Rumbo a Alemania

En opinión de Bartok, este “juego lírico” de. Kodály es “una apoteosis de la música paisana húngara, tanto como la Consagración... o Las bodas de Stravinsky ...
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Espectáculos

Página 6/Sección 4/LA NACION

Música clásica

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Jueves 24 de mayo de 2007

Acordes Allegro

Kodály, un nombre para armar “Nadie en Europa occidental puede imaginar exactamente lo que la llegada de Debussy representó para nosotros”, dijo cierta vez el compositor húngaro Zoltán Kodály, que nació hace 125 años y murió hace 40, después de haber dejado la marca de su inmenso talento en la composición y la enseñanza muPor Pola sical. Tenía la certeza de Suárez Urtubey que la lección del creador francés continúa y prolonga una herencia en la que Liszt tuvo parte fundamental; sólo que Debussy la renueva y aligera, enseñándoles a los compositores húngaros a permitir que las melodías de su pueblo respiren libremente en sus propias creaciones. * * * De tal manera, Kodály y su compañero de ruta Bela Bartok llegarán a concretar el ideal de sus vidas: propiciar el nacimiento de un arte sonoro auténticamente húngaro. Para ello –y así lo vieron con lucidez– había un único camino, que consistía en rebelarse contra la visión romántica y convencional de la música popular e ir en cambio a las fuentes mismas, hurgando, a través de una investigación profunda, en las tradiciones musicales dentro de su propia originalidad, es decir, en el canto oral de los campesinos, emanado del idioma, y en sus danzas. Es a partir de 1903 cuando ambos inician su actividad musicológica, asociándose en sus búsquedas y capacitándose para renovar y modernizar radicalmente los métodos de recolección y estudio. * * * Hace unas escasas semanas, la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires incluyó las Danzas de Galanta, obra de una frescura descomunal, que representa tanto al espíritu de Kodály como al de su pueblo amado. Creo que todos, sin excepción, quedamos reconfortados con la audición. Pero si hay una creación que sueño ver algún día en nuestra escena, ésa es Háry Janos, un singspiel, con diálogos y abundante música de escena, en la que el protagonista es el universalmente conocido soldado, valentón y matasiete, que distrae a su auditorio con el relato de magníficas proezas, fruto de su invención. Se trataría de una versión magyar de la comedia de Plauto Miles gloriosus (El soldado fanfarrón), como que Háry Janos asegura haber hecho prisionero... al mismísimo Napoleón. * * * En opinión de Bartok, este “juego lírico” de Kodály es “una apoteosis de la música paisana húngara, tanto como la Consagración... o Las bodas de Stravinsky son una exaltación de la música popular rusa”. Dieciséis cantos populares recorren esta obra transmitiendo la alegría, el humor burlesco, la gallardía y fiereza de los cantos de los verbunkos, cantos de reclutamiento. En Buenos Aires, en nuestro Colón, la orquesta del teatro estrenó, en 1928, la Suite de Háry Janos con dirección de Eugen Szenkar; pero mientras esperamos que el personaje haga su aparición en alguno de nuestros escenarios les cuento que Ars Hungarica, una entidad de excepcional trayectoria dentro del movimiento de comunidades de tradición extranjera en el país, viene realizando todos los meses de este año aniversario un amplio proyecto musical en torno de Kodály, con la especial participación de su Coral Hungaria que dirige Sylvia Leidemann. La propuesta para el mes próximo, el 19 de junio, será una Exposición Kodály en un hotel céntrico, con material recibido de Hungría. Para seguir sus actividades hasta fin de año, y no perderse ninguna, les paso esta dirección para que la consulten: [email protected]. Zoltán Kodály es digno de ser conocido y muy amado.

Mascagni y su opinión sobre la música moderna

Miles de personas disfrutaron, en Berlín, la ópera Manon aun sin contar con cómodas butacas en el interior de la Opera House AFP



Opera para todo el mundo. Miles

de amantes del teatro lírico asistieron el último fin de semana a la transmisión en vivo y al aire libre de la ópera Manon, en la State Opera Unter den Linden, de Berlín, que está junto a la Opera House de esta ciudad. Nadie se perdió detalle de esta puesta de la obra de Jules Massenet, con una pantalla que alcanzaba los 70 metros cuadrados de extensión. ■ Entradas y mercado negro. BAYREUTH (ALEMANIA) (DPA).– Los organizadores del Festival de Bayreuth advirtieron que se les impedirá el acceso a todos aquellos que hayan adquirido sus entradas en el mercado negro. Así, los responsables de la organización del festival dedicado a la representación de óperas del compositor alemán Richard Wagner advirtieron a los amantes wagnerianos sobre las prácticas tramposas y los altos precios que pueden alcanzar las entradas en el mercado negro. Recientemente, un operador turístico japo-

nés ofreció un paquete compuesto por hotel y tickets por 9500 euros. “El alto precio se justificó diciendo que el hotel en el que los huéspedes se alojarían presta grandes donaciones al evento musical y así se sugiere que con la compra de dicho paquete apoyan el festival, cosa que no es verdad”, añadieron los portavoces. Para evitar la ilegalidad, en esta edición –que se celebrará del 25 de julio al 28 de agosto–, los tickets llevarán impresos el nombre y la dirección del comprador. Los entusiastas de Wagner suelen esperar, en ocasiones, años para hacerse con una entrada ya que existe una lista de espera de hasta diez años. ■ En peligro. PEKIN (EFE).– Un total de 101 estilos de ópera tradicional china desaparecieron en los últimos cincuenta años, lo que convierte al género en una herencia cultural intangible en peligro de extinción. En la década de 1950 existían 368 estilos de ópera tradicional y a finales de 2005 quedaban sólo

267, explicó el viceministro de Cultura Zhou Heping. Además de la famosa Opera de Pekín, existen cientos de estilos locales en todo el país y su preservación debería ser clave en los esfuerzos oficiales, añadió Zhou. Por su parte, el director del Instituto de Investigación de la Opera de la Academia China de Arte, Wang Kui, explicó que “si tenemos en cuenta que muchos de estos estilos están perdiendo sus características y fundiéndose con la cultura comercial, entonces el número de géneros extintos podría ser superior”. En la actualidad hay registradas 518 obras operísticas después de que 110 se añadieran recientemente al patrimonio cultural intangible de China. “La mayoría de estas óperas están perdiendo rápidamente su público debido al asombroso avance de la cultura pop”, dijo Wang. Incluso, algunos de los estilos de mayor influencia, como la Opera del Gong y el Tambor de la provincia de Shanxi ya no cuentan, siquiera, con suficientes actores entre sus filas que puedan interpretarlas.

■ Desde el 1600 –años más, años menos– la música académica venía teniendo una evolución lenta y sostenida que daba lugar a cambios más o menos significativos en la construcción del discurso, en los planteos estéticos y en las elaboraciones formales, siempre dentro de cauces que no implicaban una transformación tajante. Pero hacia 1900, aparecieron conceptos que, en muchas ocasiones, encontraban sus fundamentos, precisamente, en la ruptura drástica con la tradición. Así, surgieron obras y criterios compositivos generales que alteraron de modo radical el panorama sonoro. Si hoy aquellos sonidos siguen generando cierta zozobra, no es difícil imaginar que el asombro y la incertidumbre fueron moneda corriente incluso entre los músicos de aquel tiempo que veían cómo, a su alrededor, sucedían hechos que no alcanzaban a comprender. En Claves para la maestría musical –una explicación clara de todas las reglas fundamentales de la música–, un libro de Chistine Trotin editado en Nueva York, en 1927, la autora, intentaba formular algunas ideas para aclarar qué era lo que acontecía: “La música moderna parece ser el producto de una revuelta de un grupo de músicos en contra de todas las reglas y refleja el pensamiento de la presente generación. Está basada en algo llamado la «escala de los tonos enteros», lo que promueve esas discordancias que, por momentos, se encadenan una tras otra de la manera más penosa”. Más allá de una pobreza argumental que no resiste ningún análisis técnico, Trotin no hacía sino exponer su propia incomprensión de lo que estaba pasando. Con otro tipo de enfoque, lejos de cualquier hermenéutica, Pietro Mascagni también abordó el tema de la nueva música pero apelando a las analogías. El compositor, sin subterfugios y a pura intolerancia, escribió: “La música moderna es tan peligrosa como la cocaína”.

Pablo Kohan

Coro Universitario de Mendoza

Rumbo a Alemania Participará en importante certamen coral El Coro Universitario de Mendoza (CUM), dependiente de la Universidad Nacional de Cuyo, que desde hace 10 años dirige Silvana Vallesi, estuvo de paso por Buenos Aires, rumbo a Alemania, para competir en el prestigioso certamen coral de Marktoberdorf. El último lunes ofreció un concierto en la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, del barrio de Belgrano, como quien ratifica los méritos acumulados a lo largo de 42 años consecutivos. Entre ellos, este último de haber sido seleccionado, por sobre 63 candidatos de todo el mundo, como el único coro de América –en la categoría coro mixto–, para participar junto a 13 finalistas en la bienal coral que este año festejará su décima competencia internacional de Coros de Cámara. Pero, además, el haber sido designado por el comité organizador como coro-piloto en el Seminario Internacional para directores de coro, que se desarrollará tras el certamen. Su trayectoria arranca un 12 de mayo de 1965, cuando el maestro Felipe Vallesi lo funda con coreutas de varias de las carreras en la Universidad Nacional de Cuyo. El CUM ha ofrecido más de mil conciertos en 105 ciudades de 12 países, como España, Francia, Italia, Grecia, Suecia, Noruega, los Estados Unidos, y países de

América latina, entre los que se encuentra la Argentina. Seis veces se lo escuchó, entre los años 1970 y 2003, en el Colón y dos en el Luna Park (94 y 95). El repertorio de este coro que ha cosechado importantes premios abarca desde el Renacimiento hasta nuestros días, y está consagrado a partituras originales de la música a capella, amén de las obras sinfónico-corales. Con idéntico criterio y objetivo, ha priorizado, en los últimos años, la música latinoamericana y religiosa del siglo XX. El certamen bienal de Marktoberdorf es considerado el más importante de Europa. O, al menos, el más reconocido por seriedad profesional, exigencias artísticas y organización de actividades. El maestro Roberto Saccente (jurado en 1997) destacó la rigurosa selección de los coros participantes; la estricta extensión de cada actuación; la minuciosa deliberación del jurado internacional; la confortable sala en que se desarrolla y la impecable atención brindada en todo momento a las agrupaciones seleccionadas. Tales virtudes ya fueron disfrutadas, desde 1989, por sendos coros argentinos: el Grupo de Canto Coral, de Néstor Andrenacci, y el Vocal de Difusión, de Mariano Moruja, que se alzaron con primeros pre-

La agrupación que dirige Silvana Vallesi actuó en Buenos Aires antes de partir MARCELO GOMEZ

mios en interpretación de obras de vanguardia. También se desempeñaron como jurados los directores Néstor Andrenacci (GCC), en 2001, y Betty de Briones (Ars Nova de Salta) en 2005. Este año fue invitado en calidad de tal, el director de coro y organizador del certamen coral de Trelew, Daniel Garabano. Por su parte Carlos López Puccio ya aceptó la propuesta de participar con su Estudio Coral, en el Festival de Música Sacra 2008, que se intercala entre el bienio de los certámenes.

Actuación En el concierto de la capilla evangélica de Belgrano, el CUM evidenció, bajo el imperioso mando de Silvana Vallesi, un intenso trabajo de preparación de sus buenas voces y su correcta afinación, para un repertorio complejo. En él caben estéticas que arrancan en Carlo Gesualdo (“el vanguardista del Renacimiento”) y el barroco de Purcell, hasta el romanticis-

mo de Cornelius, el posromanticismo de Strauss y las más disímiles estéticas en torno de obras profanas y sacras. A todas ellas aplicó la directora su perspectiva expresionista en la conducción de voces. Fiel a su estilo, puso énfasis en la expresión desenfrenada y vociferante (sobre todo de las sopranos), valiéndose de ampulosos movimientos de brazos. Por tramos alcanzó contundente solidez y excelencia en la certera plasmación de contrastes dinámicos y matices. Pero en otros –la mayor parte– imperó la pura crispación sonora agudizada, sin dudas, por lo reducido del oratorio. Uno de los aciertos: el coro masculino. Su talón de Aquiles: el tango, temerario y rozando la caricatura canyengue. Sería apetecible que este buen instrumento –el coro–, además de deslumbrar –incluso apabullar– con sus tour de force, pudiese también emocionar.

René Vargas Vera