retiro de cuaresma para catequistas 2016 - Secretariado de Pastoral ...

Evangelio mediante las obras de misericordia para la conversión de los pecadores, el consuelo ...... revelación, es decir, a la dimensión religiosa. El evangelista ...
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ARQUIDIÓCESIS DE MONTERREY Secretariado de Pastoral Catequética

RETIRO DE CUARESMA PARA CATEQUISTAS 2016

SER MISIONEROS DE LA MISERICORDIA

PROPICIAR EN LA FORMACIÓN EL DESARROLLO DE LOS CATEQUISTAS, COMO SUJETOS DE TRANSFORMACIÓN MÁS QUE DE INFORMACIÓN ORIENTANDO SU CAMINO DE MADUREZ INTEGRAL, EN LAS DISTINTAS DIMENSIONES: HUMANA, COMUNITARIA, ESPIRITUAL, INTELECTUAL, PASTORAL Y MISIONERA (GUÍA DE FORMACIÓN PARA LOS CATEQUISTAS DE MÉXICO, 74)

LA VERDADERA FORMACIÓN ALIMENTA, ANTE TODO, LA ESPIRITUALIDAD COMO EXPERIENCIA DE DIOS Y DE VIDA EN EL ESPÍRITU DE JESUCRISTO, BASADA EN SU SEGUIMIENTO CON DIMENSIÓN TRINITARIA, COMO FORMA DE IMPULSARLO A QUE SU ACCIÓN CATEQUÍSTICA BROTE DEL PROPIO TESTIMONIO (GUÍA DE FORMACIÓN PARA LOS CATEQUISTAS DE MÉXICO, 76)

ARQUIDIÓCESIS DE MONTERREY SECRETARIADO DE PASTORAL CATEQUÉTICA

Retiro de Cuaresma 2016 para Catequistas SER MISIONEROS DE LA MISERICORDIA Misericordia quiero y no sacrificio Objetivo: Proveer un subsidio con temas, dinámica y celebración penitencial para cuaresma para en consonancia con el Jubileo Extraordinario de la Misericordia. I. Oración inicial. Opción 1. El Señor de la Misericordia Señor Jesús, en la cruz manifestaste tu obediencia al Padre y tu voluntad de salvación universal; te imploramos perdón y te damos gracias por tu amor. Queremos hacer conocer tu Evangelio mediante las obras de misericordia para la conversión de los pecadores, el consuelo de los afligidos, y la asistencia a los pobres y enfermos. Envíanos tu Espíritu Santo, pues necesitamos sanar nuestra libertad humana, para construir un mundo donde reine la misericordia y se anticipe el banquete definitivo. Ayúdanos a dar testimonio de fe y esperanza delante de nuestros hermanos, hombres y mujeres, para que comprendamos todos que la felicidad perfecta se encuentra en ti. Indícanos el camino hacia el Padre, para llegar a adorar el misterio de la Trinidad junto a María y a los Santos. Amén. Opción 2. Del Año Santo de la Misericordia Señor Jesucristo, tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él. Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación. Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena de buscar la felicidad solamente en una creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición, y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido. Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios! Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, 2

resucitado y glorioso. Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad, para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios. Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción, para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres, proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos, y restituir la vista a los ciegos. Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén. Opción 3. A la Divina Misericordia Oh Dios, cuya Misericordia es infinita y cuyos tesoros de compasión no tienen límites, míranos con tu favor y aumenta tu Misericordia dentro de nosotros, para que en nuestras grandes ansiedades no desesperemos, sino que siempre, con gran confianza, nos conformemos con tu Santa Voluntad, la cual es idéntica con tu Misericordia, por Nuestro Señor Jesucristo, Rey de Misericordia, quien contigo y el Espíritu Santo, manifiesta Misericordia hacia nosotros por siempre. Amén. II. Lectio divina. Durante esta Cuaresma 2016, el Papa Francisco, nos ha convocado a vivirla con una gran intensidad y de manera especial por el Jubileo de la Misericordia, bajo el cual estamos caminando como Iglesia peregrina, que busca acercarse a todas las periferias existenciales para iluminarlas (cf. EG, 20). También Su Santidad, nos invita durante este tiempo de preparación para celebrar la Pascua, a mantenernos en escucha de la Palabra de Dios1, por lo cual, te invitamos a disponerte para involucrarte y comenzar fructificando empleando la Lectio divina sobre la misericordia, que nos propone el mensaje de cuaresma Misericordia quiero y no sacrificio . 1. Lectura: Mt 9,10-13: Jesús come con los pecadores Después, mientras Jesús estaba sentado a la mesa en casa de Mateo, muchos recaudadores de impuestos y pecadores vinieron y se sentaron con él y sus discípulos. Al verlo los fariseos, preguntaban a sus discípulos: -¿Por qué su maestro come con los recaudadores de impuestos y los pecadores? Los oyó Jesús y les dijo: -No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. Entiendan bien que significa: misericordia quiero y no sacrificios (Os 6 6); porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. Palabra del Señor. 2. Meditación El Evangelio de Mateo por su composición global (28 capítulos) y la profundidad de los temas que trata siempre ha gozado de un especial aprecio por las comunidades desde tiempos 1

Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2016.

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antiguos. Algunos investigadores de la Biblia, lo han considerado por su orden como un , sobre todo por los últimos versículos que invitan a la misión y evangelización. Se considera que fue escrito posterior a la caída del Templo de Jerusalén (año 70 dC) y el abandono de los primeros cristianos-judíos de las sinagogas, centros de reunión de los judíos, en el año 80 dC, es decir, entre los años 80 y 90 de nuestra era; por el vocabulario y las situaciones que nos presenta el evangelista en su redacción, debió ser ésta cerca de Palestina. Los capítulos 8 y 9 del Evangelio de Mateo, nos muestran la enseñanza práctica de Jesús, ya , Jesús había enseñado con sus palabras la nueva justicia superior a la antigua, abriendo los brazos de la fe a todos los hombres, sin importar su condición social, algo totalmente contrario a las enseñanzas de los , por sus prácticas extremas de la Ley escrita y oral, que polemizarán en muchas ocasiones con Jesús, en la obra de Mateo. Los judíos cobradores de impuestos (publicanos), son considerados como traidores del pueblo, por su trabajo para el Imperio Romano; además de ser las principales figuras de corrupción, por los abusos que realizaban al hundir a los más pobres hasta la miseria por su , el publicano Mateo es llamado por Jesús, para abandonar su antigua vida de pecado y ser discípulo (Mt 9,9). entre ellos los fariseos pueden ser muchos individuos que son rechazados y aislados por el pueblo, debido a su condición. , que son despreciadas por su condición. Jesús es capaz de ver a la persona y no determinarla, o dejarla , ya que muchas de ellas no son deseadas, sino son condiciones propias de la existencia. Por ello, en estos capítulos 8 y 9, Jesús mostrará la práctica de la teoría que había compartido (caps. 5 al 7): se acerca a los leprosos (Mt 8,1-4), a los extranjeros (Mt 8,5-13), a las mujeres (Mt 8,14-15), a los enfermos (Mt 8,16-17), a los endemoniados (Mt 8,28-34), a los paralíticos (Mt 9,1-8), a los publicanos (Mt 9,9-13), a las personas impuras (Mt 9,20-22), a los pecadores (Mt 9,27-30.32-33). El gesto de sentarse Jesús y sus discípulos con los publicanos y pecadores, contraviene las reglas de los judíos de vivir separados de estas personas, es increíble considerar compartir la mesa. Los fariseos, cuestionan a los discípulos de Jesús sobre la decisión de compartir la mesa con publicanos y pecadores, aunque mucho se ha estudiado sobre esta pregunta, en el fondo, parece ser una crítica más que una duda, ello facilitaría el desprestigiar a Jesús por su desobediencia de la Ley de pureza, que exige el judaísmo, y da unidad y distinción al pueblo judío. Lo anterior nos ayuda a poder comprender las respuestas de Jesús a los fariseos: su actitud brota de un sentido común de las cosas, de una experiencia encarnada y en sintonía con el sentir del pueblo (v. 12: No necesitan médico los sanos, sino los enfermos) y, además, de la Palabra de Dios en la Escritura: Misericordia quiero, que no sacrificio (v. 13), mostrando la primacía de la Misericordia, sobre la pureza legal, en conformidad con la tradición de los 4

profetas Oseas (6,6) e Isaías (1,10que se conmueve ante las fallas del pueblo, para otorgar el perdón (Os 11,8-9).

,

3. Contemplación En nuestra realidad personal, ¿cuándo y ante quiénes me comporto como fariseo que otorga primacía a las normas y reglas olvidando la misericordia de Dios? Sabemos que la vida legal nos ayuda al orden en la sociedad, nuestra labor como catequistas conlleva reglamentos que nos permiten dar formalidad y estructura a la labor evangelizadora, para profundizar la fe, sin embargo, ello no exime de escuchar, ser paciente y explicar a las personas el porqué de ciertas decisiones y tratar de resolver lo que mejor convenga de la formación catequética de las personas. -hambriento me siento que puedo reconocer la presencia del médico Jesús que me sana en este encuentro? ¿Me siento en el encuentro con la Palabra de Dios, con Jesús, en la Liturgia de la Palabra de la Puedo reflejar eso con los niños de mi grupo que comparten conmigo esa Mesa? ¿Qué significa para mí hoy en mi vida (familia, parroquia y trabajo) Misericordia quiero, no sacrificio ? 4. Oración y acción -Voy a compartir la Palabra del Señor de esta Lectio divina con mi familia y amistades -Mostraré paciencia con los interlocutores y sus familiares -Llamaré a los interlocutores que por alguna razón no han asistido al catecismo, para conocer su situación familiar/personal y ofrecer por ellos mi oración. Oración (Sal 103, 1-4.8-10.13-14.21-22) Bendice al Señor, alma mía, del fondo de mi ser, su santo nombre, bendice al Señor, alma mía, no olvides sus muchos beneficios. Él, que todas tus culpas perdona, que cura todas tus dolencias, rescata tu vida de la fosa, te corona de amor y de ternura Clemente y compasivo es el Señor, tardo a la cólera y lleno de amor; no se querella eternamente 5

ni para siempre guarda su rencor; no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas. Cual la ternura de un padre para con sus hijos, así de tierno es el Señor para quienes le temen; que Él sabe de qué estamos hechos, se acuerda de que somos polvo. Bendecid al Señor, todas sus huestes, servidores suyos, ejecutores de su voluntad. Bendecid al Señor, todas sus obras, en todos los lugares de su imperio. ¡Bendice a Yahveh, alma mía! III. Introducción general: El perdón Definición: Es la acción en que una persona olvida la falta que ha cometido otra persona contra ella o contra otros, y no guardar rencor, ni castigar; no tiene en cuenta una deuda o una obligación. Es una es decir, un movimiento que exige a la persona sea motivado o realizado por sí mismo. En el momento que otro me obliga a actuar, deja de ser acción, para convertirse en un padecer, en una pasión. todas nuestras vivencias nos van dejando un aprendizaje, el cual va formando, como si fuéramos plastilina, nuestra personalidad. El olvido, es lo contrario a la memoria en muchas ocasiones, pero en este caso no posee este sentido. El olvido, implica una decisión personal por no mantener un juicio contrario a aquella persona que ha atentado contra mí y por lo tanto, ha generado una ofensa en mi persona; los grandes regalos que poseemos por la Creación divina de inteligencia, voluntad y libertad, nos ayudan a decidir, , es aprender a manejar aquellas cosas que sentimos cuando estamos padeciendo una falta. No guardarle rencor el rencor gran es la pena que se impone por un delito cometido.

sentimiento de hostilidad o

La definición mencionada del perdón concluye en una liberación total de la pena o castigo que puede merecer la persona que nos agredió. Se manifiesta como signo en nuestra vida el poder dejar l que cometió la falta. o latino per-

donare que

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Uno de los primeros relatos bíblicos, que nos manifiesta el perdón desde una visión humana y divina, como un caminar en el hombre, está inserto en los últimos capítulos del Génesis: la historia de José2. Todos conocemos la envidia que sintieron sus hermanos por José, al ser el favorito de su padre, y la suerte que debió sufrir al ser vendido como esclavo y llevado a Egipto. Gracias al favor de Dios, que desde pequeño había recibido José en la interpretación de los sueños, llegó a ser el administrador de todo Egipto, al rescatar de la hambruna a toda la tierra del Faraón. Ya siendo rescatado por Dios de la desgracia, José se encuentra con sus hermanos. Ahora, te invitamos a que leas el encuentro entre José y sus hermanos (Gn 42,145). Detenidamente, te invitamos a reflexionar los pasajes de la historia de José y sus hermanos y sobre los caminos de gracia y reconciliación, en que Dios va llevando a su pueblo3: 42,7. En cuanto José vio a sus hermanos, los reconoció, pero fingió no conocerlo y los trató duramente. Les preguntó: -¿De dónde vienen? Ellos respondieron: -Venimos de la tierra de Canaán, para comprar grano. ¿Por qué José no se habrá dado a conocer a sus hermanos al encontrarse con ellos?

42,9. Entonces se acordó de los sueños que había tenido en relación con ellos y les dijo: -Ustedes son espías; han venido para ver las zonas vulnerables del país. En el sueño de José, aún en casa de su padre, él va a reinar o dominar sobre sus hermanos, este hecho genera en ellos más odio hacia él. En este pasaje más adelante, , para lo que sus hermanos habían hecho con él? ¿Sí o no? ¿Por qué?

42,13. Ellos respondieron: -Nosotros, tus siervos, éramos doce hermanos, todos hijos de un mismo padre, en la tierra de Canaán. El más joven se ha quedado con nuestro padre y el otro desapareció. 42,15. Los voy a someter a una prueba, y les juro por el faraón que no saldrán de aquí a menos que venga su hermano menor. Los hermanos de José hacen mención de su padre Jacob y de su hermano Benjamín; ¿crees que este hecho haya provocado o removido buenos sentimientos en José, capaces de provocar el perdón a sus hermanos? 2 3

Audiencia general del Papa Francisco, 27/ene/2016. Idem.

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Dios es nuestro Padre y Jesús nuestro hermano, por lo tanto, todos los cristianos somos hijos de un mismo Padre esta condición de ser hijos y hermanos?

42,21. Y se decían unos a otros: -Estamos pagando lo que hicimos con nuestro hermano, pues vimos la angustia con que nos pedía clemencia y no lo escuchamos. Por eso nos ha venido esta desgracia. 42,24. Entonces se retiró y se puso a llorar; regresó luego y, después de hablarles, tomó a Simeón y mandó delante de ellos que lo metieran a la cárcel. ¿Qué sentimiento consideras que brotó en José que lo hace llorar?

43,27. Él les preguntó qué tal estaban y les dijo: -¿Cómo está su anciano padre del que me hablaron? ¿Vive todavía? 43,30. Pero entonces José tuvo que salir rápidamente afuera, porque se había emocionado al ver a su hermano, y estaba a punto de llorar. Entró en su habitación y allí estuvo llorando. Para ti ¿qué personas son capaces de provocar el perdón de José?

45,1-5. No pudiendo contenerse ya José ante quienes lo rodeaban, ordenó: -Salgan todos de mi presencia. Y no quedó nadie con él cuando se dio a conocer a sus hermanos. Entonces rompió a llorar con grandes gritos de forma que lo oyeron los egipcios y la noticia llegó hasta la casa del faraón. José dijo a sus hermano: -Yo soy José, ¿Vive todavía mi madre? Sus hermanos no pudieron responderle, pues estaban asustados ante él. Entonces él les dijo: -Acérquense a mí. Ellos se acercaron, y él les repitió: -Yo soy José, su hermano, el que ustedes vendieron a Egipto. Pero no estén angustiados, ni les pese el haberme vendido, pues Dios me envió para que viniera antes que ustedes y pudiera salvar sus vidas. La interpretación que da José, está hecha desde la fe en Dios, después de sufrir desde su juventud por el odio de sus hermanos y no poder disfrutar el amor de su padre, ve 8

las cosas que le han pasado como necesarias, tenido alguna experiencia así? ¿Cómo influyen estos hechos en tu vida cristiana con tu familia y en tu grupo parroquial, para perdonar?

IV. Tema 1: Un vistazo al perdón en la Sagrada Escritura Las personas, somos seres sociales, es decir, vivimos en comunidad la cual nos va forjando y formando. Desde que nacemos, debemos interactuar con nuestro mundo, para ello el llanto es la mejor solución: lloramos si tenemos hambre para que nos den de comer, si mojamos el útil y vamos empleándolo, para ir obteniendo cosas menos útiles que la limpieza y la comida, tal vez que nos den un juguete, un dulce o poder ganarle las cosas a nuestros hermanos: pero, , nos va mostrando que no siempre obtenemos lo que queremos y, entonces, se va generando una tensión en la convivencia con los demás. El encuentro con la comunidad, va revelando una cara que no es del todo agradable, y nos muestra que el convivir con los demás no es cosa fácil. Las tensiones ya no desaparecerán sino, al contrario, irán aumentando cada vez más: en la escuela, los equipos deportivos, e incluso en la misma Iglesia.

, con un nombre y apellido específico, que realizó algo también muy puntual y causó esa molestia en mi interior. Puede resultar más gracioso, pero no deja de ser cierto, que incluso alguien haga brotar en nosotros, sentimientos de antipatía, sin que haya razón alguna, simplemente por asociación inconsciente con alguien más. Hay muchas fracturas que van surgiendo en la convivencia por desgaste, por conflicto de intereses, por malentendidos, por acumulación de heridas y agravios... Así de frágiles y por eso, necesitamos permanentemente reparar las para ello los seres humanos necesitamos ejercitarnos permanentemente en el perdón y la reconciliación. Es la única forma de reconstruir y salvar la comunidad4 . El perdón, como resultado de las relaciones sociales humanas, va tomando lugar en las relaciones con Dios. La transgresión o desobediencia del hombre a la voluntad de Dios desde la creación, una voluntad perfecta que es amor y libertad, para la persona humana, se vuelve núcleo del encuentro con Dios. Si algo nos muestra la Sagrada Escritura, es una relación de misericordia de Dios, para los hombres, que resulta en su perdón y un retorno a las relaciones de armonía con Dios y su creación. La Biblia, se encuentra repleta de ejemplos, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.

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Martínez Díez, F., Creer en el ser humano. Vivir humanamente, Ed. Verbo Divino, 1ª Ed., Navarra, 2012, p. 410.*

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La historia de la salvación atestiguada en la Biblia, es a la vez una línea paralela de historia del amor divino y su perdón: patriarcas, jueces, reyes y profetas, continúan intercediendo ante Yahvé, para salvación del pueblo de los enemigos que los oprimen como resultado de su lejanía del plan de Dios. En el Antiguo Testamento, el perdón aparece en el diálogo que sostiene Abraham con Yahvé, cuando éste le revela su decisión de destruir Sodoma y Gomorra por sus pecados, el Patriarca intercede por los hombres, buscando el perdón divino, argumentando la existencia de hombres justos en esas ciudades y lo cumple al salvar la vida de Lot (18,20-32.19,22). Moisés, modelo de libertador y legislador del pueblo judío cautivo en Egipto, y durante su camino hacia la tierra prometida, intercede evocando el perdón de Dios ante las faltas de sus compatriotas en distintas ocasiones, obteniendo en todas ellas la misericordia divina (Ex 32,11-12.32.34,9). Lo mismo ocurre con su sucesor, Josué, que debe evocar el perdón de Dios por las faltas del pueblo (Jos 7,7) y debe confirmar la alianza de fidelidad del pueblo con Yahvé, bajo amenaza de ya no recibir más el perdón divino, a causa de las recurrentes fallas. El pueblo acepta servir fielmente a Yahvé, para no provocar su ira (Jos 24,19). Un modelo de hombre, que acepta su falta contra Dios, reconociendo su pecado y arrepintiéndose de ello, es el rey David (2S 12,13.16; Sal 50). Su pecado de unión con Betsabé (1S 11,2-4), la muerte de Urías (2S 11,14-15) y el censo del pueblo (2S 24,10), tienen consecuencias en su vida. La historia de David, es tal vez en el Antiguo Testamento de las que posee el mayor número de muestras de perdón y respeto al prójimo: perdona la vida al rey Saúl (1S 24,5-8;26,11; ); perdona la vida de Nabal por intercesión de Abigail (1S 25,34); llora la muerte del rey Saúl, a quien le sirvió y al hijo de este, Jonatán, amigo entrañable de David (2S 1,17-27); así como de manera especial la de su hijo Absalón, usurpador del trono de Israel (2S 19,1). El libro del profeta Isaías, comienza con una descripción apabullante sobre la infidelidad del pueblo de Israel y las consecuencias que le traerán dicho comportamiento, pero inmediatamente, tal como ocurre en otros profetas, nos habla del perdón de Dios que traerá la paz al pueblo, tras la expiación de sus pecados y la conversión hacia Dios (Is 1,1-2-21). Podemos ver una bella escena, que refleja el perdón de Yahvé en el profeta Oseas. Nos narra, sobre la infidelidad de la esposa, el pueblo de Israel, con el esposo, Yahvé. En un arrebato de cólera por el engaño que sufre, lanza amenazas y recuerda los bienes que procuró para ella, reniega ante su tendencia, a entregarse a otros hombres y su sed de prostitución (Os 2,4-15); conforme van terminando las ofensas, concluye decidiendo re-conquistarla y perdonarle sus faltas, ante la esperanza que puede volver a seducirla y ganar su amor (Os 216-17). La experiencia del profeta Oseas, puede resultarnos desconcertante y a la vez muy amorosa, sobre todo, cuando en experiencia propia, sabemos lo difícil que podría resultar perdonar una infidelidad de nuestra pareja: imagina entonces, ante nuestras infidelidades La literatura poética, los Salmos, están también impregnados de la necesidad del perdón de parte de Dios. Sólo de Dios, puede provenir el perdón perfecto, porque los pecados son muchos y la culpa que vamos cargando es tan grande, que sólo Él puede liberarla, su nombre implorarlo y reconocerlo- basta, para que el hombre encuentre esa libertad (Sal. 25,11). Por 10

lo anterior, llama bienaventurado o dichoso, a aquél al que Dios le perdona su culpa: un camino que exige a la persona reconocer la culpa, arrepentirse y presentarse así ante el juicio de Dios, porque sólo de Él procede el perdón (Sal 32,1.5). Nos muestra al hombre, que dirige sus ruegos hacia Dios, porque reconoce todo lo que proviene de Él, porque perdona las faltas , desde el sentido de salvación (salutis = salud), nos salva o nos da la salud que está restringida por nuestras faltas (Sal. 103,1-5). El perdón en el Nuevo Testamento, retoma un tanto algunas comprensiones del Antiguo Testamento, sin embargo se va clarificando y puntualizando más el tema, en torno a su origen por parte de Dios y para nosotros es gracia (regalo), que viene por amor de Dios y por su voluntad. San Pablo, cuando se dirige a los Efesios empleando un bello himno cristológico plantea el sacrificio de Cristo Jesús, como principio de redención y perdón de las faltas por la infinita gracia que proviene de Dios (Ef 1,7), dando continuidad a la idea del perdón como proveniente de Dios pero ahora nos presenta a Jesús, el ungido de Dios, como Aquél que por su sacrifico nos ha dado el perdón y, por ser nuestro intercesor ante el Padre, nos exige un cambio de vida, por haber recibido el Espíritu Santo de Dios (Ef 4,24.30); debemos abandonar el pecado (Ef 4,26-29.31) y perdonar a nuestros hermanos, porque nosotros experimentamos el perdón de Dios en Cristo (Ef 4,32). En su misiva a los colosenses, recuerda una vez más, el perdón de los pecados por Cristo Jesús (Col 1,14.2,13) y el llamado a perdonar a los demás (Col 3,13). La síntesis del perdón en los Evangelios, no es una parábola o actitud, sino se vuelve carne, Cristo en su persona, palabras y acciones, se convierte en la misericordia encarnada y en consecuencia el perdón en persona. El camino del perdón en el ministerio de Jesús, está precedido por el profeta Juan el Bautista que por un bautismo de conversión, otorga el perdón de los pecados siempre ligado a un cambio de vida en el bautizado y respetando la justicia divina (Mt 3,1-2; Lc 3, 2-3.8-9); Jesús en su ministerio, mostrándonos el reino, también precisó la necesidad de la conversión (Mt 4,17). La predicación de Jesús y sus obras, curando enfermos, requieren la fe y el perdón de los pecados. Recordemos el pasaje del paralítico curado (Mt 9, 2-8), en el cual la multitud por fe lleva al enfermo ante nuestro Señor, resalta en el relato las palabras de por qué: le llevan el paralítico, para que lo sane, esto ocurre ante todo el pueblo y, además, el relato resalta la fe de la comunidad. Jesús, no responde ante el enfermo: estás curado como todos esperaríamos, prefiere resaltar el poder del perdón que solo viene de Dios y que , en el cual el pueblo tenía fe. Los escribas, maestros de la Ley están presentes y reconocen, que el perdón solo proviene de Dios, por ello, el Señor les dice ante su actitud escandalosa por otorgar el perdón divino: ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados quedan perdonados; o decir: Levántate y camina? (Mt 9,5). Posterior a esto, Jesús, ordena al paralítico que se levante y camina. ¿Qué es más sencillo para nosotros en nuestro diario vivir, hacer que un paralítico camine u otorgar el perdón, a aquellos que tenemos atados por sus ofensas o diferencias? El poder del perdón es de Dios y del Hijo de Dios, Jesucristo, Él puede perdonarnos y liberarnos de las parálisis, que nos impiden movernos, para actuar con amor en nuestro mundo cotidiano: familia, escuela, vecinos, trabajo. La Biblia, nos recuerda que ese mismo poder de 11

perdonar, lo tenemos los 12; Lc 5,17-26).

Mt 9,8; paralelos: Mc 2,1-

El perdón, que nos enseñó Jesús, es ilimitado. Recordemos ante la interrogante de Pedro sobre cuántas veces debemos perdonar las ofensas de los hermanos, sabemos que Cristo propone que es ilimitada (cf. Mt 18,21-22; Lc 17,4). Debemos recordar, que ese infinito perdón a los hermanos, se los debemos porque nos sabemos antes que nada, perdonados por el Señor. Por lo anterior, al mandato del perdón lo precede la parábola del siervo sin entrañas, a quien su gran deuda fue perdonada por el rey, pero él fue incapaz de perdonar una deuda menor a su compañero, provocando la cólera del rey. Así, el mejor signo que podemos ofrecer a los demás de nuestra fe, esperanza y amor a Dios, es otorgar el perdón, puesto que Él mismo nos ha perdonado (Mt 18, 23-35). Conviene recordar en el contexto de la parábola anterior, la comida de Jesús con Simón el fariseo, en la cual, la mujer pecadora pública ungió los pies del Señor con perfume y lloró en ellos enjugando las lágrimas con su cabello. Simón, duda del profetismo de Jesús, por dejarse tocar por una pecadora pública. Jesús, , que fue incapaz de atenderlo con el mínimo de las reglas estipuladas para ello, sin embargo, la mujer lo ha hecho de manera sublime: ella lava los pies de Jesús con sus lágrimas y los ha secado con sus cabellos, los ha llenado de besos y los ha ungido con perfume. Las acciones de la mujer, han mostrado el arrepentimiento de su vida de pecado, ante el encuentro con Jesús y ha mostrado total fe en Él mientras el fariseo confía en sus fuerzas y en el cumplimiento de la Ley como medios para salvarse, olvidando la conversión del corazón (cfr. Lc 7,36-49). Los Evangelios, nos muestran muchos relatos donde se manifiesta de manera implícita o explícita, la misericordia de Jesús y su perdón a los hombres, pero el relato más famoso y de más cortas palabras, es el que nos expone el , justo en el momento de la crucifixión, Jesús cuelga ya del madero e implora al Padre el perdón a cada uno de nosotros, a toda la humanidad, por no aceptarle a Él y creer en Él como el enviado por el Padre, para , está siempre presente en el sacramento de la reconciliación, donde nos presentamos heridos y culpables, preparados para entablar un juicio ante el Juez justo y misericordioso, y en el cual ya estamos de reflexión muy profunda en este Año de la Misericordia, en el cual, toda nuestra vida pasada puede ser presentada ante el Señor de la Misericordia, título que conviene otorgar a Jesús, para que perdone aquello que hicimos sin sa con mucha más razón, reconocer ante Él , para transformar nuestro corazón y no volver a caer en ello. El Padre Nuestro, es en la tradición cristiana, el modelo de oración que brota directamente del corazón de Jesús, como enseñanza a los apóstoles, para dirigirse al Padre cuando uno de ellos evangélica en san Lucas (11,2-4) y san Mateo (6,9-13). Los primeros escritores y los santos padres de la Iglesia, , valorándola en su justa dimensión, por (Tertuliano), por incluir todas las oraciones de la Escritura (san Agustín), siendo la más 12

perfecta de las oraciones por mostrar el orden de necesidad, para pedir lo que más nos conviene y formar nuestra afectividad (santo Tomás de Aquino; cfr. CEC 2761-2763). Formado en el evangelio de san Mateo (Mt 6, 9-13) por las siete peticiones, vamos a recordar un poco la

Perdona nuestras ofensas , desde nuestra realidad de hijos que reconocen su fragilidad y siguen pecando. Recordamos al hijo pródigo (cf. Lc 15, 11-32) y nos reconocemos pecadores ante Él, como el publicano (cf. Lc 18,13). Sabemos que el perdón proviene de su infinita Misericordia, eficaz e indudable de su perdón lo encontramos en los sacramentos de su Iglesia (cf. Mt 26, 5 ; implica además de la apertura del corazón, la capacidad de perdonar las ofensas de nuestros prójimos. Negar el perdón al hermano, es cerrarnos a obtener la gracia de Dios, por el contrario, abrirnos al perdón, es recibir la gracia abundante de Dios en nuestra vida6. como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden

,

Dios: ean perfectos, como el Padre celestial es perfecto (Mt 5, 48); "Sean misericordiosos como su Padre es misericordioso" (Lc 6, 36); "Les doy un mandamiento nuevo: Ámense los unos a los otros. Como yo los he amado, así también ámense los unos a los otros" (Jn 13, 34). El mandamiento del Señor, sólo es posible vivirlo a través del modelo perfecto de Dios, para ello, contamos con la gracia de Dios a través del Espíritu Santo 7. El perdón de los enemigos, está implícito en la oración del Padre Nuestro (Mt 5,43-44) y va transformando el corazón del discípulo, configurándolo más con el de su Maestro8. en un corazón acorde con la compasión divina. Además, el perdón da testimonio de que, en nuestro mundo, el amor es más fuerte que el pecado9 Sólo reconociéndonos perdonados por el Padre, a través del sacrificio del Hijo, acercándonos a los sacramentos y viviendo el perdón a nuestros hermanos, podemos llamarnos discípulos de Jesús, para salir a nuestro mundo, en el diario vivir, como misioneros de la misericordia que por la gracia divina van transformando el mundo, como levadura que fermenta las estructuras del mundo en que vivimos. Ser misioneros de la misericordia, es sólo para aquellos que reconocen la misericordia, no como una acción, sino como una Persona: la Misericordia de Aquél que nos amó primero (1Jn 4,19). Preguntas para reflexión: 1. ¿Qué diferencias encuentro entre el perdón humano o del mundo y el perdón de los cristianos? ¿Cuál es el perdón que otorgo a los demás (el del mundo o el cristiano?

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CEC, 2839. Cf. CEC, 2840. 7 Cf. CEC, 2842. 8 Cf. CEC, 2844. 9 Cf. CEC, 2844. 6

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2. ¿A perdón de Jesús

mi vida interior y exterior el

V. Dinámica. Reflexión evangélica del perdón Material: Preparar hojas para lecturas del evangelio según san Juan 8,3-11. Instrucciones: Se propone realizar una escenificación del pasaje de la mujer adúltera conforme al evangelio según san Juan (8,3-11). Para ello, se preparará un grupo de catequistas previamente al desarrollo del retiro, asignándoles el personaje a interpretar, de ser posible considerar emplear vestuario adecuado, que ayude a representar a los personajes, así como accesorios materiales (piedras, tierra, etc.). Se puede emplear también, dependiendo de cada realidad parroquial, música de fondo y equipo de sonido para el momento. Cada personaje puede desarrollar un pequeño diálogo, que amplíe más la escena, considerando respetar el Espíritu que inspira la Sagrada Escritura. Los personajes de Jn 8,3-11 a considerar son: Jesús. Puesto a prueba por los escribas y fariseos sobre un caso inscrito en la Ley. Un narrador. Guía el momento y da dinamicidad a la escena. Mujer adúltera. Acusada de ser encontrada in fraganti, en adulterio. Escriba. Maestro de la Ley. Fariseo. Laicos que se esfuerzan por mantener de manera intransigente la Ley y las tradiciones de Israel. Testigos o pueblo. Están presenciando la confrontación de Jesús con los escribas y fariseos, muy probablemente, muchos de ellos discípulos de Jesús y otros tantos escuchaban sus enseñanzas. Al final, compartir que sintió cada uno de los actores y algunas personas del público, sobre la dinámica. Para la reflexión: 1. Conforme a Dt 22,22-24 ¿qué personaje falta en este juicio?

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2. Consulta Dt 17,7. En relación a los testigos contra la mujer, ¿Por qué crees que el evangelista especifica que se retiran comenzando por los más viejos? ¿Habrá alguien sin pecado (cf. Prov 24,16)?

Cerrar el momento con un canto sobre la misericordia o el perdón. VI. Receso

VII. Tema 2: Ser bautizado, ser perdón: ser misionero de la misericordia Le invitamos, a que lean el siguiente párrafo, con las palabras del Papa Francisco: problema es que nosotros nos cansamos, no queremos, nos cansamos de pedir perdón. Él jamás se cansa de perdonar, pero nosotros, a veces, nos cansamos . En este Año de Jubileo Extraordinario de la Misericordia, no nos sorprende el mensaje con este contenido del Sumo Pontífice, sin embargo, debemos aclarar que son tomadas del primer rezo del Ángelus como Papa el 13 de marzo de 2013, fecha de inicio de su Pontificado, algún buen tiempo antes del inicio del año jubilar. La importancia de la misericordia, en la relación de los cristianos con el Padre, ha estado presenta ya desde sus homilías y catequesis como Cardenal Bergoglio. El rostro de Dios como Padre misericordioso y paciente está también presente en estas primeras palabras de su ministerio petrino. Durante la cuaresma de este Año Jubilar, S.S. Francisco, ha decidido enviarnos la Misericordia: son sacerdotes con la autoridad especial de perdonar pecados que están reservados a la Sede Apostólica además de los no reservados. El objetivo es que sean un signo de la Iglesia como madre que busca a sus hijos y del Padre que acoge a todos los que buscan su perdón de corazón, construyan a la vez un encuentro muy humano de la Iglesia con el pueblo de Dios; sean para todas las personas fuente de liberación y responsabilidad que nos ayuden a vivir la vida nueva en Cristo por el bautismo. En síntesis, serán Misioneros que anuncien la alegría del perdón (cf. MV 18). También nosotros en este Año de la Misericordia podemos hacer este trabajo de ser mediadores de misericordia con las obras de misericordia para acercarnos, para dar alivio, para hacer unidad10 En el tema anterior, vimos cómo a través de la encarnación de Jesús, la Misericordia del Padre se vuelve una persona para la humanidad: Cristo Jesús. Las enseñanzas del apóstol san Pablo,

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Audiencia general del Papa Francisco, 27/ene/2016.

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comportarnos como hijos de Dios (Flp. 2,12), animando a los demás, consolándolos en el amor, ser compasivos (Flp. 2,1-2) haciendo a Cristo presente en el mundo (2Cor 2,15). Si somos hijos en el Hijo y co-herederos con Cristo del Reino, entonces también podemos ser colaboradores en las obras de misericordia del mundo. Si bien, los Misioneros de la Misericordia enviados por el Papa a toda la Iglesia Universal, tienen facultad extraordinaria, también nosotros, bautizados, hijos de Dios, y desde una visión ampliada, podemos ser conforme a nuestras funciones propias, misioneros de la misericordia, que llevan el perdón a distintos ambientes en nuestro mundo. Invitamos a los catequistas a primerear en esta cuaresma, tomando la iniciativa firme de ser un misionero mediador de la misericordia en tu familia, parroquia y comunidad (cf. EG 24; LG 31, Audiencia general 27/ene/2016) 1º

rofundo, para una buena reconciliación.

Textos para reflexión: 1. [Jesús] ha venido para nosotros cuando reconocemos que somos pecadores. Pero si somos co Te doy gracias, porque no soy como los demás hombres, y tampoco como ese que está (cf. Lc 18,11-12), no conocemos el corazón del Señor, y nunca tendremos la alegría de sentir esta misericordia11 . 2. ¿Puede uno confesarse también cuando no se han cometido pecados graves, solo veniales? La confesión es también es esa ocasión el gran regalo de la curación y de la unión más íntima con el Señor, aunque estrictamente uno no estuviera obligado a confesarse (Youcat, 235; cf. CEC 1458) . Texto para reflexión: 1. En la Sagrada Escritura, la misericordia de Dios está presente a lo largo de toda la historia del Pueblo de Israel. Con su misericordia, el Señor acompaña el camino de los Patriarcas, a ellos les dona hijos no obstante su condición de esterilidad, los conduce por caminos de gracia y de reconciliación, como demuestra la historia de José y de sus hermanos12. 2º

.

Texto para reflexión: 1. Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y La predicación de Jesús nos presenta estas obras de misericordia para que podamos darnos cuenta el amor13 . Podemos consultar, para profundizar los temas de las obras de misericordia, del retiro de Adviento 2015 versión 2, disponible en la página de Facebook del SEPAC. 11

Homilía del Papa Francisco en la Parroquia de Santa Ana, 17/mzo./2013. Audiencia general del Papa Francisco, 27/ene/2016. 13 MV, 15. 12

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3º perdonar a los que nos ofenden, comenzando en nuestra familia como escuela del perdón Textos para reflexión: 1. Forma parte de la vocación y de la misión de la familia la capacidad de perdonar y de perdonarse. La práctica del perdón no sólo salva a las familias de la división, sino que las hace familias, que si son capaces de caminar cada vez más decididamente por la senda de las Bienaventuranzas, aprendiendo y enseñando a perdonarse mutuamente, en toda la gran familia de la Iglesia crecerá la capacidad de dar testimonio de la fuerza renovadora del perdón de Dios14. 2. Pienso en tantos hermanos que es Año de la Misericordia es una buena ocasión para reencontrarse, abrazarse y perdonarse, ¡eh! Olvidar las cosas feas15. 4º gracia

, para vivirla al extremo con ayuda de la

Textos para reflexión: 1. Todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta (Flp 4,8). 2. Las virtudes humanas adquiridas mediante la educación, mediante actos deliberados, y una perseverancia, mantenida siempre en el esfuerzo, son purificadas y elevadas por la gracia divina. Con la ayuda de Dios forjan el carácter y dan soltura en la práctica del bien. El hombre virtuoso es feliz al practicarlas. Para el hombre herido por el pecado no es fácil guardar el equilibrio moral. El don de la salvación por Cristo nos otorga la gracia necesaria para perseverar en la búsqueda de las virtudes. Cada cual debe pedir siempre esta gracia de luz y de fortaleza, recurrir a los sacramentos, cooperar con el Espíritu Santo, seguir sus invitaciones a amar el bien y guardarse del mal (CEC 1810-1811). 5º obras Textos para reflexión: 1. Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del obrar del Padre16.

2. Hay que acompañar con misericordia y paciencia las etapas posibles de crecimiento de las personas que se van construyendo día a día17. 3. ¿El peligro cuál es? Es que presumamos de ser justos, y juzguemos a los demás. Juzguemos también a Dios, porque pensamos que debería castigar a los pecadores, condenarles a muerte, en

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Audiencia general del Papa Francisco, 4/nov./2015. Audiencia general del Papa Francisco, 27/ene/2016. 16 MV, 3. 17 EG, 44. 15

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lugar de perdonar. Entonces sí que nos arriesgamos a permanecer fuera de la casa del Padre18.

4. A los que están heridos por divisiones históricas, les resulta difícil aceptar que los exhortemos al perdón y la reconciliación, ya que interpretan que ignoramos su dolor, o que pretendemos hacerles perder la memoria y los ideales. Pero si ven el testimonio de comunidades auténticamente fraternas y reconciliadas, eso es siempre una luz que atrae. Por ello me duele tanto comprobar cómo en algunas comunidades cristianas, y aun entre personas consagradas, consentimos diversas formas de odio, divisiones, calumnias, difamaciones, venganzas, celos, deseos de imponer las propias ideas a costa de cualquier cosa, y hasta persecuciones que parecen una implacable caza de brujas. ¿A quién vamos a evangelizar con esos comportamientos? Pidamos al Señor que nos haga entender la ley del amor. ¡Qué bueno es tener esta ley! ¡Cuánto bien nos hace amarnos los unos a los otros en contra de todo! Sí, ¡en contra de todo! A cada uno de nosotros se dirige la exhortación No te dejes vencer por el mal, antes bien vence al mal (Rm 12,21). Y 19 ¡No (Ga 6,9) . Para la reflexión personal: 1. ¿Qué nuevas actitudes puedo encarnar en mi familia, apostolado, parroquia y trabajo que me manifiesten como misionero de la misericordia?

2. En mi historia de la salvación personal ¿cómo manifiesto al mundo mi felicidad por ser perdonado por Dios, sentir su misericordia?

18 19

Ángelus del Papa Francisco, 15/sept./2013. EG, 100-101.

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VIII. Celebración penitencial cuaresmal

CELEBRACIÓN PENITENCIAL CUARESMA 2016

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RITOS INICIALES Celebrante: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. R. Amén.

ORACIÓN DE ENTRADA Celebrante: Señor Jesús, cuando Pedro te negó por tercera vez, te volviste a mirarlo para que llorara su pecado y se convirtiera a ti, de todo corazón; míranos también a nosotros y mueve nuestros corazones, para que regresemos a ti y te sigamos fielmente durante toda la vida. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. R. Amén

LITURGIA DE LA PALABRA Primera lectura: Del libro del profeta Ezequiel 36, 23-28. “Los rociaré con agua pura y los purificaré de todas sus impurezas e idolatrías”. Salmo: Salmo 73 (72). “Mi felicidad es estar junto a Dios”. Segunda lectura: De la carta del apóstol san Pablo a los efesios 4, 1-3. 17-32. “De este modo se renuevan espiritualmente y se revisten del hombre nuevo creado a imagen de Dios, para llevar una vida verdaderamente justa y santa”. Aclamación del Evangelio: Jn 4, 14. “El que beba del agua que yo quiero darle, nunca más volverá a tener sed.” Evangelio: san Juan 4, 4-30. “Entonces Jesús le dijo: Soy yo, el que está hablando contigo”. Pistas de homilía: •



La primera lectura, habla de un nuevo nacimiento por medio de la gracia del Espíritu de Dios. Esta agua, es capaz de limpiar no sólo los pecados sino también de refrescar el alma, que es a lo que hemos venido hoy. Dios, no quiere hacernos sentir que somos basura o que estamos sucios por el pecado, sino quiere que sigamos sus mandamientos y por ello está dispuesto a perdonarnos todas nuestras ofensas, aún aquellas que son muy graves a los ojos del mundo. El núcleo del diálogo cuyo primer tema es el “Agua viva”. Jesús le respondió: -Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide beber, sin duda que tú misma me pedirías a mí y yo te daría agua viva” (4,10). Esta proposición, con una primera oración en condicional y una oración principal en potencial, es una forma de invitar al misterio. La expresión “Si conocieras el don de Dios” lleva ya directamente al tema de la revelación, es decir, a la dimensión religiosa. El evangelista quiere excluir así desde el principio, cualquier otra interpretación de las palabras de Jesús. La proposición “Y quién es el que te dice “Dame de beber”, deja entrever que el don de Dios es personal, es decir, es el mismo Jesucristo. La oración principal, expresa cuál sería la respuesta de la mujer si conociera el don de Dios. Esta respuesta, consistiría en pedir a Jesús el agua viva. De esta manera, el evangelista nos adelanta ya aquí, el tema de la representación de Jesús como 20

fuente de aguas vivas, que veremos más adelante en 7,37-39. El bien que se ofrece, es el agua viva (y él te habría dado agua viva). En este momento se contrapone el agua que se saca del pozo y el agua que viene de la fuente, y que en consecuencia es agua viva, pero en la expresión ya va encerrado el don de la gracia, el don de la revelación y el don del Espíritu Santo. Así va a aparecer en los versos siguientes (Cfr. Comentario Bíblico Latinoamericano).

EXAMEN DE CONCIENCIA Se deja un espacio suficiente de silencio, para hacer un examen pausado de conciencia. Este momento se puede acompañar con cantos que motiven la reflexión y la confesión.

RITO DE RECONCILIACIÓN Confesión general de los pecados Celebrante: Hermanos, reconozcamos nuestros pecados y oremos unos por otros para conseguir la vida eterna. Todos juntos dicen: Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes hermanos, que he pecado mucho, de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor. Invocaciones penitenciales Celebrante: Dios infinitamente misericordioso perdona sin reservas al pecador arrepentido; que Él nos conceda un verdadero arrepentimiento y el perdón de nuestros pecados. Supliquémosle al Señor, diciendo: R. Te rogamos, óyenos -Que reconciliados contigo y entre nosotros, seamos en el mundo un signo viviente de tu amor. R. -Que al mirar nuestra fragilidad no nos trates con ira, según nuestra maldad, sino que nos purifiques, instruyas y salves, según tu inmensa bondad. R. -Que los que hemos andado errantes, lejos de ti, podamos volver a la senda de la justicia, del amor y de la paz. R. -Que borrando nuestras culpas pasadas, nos prepares para llevar en adelante una vida mejor. R. Dios y Padre nuestro, tú has perdonado nuestros pecados y nos has dado la paz; haz que también nosotros nos perdonemos mutuamente nuestras ofensas y nos esforcemos por extender la paz en el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.

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Padre Nuestro Celebrante: Pidamos a Dios, nuestro Padre, con las mismas palabras que Cristo nos enseñó, que nos perdone nuestros pecados y nos libre de todo mal. Todos juntos: Padre Nuestro… Celebrante: Muéstrate propicio, Señor, con tus siervos, miembros de tu Iglesia, que se reconocen pecadores, para que, por intercesión de ella, libres de todo pecado, merezcan darte gracias con un corazón nuevo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Cántico de alabanza a Dios por su misericordia Cántico de la Virgen María. Oración conclusiva para dar gracias Celebrante: Padre Santo, que nos has transformado en imágenes vivas de tu Hijo, concédenos que habiendo sido objetos de tu misericordia, seamos un signo de tu amor en el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

RITO DE CONCLUSIÓN V. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo, + y Espíritu Santo, descienda sobre todos ustedes. R. Amén V. El Señor les ha mostrado su misericordia. Pueden ir en paz. R. Demos gracias a Dios.

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