Un espejo alocado y emocionante

27 may. 2010 - peso estaba puesto en el movimiento de la masa de gente (como en Exodo. Jujeño) y los niveló con aquellas resueltas con un único elemento.
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BICENTENARIO

I

Jueves 27 de mayo de 2010

1810 - 2010

Un espejo alocado y emocionante El desfile del Bicentenario logró que una arriesgada propuesta de raíz teatral tuviera llegada popular ALEJANDRO CRUZ LA NACION El desfile del Bicentenario, a cargo del grupo Fuerzabruta, sirvió para abrir algunas puertas que, de acá en adelante, merecen ser tenidas en cuenta. Por lo pronto, que un montaje basado en la revisión histórica pueda asociarse al criterio de fiesta sin que se cuelen lecturas didácticas explícitas ni cierta solemnidad que suele invadir al teatro. También dejó en evidencia que una propuesta de raíz teatral basada en el cruce de lenguajes artísticos, que puso en juego criterios de intervención urbana y que coqueteó con las difusas aguas de la performance puede tener llegada popular dándole un merecido cross de derecha al pensamiento que vincula a las vanguardias con los aires elitistas. El trabajo pateó con fuerza esos dos preconceptos que suelen ponerse en funcionamiento a la hora de la creación. Las miles de caras transitando la infinita gama de la emoción, del asombro y de la admiración se convirtieron en la prueba más palpable de que aquello que sucedió en esas casi 20 cuadras estaba logrando su mejor sintonía (aquella que desvela a cualquier creador). El creador fue Diqui James, el fundador de Fuerzabruta. Aquel mismo que comenzó su carrera cuando, de pibe, vio La Fura dels Baus en Córdoba y se le volaron las chapas. Aquel que, junto a La Organización Negra, le voló las chapas al mismo Obelisco en 1989. Aquel que, hace 18 años, vio a los franceses de La Royal de Luxe en otro gran desfile de carácter histórico. Tiempo después, aquella experiencia la hizo suya dándole su propia escala, revisando su historia y la de su país. Con el desfile volvió a la calle en una dimensión que ni los mismos organizadores pensaban (de hecho, imaginaban unas 500.000 personas y no más de 2 millones). Anteayer, el señor James se dio todos los gustos. Apostó a enormes estructuras móviles (como la escena dedicada a los inmigrantes) y las articuló con otras de una logradísima síntesis conceptual, como la que homenajeaba al tango. Generó

fuertes contrapuntos en los que el peso estaba puesto en el movimiento de la masa de gente (como en Exodo Jujeño) y los niveló con aquellas resueltas con un único elemento plástico (como el enorme libro de la Constitución realizado en hierro que se prendía fuego y que sería justicia verlo en un espacio público). Diqui James junto a un equipo de casi 2500 personas supo manipular los tiempos y los silencios conjugando escenas expansivas con otras (la de la Guerra de las Malvinas) que generaban la justa sensación de estar viéndonos, como argentinos, en el peor de los espejos. En términos artísticos, la apuesta del gobierno nacional fue sumamente riesgosa. El manual de los productores de eventos de este tipo está poblado de ofertas trilladas pero que, para comodidad de los políticos, nadan aguas de probada efectividad. El Gobierno no tomó esa ruta. Para el armado del guión, James contó con el asesoramiento del historiador Felipe Pigna; del secretario de Cultura, Jorge Coscia, y del secretario de la Presidencia, Oscar Parrilli. En estos seis meses de ensayo también tuvo un encuentro con la Presidenta, la misma que anteayer demostró todo el tiempo su entusiasmo con el trabajo encargado. En estas horas, mucho se ha dicho de que el desfile destilaba una lectura kirchnerista de nuestra historia. El terreno, claro está, se presta a subjetividades. Eso sí: tanto en la transmisión televisiva como –fundamentalmente– en el programa de mano la sospecha adquiría el carácter de certeza. “La Argentina ha retomado el camino productivo” o “consolida su proceso de desarrollo con inclusión”, se lee en el programa en un tono propagandístico de poco vuelo que nada tenía que ver con la riqueza poética expuesta en las calles. Más allá de esos vericuetos, con los años, seguramente, el desfile del Bicentenario adquirirá la dimensión de aquel día en que muchísimas personas nos asombramos viéndonos en un espejo delirante, deforme, brutal, cruel, alocado y emocionante. Si eso sucede, ésa será la verdadera fuerza bruta de lo sucedido anteayer.

OPINION

Volver a confiar en la senda del desarrollo Continuación de la Pág. 1, Col. 5

El grupo Fuerzabruta recibió el aplauso de la gente que salió a las calles a festejar LEANDRO ARANDA

Fito Páez, más allá del concierto “Me siento honrado por haber cerrado una celebración de verdad”, decía Fito Páez anoche, todavía profundamente conmovido y emocionado por el recital de anteayer con el que se cerraron los festejos del Bicentenario y en el que repasó canciones de su carrera, junto a su banda y a varios invitados: Fabiana Cantilo, en “11 y 6”; Claudia Puyó, en “El amor después del amor”; Pablo Milanés, en “Yo vengo a ofrecer mi corazón” y Juanse, en “A rodar mi vida”. Luego, junto a muchos de los músicos que habían pasado por ese escenario de la República, entonaron el Himno Nacional. Páez asegura que es momento quedará entre los más importantes de su vida. “Nació Martín, nació Margarita, el himno cantado por dos millones de personas –dice–. Es que fue un hecho casi tribal el cantar esas palabras, con esa música que es tan importante para todos. Un himno está entre los más lindos del mundo. Ese grito de «libertad,

Fito Paez cerró los festejos en el Obelisco SOLEDAD AZNAREZ

libertad, libertad» fue impactante”, asegura. Insiste en que su actuación, con todo lo que lo honra, no fue el hecho principal, que lo más importante ha sido la contundencia de ver a tanta gente volcada a las calles. “Pasé casi todos los días por allí. Nunca vi algo así –dice–, tanta gente sin violencia, sin afanos, paseando en familia. Fue un hecho cisma, que marcó un

Antonio Alberto Guerrino, disertará sobre el tema: “Centenario de la muerte de Robert Koch, 1843-1910”, en la facultad de Medicina, Paraguay 2155, primer piso, en un acto auspiciado por la Sociedad Argentina de Humanismo Médico que preside el Dr. Héctor C. Gotta

Julián Gálvez y María José Adrogué de Gálvez junto a sus hijos Belén, Julián y Alejandro celebran la llegada de Inés y agradecen a los Dres. Leguizamón, Clavelli y Cantisani

Tte. Nav. Marcelo Iván Barros y Vanesa Claudia Porta anuncian el nacimiento de su hija JUANA DELFINA BARROS PORTA, el sábado 22-5-2010, en la Clínica y Maternidad Suizo Argentina

CARLOS ALEJANDRO CURA. - Al cumplirse hoy el cuarto año de tu partida, se profundiza el dolor y te extrañamos permaneciendo día a día en el recuerdo de tus padres, hermanas, sobrinas y demás familiares. Rogamos una oración en su memoria

hito y que no se podrá soslayar a la hora de interpretar lo que sucede con la gente. Fueron las ganas de hacerse cargo de la historia. Hay que apartar la vanidad, porque la gente dio clase de civilidad, y hay que repensar las palabras que se usan, inseguridad, destino del país, los intereses. Hay que pensar y decidir ir para adelante. Ser todos más sanmartinianos”.

Dr. Osmildo Luis Cotignola Demaria. A 20 años de su fallecimiento su familia lo recuerda con mucho cariño rogando una oración en su memoria ENRIQUE VICTOR DE NUCCI, q.e.p.d. - Se cumple un año de tu partida, cuantos recuerdos y amor vivimos en 66 años juntos. Tu esposa Mabel

HAYDEE MERCEDES VARGAS, partió el 27-5-2004. Tu hermana y tus sobrinos te recuerdan con inmenso amor y te extrañan mucho

ROBERTO L. OVIEDO, falleció en Pergamino, el 25 de mayo de 1975. - A 35 años de tu partida, tu esposa Rosa Martínez; tus hijos Angel, Claudio y Federico y nietos te recuerdan y ruegan una oración por tu eterno descanso

SARA G. CLARET DE GUIDO. - Al cumplirse un año de tu partida, Tuly y tu hija Susy te sentimos a nuestro lado con todo amor, junto a las tías, primas, ahijados y amigos del alma. Entre todos los afectos que dejaste oramos en tu memoria deseando que el Señor te cobije y prepare el camino para el reencuentro eterno

actual gobierno. Comenzó a abrirse en algún momento entre fines de los 60 e inicios de los 70, cuando el dinamismo de nuestra economía, al igual que la movilidad social ascendente que hasta entonces nos había caracterizado, fueron agotándose progresivamente y, aunque con vaivenes, no dejó de ensancharse desde entonces. Así, casi sin darnos cuenta, dejamos de ser un país en desarrollo y nuestra crónica inestabilidad política finalmente abrió paso a la involución económica y social. Aunque la recuperación de la democracia fue un hito fundamental de nuestra historia reciente, resultó claramente insuficiente para revertir esa involución y el desencanto consecuente. Es que cuando los actores sociales comenzaron a percibir la volatilidad económica y el retroceso social no como excepción sino como regla, el para qué y el cómo de la conflictividad social cambiaron drásticamente. A partir de entonces, conflictividad y retroceso se entrelazaron en un círculo vicioso, pasando a reforzarse recíprocamente. La conflictividad per se no es, claro está, el problema. Existe en todas las sociedades y, de hecho, puede ser un poderoso estímulo del desarrollo cuando se proyecta hacia el porvenir, centrándose en la distribución de la producción futura. Es, por eso, un atributo que las sociedades comprometidas con la profundización de la democracia valoran positivamente. Pero no siempre la conflictividad social tiene esas características. En una sociedad que involuciona, como la argentina

Como lo que pasó es difícil de entender, muchos tienden a creer que alguien arrebató los recursos de las últimas décadas, la conflictividad adquiere otra naturaleza: los actores sociales miran hacia el pasado e intentan recuperar los ingresos y la riqueza perdidos. Como lo que ocurrió es muy difícil de entender (de hecho, la declinación socioeconómica argentina de los últimos cuarenta años es un fenómeno excepcional), muchos tienden a creer (erróneamente) que esos recursos todavía existen y que “alguien” se los arrebató –la oligarquía, el imperialismo, la patria financiera, la burocracia estatal, la sindical–. Por eso, el conflicto no es acerca de los recursos futuros sino de los pasados. Y como se piensa que esos recursos todavía están, su restitución debe ser inmediata. En otras palabras, la sociedad no sólo se sitúa de espaldas al futuro, sino que éste colapsa en el presente. Para retomar la senda del desarrollo lo primero es, por lo tanto, dejar de abrazarnos al pasado y, sin olvidarlo, volver a mirar hacia adelante. Tanto la Argentina excluyentemente agroexportadora como la de la industria sustitutiva “ya fueron”, no deben ni pueden recrearse. Recuperar el futuro es, por eso, confrontar nuevos proyectos de país y, sin ignorar los conflictos, encontrar algunos mínimos comunes denominadores que permitan extender el horizonte de su resolución. Sólo la política puede afrontar este desafío. Pero únicamente podrá hacerlo si genera nuevos liderazgos, capaces de convocar a la participación activa de una ciudadanía que necesita ejemplos creíbles para volver a confiar.

El autor es director del Centro de iDeAs-UNSAM y miembro del Club Político Argentino

Más información. El acto de cierre fue el que más gente reunió en la historia. www.lanacion.com.ar/1268805 Video. Reviví los festejos del Bicentenario. videos.lanacion.com.ar/tag/bicentenario Video. El Paseo del Bicentenario: el día después. video.lanacion.com.ar/video14971-1 Fotogalería. Intenso operativo de limpieza en las calles porteñas. www.lanacion.com.ar/fotos/