Tres crímenes con el sello narco

lugar en un automóvil Citroën C3, que había sido robado pocas horas antes en jurisdicción de Lomas de. Zamora. “Sus cuerpos fueron hallados en un pasillo, a ...
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SEGURIDAD

Jueves 16 de agosto de 2012

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DROGAS Y MUERTES EN BARRACAS s INVESTIGAN AJUSTES DE CUENTAS

DEL JUEZ ZAFFARONI

Tres crímenes con el sello narco

Las comunas deberían manejar a la bonaerense

Continuación de la Pág. 1, Col. 5 delincuentes capturaron a Cabrera Balmaceda y se lo llevaron cautivo en su propio VW Bora. “Está claro que no se trata de delincuentes comunes. Era gente pesada y que sabía lo que hacía. No cualquiera se mete hasta el fondo de la villa y se lleva cautiva a una persona, y menos si esa persona está sospechada de ser un jefe narco. Está claro que se trató de una venganza, de un ajuste de cuentas”, afirmó a LA NACION un detective judicial. Los voceros consultados dijeron que una hermana de Cabrera Balmaceda hizo la denuncia en la comisaría 32a., que giró el caso a la fiscalía descentralizada de Nueva Pompeya-Parque de los Patricios, a cargo de Marcelo Munilla Lacasa y Adrián Giménez. Como la víctima estaba cautiva, los fiscales dieron intervención a la División Antisecuestros de la Policía Federal, pero nunca hubo una llamada de los delincuentes para exigir dinero para liberar a Cabrera Balmaceda. Horas después, pudo saberse que el cuerpo del ciudadano paraguayo fue hallado en el Acceso Sudeste, a la altura de la avenida Las Flores, en

Wilde, Avellaneda. Fue ejecutado de dos balazos. En el lugar, los peritos secuestraron una vaina servida de calibre 9 milímetros, indicio de que la víctima pudo haber sido asesinada allí mismo. Por ahora hay varias hipótesis sobre el móvil del homicidio, según pudo saber LA NACION de dos fuentes de la investigación: una sostiene que Cabrera Balmaceda se quedó con dinero que no le correspondía por un negocio de drogas, y la otra habla de una “mejicaneada” de un cargamento de marihuana. Cuando la familia de Cabrera Balmaceda denunció el hecho dijo que la víctima era un contratista del rubro de la construcción. “Desde un primer momento se sabía que detrás de los hechos estaba el narcotráfico”, dijo un investigador judicial. Cinco días antes del secuestro y homicidio de Cabrera Balmaceda hubo un doble crimen dentro de la villa Zavaleta. Así lo informaron a LA NACION fuentes judiciales y policiales y también el negocio ilegal de la droga está detrás de los dos crímenes. Las víctimas fueron identificadas como Joel Olmedo Castillo y Nahuel Carabajal. No eran vecinos

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Oscar Cabrera Balmaceda fue capturado en la villa 21-24 de la villa 21-24. Habían llegado al lugar en un automóvil Citroën C3, que había sido robado pocas horas antes en jurisdicción de Lomas de Zamora. “Sus cuerpos fueron hallados en un pasillo, a pocos metros de un pasillo de la calle Iguazú”, dijo un investigador del caso. El lugar donde fueron encontrados los cadáveres, según fuentes judiciales, es una zona conocida “de intercambio de drogas”.

“Una de las hipótesis es que las personas asesinadas fueron a la villa a comprar droga y pasó algo con los vendedores que provocó una discusión y tiroteo”, agregó uno de los voceros consultados. Otro joven resultó herido. Se trata de un acompañante de Olmedo Castillo y Carabajal, que fue imputado por robo del auto y tenencia de arma de guerra. Otra hipótesis de los investigadores es que el doble homicidio se

haya originado cuando las víctimas intentaron llevarse droga sin pagar, pero aún nada está confirmado. Los asesinatos de Olmedo Castillo y de Carabajal, que según fuentes policiales tenían antecedentes penales, son investigados por los fiscales Munilla Lacasa y Giménez, con la colaboración de personal de la División Homicidios de la Policía Federal. Si bien hay preocupación oficial por la seguidilla de homicidios y la violencia narco en la villa 21-24, fuentes judiciales afirmaron que en la Zavaleta aún no se puede comparar con lo que sucedió años atrás en la villa 1-11-14, en el Bajo Flores, donde hubo una guerra entre bandas por quedarse con el territorio para vender droga. “En la villa 21-24 hay grupitos, no hay una guerra de nacionalidades que hubo en la 1-11-14 entre paraguayos y peruanos. El problema grave que hay en la Zavaleta es los chicos consumidos por el paco y la falta de una política seria para enfrentar el problema”, sostuvo a LA NACION un detective judicial. Lo cierto es que sólo en cinco días el narcotráfico ya se cobró tres vidas en Barracas. Claramente, es una mala señal.

EL ESCENARIO

Donde el poder narco desplaza al Estado FERNANDO RODRIGUEZ LA NACION Las villas del área metropolitana son hoy enclaves donde el Estado está prácticamente ausente. Y ya es un hecho indiscutible que en los asentamientos más grandes o más densamente poblados el poder ilegal lo ejercen los narcos, con el peso del enorme producto del comercio de drogas sustentado, cuando es necesario, en la violencia, la extorsión y la fuerza del gatillo. El hecho que terminó con la ejecución del paraguayo Oscar Arnaldo Cabrera Balmaceda en el Acceso Sudeste es una muestra de esa asimetría. Allí donde la policía no suele llegar si no es con un fuerte y numeroso operativo, una banda lo hizo: se dirigió al centro mismo de la villa 21-24 de Barracas, entró por asalto en la casa del supuesto jefe de una de las facciones dedicadas al tráfico de marihuana, lo secuestró, lo llevó en su auto hasta Wilde y lo asesinaron de dos tiros en la nuca, clásico modo de ejecución narco.

Así como en la Capital se considera que el epicentro de la actividad del narcotráfico está en la villa 1-11-14, en el Bajo Flores, en el conurbano el foco está puesto, especialmente, en las villas encadenadas que recorren el partido de San Martín de punta a punta. En uno y en otro lugar, los ajustes de cuentas entre bandas que se disputan el mercado ilegal de la venta de drogas son moneda corriente. Lejos de los grandes títulos de los medios de comunicación, cada semana las venganzas entre los clanes se cobran vidas. Esas guerras de baja intensidad comienzan a expandirse a más asentamientos, y no sólo exhiben el grado de violencia asociado a este negocio ilegal, sino que ponen en evidencia que la actividad del narcotráfico con epicentro en las villas, lejos de remitir, está creciendo. Los grandes operativos de incautaciones en la frontera, o en tránsito por rutas del interior, prácticamente no hacen ninguna mella al negocio narco en las villas, que es el que abastece a los consumidores urbanos.

EFE

Tres toneladas de cocaína en un barco rumbo a España La policía española abordó en alta mar, a 50 millas de la costa de Cádiz, un barco que transportaba tres toneladas de cocaína de máxima pureza. El secuestro forma parte de la operación “Espartana”, que se inició hace ocho meses y permitió la detención de 31 personas pertenecientes a una red

internacional de traficantes de droga afincada en España. En un comunicado, la Policía Nacional informó que el cargamento, gestionado por colombianos desde Madrid, había sido realizado en América del Sur por una banda de búlgaros con destino a Galicia y, de allí, a la capital española.

Dijo que la fuerza resulta incontrolable LA PLATA.– El juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Raúl Eugenio Zaffaroni consideró que “fuerzas tan grandes como la (policía) bonaerense son difícilmente controlables”, por lo que propuso “transferirles la policía a los intendentes”. “El inconveniente grave –añadió– de la provincia es que la policía tiene 60.000 efectivos y eso es muy difícilmente controlable. Si lo pusieran a San Francisco de Asís de jefe de la policía bonaerense, también se le descontrolaría porque fuerzas con tal número de personas son riesgosas”. El juez Zaffaroni agregó: “La solución sería la transferencia de la policía bonaerense a los intendentes, ya que la gente les exige seguridad, pero la policía no depende de ellos” y propuso “darle al intendente el mismo poder sobre la policía que tiene un gobernador”. El magistrado realizó declaraciones antes de participar de una jornada de homenaje y reflexión para recordar al estudiante de periodismo Miguel Bru, desaparecido hace 19 años, que se realizó ayer en la Facultad de Periodismo de La Plata. Zaffaroni evaluó que “3000 personas se van a controlar más fácilmente que 60.000” y analizó que, de adoptarse esa medida, “no habría casi riesgos”. Además, se refirió a la necesidad de contar en la provincia de Buenos Aires con una policía judicial, diferente de la de seguridad pública, y dijo que “nosotros las tenemos mezcladas, pero son dos técnicas distintas, dos entrenamientos distintos, dos tareas distintas. Una cosa es el policía de calle que custodia la seguridad en la vía pública y otra es la técnica que hay que usar para investigar la autoría de un delito”. Por otro parte, se refirió a la tarea que desempeña la prensa en el país, cuando consideró que “casos como el de Miguel Bru o difusión de hechos de tortura no provocan alarma social”. Afirmó también que “lo que genera alarma social y establece una sociedad paranoide no son los casos de excesos o crímenes del poder punitivo sino la reiteración de noticias rojas y la instalación del policial como noticia central”.