Sonia Braga, el rostro sensual de Brasil

Sonia Braga, el rostro sensual de Brasil. La estrella brasileña es la madrina del evento puntano y aprovecha para repasar su carrera y su paso por el cine de ...
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Espectáculos

Página 8/LA NACION

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Domingo 14 de marzo de 2010

CINE

CLASICA

Río, en San Luis

Lo que vendrá

Sonia Braga, el rostro sensual de Brasil

Operas y conciertos. Buenos Aires, La Plata y Avellaneda se engalanan con la mejor música y los más selectos compositores.

La estrella brasileña es la madrina del evento puntano y aprovecha para repasar su carrera y su paso por el cine de Hollywood

Hoy N A las 11, concierto de la Banda Sinfónica de

Por Silvina Ajmat Enviada especial SAN LUIS.– Capelina y anteojos oscuros. Labios levemente rojos y tacos muy altos. Quien fuera un ícono sexual en los 70, Sonia Braga, hoy, a los 59 años, no ha perdido ni un ápice de sensualidad. “Mirá qué bonita que era”, dice como con nostalgia, cuando ve las imágenes de las películas que la hicieron triunfar en Hollywood. Pero no se lamenta. Lleva el estandarte de “dejar el pasado atrás” muy en alto. “Estoy enamorada del futuro del arte”, exclama. La actriz llegó al país invitada como madrina del Carnaval de Río en San Luis, que trasladó a la provincia puntana una selección de las mejores escolas do samba del tradicional desfile carioca, en el marco de un proyecto de integración e inclusión social entre ambos países. El espectáculo se desarrolló el viernes y el sábado pasados en Potrero de los Funes, donde Sonia recibió la llave de la ciudad. Cuando era joven, nada parecía importarle menos que la fama. Se recuerda como “una hippie de cabello largo, tez blanca y ojos verdes”, que navegaba en un velero con su novio de entonces, por las costas de Paraty. “Si me quieren, que me llamen”, cuenta que pensaba cada vez que se presentaba para algún papel en la televisión local. Hasta que un día el productor Daniel Filho dijo que era ella la indicada para protagonizar Gabriela, telenovela que arrasó en Brasil, y junto con ella, también arrasó Sonia. “Yo califico el punto más alto de mi carrera en relación con lo que ocurrió en mi país. Y Gabriela fue un hito en la televisión de Brasil”, afirma mientras revisa en su laptop, de la que no se despega en ningún momento, las biografías sobre ella publicadas en distintos sitios de Internet. “Tengo un fan que sabe más de mí que yo misma. Cuando quiero una foto que no encuentro en ningún lado, la busco en el sitio web que él me dedicó”, cuenta divertida. A Sonia Braga le gusta contar cosas. Con muchos ademanes, se expresa con manos y gestos elocuentes, para

Sonia Braga, en una de las carrozas, en pleno “sambódromo” de Potrero de los Funes PABLO BETANCOURT

hacerse entender en un español que, por momentos, vira al inglés o al portugués. Cuenta que le gusta dibujar y hacer gráficos con Photoshop. Que ama el arte de su hermano, Helio Braga, gran referente de la pintura contemporánea de Brasil. Y que tiene un álter ego, Sonbrinha (un diminutivo de la conjunción de Sonia Braga), a la que no le gusta para nada lo que hace su otro yo. “A Sonbrinha no le gusta Sonia Braga. Dice que es demasiado diva”, explica la actriz, con seriedad y, antes de parecer bipolar, suelta una carcajada y aclara: “Sé divertirme”. No contenta con su triunfo en la pantalla chica, Sonia dio el gran salto al cine de la mano de la erótica historia de Jorge Amado, Doña Flor y sus dos maridos (1976). Con la sensualidad a flor de piel, se convirtió en el símbolo sexual de su país. Después de eso, todo parecía poco.

Llegó a Hollywood para protagonizar El beso de la mujer araña (1985), y esa película luego fue nominada al Oscar en las categorías mejor película, mejor guión adaptado, mejor director y mejor actor, premio que sí se llevó William Hurt. “Siempre me gustó ser famosa. Pienso que cuanto más famosa es la gente, tiene mayores posibilidades de llevar la voz de los que no son escuchados y ayudar”, reflexiona, para luego sentenciar: “Además, los actores siempre trabajan por la fama, por la exposición. Así como los productores por la plata”. Los organizadores del Carnaval de Río en San Luis tuvieron que pensar en una madrina y la primera figura que se les vino a la mente fue ella, una de las máximas estrellas de Brasil. “No, yo no soy la estrella”, afirma con súbita humildad. “El cine brasile-

ño es la estrella donde me pongo yo.” –¿Cómo ves al cine latinoamericano de hoy? –Creo que es muy importante que Latinoamérica de habla hispana tenga un centro de la industria del cine propio. Se tiene que concentrar, sin necesitar de Hollywood. Tiene que tener como la India, un Bollywood. Nosotros, los brasileños, sabemos que, como actores, tenemos que aprender español para poder participar de las producciones latinas. Y tiene que haber un polo. –También se dice que hay que aprender portugués, porque Brasil se está erigiendo como potencia, ¿cómo ves a tu país? –Sí, y después va a haber que aprender chino. Yo empiezo mañana [risas]. Lo que pasó con Lula da Silva fue una sorpresa interesante para mí y para muchos. Cuando salió del gobierno Fernando Enrique Cardozo, con toda

la formación intelectual y académica que lo caracterizaba, se creía que un operario, sin estudios universitarios, no era de confiar. Y fue una sorpresa. Estamos bien. Pero hay muchas cosas todavía que hacer. No nos podemos olvidar que la dictadura se fue hace poco y todavía duele mucho. Es una herida que no se cierra. Y hay que decir: «Desaparecidos, jamás». –¿El gobierno de Brasil destina suficientes fondos para impulsar la cultura? –La sensación que uno tiene es que el gobierno de Brasil no está para eso. No tiene iniciativas para promover la cultura, según lo que yo veo. Y te digo por qué. Porque la industria del cine no es tratada como cualquier industria, sino como algo artesanal. En Brasil, una de las industrias más importantes es la del automóvil. Ahí va la plata; no a la cultura. –Cuando hiciste Doña Flor y sus dos maridos, rompiste algunos tabúes, ¿creés que sigue habiendo cierta controversia sobre el sexo? –Sí, definitivamente. En los años 60 y 70, trasgredimos eso. Pero todavía hay mucho tabú. Me parece que hablar de un matrimonio, como era el caso de Doña Flor, sin tocar el tema del sexo, que es lo natural en el matrimonio, es como interpretar a un «Che» Guevara sin discurso. La carrera de Sonia no escatima en grandes momentos. Tal vez uno de los más soñados por los actores de cine, el ser dirigida por Clint Eastwood. “El es fantástico. Con un humor envidiable. Simplemente brillante”, no dudó en describir la actriz. También dio que hablar a la prensa rosa cuando se la vinculó con Robert Redford, aunque el recuerdo de esa experiencia parece resultarle indiferente. “Hace años que no lo veo ni se de él. Pero pasa con los amigos también. Se van yendo por diversas vertientes y nunca más vuelven a encontrarse.” –¿Cuando mirás para atrás qué cosas extrañás? –Tanto pasó que no extraño nada. Tanto de bueno, que para qué me voy a demorar en sentarme a extrañar. Si un guerrero mira para atrás no puede seguir caminando; se muere.

la Ciudad de Buenos Aires, en la Legislatura porteña, Perú 160. Entrada gratuita.

Miércoles N A las

20, el Conservatorio Beethoven y la Fundación Beethoven invitan al concierto de piano de Ivanna Niborski, que interpretará obras de Bach, Beethoven, Ginastera y Liszt. En Juncal 1264, 3er. piso (4811-3971). Gratis.

Jueves N A las 19, concierto inaugural de la Orquesta

Sinfónica Nacional, con dirección de Andrés Spiller, y Beatriz Pedrini, en piano, en la Bolsa de Comercio, Sarmiento 299. Gratis.

N A las 20.30, Nabucco, de Verdi, con puesta

en escena de Graciela Pereira Pazos y dirección musical de Oscar Gálvez Vidal, en el Roma, Sarmiento 109, Avellaneda (repite el sábado, a la misma hora). N A las 21.30, El gran teatro de Oklahoma, ópera experimental de Marcos Franciosi, adaptación de Diego Cosin de un capítulo de América, de Franz Kafka. En el Argentino, de La Plata, Av. 51, entre 9 y 10 (0800-666-5151). $ 5.

Sábado N A las 19, La flauta mágica, de Mozart, con

puesta en escena de Eduardo Casullo, la actuación de Graciela Oddone y dirección general de Tania Morandini. En el Avenida, Av. de Mayo 1222 .