Unidad 1. PRODUCTORES AGROPECUARIOS Y SISTEMAS

trabajo y los medios de producción (máquinas, instalaciones, semillas, agroquímicos, rodeos, animales, etc.), producen bienes agrícolas y ganaderos.
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UNIVERSIDAD DE SAN PABLO-T

INSTITUTO DE DESARROLLO E INNOVACION TECONOLOGICA PARA LA COMPETITIVIDAD AGROINDUSTRIAL Y REGIONAL

LICENCIATURA EN GESTIÓN DE EMPRESAS AGROINDUSTRIALES

SOCIOLOGÍA AGRARIA Y EXTENSIÓN PRODUCTORES AGROPECUARIOS Y SISTEMAS AGRÍCOLAS

PRODUCTORES AGROPECUARIOS Y SISTEMAS AGRÍCOLAS 1 1. LOS PRODUCTORES AGROPECUARIOS. COMPLEJIDAD Y COMPONENTES TÉCNICOS, SOCIOECONÓMICOS Y ECOLÓGICOS.

DIVERSIDAD.

El propósito de este material didáctico es dar espacio a reflexiones iniciales respecto a la complejidad y la diversidad de los productores agropecuarios y también practicar con aplicaciones agronómicas de la teoría de sistemas. A esta altura cabe tener en cuenta que, si bien el rol de los ingenieros agrónomos y zootecnistas es el desarrollo y aplicación de técnicas productivas, estas técnicas son aplicadas por hombres a los que hay que estudiar, en este caso, en su rol de productores agropecuarios. Como el nombre lo dice, productores agropecuarios son aquellos hombres que con su actividad sobre la tierra, utilizando el trabajo y los medios de producción (máquinas, instalaciones, semillas, agroquímicos, rodeos, animales, etc.), producen bienes agrícolas y ganaderos. Como hombres, y como productores, son complejos y diversos. Veamos algo de esa complejidad y esa diversidad. Aún en un mismo medio ecológico, en un mismo clima y con un mismo suelo, normalmente se presentan al productor diferentes alternativas de acción, y debe decidir entonces qué va a producir, a qué se va a dedicar, si a la agricultura o a la ganadería, y dentro de la agricultura a qué cultivos, y dentro de la ganadería a qué especie y raza animal. Las alternativas sobre las que debe decidir incluyen también el cómo y con qué va a producir, con cuál de las técnicas o procedimientos disponibles, en base a qué maquinas o equipos, con cual alternativa para el control de malezas, insectos y patógenos, etc. Finalmente deberá fijar la dimensión de su producción, el cuánto pretende producir, cuantos novillos o cuanta leche, cuantas toneladas de caña o de limones o de soja. Qué, cómo y cuanto producir determinan la estrategia productiva de la finca o la unidad productiva. Analizar lo que lleva a los productores a decidir su estrategia productiva es útil para el desempeño del agrónomo y del zootecnista. El asesor técnico (a menos que ocasionalmente sea el dueño del campo) no decide qué, cómo y cuánto se produce en las fincas a las que asesora: el asesor propone, ofrece alternativas, intenta demostrar y convencer, pero el que decide en última instancia es el propietario. Y este a su vez está condicionado o influido por componentes que provienen de otros dos ámbitos: el socioeconómico y el ecológico. 2. SISTEMAS AGRÍCOLAS. SISTEMAS DE FINCA. SUBSISTEMAS. Se denomina sistema a todo lo que es complejo o formado por variados componentes que interactúan entre sí o se influyen recíprocamente. El cuerpo humano es nuestro ejemplo más cercano se sistema, en tanto está integrado por un conjunto de componentes, tales como el aparato respiratorio, el digestivo, el nervioso, etc., que interactúan o se influyen unos a otros. Una finca, o una unidad agrícola también conforman un sistema porque está integrada por muchos y diversos componentes tales como los de tipo técnico, económico, social y ecológico, todos los cuales se influyen entre sí. Como sistema, una finca tiene subsistemas en su interior. Normalmente está inserta en el ambiente natural, asentada en el suelo, expuesta al clima y a la acción de variado tipo de seres vivos (vegetales, animales, microorganismos) benéficos o dañinos. Este conjunto de componentes integran el subsistema ecológico o ecosistema, con posibilidades y limitaciones respecto a su utilización. Sobre el subsistema ecológico se instala la actividad productiva, el cultivo o la crianza de animales definiendo el qué, cómo y cuanto se produce 1

Ing. Agr. José Manuel Salas Oroño, Cátedra de Sociología Agraria de la Facultad de Agronomía y Zootecnia. Universidad Nacional de Tucumán. 2001.

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que integran el subsistema técnico. Al conjunto de ecosistema y subsistema técnico se lo denomina agroecosistema. El subsistema ecológico influye decisivamente en el subsistema técnico por cuanto del clima, por ejemplo, dependerá cuales cultivos pueden realizarse y cuales no. A su vez el subsistema técnico, las actividades que se realizan y los procedimientos que se emplean influye en el ecosistema a través de impactos ambientales como, por ejemplo, los de los agroquímicos. Pero a su vez los componentes del el subsistema técnico –con las limitaciones que impone el ambiente- son decidido por el subsistema social o socioeconómico que, a nivel de finca, tiene en cuenta a todos los hombres que desde distintos roles participan del proceso de producción y los deseos, las expectativas, las posibilidades y las limitaciones de cada uno. El conjunto de los subsistemas ecológico, técnico y socioeconómico conforman la estructura del sistema de finca.

Estructura y funcionamiento Un sistema está definido por su estructura, o conjunto de componentes integrados en subsistemas, y su funcionamiento que incluye tanto las interacciones entre componentes y subsistemas como las entradas y las salidas del sistema. En una finca no solo se dan interacciones internas entre el suelo, las máquinas, las plantas, los animales y la gente, sino que además entran cosas como los insumos y salen cosas como la producción. Las entradas pueden ser de: -

Materia: semillas, agroquímicos, etc.

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Energía: Combustibles, trabajo humano, etc.

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Información: Técnica, económica, etc.

-

Dinero: Venta de la producción, aportes de asociados, créditos, etc.

Las salidas pueden ser de: -

Materia: Producción agrícola o ganadera.

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Energía: Trabajo fuera del predio de miembros de una familia campesina.

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Información: Técnica, económica, etc.

-

Dinero: Compras de insumos, maquinarias, pago de salarios, etc.

Es importante diferenciar los sistemas de finca más abiertos o con mayor incidencia de las entradas y salidas, respecto de los más cerrados o con menor importancia de estas. Los más cerrados son los más autosuficientes, que producen sus semillas y forrajes, emplean mano de obra familiar y evitan total o parcialmente la adquisición de agroquímicos mediante diversificación de cultivos y rotaciones que favorecen el reciclado de nutrientes y el control natural de plagas y enfermedades. En el caso de las familias campesinas incluso sus salidas son menores, por destinar al autoconsumo una parte de su producción. Sistemas de finca mucho más abiertos son los grandes monocultivos empresariales donde se compran semillas y agroquímicos, se pagan salarios y se vende la totalidad de la producción.

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2.1. EL SUBSISTEMA TÉCNICO: QUÉ, CÓMO Y CUÁNTO PRODUCEN. 2.1. La actividad, o el qué producen. Lo que primero salta a la vista en una finca son los componentes técnicos y lo que más se evidencia se refiere a “qué” producen, o cual es su actividad predominante. Se diferencia entonces a los productores de granos, a los fruticultores y horticultores, a los cañeros y yerbateros, y entre los ganaderos a criadores, invernadores, tamberos, etc; reconociendo para cada grupo posibilidades y limitaciones propias. También es importante establecer diferencias entre productores de un mismo cultivo en función de si industrializan ellos mismos, o no, su producción primaria, determinándose distinciones significativas como las que median entre un cañero independiente y un ingenio con caña propia, o entre un citricultor y una empresa integrada que no solo produce la fruta, sino que además extrae los jugos y esencias de su planta industrial. En muchas actividades, como por ejemplo en la fruticultura y la horticultura, la aplicación de diferentes técnicas productivas determina calidades distintas dentro de un mismo producto, y estas diferentes calidades definen a su vez el acceso a distintos mercados y precios. Las mejores calidades pueden ir al mercado de Buenos Aires o aún a la exportación, logrando altos precios, en tanto que las peores quedan restringidas al mercado local o a la industria, con precios mucho más bajos. Esto contribuye a diferenciar la actividad de los productores, en el sentido de si su producción es para exportación, para mercado nacional, local o para industria. Dentro de las diferencias entre productores debida a la actividad, o el qué producen, también debe tenerse en cuenta la diversificación, esto es, si se dedican como monocultores a una sola actividad (cañeros, sojeros, criadores, invernadores, etc.) o si combinan diferentes actividades en su finca. (Ganadero y productor de granos, cañero y citricultor, granjero y horticultor, etc.). 2.1.2. La tecnología, o el cómo y con qué producen. Como se ha advertido antes, existen normalmente diferentes procedimientos alternativos, que son diferentes tecnologías, para desarrollar una misma actividad. Para caracterizar alternativas tecnológicas es útil analizar el proceso productivo, observándolo como una combinación de los llamados «factores de producción». Se ha planteado al comienzo que el productor agropecuario actúa sobre la tierra, utilizando el trabajo propio o ajeno, el que para desempeñarse se vale de maquinarias, semillas, productos químicos, etc., que conforman el capital del productor. Tierra, trabajo y capital son «factores de producción». Pero no son los únicos. Es necesaria la decisión de a qué dedicarlos y como. Estas decisiones, aún cuando se basen en alternativas técnicas, son administrativas, con lo que la administración, o actividad de decidir y controlar la combinación más conveniente de tierra, trabajo y capital, es un cuarto factor de producción. Para caracterizar las tecnologías se recurre a palabras que las describen, como técnicas manuales, mecanizadas, químicas, biológicas, etc. Frecuentemente se caracteriza a las técnicas por su origen en le tiempo, denominándolas «modernas», «tradicionales» y hasta «arcaicas». Es útil aplicar los conceptos de intensidad y productividad.

2.1.2.1. La intensidad de uso del suelo La intensidad depende de las cantidades de trabajo y capital empleados por unidad de tierra. Un criterio frecuente en la administración de tipo conservadora es el de utilizar los factores de producción en proporción directa a su disponibilidad y en proporción inversa a su costo. Si la situación de un productor tradicional determina que este dispone de una gran

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cantidad de tierra pero debe adquirir a su costo y riesgo el capital y pagar por el trabajo, una alternativa explicable en productores temerosos del riesgo será la elección de técnicas extensivas, que emplean muy poca cantidad de capital y trabajo por unidad de tierra, tal como ocurre en las grandes estancias ganaderas pampeanas, o en “haciendas” de valles del noroeste, para las que se usa la denominación general de “latifundios”. Si por el contrario se trata de un productor que dispone de muy poca tierra y de una numerosa familia que mantener, que está en la finca y no cobra salarios, será comprensible que se incline por las técnicas intensivas, que emplean gran cantidad de trabajo humano por unidad de tierra, tal como ocurre en las granjas, huertas y quintas campesinas. En administraciones de estilo moderno, la disponibilidad de los factores tierra, trabajo y capital es dinámica, donde el productor toma la forma de un inversor que los adquiere o alquila tierras, contrata labores y trabajadores en la proporción más conveniente a sus propósitos, desprendiéndose también ágilmente de todo. Surge aquí el concepto de intensidad, como relación entre los factores de producción empleados, básicamente el trabajo y el capital respecto a la tierra. En los ejemplos que nos ocupa resulta: Cantidad de trabajo (jornadas) empleado Intensidad laboral = ____________________________________ Cantidad de tierra (hectáreas) empleadas Cuando la cantidad de trabajo es elevada respecto a la cantidad de tierra, se habla de técnicas intensivas (uso intensivo de la tierra). Cuando la cantidad de trabajo es baja respecto de la cantidad de tierra, se habla de técnicas no intensivas o, lo que es lo mismo, extensivas (uso extensivo de la tierra). El concepto de intensidad también se aplica a la proporción de uso de capital por unidad de tierra. Cantidad de capital (en dinero) empleado Intensidad en capital = ____________________________________ Cantidad de tierra (hectáreas) empleadas 2.1.2.2. La productividad, rendimiento o eficiencia Otro elemento caracterizador de las diferentes técnicas es la productividad, o relación entre las cantidades de producto obtenido y de factor de producción utilizado. Los casos que presentamos nos servirán para ejemplificar respecto a la productividad de la tierra y del trabajo: Cantidad de producto obtenido (Kg) _______________________________ Productividad de la tierra = = Rendimiento (Kg/Ha) Cantidad de tierra empleada (Ha) La productividad de la tierra será alta en la granja campesina, que explota intensivamente la tierra, y baja en la estancia ganadera, que la explota extensivamente. Cantidad de producto obtenido (Kg) _______________________________ Productividad del trabajo = Cantidad de jornadas empleadas Aquí la situación es inversa. La productividad del trabajo será muy alta en la estancia ganadera, donde con pocos peones se obtiene al cabo de un año una considerable producción. Se malgasta la tierra, que no cuesta, pero se utiliza eficientemente el trabajo, 4

que hay que pagarlo. Consecuentemente, la productividad del trabajo es alta aunque la de la tierra sea baja. Lo contrario ocurre en la granja campesina. Si bien la productividad de la tierra es muy alta, porque al ser escasa se la emplea intensivamente, la productividad del trabajo es muy baja. Aunque sean muchos los que trabajan, y trabajen mucho, la cantidad del producto que obtendrán será en definitiva baja, limitados como están a una muy escasa cantidad de tierra, lo que los condena a la pobreza. Puede interpretarse también que en este caso el trabajo se malgasta porque no se paga. También se calcula –como elemento de decisión central en los productores empresariales- la productividad del capital o rentabilidad.

Producción (kg) x Precio ($/kg) Productividad del capital = ------------------------------------------Capital invertido ($) 2.3. El tamaño o el CUANTO producen. La cantidad producida surge de multiplicar la cantidad de un factor empleado por su productividad. El caso más frecuente es: Producción (Kg) = Superficie (ha) x rendimiento (Kg/ha) Así planteada, la cantidad producida depende de dos variantes, que son la disponibilidad de factores de cada productor, y de la tecnología, intensiva o extensiva, que emplee, determinante de la productividad. La disponibilidad de los factores tierra, trabajo y capital, e incluso capacidad administrativa, puede ser relativamente fija o relativamente variable en los distintos tipos de productores dependiendo, por ejemplo, de sus objetivos, de su capacidad de inversión y de aceptación de riesgo para adquirirlos o desprenderse de ellos. El factor cuya disponibilidad ha sido tradicionalmente menos variable es la tierra, por lo que ha sido común asociar el volumen de producción con la cantidad de tierra disponible, al hablar de productores grandes, medianos y chicos. Y esto ya introduce en el subsistema socioeconómico. Se dijo al comienzo que, cuando se perciben diferencias entre productores agropecuarios, lo más frecuente es que estas diferencias se refieran principalmente a lo técnico, al qué, cómo y cuanto producen. Pero la sola descripción del subsistema técnico no permite interpretar los motivos de las estrategias productivas. Lo técnico nos dice algunos rasgos respecto al como son los diferentes productores, pero profundiza insuficientemente en el porqué son así, en las causas de sus diferentes conductas. Nos habla de las decisiones técnicas que se han tomado en cuanto al qué, cómo y cuanto, pero no porqué se toman esas decisiones, en respuesta a qué necesidades y objetivos personales y de grupo, con qué manera de pensar y en el marco de que limitaciones. Como los profesionales agropecuarios interactúan con los productores en la renovación tecnológica, es de utilidad para ellos profundizar en las causas de la situación técnica de cada tipo de productor, en los motivos en que asientan sus decisiones técnicas. El análisis del subsistema socioeconómico hace aportes en este sentido.

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3. LA PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA: QUIENES, PARA QUÉ Y PARA QUIENES PRODUCEN 3.1. Los protagonistas de la producción y las decisiones, o el quienes producen Unos párrafos atrás se dijo que el cuanto producen, discriminando a los productores en grandes, medianos y chicos, introduce ya en la perspectiva sociológica. Y esto es así porque el tamaño de finca se vincula estrechamente, casi siempre, con los ingresos de cada tipo de productor y consecuentemente con su posición en la estratificación social o en las clases sociales. Interesa definir aquí cuestiones como si «el productor» representativo de cada tipo es una familia o una sociedad comercial, porque puede pensarse que una familia será administrativamente más conservadora y prudente, y una sociedad comercial más renovadora y audaz. También, dentro del «quienes producen» será importante distinguir «quienes son los dueños, o quienes deciden» y «quienes trabajan», y qué tipo de relaciones se entablan entre ellos, porque dueños y trabajadores pueden ser las mismas personas en el caso de familias campesinas poseedoras de sus tierras y máquinas, o pueden en otros casos ser personas diferentes vinculadas por relaciones tan diversas como la salarial, o las diversas formas de arrendamiento, o la contratación de labores. Y todo esto influirá en las estrategias productivas, en los mecanismos de decisión técnica que nos interesan. 3.2. La diversidad de objetivos y de criterios en los distintos tipos de productores: para qué producen Puede afirmarse que todos producen para ganar dinero, y es cierto que ninguno lo rechaza. Pero es necesario profundizar más, aplicar inmediatamente otro para que: ¿Para qué quieren ganar dinero? Y ya a esta profundidad aparecen diferencias, en cuanto a qué tipo de necesidades quieren satisfacer con ese dinero, en definitiva cuales son los objetivos y criterios que se plantean. Comparemos como objetivos alternativos, por ejemplo, a los siguientes: •

Mantener al grupo familiar, dándole trabajo y satisfaciendo sus necesidades vitales y sociales: Alimentación, salud, vestido, vivienda, reproducción, educación, recreación, etc.



Crecimiento económico individual, lograr tener cada vez más. Obtener las mayores ganancias posibles para reinvertirlas en la finca (comprando más tierra, más tractores, etc.) o fuera de ella y así aumentar año a año su capacidad de obtener ganancias. Satisfacción de realizar, de competir, de conducir, de crecer.



Conservar posiciones de poder y prestigio. Gozar de una vida lujosa y ostentarla. Asentar una tradición familiar aristocrática en la propiedad de la tierra.

Gentes formadas en las pautas culturales de diferentes clases y grupos sociales pueden orientarse preferentemente hacia uno u otro de los objetivos planteados, o diferentes opiniones sobre el «para qué ganar dinero». El «quienes producen» influye poderosamente en el «para qué producen». Pero posiblemente lo decisivo sea el hecho de que los hombres cuerdos no se plantean objetivos inalcanzables. No va a pretender conservar quien no tiene nada que conservar, ni va a pensar en reinvertir aquel que padece carencias vitales. Hay también relaciones previsibles entre objetivos de la producción y criterios generales para la organización técnica de la misma. Un criterio diferenciador de distintos tipos de productores es su actitud respecto al riesgo.

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Hay un refrán que dice: «El que no arriesga, no gana», y el sentir de muchos le ha agregado «...pero tampoco pierde». La inversión en tierra no es riesgosa, porque normalmente no se desvaloriza con el tiempo y el uso, ni está expuesta a accidentes de ningún tipo. Pero casi todas las otras inversiones agropecuarias si tienen riesgos, en diferentes proporciones. Un productor puede, luego de hacer cálculos promisorios, invertir endeudándose en máquinas, semillas, agroquímicos, salarios, etc., para pagar todo con la cosecha. Y puede salir todo bien, y pagar las deudas y quedar con ganancia. Pero ha arriesgado, porque pudo perder la cosecha por granizo, incendio, plagas o enfermedades, o aún cosechando bien pudo ocurrir que, al momento de la cosecha, el precio de su producto hubiera bajado por fluctuaciones del mercado, y no alcance a cubrir los costos. La incorporación de las técnicas modernas, cuando no se tiene aún la experiencia práctica o no han sido suficientemente probadas, implica también riesgos, porque normalmente hay que hacer nuevas inversiones sin aceptable seguridad del resultado. Es indudable que todos se inclinarían hacia la seguridad antes que hacia el riesgo. Pero quienes tienen especial apetencia por obtener máximas ganancias, para reinvertir y crecer aceleradamente, no tienen más remedio que aceptar los riesgos. Diversificando una finca, por ejemplo, se reducen los riesgos. Si algunos cultivos salen mal, otros saldrán bien, y el daño se contrapesará. Pero si entre los varios cultivos posibles hay uno que por sus expectativas de alto rendimiento y buen precio se presenta en el momento de siembra como mejor negocio que los demás, aquellos productores impacientes por acelerar su crecimiento económico, tenderán al monocultivo, a hacer sólo ese cultivo, aceptando los riesgos ecológicos y de mercado. ¿Y qué opciones les quedan a aquellos tipos de productores que huyen del riesgo, los que más que crecer quieren conservar, o les preocupa centralmente la seguridad de su familia? Según la cantidad de tierra de que dispongan, serán distintas las opciones. Si la tierra es poca, combinar la producción para consumo propio con la comercial en un esquema diversificado es la defensa más común contra el riesgo. Si se crían en pequeña escala cerdos y gallinas, alimentándolos con productos y subproductos de la finca, y se cultiva un esquema variado de hortícolas y frutales, combinados con un pequeño cultivo comercial practicado con técnicas tradicionales que no requieren nuevas inversiones, y no se pagan salarios porque lo trabaja la familia, en esas condiciones, si un mal año afecta al cultivo comercial, la familia igual podrá alimentarse y aún vender los pequeños excedentes de su granja y su huerta. Pero si la cantidad de tierra de que dispone el productor es mucha, la forma de evitar el riesgo eliminando el costo de producción es principalmente «alquilar» de diferentes modos la tierra, cediéndola en diversas formas de arrendamiento, mediería y aparecería a porcentaje. De esa manera otro productor, sea empresario o campesino, será quien siembre y cultive, haciéndose cargo de los costos y del riesgo, y el propietario de la tierra recién se hace presente en el momento de la cosecha, a reclamar su parte. Como la ganadería vacuna tiene mucho menos riesgo y costos que la agricultura, es frecuente que los terratenientes que buscan evitar el riesgo combinen la agricultura por arriendo con la ganadería por cuenta propia. En algunos casos, ni siquiera pagan salarios por el trabajo en la ganadería, recurriendo a ceder pequeñas parcelas de tierra en préstamo a familias campesinas a cambio del compromiso de esta de cuidar los animales. Otros criterios que influirán en las decisiones son los relacionados con la preservación ambiental y los referidos a las relaciones sociales.

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3.3 Cómo se reparte el ingreso: para quienes producen Ya se revisaron algunas alternativas de vinculación económica y social entre los que poseen la tierra y los medios de producción y los que aportan el trabajo. Las formas de repartir la producción o el ingreso dependen de esas formas de vinculación. Una relación típica es la salarial. A través de ella los trabajadores reciben un pago en dinero en proporción al trabajo aportado, medido este por el tiempo insumido (jornal diario, sueldo mensual) o por la cantidad de tarea desarrollada (por surco, por tonelada, por hectárea). El empresario, por su parte, toma para sí la ganancia, que es la parte del ingreso que excede los costos, incluyendo en éstos los salarios. Otra relación característica es la familiar. A través de ella los hijos del productor normalmente trabajan sin recibir un sueldo, y suele quedar a criterio del padre proveer a cada uno según lo que considera que puede y corresponde atender de sus necesidades. En los casos en que la producción y los ingresos no bastan para satisfacer las necesidades de la familia, toda la familia o parte de esta salen a trabajar afuera del predio como asalariados o bajo otras formas (medieros, contratistas, etc.). Bajo el caso antes analizado de los «terratenientes que no arriesgan», se da una variada gama de vinculaciones no salariales con los trabajadores, con sus correspondientes pautas de distribución del ingreso. Un caso peculiar es el de las cooperativas de trabajo. En ellas un grupo de asociados posee en común tierras y equipos, y ellos mismos aportan la mano de obra. A la hora de distribuir el ingreso, el criterio es darle a cada uno en proporción a las jornadas de trabajo aportadas. 4. Una tipología frecuente: Productores empresariales, familiares y latifundistas. 4.1. Productores empresariales: (grandes, modernos, capitalistas) El rasgo distintivo más significativo que se emplea para diferenciar a este tipo de productores suele ser el hecho de que trabajan exclusivamente con mano de obra asalariada. Ellos mismos no hacen trabajos físicos: son productores «empresarios». Otros rasgos visibles que frecuentemente acompaña esta relación social puede ser la moderna tecnología (productores «modernos»), el predominio del capital fijo o financiero sobre el trabajo y la tierra en la composición de su inversión, (productores «capitalistas») y en la mayoría de los casos la gran escala de producción (productores «grandes»). Más en profundidad sus objetivos se describen haciendo predominar en ellos el deseo de lograr rápido crecimiento económico, logrando máximas ganancias y reinvirtiéndolas, lo que normalmente los hace aceptar riesgos y, a veces, emplear técnicas productivas que deterioran los recursos naturales. Es posible y necesario abrir una tipología al interior de los productores empresariales diferenciándolos por su actividad, escala, etc., en varios subtipos: Las Agroindustrias, las grandes empresas agrícolas de capital fijo (propietarias de tierras, maquinarias y con personal asalariado), las grandes empresas agrícolas de capital financiero (o productores en red, o “agrobusiness”), y las pequeñas y medianas empresas agrícolas o PyMEs. 4.2. Productores familiares (pequeños y medianos, tradicionales, trabajadores, campesinos) El rasgo más distintivo en este caso es el hecho de que los trabajos físicos en la finca los realiza, exclusiva o principalmente, el productor y su familia (productores «familiares»). Esto, y la restringida disponibilidad de tierra y capital, les da el carácter de «productores pequeños y medianos». Como normalmente viven en el campo reciben la

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denominación de «campesinos», y su restricción de capital los vincula a técnicas más manuales o de equipamiento de bajo costo, lo que los coloca como «productores tradicionales», y también como «trabajadores» o más bien «labradores». En profundidad se interpretan sus objetivos como más vitales que económicos, dada la prioridad que asignan al mantenimiento de la familia, lo que frecuentemente les hace rehuir el riesgo y, a veces, a poner especial atención al cuidado de los recursos naturales de que disponen, por ser su principal sustento. También aquí es posible y necesario abrir una tipología de productores familiares en función de que su dinámica vital y económica los coloca en un continuo proceso de «diferenciación». Esta diferenciación puede ser «hacia arriba» hasta parecerse a los productores empresarios, o «hacia abajo», hasta asimilarse con los trabajadores rurales. En los extremos de esta diferenciación aparecen los siguientes subtipos de productores familiares. 4.2.1. Campesinos tradicionales Se caracterizan porque su producción se destina en máxima proporción al autoconsumo, y sin realizan trabajo extrapredial este no tiene retribución salarial sino que se aplica al pago a terratenientes por el uso de la tierra. Actualmente, se localizan principalmente en zonas comercialmente aisladas, o de tierras poco aptas para los cultivos comerciales. 4.2.2. Productores minifundistas Produce más para la venta –normalmente materia prima- que para autoconsumo, aquel en cual la muy escasa disponibilidad de tierra y capital determina niveles de producción tan bajos que el producto de su venta no alcanza para cubrir los gastos familiares y, tanto el productor como su familia, deben trabajar por períodos fuera de la finca, como asalariados o en otras formas. Se localizan principalmente en áreas próximas a agroindustrias como la azucarera, tabacalera, algodonera, hortícola, etc., que demandan productos de cosecha manual, lo que genera demanda de trabajo agrícola e industrial, y les permite colocar su producción. 4.2.3. Campesinos transicionales Surgen del proceso de diferenciación, por un proceso inicial de capitalización en productores minifundistas que han llegado a adquirir un tractor –pequeño y usado-, con lo que normalmente no trabajan fuera del predio, ni contratan mano de obra extrafamiliar. 4.2.4. Productores familiares capitalizados En estos casos la disponibilidad de tierra y capital ha evolucionado favorablemente, o ha sido posible reinvertir excedentes principalmente en el rubro maquinarias. El productor familiar se ha «capitalizado» y, en esas condiciones llega a no alcanzarle el trabajo familiar para atender las necesidades de la finca, contratando asalariados transitorios en los períodos de más trabajo. 4.3. Productores latifundistas (terratenientes, rentistas, tradicionales). Son aquellos en los que predominan abiertamente la elevadísima disponibilidad de tierra sobre una baja asignación de capital y trabajo dando lugar a sistemas muy extensivos de producción, tales como la ganadería a monte o sobre pastizales naturales degradados. Normalmente se trata de familias aristocráticas que vienen heredando la tierra de generación en generación y radican en la propiedad de esas vastas extensiones la seguridad y el prestigio familiar. Para evitar riesgos recurren a actividades de muy escasa

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inversión y alta seguridad, como la cría vacuna, y a permitir que se realicen en sus fincas actividades más intensivas y rentables, pero con el riesgo por cuenta de otros: los arrendatarios.

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