Tu primera cuenta de ahorros

24 ago. 2011 - cultura del ahorro, algo que ... aconsejado por sus padres, depositarlo en una cuenta de ahorros. “Abrí mi ... años, en la Caja de Ahorros.
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Lima miércoles 24 de agosto del 2011

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Casos de antaño

Tu primera cuenta de ahorros sana cOstumbre. Muchas personas incursionaron en el sistema financiero a través del ahorro cuando eran niños. otros lo hicieron al recibir sus primeros sueldos. Conozca algunos casos y experiencias de quienes ahora son conocidos ejecutivos Ahorrar es una sana costumbre que se me inculcó desde mis primeros años, cuando mi abuelo abrió a mi nombre una cuenta en el que fue el Banco Central Hipotecario del Perú, hace muchos años. Poco a poco me fui dando cuenta de que no éramos pocos los niños a los que nos incentivaban a ahorrar. “Cuando yo estaba chico era muy común que los padrinos, aunque también lo hacían los padres, regalaran a sus ahijados cuentas de ahorro. A mí me la regaló mi padrino de bautizo, quizás cuando yo tenía 6 años”, comenta Rolando Arellano, presidente del directorio de Arellano Márketing. “Era muy común que en los colegios se inculcara la cultura del ahorro, algo que hoy no sucede. En las familias también estaba muy arraigado el tema, pues era casi la única forma de acceder a bienes grandes. Recordemos que casi no había crédito e incluso tener deudas era mal visto por la sociedad. En esas épocas los niños teníamos una alcancía para guardar las monedas”, recuerda Arellano, quien agrega que de grande redescubrió su libreta del Banco Popular con unos cuantos soles que valían muy poco debido a la hiperinflación de los años 80. “Si no hubiera pasado eso, quizás hoy sería millonario con el monto inicial”, comenta. OtrOs casOs

Alfredo Ramírez, al celebrar su décimo cumpleaños recibió un dinerito por parte de unas de sus tías y decidió, aconsejado por sus padres, depositarlo en una cuenta de ahorros. “Abrí mi cuenta y me

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Pasan LOs añOs. no es fácil olvidar en qué banco uno inició sus ahorros, aunque estos hayan desaparecido.

era muy común que en los colegios se inculcara la cultura del ahorro, algo que hoy no sucede. en las familias también estaba muy arraigado el tema, comenta arellano

La máquina con la que se hacían las anotaciones en la libreta de ahorros era enorme, del tamaño de una impresora grande, señala albert Forsyth

dieron mi pequeña libreta de ahorros donde llevaba el control de lo que tenía. Como era niño me desentendí de la cuenta por unos meses y luego, al pasar por una agencia del banco, quise ver cuánto había rendido mi dinero. Al ver el estado de la cuenta me di cuenta de que había ganado un mínimo en intereses, pero los costos de mantenimiento de esa cuenta hicieron que mi dinero se redujera y tenía menos de lo que deposité inicialmente”, recuerda Alfredo, quien actualmente es director ejecutivo de Comparabien.com, una empresa que permite identificar las mejores propuestas de tasas de interés de las entidades financieras. “Al final, luego de unos meses saqué todo mi dinero y me compré unos juguetes, con la desilusión de mi pri-

ahora es el gerente general de la Cámara de Compensación Electrónica, entidad que se encarga de las transferencias interbancarias de dinero. Prácticas y cuentas

mera experiencia financiera”, rememora. También de niño, a los 7 años, Jorge Martínez depositó en un banco las monedas que había acumulado en su alcancía, a sugerencia de sus padres. “El banco te daba una libreta y te pagaban 5% de interés al año. Con lo ahorrado compré un par de mocasines que me gustaban”, señala Jorge, quien

No es poco común encontrar casos en que el primer trabajo hizo necesario que se abriera una cuenta de ahorros. Por ejemplo, Aldo Ferrini, gerente central de Inversiones de AFP Integra, abrió su primera cuenta para recibir su primer sueldo cuando era practicante en el Banco Latino. “Yo tenía 18 años. Lo ahorrado lo usé en mis gastos corrientes y para un viaje con mis amigos en auto, partiendo desde Lima y pasando por Ayacucho, Abancay, Cusco, Puno y Arequipa en 1993”, comenta. Alejandro Pérez-Reyes,

gerente de Inversiones de Prima AFP, también abrió su primera cuenta de ahorros cuando hizo sus prácticas en el Banco Latino, a los 21 años. “Antes de eso, nunca tuve una cuenta de ahorros porque nunca tuve ahorros. Pero el Banco Latino me abrió una cuenta para depositarme el sueldo”, señala. Otra caso fue el de Israel Lozada, subgerente de Ventas de la clínica Internacional, quien incursionó en el mundo bancario de los ahorros a los 14 años cuando empezó en su primer trabajo. “Lo hice en compañía del hermano de mi madre, quien era administrador de una agencia bancaria. Él, a partir de su experiencia, me dio consejos de ahorro”, manifiesta. En ese entonces, a Israel le interesaba comprarse una moto, pero finalmente decidió ahorrar para sus estudios universitarios. Albert Forsyth, socio del estudio Jorge Avendaño & Forsyth Abogados, abrió su primera cuenta a los 20 años, en la Caja de Ahorros de Lima, que estaba en el jirón Carabaya. “Usaba la cuenta para depositar mi sueldo de practicante de derecho en el estudio Echecopar, que estaba en el jirón Ocoña. Me dieron una libreta de ahorros donde se anotaban los depósitos y retiros. Recuerdo que la máquina con la que se hacían las anotaciones era enorme, del tamaño de una impresora grande y que su funcionamiento creaba mucho ruido como el de las antiguas oficinas de télex”, refiere. Forsyth utilizó sus ahorros en libros de derecho que adquirió a lo largo de los años. π