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esencial para los seguidores del Mesías entender el rol vigente de Israel en los planes de. Dios. Dios ha llamado a gentiles mesiánicos a una relación especial con su pueblo escogido original. ..... Traducido por Fred Basurco, Peru.
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ROMANOS 11: ¡DIOS NO HA RECHAZADO A SU PUEBLO! por Shema Usado con permiso

El rabino Pablo delinea sistemáticamente las principales doctrinas de la fe mesiánica en su carta a la comunidad mesiánica en Roma. Pablo escribió a los romanos antes de visitarlos. Como resultado, él no toca cualquier tema relativo a la congregación, como lo hace en muchas de sus otras cartas. Pablo dedica tres de los 16 capítulos (9-11) a la continuidad que tiene el pueblo judío en los planes de Dios. Obviamente este era un tema muy importante que el apóstol de los gentiles quería que los que estaban en la capital del imperio romano entendieran. Desafortunadamente la iglesia ha ignorado esta enseñanza desde el primer siglo. Es esencial para los seguidores del Mesías entender el rol vigente de Israel en los planes de Dios. Dios ha llamado a gentiles mesiánicos a una relación especial con su pueblo escogido original. Si la iglesia va a cumplir su llamado debe relacionarse exitosamente con el pueblo judío. Les digo, Dios no ha rechazado a su pueblo. De ninguna manera, Porque yo también soy israelita, un descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín. Romanos 11:1 En Romanos 11 Pablo presenta la cuestión, ¿"Ha rechazado Dios a su pueblo?" Él responde a su propia pregunta al declarar, De ninguna manera. Dios claramente no ha rechazado a Israel. Si esta fuera la única respuesta de Pablo, habría sido suficiente y hubiera cerrado de una vez el tema de si Dios ha rechazado a su pueblo. Sin embargo, en todo lo que queda del capítulo 11, Pablo agrega argumentos adicionales por los que Dios no ha terminado con el pueblo judío. El hecho de que Pablo toque este tema usando la frase, "su pueblo," nos dice que una relación especial entre Dios y la nación de Israel continúa existiendo. Pablo no dice que Israel es "su ex pueblo", sino "su pueblo." Los pactos a los que Pablo se ha referido previamente como pertenecientes a Israel (Romanos 9:4) están vigentes todavía; los judíos son aún una nación única con una relación especial con Dios. La nación de Israel todavía tiene un pacto vigente que los relaciona con Dios y que hace que ellos sean "su pueblo". Yo también soy israelita. Pablo puntualiza que él mismo es todavía parte del pueblo de Israel. La identidad judía de Pablo no cambió cuando conoció al rey de los judíos. Aunque él era el apóstol para los gentiles, Pablo nunca negó su identidad judía. Pablo se describe como un israelita, un descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín. Pablo muestra que ser judío y creer en Yeshua no son de ninguna manera incompatible o mutuamente excluyente. A pesar del ejemplo de Pablo, la iglesia ha demandado frecuentemente que el pueblo judío que cree en el Mesías renuncie a su herencia.

Pablo es un gran ejemplo de que Dios no ha rechazado a Israel. Una vez el gran perseguidor del movimiento mesiánico primitivo, Pablo se convirtió en el mayor propagador de la fe a la cual alguna vez se opuso. Si Dios hubiera rechazado a su pueblo, un judío como Pablo, quien al inicio se opuso a Yeshua nunca se hubiera convertido en su apóstol para los gentiles. Pablo se puede considerar un ejemplo en miniatura del destino de todo Israel, quien, como Pablo, inicialmente se opuso a las afirmaciones mesiánicas de Yeshua. Israel tendrá su propia experiencia de "camino a Damasco" al encontrar al resucitado Señor Yeshua. Como Pablo, el pueblo judío encontraría eventualmente su destino para ser el apóstol de Dios y luz para las naciones gentiles. Dios no ha rechazado a su pueblo al cual él conoció de antemano. Romanos 11:2 Pablo reitera la afirmación de que Dios no ha rechazado a "su pueblo". Pablo va aún más allá al establecer que el pueblo judío ha sido conocido anteriormente de Dios. Dios, el único que conoce el final de todas las cosas desde el principio, predijo por medio de los profetas que la mayoría de su pueblo escogido no recibiría al Mesías cuando él llegaría primero a nosotros. Setecientos años antes que Yeshua viniera, Dios pre advirtió a Israel que el Mesías sería "despreciado y rechazado." De acuerdo con Isaías 53, el Mesías sería "atravesado por nuestras transgresiones" y "molido por nuestras iniquidades." "El Señor quiso oprimirlo" porque por su rechazo y muerte, la salvación vendría a Israel y a las naciones. Dios sabía de antemano todo esto, pero él amó y escogió a Israel aún así. ¿O no saben lo que las escrituras dicen en el pasaje acerca de Elías, cómo él se dirige a Dios en contra de Israel? Señor, ellos han matado a tus profetas, han derribado tus altares, y sólo quedo yo, y están buscándome para matarme. Pero, ¿cuál es la respuesta divina? Me he separado siete mil personas que no se han inclinado ante Baal. De la misma manera, entonces, ha quedado un remanente ahora de acuerdo a la elección de gracia de Dios. Pero si es por gracia, no es en base a obras meritorias, de otro modo la gracia ya no es gracia. ¿Qué entonces? Lo que Israel está buscando, no lo ha obtenido, excepto aquellos que han sido escogidos, y el resto ha sido endurecido. Romanos 11:2-7 Pablo muestra un precedente para la continua fidelidad de Dios hacia Israel a pesar de su carencia de fe. Recuerda el lamento de Elías acerca de que él era el único judío que aún lo servía. El Señor lo corrige y le informa que entre los millones de israelitas de su día había un remanente de siete mil que no habían adorado al falso dios Baal. En estos versos, Pablo elabora el concepto del "remanente." El "remanente" se refiere a "aquellos que quedan". A través de la historia de Israel ha habido pocas veces cuando la mayoría del pueblo escogido de Dios estaba en una relación correcta con él. La mayoría de Israel usualmente se desvió, y sólo una minoría fiel, el "remanente", lo servía. De la misma manera entonces, ha quedado ahora un remanente de acuerdo a la elección de gracia de Dios. Pablo muestra que el "principio del remanente " que era operativo en los días de Elías todavía es vigente ya que hubo un remanente en los días de Pablo. El remanente fiel de Israel en le época de Pablo consistía de hombres como los apóstoles y

los 3,000 judíos de todo el mundo que creyeron en Yeshua en el día de Shavuot (Pentecostés). Aumentaron rápidamente a 5,000 y luego a decenas de miles (Hechos 21:20). No solo fueron los primeros discípulos judíos de Yeshua los líderes del movimiento mesiánico, sino que fueron considerados parte del remanente fiel en Israel. Lo que Israel está buscando, no lo ha obtenido, excepto los que fueron escogidos, y el resto ha sido endurecido. Pablo reitera que entre el pueblo elegido, del cual la mayoría ha sido endurecida hacia Dios, existe un remanente fiel. Los pactos que Dios ha hecho con Israel como nación escogida, no aseguran salvación y vida eterna a cada individuo de la nación. Sólo aquellos escogidos, que a través de la historia de Israel dieron la bienvenida al camino de salvación de Dios, la han obtenido. Desde la venida de Yeshua son los judíos mesiánicos quienes han obtenido la salvación de entre el pueblo escogido. Como está escrito, Dios les dio un espíritu de estupor, ojos que no ven y oídos que no oyen, hasta el día de hoy. Y David dice, que su mesa se convierta en trampa y en red, y en piedra de tropiezo y retribución. Que sus ojos sean oscurecidos para no ver, y que doblen sus espaldas para siempre. Romanos 11:8-10 En estos versos Pablo relata tres instancias adicionales en la Escritura que demuestran el "principio del remanente". El verso 8 se refiere a los pasajes escritos por Moisés en Deuteronomio 29:4 e Isaías en Isaías 29:10. Los versos 9 y 10 se refieren a un pasaje en el Salmo 69:22-23 escrito por el rey David. La cita de Pablo de Deuteronomio registra el lamento de Moisés por la ceguera y sordera espiritual de Israel a pesar de las grandes señales y maravillas de las que ha sido testigo. Luego de deambular por 40 años en el desierto, la mayoría de los israelitas no podían ver ni oír a Dios. Moisés tuvo la oposición de la mayoría de Israel y fue enfrentado por un elemento subversivo que quería eliminarlo y regresar a Egipto. A pesar de la infidelidad de todos los 600,000 hombres que dejaron Egipto, excepto dos, Dios no rechazó a su pueblo durante los días de Moisés. Tampoco Dios ha rechazado a su pueblo porque la mayoría de Israel en los días de Yeshua lo vio realizar grandes señales y maravillas y se desviaron. Cuando Dios recién llamó a Isaías a su servicio, le advirtió que Israel estaba espiritualmente dormido y que no lo escucharían. "Anda y di a esta gente: oigan bien y no entiendan; vean pero no entiendan... Luego dije: ¿Señor, por cuanto tiempo? Y él respondió, hasta que las ciudades estén devastadas y sin habitantes" Isaías 6:9-11. En la época de Isaías, la mayoría de Israel estaba dormida y ni podían ver ni oír a Dios. Pero Dios no rechazó a su pueblo en esa época. El pasaje que Pablo cita del Salmo 69 es una oración en la que David le pide a Dios castigar a sus enemigos. Los enemigos a los que David se refiere estaban entre su propio pueblo. David experimentó la oposición de muchos dentro de Israel, aun cuando él era el

"mesías" o "ungido". Dios no rechazó a su pueblo porque la mayoría de Israel se rebeló contra David y no lo aceptó, ni tampoco Dios ha rechazado a su pueblo porque la mayoría se desvió al no reconocer al "ungido" final de Dios, el Mesías Yeshua. Dios levantó a Elías, Moisés, Isaías y David para guiar a Israel. Todos fueron rechazados por la mayoría de Israel en sus generaciones. A través de la historia de Israel la mayoría de Israel se ha desviado pero Dios nunca ha rechazado a su pueblo por nuestra rebeldía. En lugar de ello, el Señor ha demostrado consistentemente fidelidad unilateral hacia Israel. Pablo demuestra que Yeshua, el líder más grande jamás levantado para Israel, fue rechazado por la mayoría de su generación tal como lo fueron Elías, Moisés, Isaías y David por sus respectivas generaciones. Él concluye, por lo tanto, que Dios no ha rechazado a su pueblo aunque hayan sido incrédulos con el Mesías Yeshua. Entonces digo, ellos no han tropezado para caer. De ninguna manera. Pero por sus transgresiones la salvación ha venido a los gentiles, para ponerlos celosos. Romanos 11:11 El rechazo del Mesías por parte de Israel no ha resultado en una caída total de la gracia. A la noción de que Israel tropezó para no levantarse jamás, Pablo declara enfáticamente, "¡De ninguna manera!" El tropiezo de Israel es una caída temporal de la cual se recuperará y se levantará. Por sus transgresiones ha venido la salvación a los gentiles. Israel juega un rol especial en el plan de Dios. Dios ha usado el rechazo del Mesías por parte de Israel para introducir la salvación de los gentiles. Las naciones no judías han sido perdonadas, reconciliadas con Dios, se les ha dado su Espíritu y vida eterna porque Israel tropezó sobre el Mesías. Como resultado del rechazo del Mesías por la mayoría, las puertas del reino de Dios están abiertas para siempre a los que están fuera de Israel. La salvación ha venido a los gentiles para poner celoso a Israel. Debido a la manera en que Dios ha usado a Israel para traer salvación a las naciones, por ello los gentiles tienen una tremenda deuda con Israel. Pablo advierte a todos los cristianos gentiles a evitar reaccionar con desprecio en contra del Israel caído. En vez de ello, todos los gentiles mesiánicos tienen una obligación especial de ayudar al pueblo judío a establecer una relación con Yeshua. En lugar de culpar y perseguir a los judíos por la muerte de Yeshua, los verdaderos cristianos deben alcanzar al pueblo judío con amor y ayudarlos a encontrar a su Mesías. Los gentiles están llamados para encelar a Israel mostrando el amor y la reconciliación que tienen con el Dios de Israel. Israel debe ser desafiado a reevaluar su rechazo del Mesías Yeshua al comprobar los frutos de amor y perdón en las vidas de los gentiles mesiánicos. Desafortunadamente, durante la mayor parte de los pasados 1900 años, la iglesia ha fracasado en hacer esto. En lugar de atraer a los judíos hacia Yeshua, siglos de antisemitismo en la iglesia ha sido muy frecuentemente una piedra de tropiezo que ha alejado a los judíos de Yeshua. La persecución en el nombre de Yeshua por aquellos que se llaman cristianos ha hecho extremadamente difícil para la mayoría del pueblo judío

escuchar al Rabino de Nazaret llamar a su pueblo hacia él. Ahora, si su trasgresión significó riqueza para el mundo y su caída es la riqueza de los gentiles, ¡cuánto más será su restauración! Pero estoy hablando a los que son gentiles. En la medida en que soy apóstol para los gentiles, magnifico mi ministerio, para ver si puedo mover a celos a mis compatriotas y salvar a algunos de ellos. Porque si su rechazo es la reconciliación del mundo ¿qué será su aceptación sino vida de entre los muertos? Romanos 11:12-15 En esta sección Pablo describe un tiempo de restauración que aguarda a Israel, para reemplazar trasgresión y caída. El rechazo al que Pablo se refiere en este pasaje es el rechazo del Mesías por parte de Israel, no el rechazo de Israel por parte de Dios. En lugar de rechazo, habrá aceptación. Vendrá un tiempo en el que la nación entera de Israel, no solo el remanente fiel, aceptarán al Mesías y alcanzarán la restauración. Dios ha usado la negativa de Israel de recibir a Yeshua como el Mesías de Dios para reconciliar al mundo entero consigo mismo y traer riquezas espirituales jamás contadas para los gentiles. Si la oposición de Israel al plan de Dios resultó en reconciliación y en riquezas espirituales jamás contadas para los gentiles, la aceptación de Israel de Yeshua resultará en un bien mayor para todo el mundo. Cuando Israel le diga a Yeshua, "Bendito el que viene en el nombre del Señor" significará nada menos que vida de entre los muertos. Esta era de sufrimientos terminará y comenzará el reino de la resurrección y de los benditos de Yeshua. La redención final de la humanidad gira en torno a la relación de Israel hacia, y a la aceptación de Yeshua. Por lo tanto, la restauración significa la bendición eterna del mundo entero. Dirigiéndose específicamente a los cristianos no judíos (Pero les estoy hablando a ustedes que son gentiles), el apóstol a los gentiles explica que el bien supremo de los gentiles está ligado a la relación de Israel con Yeshua. Por su propio bien (aunque no hubiera otra razón) los gentiles cristianos deberían esforzarse para ayudar al pueblo judío a encontrar a Yeshua. Consecuentemente, la mayor prioridad evangelística de los gentiles debería ser hacer que Israel se sienta celoso. Pablo, el apóstol de Dios para los gentiles, magnifica o hace mucho de su ministerio a los gentiles de tal manera que los judíos sean atraídos a la fe en Yeshua. Pablo razona que dado que la salvación ha venido a los gentiles para hacer que Israel sienta celos, mientras más sea bendecido su ministerio a los gentiles con el éxito, más cerca estaremos del objetivo de la salvación de Israel. Los seguidores judíos de Yeshua deberían estar interesados en las misiones gentiles. Mientras más crezca y cumpla su propósito la rama gentil de la iglesia, especialmente aquella parte de hacer sentir celos a Israel por la relación de los gentiles con el Dios de Israel, será mejor para Israel. El destino de Israel y el de los gentiles están unidos inextricablemente en el eterno plan de Dios. Lo que pasa a uno afecta profundamente al otro. Y si la primera parte de la masa es santa, también lo es la masa restante; y si la raíz es

santa, también lo serán las ramas. Romanos 11:16 En este verso Pablo enseña un principio bíblico que podemos bien llamar "el principio del primer fruto", que es, "lo que Dios comienza bien, lo termina bien". En el libro de Números, Israel fue instruido: "darás una ofrenda de la primicia de tu masa al Señor por todas tus generaciones". La primicia de la masa se debía poner aparte y ser ofrecida a Dios. Esta ceremonia reconocía que Israel le debe todo a Dios y que él es el que provee todo lo que necesitamos. Si la primera pieza de pan era santa y aceptable a Dios, él proveería y bendeciría el resto de nuestro pan también. Cuando se añade masa con levadura a una cantidad mayor de masa sin levadura, toda la masa se convertirá eventualmente en una buena masa útil. Un árbol con una raíz buena y fuerte producirá buenas ramas y frutos. Las analogías de Pablo se refieren a la nación de Israel. Dios escogió a los patriarcas, Abraham, Isaac y Jacob, quienes son la raíz y la primicia de la masa. Él bendijo y dio a su pueblo escogido un buen inicio al hacer un pacto eterno con los patriarcas. Por este comienzo santo, Dios tiene un amor especial por los descendientes de los padres y nunca pondrá a Israel de lado. El principio de los primeros frutos opera tanto en el reino natural como en el espiritual. Israel, cuyos orígenes comienzan con un pacto con Dios, está destinado por ello a ser redimido y consagrado a Dios. La restauración futura de Israel será en conformidad con la naturaleza santa impresa al comienzo en nosotros. Pero si algunas de las ramas fueron quebradas, y tú, proviniendo de un olivo silvestre, fuiste injertado entre ellas y llegaste a tomar parte con ellas de la rica savia del olivo, no seas arrogante hacia las ramas; pero si eres arrogante, recuerda que no eres tú el que sostiene a la raíz, sino que la raíz te sostiene a ti. Dirás entonces, "las ramas fueron rotas para que yo pueda ser injertado". Correcto, fueron rotas por su incredulidad, pero tú permaneces por tu fe. Romanos 11:17-20 Pablo elabora en su metáfora de la raíz y de las ramas. El pacto de Dios con Abraham, Isaac y Jacob que garantiza que por medio de ellos serían bendecidas todas las naciones del mundo, los hizo la raíz que echó y creció ramas: el pueblo judío. A través de la historia judía algunas de las ramas fueron buenas y tenían una relación con Dios como la tiene la raíz. Algunas de las ramas fueron infieles y fueron rotas. Muchas de las ramas originales tuvieron este destino luego de rechazar al Mesías. Desde la aparición de Yeshua, un hijo de Israel debe, o reconocer a Yeshua como el Mesías, o sufrir ser cortado del olivo, de la salvación y bendición de Dios. Algunas ramas fueron cortadas. Nunca debemos olvidar que muchas de las ramas naturales siguieron a Yeshua y permanecieron como parte del árbol. Ellos fueron los que esparcieron las buenas noticias a las otras naciones en el mundo.

Para contrarrestar la tendencia humana hacia la arrogancia y el engaño, Pablo exhorta a los gentiles de Roma a recordar que ellos no fueron los que originaron la fe mesiánica. Ellos son los beneficiarios de algo que Dios había estado cultivando en Israel durante 2,000 años. Los gentiles no son nativos al árbol original: son ramas silvestres que han sido injertadas en el olivo. La iglesia está plantada en un árbol judío y en suelo judío. Encuentra su verdadera identidad en conexión con Israel. Pablo instruye a los cristianos gentiles a tener una actitud humilde respecto del lugar de Israel en el plan de Dios, puntualizando que la raíz judía soporta a las ramas gentiles, no viceversa. Sería un árbol muy raro por supuesto el que esté sostenido por las ramas y no por la raíz. Los gentiles mesiánicos no han sido puestos con el fin de suplantar el lugar de las ramas originales. Esta es una clara enseñanza en contra de la "teología del reemplazo", aquella doctrina errónea de que la iglesia es el nuevo Israel y ha reemplazado a Israel en los planes de Dios. La teología del reemplazo es como veneno en la corriente sanguínea de la iglesia que ha agotado la salud y fuerza de ella. La negligencia de la iglesia de las advertencias de Pablo durante 2,000 años de historia eclesiástica ha resultado en una disminución de la fuerza y número de las ramas originales judías en el árbol de la fe. La advertencia de Pablo de retener una actitud humilde hacia el pueblo escogido original de Dios no ha sido considerada. Las numerosas ramas gentiles ejercieron rápidamente mayor influencia que las ramas originales minoritarias e hicieron de la iglesia una institución gentil. Durante la mayor parte de la historia de la iglesia, una rama natural era forzada a convertirse en un olivo silvestre para poder ser injertada en el olivo. Dios quiere restaurar el entendimiento de que el olivo está compuesto tanto de ramas naturales como silvestres, y que las ramas naturales tienen una función importante que cumplir en él. No se engañen, sino teman; porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco los perdonará a ustedes. Consideren pues la bondad y severidad de Dios; a aquellos que cayeron, severidad, pero a ustedes, la bondad de Dios, si continúan en su bondad; de otro modo también serán cortados. Romanos 11:20-22 Pablo exhorta a los gentiles a evitar engañarse y a temer a Dios. Ni judíos ni gentiles tienen un lugar más especial que los otros en el corazón de Dios. Ambos deben relacionarse con Dios basados en una fe humilde. Dios puede cortar las ramas gentiles que se desvían de una fe humilde en el rey de los judíos, tan fácilmente como cortó del olivo a las ramas judías infieles. Y ellos también, si no continúan en su incredulidad, serán injertados; porque Dios puede injertarlos de nuevo. Porque si tú fuiste cortado de lo que es por naturaleza un olivo silvestre y fuiste injertado en contra de la naturaleza en un olivo cultivado, ¿cuánto más aquellas ramas naturales podrán ser injertadas en su propio olivo? Romanos 11:22-24 Dios puede injertarlos de nuevo. Las ramas originales, el pueblo judío que fue cortado del olivo, serán injertadas de nuevo en el olivo si responden a Dios creyendo en el Mesías. En todo el mundo está ocurriendo este reinjertamiento. El Espíritu de Dios está

cumpliendo este verso de una manera única como no ha pasado desde el siglo sexto. ¿Cuánto más aquellas ramas naturales serán injertadas en su propio olivo? La analogía de Pablo demuestra una vez más que ser judío y creer en Yeshua son naturalmente compatibles. Los romanos y griegos, que eran las "ramas de olivo silvestre" contemporáneas de Pablo eran por lo general hostiles a los judíos y a la herencia religiosa de Israel. Así como las ramas naturales son más fáciles de reinjertar que las ramas silvestres en un árbol cultivado, así, el éxito de Dios en injertar ramas romanas y griegas al árbol de la fe por medio de confiar en el rey de los judíos, garantiza que él tendrá éxito en injertar las ramas naturales en nuestro propio olivo. Las ramas naturales son injertadas en su propio olivo. Pablo establece que el pueblo judío está relacionado especialmente al olivo: es su propio olivo. La iglesia no es por naturaleza una institución gentil, sino que es parte del olivo judío. Tanto judíos como gentiles fieles estarán una eternidad en la nueva Jerusalén, cuyas 12 puertas tienen los nombres de las 12 tribus de Israel. Allí, adorarán al León de la tribu de Judá, la Raíz de David. (Apocalipsis 5:5). Porque no quiero hermanos que estén sin informarse de este misterio, no sea que se consideren muy sabios en vuestra propia opinión, que ha ocurrido un endurecimiento parcial a Israel hasta que la totalidad de los gentiles haya entrado; y entonces todo Israel será salvo; como está escrito. El Libertador vendrá de Sion, Él retirará la impiedad de Jacob. Y este es mi pacto con ellos, cuando quite sus pecados. Romanos 11:25-27 No quiero que estén sin informarse no sea que se consideren muy sabios en vuestra propia opinión. El apóstol a los gentiles aclara el punto que señaló en los versos 17-24. Los gentiles no deben tener una actitud arrogante hacia el pueblo judío basada en estar sin informarse acerca del futuro de Israel. Pablo nos informa que los planes de Dios para Israel eran un misterio. El destino de Israel no fue claramente revelado hasta la primera venida del Mesías. Cuando Yeshua arribó, fue claro que un remanente del pueblo judío lo reconocería como Señor pero que la mayoría lo rechazaría. Cuando los apóstoles comenzaron su ministerio luego de su resurrección, fue más aparente que los gentiles de todas las naciones serían injertados en la comunidad de Israel. Todo Israel no aceptaría al Mesías hasta su segunda venida. Pablo enfatiza que el endurecimiento de Israel hacia Dios es parcial. No todo Israel ha sido endurecido. Manteniendo el principio del remanente ya discutido, desde la época de los apóstoles ha habido siempre algunos judíos que han creído en Yeshua. Desde la guerra de los seis días en 1967, cuando Jerusalén fue restaurada a Israel, el número ha incrementado ostensiblemente. Este endurecimiento parcial es solo temporal y no durará para siempre. Una vez que el número total de gentiles de todas las naciones hayan sido injertados en el olivo de la

salvación y bendición, el Espíritu de Dios será derramado sobre Israel de tal manera que la nación entera se volverá en fe hacia Yeshua como el Mesías. Pablo se refiere a la profecía de Isaías (Isaías 59:20-21) que el libertador vendrá de Sion y retirará la impiedad de Jacob (el pueblo judío). Todo Israel será salvado al volverse al Mesías y abrazar "al que atravesamos" (Zacarías 12:10). "Este es mi pacto con ellos, cuando limpie sus pecados". Los futuros expiación, perdón, salvación y restauración de Israel son absolutamente seguros porque el verdadero, el amén, quien no puede mentir, lo ha garantizado a Israel en un pacto. Porque los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables Romanos 11:29 Pablo da otra razón por la que Dios no ha rechazado a su pueblo. Dios no quita los dones que él ha dado a su pueblo, aunque ellos pequen contra él. Pablo mencionó previamente algunos de los dones dados a Israel. Fueron hechos hijos de Dios, la Sh'khinah (la gloriosa presencia de Dios ) estaba con ellos, los pactos eran suyos, así como la dación de la Torah, el servicio del templo y las promesas; los patriarcas eran suyos; y de ellos, en lo concerniente a la descendencia física, vino el Mesías. Romanos 9:4-5 Traducción judía del Nuevo Testamento. Aunque es naturalmente humano querer quitar un regalo si uno ha sido ofendido, no está en la naturaleza de Dios hacer así. Dios actúa según sus iniciativas soberanas, no en respuesta a cómo lo tratamos a él. Dios soportará muchas ofensas antes de despojar o desheredar a su pueblo. La oración de Yeshua: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" demuestra que él quiso perdonar a todos los que estaban involucrados en su crucifixión. Esta característica de Dios debe alentar a todos los seguidores del Mesías, porque todos pecamos contra él repetidamente. Si él retirara sus dones y llamamiento a nuestras vidas cada vez que lo ofendemos, ninguno de nosotros podría esperar cumplir nada. Dios demuestra su gran fidelidad a todos nosotros mediante el ejemplo de su infalible amor hacia el pueblo de Israel, aunque la mayoría ha tropezado repetidamente. Porque así como una vez ustedes han sido desobedientes con Dios, pero ahora les han mostrado misericordia por la desobediencia de ellos, entonces ellos han sido también desobedientes, para que por la misericordia mostrada a ustedes a ellos también se les pueda mostrar misericordia. Porque Dios ha encerrado a todos en desobediencia para que él pueda mostrar misericordia a todos. Romanos 11:30-32 Como pueblo escogido de Dios, Israel fue reconciliado con Dios cuando los gentiles vivían en desobediencia hacia él. Con la venida de Yeshua y el rechazo de la mayoría de los Israelitas hacia él, los roles han sido invertidos. Ahora los gentiles mesiánicos están en estado de obediencia, mientras que los judíos no mesiánicos están encerrados en desobediencia. Por la misericordia mostrada a ustedes, a ellos también se les puede mostrar misericordia. Pablo expresa la relación que Dios ha establecido entre los judíos y los

gentiles. Así como Dios ha usado a Israel para traer bendición y misericordia a los gentiles, la voluntad de Dios es usar ahora a los gentiles para demostrar misericordia a los judíos y ayudarlos a encontrar vida eterna que viene sólo por Yeshua. Judíos y gentiles se deben relacionar con Dios sobre la base de su misericordia, no sobre la base de nuestros méritos. Ni judíos ni gentiles han ganado el derecho de alguna bendición de Dios. Tanto judíos como gentiles han tenido períodos de desobediencia hacia Dios. Ambos experimentarán la misericordia de Dios. Israel verá nuevamente la misericordia y se volverá en fe a Yeshua, su Mesías. Dios no ha rechazado a su pueblo. Es parte de su plan soberano encerrar tanto a judíos como a gentiles en desobediencia para que él pueda mostrar misericordia a todos. Traducido por Fred Basurco, Peru. ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.