Tango en la periferia del rock

Carlos March, con dirección de es- te último. ... Lamentablemente, March no será más de la partida, pero ... Asistencia de dirección: Esteban. Julián. Dirección: ...
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Espectáculos

Página 4/LA NACION

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Miércoles 30 de junio de 2010

TEATRO

Nueva versión de una obra de Diana Raznovich

Puente teatral de Boedo a la escena independiente mundial

Tripel-Otero

La “confusión” ahora tiene una segunda parte

No logra conmover esta puesta de Perciavalle Regular (( Jardín de otoño. Autora: Diana Raznovich. Intérpretes: Guillermo Gil, Julián La Bruna y Carlos Perciavalle. Vestuario: Jorge Arnoni. Peinados: Fabián Cigona. Asistencia de dirección: Esteban Julián. Dirección: Carlos Perciavalle. En Molière (Balcarce 682). Los viernes y sábados, a las 20.30. Duración: 60 minutos.

Desde su estreno, en 1984, Jardín de otoño ha tenido múltiples representaciones. Se trata de un material interesante para plantear un intenso juego actoral y develar desde ahí ciertos aspectos que hacen a ese mundo femenino que sigue, diariamente, una telenovela en la que el galán de turno tiene algo más que protagonismo en la ficción. En este texto, él se introduce en la casa de dos mujeres, y, de tal manera, que ellas no pueden más que ver realizadas sus fantasías. A su manera, Griselda y Rosalía dan forma a una convivencia conjunta. El actor se transformará en figura primordial, pero, ahora, junto con ellas, en la intimidad de la casa que habitan. La versión que acaba de estrenarse en el Molière mantiene el texto original y propone que dos hombres travestidos construyan a esas mujeres ansiosas y profundamente solas. Algo de la pieza

se desvirtúa así. Esa ingenuidad romántica que caracteriza a los personajes queda muy escondida detrás de las máscaras, casi grotescas, de los intérpretes. Ellos no terminan de aportarles a esas criaturas esa femineidad necesaria para que la trama crezca en su justa medida. Si bien es cierto que Carlos Perciavalle mantiene esa alta capacidad de histrión que siempre lo caracteriza y le otorga a su personaje algunos detalles que divierten notablemente a la platea, no termina de generar una intensa relación escénica con Guillermo Gil, a quien se ve muy opacado en su recreación. Es recién con el ingreso de Julián La Bruna cuando el espectáculo crece y se carga de cierto dramatismo. Y no sólo gracias a las buenas condiciones actorales del intérprete, sino porque consigue dar potencia a un juego que sólo se mantenía, hasta ese momento, gracias a la recreación de unas conductas que no terminaban de desarrollarse y a algunos cambios de vestuario. Esta nueva recreación de Jardín de otoño posee momentos muy divertidos, pero su historia no termina de conmover de la forma en que lo propone su autora.

Carlos Pacheco

Carlos Perciavalle, Julián La Bruna y Guillermo Gil, protagonistas de Jardín de otoño

Un pequeño musical que vuelve con cambios

Como piedras, obra del grupo El Pont Flotant, se presentará en tres funciones

Unos valencianos tocan el timbre El Pont Flotant es la primera de las compañías internacionales que vendrá al país El espacio Timbre 4 acaba de inaugurar su nueva sala y se apresta a dar inicio a un ciclo de actividades con creadores internacionales. En ese marco, la compañía valenciana El Pont Flotant concretará, a partir de hoy, cuatro funciones de su obra Como piedras. “Nuestro interés primordial es relacionarnos con compañías con las que compartimos la misma forma de trabajo –explica el productor Fabio Petrucci, a cargo de la puesta en marcha del proyecto en Buenos Aires–. Se trata de compañías independientes que priorizan la búsqueda personal y la investigación teatral.” Desde que Timbre 4 se presenta en festivales internacionales, con obras como La omisión de la familia Coleman y Tercer cuerpo, esto ha posibilitado a sus creadores el contacto personal, directo, con una creación mundial que los moviliza y que ahora buscan compartir con el público porteño. “Este año, además de El Pont Flotant, estamos en contacto con Teatro en el Blanco, de Chile; Com-

pañía de Actores, de Brasil, y el Petrucci comenta que es una Théâtre du Soleil, de Francia. En obra emotiva, con una búsqueda ese sentido, estamos trabajando en la muy interesante estéticamente. preproducción de dos talleres que se Eso hace que, desde lo simple, desde dictarán en nuestra sala entre agosto los mínimos elementos, se consiga y septiembre, y que estarán narrar una historia pera cargo de intérpretes de sonal y grupal al mismo PARA AGENDAR esas compañías”, destaca tiempo. “Es una reflexión Como piePetrucci. sobre el paso del tiempo y dras, por la Los valencianos de El de los recuerdos, que mezcompañía El Pont Flotant se consticla realidad y ficción, y que Pont Flotant. tuyeron como compañía juega con el tiempo real, Timbre 4, estable en 2000 y uno de el tiempo de la memoria y México 3554. sus intereses primordiales el de la propia representaHoy, a las 20 es la investigación sobre ción”, dice. y a las 22; la técnica del actor. Como Timbre 4 intenta, a tramañana, a piedras –interpretada por vés de este tipo de proyeclas 21, y el Joan Collado, Pau Pons y tos, posicionarse aún más domingo, a las 16. EntraJesús Muñoz– se estrenó entre los espectadores das: desde 25 en 2006 y, según se anticipa, locales. “El público que pesos. “en ese montaje tres actores consume teatro indepencomparten su particular diente en Buenos Aires álbum de fotografías dones enorme y va creciendo de el espectador se ve reflejado. La permanentemente –explica Peevocación de un pasado, con la ayuda trucci–. Se trata, además, de un de imágenes y un espacio acogedor espectador muy curioso y muy que recoge estéticas de los últimos ávido de nuevas propuestas.” treinta años, es el hábitat íntimo y Carlos Pacheco lúdico de esos tres personajes”.

Uno de los musicales de pequeño formato más atractivos de 2010 fue Con:fusión, protagonizado por Germán Tripel, Florencia Otero y Carlos March, con dirección de este último. Una exquisitez, con una brillante banda en escena. Esta semana se reestrena con otro título, Confusiona2, y algunos cambios. Lamentablemente, March no será más de la partida, pero se suma Andrés Bagg, joven y talentoso artista integral, ex compañero de Tripel y Otero en Rent. La propuesta es más o menos similar a la anterior. No hay argumento, sólo una idea sencilla: una pareja desde que se conoce, se une, se rompe y se vuelve a unir. Con una especie de “conciencia”, a lo Pepe Grillo, que los incentiva, les habla a los oídos y, sin uno darse cuenta, se vuelve el reflejo del pensamiento del espectador. El juego es a partir de la fusión de pares de canciones sin aparente relación, pero con mucha unión. Sostienen la música original o la subvierten, según el caso, y eso es lo interesante de la experiencia. Así desfila un gran puñado de temas conocidos, del rock, el pop y el jazz. Confusiona2 subirá a escena en la trasnoche de los viernes, a la 0.30, en el Velma Café, Gorriti 5520 (4772-4690).

Florencia Otero y Germán Tripel

POPULAR Rascasuelos, la nueva orquesta de Patricio Bonfiglio, toca hoy en el CAFF

Tango en la periferia del rock “Tripa” Bonfiglio de frente a los rascacielos porteños, junto a su compañero, el cantor Limón

DIEGO MARTINEZ

El ex bandoneonista de Astillero lanza una banda de tango con actitud rockera Todavía no tienen disco en la calle, pero la orquesta Rascasuelos está dando que hablar en el ambiente. Es que uno de sus mentores, el bandoneonista Patricio “Tripa” Bonfiglio, no es un improvisado. A pesar de su juventud, amasó la trayectoria de un veterano, a partir de la presencia de su fueye en grupos que despabilaron el movimiento de los últimos diez años como La Chicana, Orquesta Fernández Fierro (OTFF) y Astillero. Ahora le toca el turno a su “banda”, como le gusta llamar a la orquesta que comparte con “Limón” García, en voz; Fulvio Giraudo, piano; Cristian Basto, contrabajo; Julián Arellano, chelo; Pablo Clavijo, viola-violín, y Nicolás Tabbush, violín. “El casting fue más importante en la parte humana que en la musical, aunque todos tienen una trayectoria grosa y son de primer nivel. La prioridad fue tener un grupo de amigos, porque si un grupo perdura, la música viene sola”, cuenta “Tripa” Bonfiglio, que esta noche toca en el CAFF. Con un año de ensayo, siente que es el momento para sacar a la cancha ese tango crudo, con guiños a la tradición de las orquestas del 50 y el espíritu de una banda de rock. “Rescató para la orquesta el concepto de banda de tango. Quizás eso uno se lo atribuye culturalmente más al rock, pero no es tan cierto. Uno que

PARA AGENDAR

Rascasuelos. La nueva orquesta de Patricio Bonfiglio se presenta en el CAFF junto con el cuarteto La Púa. CAFF, Bustamante 764. Hoy, a las 22.30. Entradas desde $ 25.

se cree rockero tendría que ver lo que fue la orquesta de Pugliese con Ruggiero rompiendo el bandoneón. ¡Más rocanrol que eso no hay! No hay que restarle puntos al tango en ese sentido. Si ahora el tango está resurgiendo, es porque está recuperando ese espíritu de banda, en la que no alcanza con tocar bien. Si no está esa actitud, la música echa panza”, gráfica sin vueltas “el Tripa”. La voz de Limón García es una de las piezas claves de este sonido de Rascasuelos. Su experiencia en bandas rockeras y ahora como intérprete de tango le permiten argumentar sin conflictos: “La música se pone vieja y deja de representar a los jóvenes. Hoy el rock está en crisis, está viejo: cumplió 60 años. En cambio, ese espíritu rebelde y transgresor se trasladó al tango. No veo nada nuevo en el rock, pero sí en el tango de hoy”. En el piso 19, la noche le gana naturalmente la partida al día y la escenografía urbana se intensifica. El

fotógrafo propone una breve excursión a la terraza del edificio. La vista nocturna de Buenos Aires resuena empáticamente con la música de Rascasuelos. Las imágenes de ese conglomerado de edificios recortados en el horizonte, la saturación visual de los carteles, el Río de la Plata de fondo y las sombras que se proyectan sobre zonas más periféricas parecen polaroids perfectas de las composiciones de Bonfiglio, Limón y de otros autores, como Juan Subirá. Limón dice que su generación escuchó tango y terminó haciendo rock. Para “Tripa” Bonfiglio, el proceso fue inverso. Se crió escuchando Sumo y rocanrol, pero levantándose temprano para estudiar los estilos del tango. “Durante muchos años, el tango se refugió en el rock poética y gestualmente. Los músicos de nuestra generación decidimos tomar el rock como el eslabón perdido –cuenta Bonfiglio–. No podíamos tomar la posta de la música de la década del 50, porque culturalmente nos quedaba muy lejos. Entonces, tomamos los elementos más tangueros del rock y terminamos llevando ese espíritu a nuestras bandas. Por eso los pibes de hoy quieren tocar tango. El lenguaje es una excusa para expresar a nuestra generación.”

Gabriel Plaza