Una novia al borde del ataque de celos

21 ago. 2014 - Oscar Saporiti y Gustavo Gorzalc- zany.elenco:Elisa .... Gustavo. Santaolalla. edición: Damián Szifron y Pablo Barbieri. dirección de arte: Cla-.
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espectáculos

| Jueves 21 de agosto de 2014

Una novia al borde del ataque de celos

cine

Gestos y poder en el ámbito laboral

erica rivas. La actriz protagoniza el episodio final de Relatos salvajes Viene de tapa

Y para completar una época cargada de trabajo se estrenará en unos días, en el precioso teatro Margarita Xirgu del barrio de San Telmo, Ojo por ojo, versión libre de la obra Acreedores, del sueco August Strindberg, dirigida por Augusto Fernandes, con Federico Luppi y Darío Dukah en el elenco. Sobre la experiencia con Szifrón, Rivas destaca “la riqueza que implica trabajar con un director que marca muchísimo, que no te deja hacer lo que vos querés si no tenés cómo justificarlo. Damián está siempre al pie del cañón, resuelve, decide. Podés opinar, proponer, pero siempre dentro del marco de lo que él ya pensó para el personaje. Yo traté de darle unas cuantas posibilidades en cada escena para que pudiera elegir en la etapa de montaje. Y la verdad es que eligió muy bien. En la escena de la terraza, cerca del final de la película, yo estaba cansada, sin voz. Estuvimos toda una noche en un piso 26, con un frío mortal, estaba congelada… Pero igual probamos mucho para que hubiera alternativas. Y quedó genial. Fue una exigencia emocional muy grande hacer este personaje. Me costó un tiempo darme cuenta de la dimensión que pueden tomar los celos de una persona porque es algo que a mí no me pasa. Tuve que investigar con amigos que sí son celosos. Yo no soy así”. Ojo por ojo, por su parte, marcará el reencuentro con Fernandes, con quien ya había trabajado en 1996 en El relámpago, otra versión de un texto de Strindberg, la tercera parte de Camino a Damasco, donde integró un elenco en el que también estaban Héctor Bidonde, Betiana Blum, Alberto Segado, Alejandro Urdapilleta y Pochi Ducasse. “Vamos a hacer una obra de cámara muy potente –explica Rivas–. Augusto vino a ver la versión que hicimos con Daniel Veronese y Diego Peretti de Un tranvía llamado Deseo y quedó muy contento. Entonces me propuso trabajar juntos y acepté sin dudar. Yo quería hacer algo de García Lorca, pero él

insistió con Strindberg y acá estamos. Para mí es muy emocionante volver a laburar con él. Está afilado, es director y maestro al mismo tiempo, aprendés mucho con él. Y todos estamos muy metidos en el proyecto. Cuando arrancamos con los ensayos, ni siquiera teníamos sala para estrenar. En un momento dijimos «paremos hasta encontrar un lugar». Y ahí Luppi fue terminante: «Yo no paro, sigo solo con Augusto, si es necesario». Entonces me di cuenta definitivamente del espíritu con el que teníamos que encarar la obra”. De su paso por la televisión, Rivas tiene buenos recuerdos –aún se puede ver su desopilante interpretación de María Elena Fuseneco en las infinitas repeticiones de la serie Casado con hijos–, pero ningún apuro por regresar al medio: “Me interesaría volver si lo que está queriendo decir el proyecto para el que me convoquen corresponde con lo que tengo ganas de decir yo en ese momento –apunta–. Pero me han llamado para programas donde todos los hombres terminan con chicas más jóvenes, por ejemplo. Quizá yo esté en un círculo donde eso no pasa, no sé… Entonces termino siendo como una especie de lobo estepario que está medio fuera de ese universo. Yo ni siquiera tengo televisión en mi casa. Me pasa lo mismo con Internet, siento que pierdo tiempo, que me lleno la cabeza de ideas ajenas que son una porquería, cuando en realidad podría estar leyendo un libro o escuchando música. Me angustia la televisión prendida a la mañana en una casa. No permito que interfiera en los momentos que tengo que compartir con mi hija. Y con los diarios también me pasa: me parece que todo lo que publican está destinado a colonizar tu pensamiento. El periodismo depende de la persona que lo hace, claro. Pero hay una marcada intención de que digas todo el tiempo lo que ellos quieren. Me pasó hace poco con una revista: me llamaron para una nota y aparecí vendiendo pulóveres. Soy actriz, ¿qué tengo que ver con eso?”.ß

Lo mejor de dos mundos Después de un largo recorrido por distintos festivales –Sundance, Cartagena, Guadalajara, Toulouse, Friburgo, Australia, San Pablo, Lima–, El cerrajero llegará a los cines argentinos el 11 de septiembre. Protagonizada por Esteban Lamothe, en el papel de un cerrajero que recibe una noticia inesperada y empieza a tener visiones que le complican aún más las cosas, la segunda película de Natalia Smirnoff, que debutó en 2010 con la elogiada Rompecabezas, cuenta también con Érica

Rivas en el elenco. Para la actriz, es parte de un desplazamiento natural entre el cine industrial y el de bajo costo: “Me gusta participar en proyectos tan distintos como Relatos salvajes y El cerrajero. Son películas que tuvieron esquemas de producción muy diferentes, que no buscan su público de la misma manera. Estaba trabajando en otro proyecto con Natalia y ella me pidió que me sumara a El cerrajero. Acepté y acerté, porque el personaje es generoso, tierno, conmovedor”.

aprox (argentina/2014). ★★ regular. dirección: Víctor Kesselman. guión: Bruno Gerondi, Víctor Kesselman y Viviana Vázquez. fotografía : sica:

Federico Nessim. mú-

Gustavo Pomeranec. edición:

Oscar Saporiti y Gustavo Gorzalczany. elenco: Elisa Carricajo, Eduardo Iácono, Lorena Vega, Jimena Anganuzzi, Marcos López, Vivi Tellas, Víctor Kesselman y Lorena Damonte.

duración :

75 minutos.

calificación: apta para mayores de

13 años. en el espacio incaa km 0 – gaumont (rivadavia 1635)

I Ricardo Darín, protagonista del episodio “Bombita”

warner

cine

Humor negrísimo y éxito asegurado relatos salvajes (argentina-españa/2014). ★★★★ muy buena. dirección y guión:

Damián Szifron. fotografía: Javier Silva. música: Gustavo

Santaolalla. edición: Damián Szifron y Pablo Barbieri. dirección de arte: Clara Notari. elenco: Ricardo Darín, Oscar Martínez, Leonardo Sbaraglia, Érica Rivas, Rita Cortese, Julieta Zylberberg, Darío Grandinetti, María Onetto, Nancy Dupláa, Osmar Núñez, María Marull. distribuidora: Warner Bros. duración: 122 minutos. calificación: apta para mayores de 16 años.

R

elatos salvajes podrá generar los comentarios más dispares y contradictorios, pero el espectador saldrá de la sala con, por lo menos, dos certezas. De una ya hemos tenido reiterados testimonios desde que el film se presentó en Cannes: es una obra destinada al éxito; le sobra adrenalina; por algo se ha asegurado la distribución en los más importantes mercados del mundo. La otra, directamente vinculada con la primera, o su principal sustento, está a la vista desde las primeras imágenes: es la habilidad con que Damián Szifron sabe conectar con el ánimo del espectador usando un tono humorístico y zumbón, incluso para colocarlo frente a sus peores flaquezas, mostrándole sus crueldades y sus sentimientos más inconfesables. Por cierto, no es la suya una mirada muy generosa hacia las conductas humanas, por muy descontento o enojado que esté con el mundo en que le toca vivir, tal como no tardan en manifestarlo los que pueblan las seis historias que reúne su película. Que la realidad de estos días exaspere y ponga a prueba la resistencia de cada uno parecería operar a veces como un justificativo de sus coléricas extremadas reacciones. Ya lo resume Rita Cortese en el relato que sigue a la admirable secuencia de títulos: dice –en otro lenguaje, claro–, algo así como que todos quieren que los malditos paguen sus crímenes y pecados como merecen, pero nadie mueve un dedo. Esa especie de reclamo metafórico de la mal llamada justicia por mano propia podría

entenderse como el espíritu que por momentos auspicia el film; sin celebrarlo, claro, pero sin excesivo ánimo crítico. El humor aligera, es cierto, pero no disuelve la dosis de misantropía que está presente en la mirada que el realizador echa sobre sus congéneres. Por supuesto que los trazos que dibujan los comportamientos de los personajes son más bien gruesos; de ellos, de su exageración y su desatino nace el humor. En el fondo, se insinúan los borrosos apuntes que denotan un clima de violencia social. La memoria convoca el lejano parentesco con Los monstruos, pero hay también otros: Reto a muerte (Duel), Los inútiles, Tarantino. La certera puntería de Szifron para dar en el clavo de iras y deseos no siempre muy ocultos del habitante de las grandes ciudades invita a una identificación que da risa, pero quizá también una sombra de culpa. Si se observa el film con sincera honestidad, no es tan difícil que esa identificación se produzca en algún momento. Casi podría apostarse que en el caso de “Bombita”, el corto animado por Ricardo Darín –el ingeniero experto en explosivos que resulta víctima inocente y reiterada de la burocracia–, esa identificación será inevitable e inmediata, por lo menos para los que manejan –y estacionan– en la ciudad. La colección de cortos –son seis relatos independientes que no tienen otra conexión que el estado de alteración al que llegan sus protagonistas por diferentes motivos y en grados diversos, aunque siem-

pre conducen al estallido– tiene un prólogo que anticipa el clima de irritabilidad que estará presente en todos los relatos. Es “Pasternak”, apertura inmejorable, breve y contundente que transcurre en un avión cuyos pasajeros, puestos a conversar, descubren que tienen –todos– algo más en común que el hecho de haber subido al mismo vuelo. El remate –ingenioso y sorpresivo como buscan serlo todos los de la película– anticipa otro rasgo que también será ingrediente indispensable: el humor. Negro, a veces negrísimo. Lo es en “Las ratas”, otra variación sobre el tema de la venganza, en este caso con un nuevo viajero y una nueva sorpresa, pero en otro escenario bien diferente: un parador en la ruta y una cocinera decidida a tomar medidas drásticas cuando se entera de alguna injusticia que no ha recibido el merecido castigo. Las diferencias sociales y el prejuicio asoman con más peso en “El más fuerte”, probablemente el mejor relato, tanto por su concepción cuanto por la precisión del montaje y el gran trabajo de la cámara y sus actores (Leonardo Sbaraglia y Walter Donado). Aquí, la tensión y la violencia crecen hasta el delirio. Y también en “La propuesta”, en la que ya sin tanto margen para el humor un Oscar Martínez millonario saca provecho de su poder y de la codicia ajena para evitar que su hijo pague con cárcel el delito que cometió. “Hasta que la muerte nos separe” es el relato final, a toda orquesta y a todo desborde, con una fastuosa boda judía que desemboca en escándalo cuando la novia se entera de una traición y opta por la venganza. Érica Rivas se luce y otra vez es destacable la puesta en escena, aunque aquí los trazos son todavía más gruesos y la duración, algo excesiva.ß Fernando López

nspirado en varios postulados que fueron tomados de un manual de técnicas de ventas de los años 80, este largometraje de Víctor Kesselman se propone como un ensayo desprejuiciado sobre ciertos intentos por analizar el lenguaje corporal, sobre todo en el ámbito laboral con sus inevitables manipulaciones psicológicas y luchas por el poder. Entre el falso documental (hay incluso un narrador que da ejemplos con gráficos y animaciones que recuerdan al Telebeam de las transmisiones deportivas) y la ficción (dramatizaciones de las situaciones planteadas en el marco de una oficina, de varias llamadas telefónicas y hasta de algunos encuentros sexuales), Aprox está estructurada a partir de viñetas que apuestan casi siempre al humor absurdo. El principal problema de este film de espíritu experimental es que no resulta demasiado gracioso. Los conflictos entre jefes y empleados, por ejemplo, están llevados siempre al extremo (desde el tono de las actuaciones hasta la musicalización estridente), pero sólo en algunos pocos momentos alcanza el grado de inspiración y provocación suficiente como para conseguir una mirada irónica y despiadada sobre ciertas verdades que se han manejado respecto del lenguaje corporal en el ámbito de los negocios y, más precisamente, a la hora de disputar espacios de decisión. La película apela a múltiples recursos narrativos, pendula entre tonos muy distintos (va de la seriedad “científica” al ridículo de algunos comportamientos humanos y al artificio de un puñado de poco inspirados números musicales) con la idea de desmitificar ciertas verdades supuestamente sistematizadas, exponer sus contradicciones, y dejar en evidencia los secretos y mentiras tanto del sistema como de los individuos. Lo mejor del film –además, claro, de su audacia, de su permanente apuesta al riesgo a la hora de probar con elementos que no siempre funcionan– pasa por algunas actuaciones como, por ejemplo, la de Elisa Carricajo, en el papel de una empleada de medios de una agencia de publicidad, y por la curiosidad de breves apariciones de artistas como Marcos López o Vivi Tellas. Se trata, en definitiva, de una verdadera rareza, aunque esta vez sólo con hallazgos parciales.ß Diego Batlle

fray mocho

tango off

La época en que murió Perón

Entre Osvaldo Bayer y el hip hop

Sil Maitén es la autora y directora de Ayer murió Perón, una reflexión existencialista que comienza en los días posteriores a la muerte del presidente argentino. Con Mauricio Giaconía, Eduardo Aste, Maximiliano López Franconi, Amanda Benedetto, Stella Maris Taborda y Leandro Ávalos. Viernes, a las 21.30, en Fray Mocho, Perón 3644 (4865-9835). Entradas: $ 80 y $ 60.ß

El Quinteto Negro La Boca junto a Osvaldo Bayer presenta el disco y DVD Tangos libertarios. El concierto será una oportunidad para mostrar los tangos musicalizados por el grupo con letras de Bayer. Como invitados estarán Malena D’Alessio, de Actitud María Marta, y Andrés Vázquez, de la Falta y Resto, entre otros. Hoy, a las 21, en el CAFF, Sánchez de Bustamante 764. Entrada: 60 pesosß

uruguayos

en el tinglado

Teatro, danza y música en vivo

Medios masivos y abogados corruptos

La compañía uruguaya Kalibán Teatro regresa para hacer tres únicas funciones de ¿Quién me quita lo bailado?, un trabajo que indaga sobre la vejez, el paso del tiempo y las transformaciones del cuerpo. De Diana Veneziano y con Luciano Álvarez, Ana Corti y Margarita Fernández. El viernes y el sábado, a las 19; y el domingo, a las 20, en Del Borde, Chile 630. $ 70.ß

Los domingos, a las 21.30, sube a escena El beneficio de la duda, de José Montero, una comedia de humor negro sobre el femicidio, el ejercicio corrupto de la abogacía y el poder de los medios. Interpretada por Santiago Caamaño y Aníbal Grillo, dirigidos por Leonardo Gavriloff. En El Tinglado, Mario Bravo 948 (4863-1188). $ 100.ß