de las casas colindantes con la embajada brasileña. Orieta Bidea, una vecina de 63 años, expresaba así su malestar: “Yo vivo aquí cerca a la vuelta de la embajada. Esto es insoportable, no podemos ni salir de la casa. Anoche había como un ruido, no sé qué es, pero no podía dormir”. El ministro de información de Micheletti, René Zepeda, salió enseguida a desmentir las acusaciones de Zelaya sobre el lanzamiento de gases químicos contra la embajada, y negó que el régimen esté pensando en tomar por asalto la sede diplomática. Mientras tanto, las muestras de solidaridad con el mandatario derrocado continúan. Ayer, la Unión Europea urgió al gobierno de facto a “respetar la integridad física” de Zelaya y anunció que había acordado con la OEA el regreso de sus embajadores a Tegucigalpa con el objetivo de “ayudar en el terreno” al mandatario depuesto. Ante la constante presión internacional, Micheletti optó por interpretar el anuncio de la UE y la OEA como un triunfo personal y asumió el papel de víctima, en vez del de verdugo. “Estamos solos pero sobreviviendo”, dijo a la cadena de televisión norteamericana CNN.

Video. Responsabilidad compartidas, por Jorge Elías. videos.lanacion.com.ar

En Brasil le exigen a Lula una aclaración La oposición quiere saber cómo Zelaya logró atrincherarse en la sede diplomática en Honduras BRASILIA.– La actividad desplegada por el derrocado presidente hondureño, Manuel Zelaya, desde la embajada de Brasil en Tegucigalpa ha generado polémicas en la esfera política brasileña y hasta dudas sobre una supuesta “injerencia en asuntos internos”. En opinión de analistas, la inesperada irrupción de Zelaya en la sede diplomática de Brasil causó un conflicto inédito y difícil de resolver, dado que no hay una situación técnica de asilo ni de refugio y la embajada quedó en el centro de una crisis interna. “No hay dudas de que Brasil debía darle asilo político a Zelaya si lo pedía cuando fue víctima de un acto de fuerza, pero su retorno genera un cuadro diferente, en el cual la embajada brasileña es protagonista de primera línea”, declaró el ex canciller Luis Felipe Lampreia. El gobierno brasileño asegura que fue “tomado por sorpresa” y que no colaboró con el regreso de Zelaya, quien, según muchos dirigentes políticos, sobre todo opositores, ha convertido la embajada en un “fortín” desde el cual arenga a sus seguidores, lo cual va en contra de las normas del asilo y de la diplomacia. Los partidos políticos brasileños se manifestaron en defensa de la soberanía nacional representada por la sede diplomática, pero en algunos sectores también crecen las dudas sobre el papel cumplido por el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva en esta crisis. El senador José Agripino Maia, del opositor Partido Demócrata, dijo que Brasil quedó involucrado en “una confusión innecesaria” y hasta

preguntó si Lula había aceptado “entrar en el juego” para “quedar bien con Hugo Chávez”. Según algunas fuentes, el mandatario venezolano cedió el avión en que regresó a su país el presidente depuesto. El Partido Popular Socialista (PPS) pidió que se aclare cómo Zelaya llegó hasta la embajada y también su permanencia en la sede, pues “como no se trata de un asilo, parece haber una participación de la diplomacia brasileña en una acción clandestina y en una clara injerencia en asuntos internos de otro país”. La defensa del gobierno la asumió, entre otros, el titular del Senado, José Sarney, quien indicó que Zelaya “encarna un símbolo de la resistencia, para que se evite la vuelta de los tiempos en que los mandatarios eran derrocados”, por lo cual debe recibir todo el apoyo de Brasil. También descalificó todas las críticas el asesor para asuntos internacionales de la presidencia, Marco Aurelio García, quien reiteró que Brasil solo “cumplió con una obligación humanitaria y diplomática”. Según García, “quien sostiene que Brasil interfiere debe sentir simpatía por los golpistas” y “estar animado por un afán opositor injustificable”. Las dudas sobre el curso que tomará esta crisis han llegado a los editoriales de los diarios. “La cuestión es delicadísima, porque abarca la garantía y el respeto a la inviolabilidad de la embajada, en momentos en que alberga a un presidente depuesto que regresa para intentar recuperar el poder”, indicó O Globo.

Agencias EFE y Reuters