Viaje al centro de la tierra ricotera

Viaje al centro de la tierra ricotera. Indio Solari: más de .... tomarse unas minivacaciones y disfrutar con amigos de un fin de semana a puro rock. Los paquetes ...
1MB Größe 7 Downloads 96 vistas
2

Espectáculos

Página 2/LA NACION

3

Lunes 15 de noviembre de 2010

MUSICA Indio Solari: más de 80.000 fanáticos lo vieron en Tandil

Viaje al centro de la tierra ricotera Continuación de la Pág. 1, Col. 5 una liturgia que comienza cuando se ponen en marcha los micros a kilómetros de distancia, en diferentes ciudades de la Argentina y de países vecinos, como Uruguay. En uno de esos ómnibus viajó anteayer LA NACION, desde Billinghurst hasta Tandil, para vivir la celebración ricotera minuto a minuto. Pasadas las 9, ya esperaba un transporte escolar anaranjado. Asientos rígidos, espacio reducido, confortabilidad mínima. Pero nada importaba para las 45 personas que partieron desde la plaza principal si sonaban los temas de los Redondos o del Indio. “¿Trajeron discos o mp3?”, preguntó antes de salir Jerónimo Olguín, uno de los organizadores del viaje. “Escuchá: yo no gano nada de plata y hasta perdí porque se bajaron algunos pibes. Pero esto es así, se hace de onda y ya está. Lo importante es compartir con gente conocida y también desconocida”, dice. El pasillo del micro está ocupado por dos heladeras portátiles, que conservan 20 kilos de carne, hielo y algunas bebidas, la bolsa con cinco kilos de pan, dos bolsas de carbón y la parrilla envuelta en una frazada. Se viaja sentado, parado o como se pueda. Hay facturas que se comparten. También todo lo que se tenga a mano para matar el hambre en la ruta. “Esto es rocanrol, no es «yo soy de Chacarita, el otro es de Morón». Acá se escucha buena música, se recorre el país y se conoce buena gente. No hay diferencias”, cuenta Silvio Maoneta, que sigue a los Redondos y al Indio desde hace 22 años.

Te llevo en la sangre La banda de Billinghurst se levanta cuando suena “Un ángel para tu soledad”. Es un pogo anticipado, pero sin balancearse demasiado porque por eso, unos kilómetros más atrás, se pinchó un neumático y hubo que repararlo en una gomería. “Estas cosas siempre pasan. Estamos un poco retrasados, pero vamos a llegar”, tranquiliza Jerónimo. En el micro hay quienes viajan por primera vez, como Fernando Torres, de 15 años, a quien le gusta la cumbia, pero escuchó un recital del Indio en La Plata y se dejó convencer por su hermano. “Me interesa estar por la cantidad de gente que va. ¿Cómo lo vivo? Más o menos, pero de a poco me voy acostumbrando.” También gente que vuelve a un recital después de varios años. Anabella Maza vio por única vez a los Redondos en River. “No pude viajar más por cuestiones

Un show con varias sorpresas redondas

Santos en remera Según los organizadores, se vendieron 80.000 entradas, pero extraoficialmente se hablaba de cerca de 100.000 fans

económicas y de laburo”, cuenta. Anteayer pudo volver. Varios minutos de siesta hasta que los carteles viales marcaron Tandil: 50 km. Tranquilo, en el primer asiento y disfrutando de “Salando las heridas”, Hernán Mansilla veía cómo el camino ondulado se metía entre los cerros. “Estoy algo decaído porque ayer (viernes) salí del hospital”, explica. Es diabético y por una mala administración de insulina se descompensó y estuvo internado siete días en terapia intensiva y otros cinco en una sala común. “Si no me daban el alta, me iba; ya les había avisado a los médicos.” El escolar-ricotero pisó Tandil a las 17, avanzó por las calles a los bocinazos y buscó un lugar para estacionar. En minutos el fuego estaba prendido y la carne, sobre la parrilla: el ritual del asado. Se come, se descansa y se espera mientras el sol cae. Esa es la señal para que los de Billinghurst se sumen a la misa ricotera.

FOTOS DE IGNACIO ARNEDO/ROLLING STONE Y SEBASTIAN RODEIRO

Pasión india Las huestes ricoteras comenzaron a llegar a Tandil el miércoles; para muchos, el concierto de Indio fue la excusa ideal para tomarse unas minivacaciones y disfrutar con amigos de un fin de semana a puro rock. Los paquetes para viajar los 330 kilómetros que separan la Capital Federal de la ciudad serrana incluían el viaje, la entrada y hasta un asado previo

Hubo que esperar más de un año para verlo nuevamente. Quizá por eso haya sido el recital de mayor convocatoria del Indio Solari como solista y también el de la historia de los Redondos. Ochenta mil personas se dieron cita el sábado en el hipódromo de Tandil donde el hombre-mito se presentó con Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado. Su última presentación había sido en Salta, en 2009. Solari desplegó un repertorio de 26 temas que incluyó, por primera vez, covers de bandas argentinas, dos versiones inéditas de Patricio Rey y algunos temas que debutaron en la lista del cantante. Todo acompañado por un gran despliegue tecnológico, que incluyó siete pantallas gigantes. El show se cerró con el indicio del nombre del nuevo disco, El perfume de la tempestad, y el anuncio del próximo recital, el 26 de marzo de 2011, otra vez en Salta. Solari abrió con un tributo: “Jugo de tomate frío”, de Manal, al que se le acopló el tema inédito de los Redondos “Un tal Brigitte Bardot”. “No se puede creer… Ochenta mil personas en Tandil”, repetía el Indio. De inmediato sonó “Noticias de ayer”, que por primera vez apareció en el repertorio del solista, al igual que “Toxi Taxi”. Camisa azul de mangas cortas, suelto y de buen humor, Solari le dedicó buena parte de su show a los temas de Porco Rex, combinados con algunos de su primer trabajo solista, El tesoro de los inocentes (Bingo fuel). “Esto está dedicado a todos ustedes que vinieron desde muy lejos. No sé cómo agradecerles, es muy emocionante”, dijo antes de “Un ángel para tu soledad”. El segundo inédito de la noche fue “El regreso de Mao”, que formó parte de un bloque de temas de los Redonditos, como “Rock para el Negro Atila” y “El infierno está encantador esta noche”, entre otros. Con “Yo caníbal” se desplegó “el pogo más grande del universo” y una fiesta de luces y colores iluminó el cielo en “Juguetes perdidos”. “Héroe del whisky” y “Vamos las bandas”, que se pegó al cover de Pescado Rabioso, “Post Crucifixión”, le dieron paso al poderoso “Jijiji”, que cerró la noche más esperada por el universo ricotero.

CINE Entrevista: el actor interpreta a Neville Longbottom

Matthew Lewis, un alumno de Hogwarts de visita en Buenos Aires Continuación de la Pág. 1, Col. 2 go más famoso del mundo. El Neville Longbottom de la película, que poco antes de convertirse en la atracción principal de la avantpremière local de Harry Potter y las reliquias de la muerte, parte 1 (ver recuadro), cumple con naturalidad y al pie de la letra las instrucciones de un ejército de asesores de prensa y marketing. Reconoce que aún hoy, cuando se acerca el final de la saga en el cine, vive toda esta experiencia como si hubiera sido provocada por un verdadero pase de magia. “Todo esto sigue siendo muy extraño. Yo vengo de Leeds, una ciudad del norte de Inglaterra que no es grande y que ni se acerca al tamaño de Londres. Y venir a Sudamérica, a Australia o a cualquier otro país, y que te reconozcan tanto todavía es rarísimo. Pero la verdad es que yo no cambiaría por nada del mundo todo lo que me pasó, lo afortunado que soy por estar dentro de esta montaña rusa en la que viajé durante los últimos diez años”, admite. –Tu crecimiento como persona fue paralela a tu evolución como actor dentro de las películas de Harry Potter... –Yo había actuado antes de empezar con Harry Potter. Lo hago desde los cinco años. Pero no lo consideré como una profesión hasta que llegué a los 15, 16 años. Cuando uno es chico, actuar es algo divertido, pero en la medida en que uno crece, se transforma en un trabajo que debe encararse con seriedad. Creo que he evolucionado de la misma manera en que lo hizo Neville, mi personaje. Asumo mis responsabilidades, pero me parece que llevo una especie de doble vida. Puedo andar por todo el mundo y cumplir con las reglas de lo que significa ser un actor conocido, pero después

vuelvo a Leeds para ser yo mismo y estar con mis amigos de toda la vida, los de antes de Harry Potter. Allí sé quién soy. –¿Qué podemos esperar de Neville Longbottom en la película que está por estrenarse? –En la parte 1 de Las reliquias de la muerte, Neville tratará de crearles la mayor cantidad de problemas y dificultades posibles a los «mortífagos». Harry Potter se fue de Hogwarts y el ejército de Dumbledore se queda sin su líder. Entonces, a Neville le corresponde ocupar ese lugar y preparar a los estudiantes para la batalla. Los «mortífagos» tomaron el control de Hogwarts, y

“Mi favorito de los actores de la saga es Alan Rickman: es un genio, uno de los mejores del mundo” Neville hace cosas similares a las de la resistencia francesa en la Segunda Guerra Mundial. No se puede luchar con enemigos así poniéndose a la altura de ellos. Hay que perturbarlos cuando ellos menos se lo esperan. –Y con vistas a tus próximos trabajos, ¿pensás que el bagaje adquirido en las películas de Harry Potter será una ventaja o también una complicación? –Cada vez que me toca hacer de Neville tengo que cambiar mi aspecto exterior, y cuando me toque dejarlo, tendré que desprenderme

de esos rasgos. Pero a la vez, cada vez que tomo contacto con otros directores, ellos saben perfectamente lo que me tocó hacer. Me toca convencerlos de que no soy solamente Neville Longbottom. Que quede claro que no quiero cambiar nada. Lo que hice seguramente será un aporte muy importante a lo que me toque hacer en el futuro. –Y a propósito del futuro, ¿qué es lo que te espera después de Harry Potter? –Quiero seguir concentrado en mi carrera como actor. Hace 16 años que me dedico a esto y recién tengo 21. Tengo pendiente la parte 2 de Las reliquias de la muerte y no quiero descuidar a Neville, pero el teatro seguramente ocupará mucho tiempo el año que viene. Quiero seguir capacitándome. No hay actor que pueda decir que sabe todo y que no hay cosas nuevas para aprender. –¿Cuál será el principal legado de las películas de Harry Potter, a tu juicio? –Es la primera vez que en una serie de películas el público ve que los personajes van creciendo frente a ellos en todo sentido. Empezamos viendo a un chico de 11 años, y hoy ya lo vemos con 20, 21. Lo más valioso es que la gente recordará que creció junto con nosotros. No creo que se haya visto nada igual antes ni creo que se vuelva a ver. Por primera vez, los personajes evolucionan y cambian frente a nuestros ojos y junto con nosotros. –¿Qué te dijo J. K. Rowling del personaje? –¡Que lo estaba haciendo muy bien! Pude charlar mucho con ella, especialmente durante la filmación de La Orden del Fénix. Fue el mejor elogio que pude haber recibido. ¡Era la autora del libro! –A propósito de rodajes, te toca compartir las películas con algunos de los mejores actores

Los fanáticos del mago con cicatriz en forma de rayo coparon el shopping Abasto con sus recuerdos, preparándose para el final

ingleses. ¿Admirás a alguno en particular? –Todos los años empezábamos el rodaje de la nueva película de Harry Potter preguntándonos quién vendría esa vez, qué famoso se iba a incorporar en el elenco. Mi favorito de todos ellos es Alan Rickman. Es un genio, uno de los mejores actores del mundo. Jason Isaacs también es buenísimo, sobre todo porque siempre está dispuesto a darnos un consejo. Tiene un impresionante entrenamiento de actor clásico. Pero mi actor favorito es Sylvester Stallone. La gente lo tiene encasillado como héroe de acción, pero las facetas oscuras de sus personajes son fascinantes. En Tierra de policías, en el primer Rambo y el primer Rocky tiene escenas profundas, enormes. Lo tomo como ejemplo, porque siempre sigue adelante, más allá de quienes tratan de desvalorizarlo.

MYRIAM MELONI

Una noche mágica para los fanáticos de Potter Para el paseante desprevenido, los gritos de los muchos fanáticos reunidos anteanoche en los cines Hoyts del Abasto no tenían demasiado sentido. En un encuentro sólo para iniciados, Warner organizó la avant-première de la séptima película de Harry Potter con la presencia de uno de sus actores principales, Matthew Lewis (ver arriba). “¡Gryffindor! ¡Gryffindor!”, gritaban cientos de adolescentes en honor de la “casa” de magos a la que pertenece Potter en la historia creada por J. K. Rowling, que los fascina hace años. Como sucedía cada vez que salía un nuevo libro, los chicos aparecieron

en el complejo cinematográfico disfrazados a la manera de sus personajes favoritos; una etiqueta de capa negra obligada. Con los libros en mano, dispuestos para que los firmara Lewis, los chicos estaban más entusiasmados por obtener cualquier tipo de merchandising que por los famosos locales que recorrían la alfombra roja. Claro que la emoción alcanzó nuevas alturas cuando pasadas las 21, una por una se fueron llenando las doce salas del complejo que anteanoche proyectaron exclusivamente y en cadena la última aventura del mago y sus amigos.