Sorpresas desde el teclado

30 may. 2010 - César Pradines. Liniers en pantalla grande. Un documental que empezó como un juego. La película que habla del autor de Macanudo. Un día ...
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Espectáculos

Página 8/LA NACION

CINE

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MUSICA POPULAR (Grabaciones)

Liniers en pantalla grande

la página de los discos

Un documental que empezó como un juego

Además de un álbum en trío, Alejandro Manzoni editó un nuevo CD en solitario

La película que habla del autor de Macanudo Un día, hace ya ocho años, la sección Ultima página de este diario, de este mismo suplemento, lanzó una nueva tira humorística, que habría de sumarse a la larga lista de éxitos que ya registraba la historia de esta zona que ayuda a que muchas de las noticias de la compleja actualidad no terminen rompiéndoles la cabeza a los lectores, sino todo lo contrario. Así nació Macanudo, de la mano de un tal Liniers. Quien tiene como nombre el apellido de quien fuera virrey del Río de la Plata a principios del siglo XIX es Ricardo Liniers Siri (su abuelo era pariente de Santiago de Liniers), que después de estudiar publicidad, se dedicó a difundir sus primeros trabajos como historietista en diversas revistas, incluso en el diario Página/12, donde durante tres años publicó Bonjour. Desde entonces, los lectores habrían de descubrir, entre otros, a personajes como Enriqueta y su impar gato Fellini, la vaca cinéfila, duendes, pingüinos y a él mismo, que se dibuja como un conejo (www.porliniers.com). La pampeana Franca González Serra (Tierra sin mal, Atrás de la vía), autora del documental Liniers, el trazo simple de las cosas, que el jueves estrenará Cine Ojo en la cadena Arteplex, intenta mostrar el mundo del artista detrás de su obra. En realidad, y tal como lo cuenta, todo fue parte de una feliz coincidencia.

Mirar hacia adentro “En 2007, cuando supe que había ganado una beca para vivir dos meses en Montreal para hacer un trabajo acerca de documentalistas canadienses, me imaginé un escenario totalmente diferente. Hasta fines de abril hacía mucho frío allí, y algo que no imaginaba es que tenía que compartir la casa con un extraño y ese extraño era Liniers. Era muy difícil filmar con tan baja temperatura, y fue así que descubrí que una buena historia podía estar dentro de esa casa”, confiesa la cineasta.

“No sabía demasiado de él, y antes de viajar le propuse compartir un café para tener una idea más precisa de la persona con la que debería convivir durante ese tiempo. Pero faltó a la cita y cuando lo llamé, me dijo que podía enterarme del motivo de su ausencia en su blog; así me enteré de que no había ido por un accidente doméstico de su esposa. Mientras tanto, lo investigué por Internet. Eso significó que el encuentro recién pudo darse en Montreal”, recuerda. La cineasta explica que Liniers construye su propio personaje. “«Vos tenés un look Liniers, se nota que te producís», le decía yo, pero él se empeñaba en negarlo. Mi intención era sacarle ese disfraz para ver qué había detrás, pero en esa época le costaba exponerse todavía más de lo que le cuesta ahora. «No quiero que la gente conozca mi cara», me decía. Cuando ganó el premio Gardel por la tapa del álbum La lengua popular, de Andrés Calamaro, no quería que apareciera en público su imagen, sino la del conejo”, cuenta la documentalista. “Haciendo documentales intento seguir a los personajes hasta el momento en que te muestran el alma, pero con Liniers me costaba mucho, porque delante de la cámara era la representación de sí mismo. Es más fácil encontrar el alma de Liniers en sus dibujos. Para alguien que hace documentales la posibilidad de poder compartir la intimidad del protagonista es impensable, y pone en crisis el tema de cuánto mostrar la intimidad, qué es lo público y qué es lo privado. Empezó siendo un juego y terminó siendo un documental, un juego de oposiciones entre lo que se descubre de Liniers y la Buenos Aires caótica, donde él es quien es, con un público propio, y su tira sale en uno de los diarios de mayor circulación en la Argentina”, concluye la cineasta.

Claudio D. Minghetti

En Internet

Cortos para recordar la importancia de la música Imperdibles films de cineastas y dibujantes

Sorpresas desde el teclado Luego del notable Las tres orillas, en trío, Alejandro Manzoni toca Solo piano Alejandro Manzoni es uno de los pianistas más originales de la actualidad. Se mueve dentro de la música de raíz folklórica, pero desde conceptos de la música de fusión, lo que le da una amplitud a su trabajo que él sabe potenciar con ingenio y buen gusto. No es el primero ni el último que aplica ese tratamiento a zambas, huaynos, chacareras o malambos. Pero sabe cómo captar la atención de quien lo escucha por el modo de abordar canciones e instrumentales. En esporádicas actuaciones se lo puede ver en vivo; de registros de estudio se lo puede escuchar gracias a sus últimos discos donde está presente el factor sorpresa, que no tiene que ver con la intrepidez ni la pirotécnica sino con una lectura fresca, amena, muchas veces profunda, de temas folklóricos conocidos o propios. El último año Manzoni publicó Las tres orillas, álbum en trío que grabó con Guido Martínez en bajo y Leandro Savelón en batería y percusión. Ahora presenta un disco en solitario que tituló, simplemente, Solo piano. Quizás porque ésa era la aventura, el propósito del disco quedó reflejado en esas dos palabras (más allá de que últimamente es un formato habitual al que recurren tantos intérpretes de música popular). Manzoni sabe prescindir de lugares comunes al

momento de encarar sus versiones (aunque algunas pocas veces no logre evitarlos). Las composiciones propias deben ir en párrafo aparte. Tanto por las opciones armónicas de las que se nutre hasta por la manera de contextualizar las melodías en marcos despojados o aggiornados la labor del pianista es notable. De su último disco se pueden destacar, especialmente, “Como volando”, y luego “De ahora en más” y “Blues pampa”. Y entre los temas que no le pertenecen, sobresalen por sus

Solo Piano Alejandro Manzoni Flor de Mayo, Chacarera de un triste, Como volando, Malambo de aguafuertes porteñas, Serenata para la tierra de uno, Chorinho del duende, Sentida canción, En la terraza, Lejos, Presencia del diablo, y otros (Untref Sonoro).

arreglos “Chacarera de un triste” y “Presencia del diablo”. La independencia de ambas manos (la izquierda esencialmente rítmica, la derecha tradicionalmente melódica) es, quizás, clave y punto de partida para muchos de los desarrollos de Manzoni. En esto lo ayuda la buena pericia para dominar el teclado. Pero, como se escribió más arriba, sus logros no dependen apenas de esto. Es mucho más que un disco de piano solo.

El dibujo, sencillo, apenas unos trazos, cuenta la historia del segundo disco de Sigur Ros. La banda islandesa decidió, dice un cartel, grabarlo en la cima de una montaña, la más al norte de Islandia, en un refugio de la OTAN abandonado. Vemos a los cuatro hombrecitos-músicos que viajan en barco, caminan cargando sus mochilas, trepan montañas entre auroras boreales y cruzan ríos hasta que llegan a destino; allí descubren que el hielo les impide la entrada al refugio y tienen que regresar. “Pero –dice otra placa en medio del cuento– el viaje no fue en vano, ya que dio forma a música, a su disco, e inspiró a todos los que lo escucharon. Por eso –continúa– es que la música es importante.” El pequeño film de animación fue hecho por el artista británico Arthur Cox y es uno de los varios ejemplos reunidos por la iniciativa Music Matters. En la página de Internet (www.whymusicmatters.

Una conversación En cambio, con el trío, que es básicamente un clásico conjunto de jazz, se lanza mucho más a la conversación. De Las tres orillas hay que prestarle atención al “bailecito” de su suite que da título al CD, a “Imágenes paralelas”, a “Pasos malos” y al medley entre “Rosarito Vera maestra” y “Volveré siempre a San Juan”. Aunque no se pueda hablar de escuelas, lo que Manzoni ofrece aporta continuidad al camino trazado por Eduardo Lagos y, luego, Manolo Juárez. A su vez, es contemporáneo de la producción de otros pianistas como Carlos Aguirre y Lilian Saba, sólo por nombrar algunos. Para estos dos discos hay que reclamar un lugar dentro de esta historia de la música local.

Los Sigur Ros y su travesía

Don’t Tell Me That It’s Over, Spark, I Got No Roots, Love Love, An Ordinary Life, Give It All Up, My Only One, This Pretty Face, Troubled Soul, Next Big Thing, y otros (Universal).

Mil veces, Mar de lava, Arderás, Tiempo al tiempo, Fuente de oscuridad, Mi último deseo, Versos infinitos, Ya sin fe, La trampa perfecta, El himno (Edición independiente).

Una voz comprometida con lo que dice, una guitarra, el apoyo de una mínima base rítmica y un puñado de temas que traducen sentimientos u observaciones personales y descartan los huecos lugares comunes de tanta canción. Eso le bastó a la escocesa Amy Macdonald para vender millones de discos y sumarse al grupo, no muy extenso, de cantautoras a las que se escucha con respeto y deleite. De los efectos de ese éxito repentino ha tomado ahora inspiración para las visiones amablemente críticas de la fama y sus fugaces brillos que abundan en este segundo álbum grabado en el estudio de Paul Weller (y a veces con él). Los arreglos de Pete Wilkinson le proporcionan un marco sonoro más rico y elaborado. “Don’t Tell Me That It’s Over”, “An Ordinary Life”, “Love Love” y los bonus en vivo justifican las expectativas que había su debut.

¿Para qué formar una banda de rock? Entre tantas respuestas posibles, Proyecto Esencial ofrece acaso la más obvia y, a veces, la menos lograda: para hacer muy buena música. La banda de los hermanos Adamo, de ascendente presencia en la zona norte del conurbano desde hace seis años, acaba de lanzar Arderás, su segundo álbum, en el que profundizan las fortalezas del sorprendente debut de 2006. Aquí, con la producción de Martín Carrizo, su potente rock de guitarras y espíritu dark se reinventa gracias a una colección de canciones inspiradas (como “Mil veces” o “Versos infinitos”, entre otras), que brillan en la voz de Juan Pablo Adamo y las cuidadas tramas sonoras que enhebran Juan Galafassi en guitarra, Alejandro Adamo en bajo y Fernando Adamo en batería.

org) pueden verse varios de estos cuentos animados realizados por dibujantes y cineastas para reflejar lo que la música significa en sus vidas y en las de todos. Allí está también la breve y dramática biografía del blusero Blind Willie Johnson, hecha por Matt Watkins, colaborador de Jamie Hewlett (Gorillaz). El corto cuenta en pocas pantallas su vida como músico callejero, los problemas en los que se metió y cómo, tras incendiarse su casa y al no tener adónde ir, se quedó a dormir allí, a la intemperie y se enfermó, y se murió de neumonía; pero su obra, sus pocos discos, marcaron a los que vendrían, de Dylan a Springsteen, y hasta una de sus grabaciones fue incluida en la nave Voyager. “En 2004 –dice este cuento que es real– la nave dejó el sistema solar, quién sabe a cuántos más seguirá inspirando en su viaje. Por eso, es por lo que la música importa.” Imperdibles de ver también los que corresponden a Nick Cave, Kate Bush, Louis Armstrong, John Martyn y The Jam. En todos los casos, al final de estos cortos del amor, se pide que todos, si queremos que los músicos sigan creando, si queremos seguir escuchando sus obras, tomemos conciencia de la importancia de bajar música de sitios legales. Sugieren entonces buscar en ellos el logo de esta iniciativa (Tunes, Spotify, Amazon.com, Nokia store, entre otros) que garantiza que algo irá a los bolsillos de los creadores.

Fernando López

Ricardo Carpena

Adriana Franco

Las tres orillas Manzoni Trío Preludio en sol, Coloreado pampa, suite Las tres orillas (vidala, Huayno y Bailecito), Araucania, Imágenes paralelas, La voladora, Quebradeño, Pasos malos, Rosario Vera maestra, Volveré siempre a San Juan, Vicente (Gobi-Music).

Mauro Apicella

(La compactera) A Curious Thing

Arderás

Amy Macdonald

Liniers, retratado en tránsito

Domingo 30 de mayo de 2010

Proyecto Esencial

Una nueva lectura del entrañable latin jazz Acuña-Patitucci Trío, hoy, en el teatro ND/Ateneo La introducción de los ritmos afroEl pianista venezolano Simon es caribeños en el jazz fue uno de los uno de los artistas que dejaron en eviaspectos que mejor definió la natu- dencia un enfoque jazzístico novedoraleza inclusiva del género. Hacia so sobre el latin jazz, apoyado en una mediados de los años 40, el naturaleza más académica trompetista Dizzy Gillespie que caliente, tan cara al esPARA AGENDAR junto con el percusionista píritu latino. Tanto en sus Acuña-Pacomposiciones como en sus cubano Chano Pozo desatitucci Trío, rrollaron el estilo, complejo arreglos, este músico introPresentaen su armonía, variado en duce un aspecto reflexivo en ción del trío, el estilo que logró darle una su ritmo y de una espontácon Ed Simon natural frescura. nea agresividad. en piano. Mucha agua corrió baAl parecer, su idea sobre Teatro ND/ jo el puente y aquellos eleel latin jazz descansa sobre Ateneo, Paun criterio que tiene un pie mentos que definieron su raguay 918. estilo terminaron por conen el ritmo, con continuos Hoy, a las 21. vertirse hoy en lugares cocambios de compases y otro Entrada, $ 130. munes. Precisamente, la en la creación melódica, en propuesta que encarna el la que se luce al combinar lirismo con un toque de trío compuesto por Ed Simon en piano, John Patihumor. tucci en contrabajo y Alex Acuña en El calor lo ponen Patitucci y Acubatería y percusión recoge lo mejor ña, quienes trabajan en una misma de aquella tradición y excluye de su sintonía. El trío tiene una paleta exmúsica los clichés. presiva variada pues Patitucci con-

Alex Acuña, el baterista que se presentará esta noche con Patitucci ANDREA KNIGHT

versa desde su mueble fino tanto con Acuña como con Simon. Logra así conjugar un sonido colectivo que ensambla con presteza. En cierto modo, desciende de bajistas como Eddie Gómez, que asocian lirismo a un sonido algo plano, aunque de una potente estética. Su estilo tiene tanto de latino como de virtuoso. Acuña, por su lado, aporta al trío un enfoque muy personal en lo rítmico. Es un eterno buceador de la música peruana, rica en estilos y géneros, a

los que integra al jazz de manera original. Es un baterista de ritmo vital; su estilo congenia de manera fluida con Simon, pues es lírico y potente a la vez. Su manera de interpretar tiene algo que podría definirse como olas de sonido. Un trío que desarrolla una música basada sobre el latin jazz que, en sus manos, recobra sus puntos fuertes: vitalidad, calor y sutileza.

César Pradines