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La editorial en 2013 una monografías tos solvente. A las tres pr lladio, Pikion una mucho. Fernand Pou. Marsella, Pou do a Auguste la querencia que demostró.
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Juhani Pallasmaa Habitar Gustavo Gili, Barcelona, 2016 128 páginas; 32 euros

Giulio Barazzetta All’ombra di Pouillon Lettera Ventidue, Siracusa, 2016 80 páginas; 10 euros

AA. VV. Campo cerrado MNCARS, Madrid, 2016 398 páginas; 45 euros

Óscar M. Ares La modernidad alternativa Universidad de Valladolid, 2015 94 páginas; 12 euros

Pedro Baía (Ed.) Koolhaas Tangram Circo de Ideias, Oporto, 2014 106 páginas; 16 euros

Francine Jay Menos es más Zenith, Planeta, 2016 232 páginas; 15 euros

Félix Nadar When I Was a Potographer The MIT Press, Cambridge, 2015 274 páginas; 26 dólares

Felipe Fernández-Armesto Un pie en el río Turner, Madrid, 2016 332 páginas; 26 euros

Desde la publicación en 1996 de Los ojos de la piel —un best seller que sigue leyéndose en las universidades de medio mundo—, Juhani Pallasmaa se ha ido convirtiendo en el mayor vocero de la llamada ‘arquitectura fenomenológica’. Siguiendo la estela, no siempre reconocida, de MerleauPonty, Bachelard o Norberg-Schulz, Pallasmaa defiende la dimensión háptica, a la vez sensible y existencial, de la arquitectura, en textos poéticos y plagados de referencias a artistas y pensadores. Gustavo Gili ha publicado en español la mayor parte de sus obras (véase Arquitectura Viva 145, 159, 160 y 184), y ahora le toca el turno a Habitar, un libro compuesto de cinco artículos sobre el hogar, la ciudad, el espacio, la metáfora y el tiempo, que hará las delicias de muchos, pese a no aportar nada nuevo respecto a lo ya dicho por el autor finés.

La editorial Lettera Ventidue lanzó en 2013 una colección de brevísimas monografías de arquitectos, con textos solventes y edición cuidadosa. A las tres primeras, dedicadas a Palladio, Pikionis y Rossi, sigue ahora una mucho menos previsible sobre Fernand Pouillon. Nacido en 1912 en Marsella, Pouillon se formó admirando a Auguste Perret, lo cual explica la querencia por el hormigón armado que demostró a lo largo de su carrera. Su reconocimiento llegó por su contribución a la reconstrucción en Francia tras la II Guerra Mundial, pero fueron sus proyectos en Argelia los que le permitieron desarrollar una estrategia propia, basada en la idea de que la arquitectura es, fundamentalmente, un hecho urbano. Con sus ochenta páginas, este libro da cuenta de todo ello en una introducción, cinco capítulos geográficos y una pequeña biografía.

Pese a ser el catálogo de la exposición homónima (‘Campo cerrado. Arte y poder en la posguerra española, 19391953’) presentada en el MNCARS en 2016, que nadie espere encontrar en este volumen la previsible gavilla de obras fotografiadas a todo color y comentadas con sucintas y sesudas glosas. Se trata, por el contrario, de una verdadera antología de textos de la época, que se clasifican con criterios geográficos y disciplinares en ocho capítulos presentados por especialistas. El objetivo es dar cuenta de la riqueza artística de uno de los periodos política y económicamente más funestos de la historia contemporánea española: los quince primeros años de la dictadura de Franco. En este compendio algo desmesurado, destaca el artículo sobre arquitectura, a cargo de Leticia Sastre y que se centra en las utopías rurales del Régimen.

La historiografía canónica redujo la complejidad del Movimiento Moderno a una corriente heroica y universalista, pese a que en realidad los ‘modernos’ trabajaran con lenguajes disímiles que, muchas veces, tenían un anclaje nacional o local. Con solvencia, el profesor Óscar Ares presenta en este libro la construcción de uno de estos lenguajes ‘regionales’ (en el sentido acuñado por Frampton), la llamada ‘modernidad mediterránea’, analizando edificios destacados de algunos de los arquitectos más relevantes del GATEPAC (Sert, Aizpurúa, Torres, Mercadal), para demostrar que el compromiso con la modernidad no fue óbice para la asunción de elementos populares, y que la atención al clima, los materiales y las tradiciones constructivas fue a la postre un poderoso argumento ideológico para la ruptura con el pasado académico.

Oráculo de los tiempos globalizados, Koolhaas se ha movido por geografías disímiles, cuando no contradictorias: el Berlín del Muro, la Nueva York delirante, el Constructivismo ruso, el Metabolismo japonés, el viaje a Oriente, el elogio de la ciudad genérica, el retorno a los elementos y, más recientemente (véase la entrevista publicada en este número), la sostenibilidad, el patrimonio y los territorios mecanizados. La única figura que puede dar cuenta de tal confusión creativa es el rompecabezas o, dicho más finamente, el tangram o puzzle chino que los editores de este libro utilizan para abordar con solvencia el trabajo poliédrico de Koolhaas desde siete facetas complementarias: la arquitectura, el urbanismo, la conservación, la escritura, el comisariado, la teoría y los medios. Una recomendable aproximación (una más) al oráculo.

No está claro qué hubiese pensado Mies van der Rohe del uso que hace Francine Jay, alias Miss Minimalist, de su eslogan ‘Menos es más’. Porque este es el título que la bloguera estadounidense ha dado a un libro que promete dar las claves para ‘ordenar, organizar y simplificar tu casa y tu vida’, y que consta de cuatro partes: ‘Filosofía’, donde se aboga por desprenderse de lo innecesario; ‘El método Streamline’, que da consejos para poner en práctica tal filosofía; ‘Estancias y espacios’, que es una loa al orden doméstico; y ‘Estilo de vida’, donde el minimalismo muestra, al parecer, su cara más social. Son muchas las frases inefables de este libro, pero el reseñista se queda con esta: «Gandhi dijo: ‘Vive más sencillamente para que otros puedan sencillamente vivir.’ Esa podría ser la mayor motivación para hacerte minimalista.»

Pocos personajes como Félix Nadar (1820-1910) simbolizan mejor su época. Actor, caricaturista, inventor, escritor, amigo de bohemios como Baudelaire y, sobre todo, fotógrafo pionero y extraordinario, Nadar fue un fiel representante del espítitu a medias optimista y a medias canalla del París del siglo XIX. Por eso, acabado el siglo que era también el suyo, Nadar recogió sus memorias en un libro publicado en 1900, Quand j’étais photographe, que pronto se convirtió en una pequeña joya citada por apasionados de la fotografía como Walter Benjamin. The MIT Press publica ahora la primera traducción completa al inglés de esta libro en el que Nadar cuenta sus memorables hazañas culturales, desde sus experimentos con luz artificial en las catacumbas parisinas hasta las primera fotos aéreas tomadas a bordo de un globo aerostático.

En Un pie en el río. Sobre el cambio y los límites de la evolución el profesor de Historia en la Universidad de Oxford Felipe Fernández-Armesto intenta dar una respuesta a una pregunta en apariencia sencilla: ¿por qué la cultura humana cambia tanto de un país a otro y por qué lo hace a un ritmo frenético? Para ello, el autor no duda en servirse de los últimos hallazgos en la antropología y la biología, y de utilizar un poderosísimo aparato filosófico y político, para rebatir, en primer lugar, la idea de que la cultura humana sigue el mismo patrón evolucionista que la naturaleza, rechazar a continuación la creencia de que los animales no tienen ‘cultura’, y poner en duda el prejuicio de que sólo es el ambiente el que determina el cambio cultural. Todo ello para proponer una explicación inesperada, que el lector podrá encontrar al final de este extraordinario libro.

SINCE THE publication in 1996 of The Eyes of the Skin, a bestseller still read in universities in half the world, Pallasmaa has been a major voice of ‘phenomenological architecture.’ Following in the not always acknowledged wake of Merleau-Ponty, Bachelard, or Norberg-Schulz, Pallasmaa defends the at once sensitive and existential haptic dimension of architecture, in poetic texts full of references to artists and thinkers. Gustavo Gili has published Spanish editions of most of his works (see Arquitectura Viva 145, 159, 160, and 184), and now comes Habitar, a book composed of five articles which will delight many, though it adds nothing new to what the Finnish author has already said.

THE PUBLISHER Lettera Ventidue in 2013 launched a series of short monographs on architects. The first three subjects – Palladio, Pikionis, Rossi – are now joined by a much less predictable one, Fernand Pouillon. Born in 1912 in Marseilles, Pouillon studied admiring Auguste Perret, which explains his lifetime fondness for reinforced concrete. He made a name for himself with his contribution to rebuilding France after World War II, but his Algerian projects are what gave him the chance to develop a strategy of his own, based on the idea that architecture is mainly an urban task. In eighty pages the book comprises an introduction, five geographical chapters, and a short biography.

THOUGH IT IS the catalog of the Reina Sofia Museum’s 2016 exhibition of the same title (‘Closed Field: Spanish Art 1939-1953’), no one should expect to find the usual deployment of works photographed in full color and commented on in succinct, cerebral texts. It is an anthology of period writings classified, in accordance with geographical and disciplinary criteria, in eight chapters presented by experts. The aim is to take stock of the artistic richness of a dark period of contemporary Spanish history: the first fifteen years of Franco rule. Standing out in this rather excessive compendium is the article on architecture, written by Leticia Sastre and centering on the regime-promoted rural utopias.

THE CANONICAL historiography reduced the complexity of the Modern Movement to a heroic and universalist current, though in fact the ‘moderns’ worked in diverse languages with frequent national or local roots. Ares describes the formation of one of these ‘regionalist’ languages (to use the term coined by Frampton): ‘Mediterranean modernity.’ He analyzes buildings of some leading GATEPAC architects (Sert, Aizpurúa, Torres, Mercadal) to demonstrate that their commitment to modernity did not put them above using popular elements, and that attention to climate, local materials, and building traditions was a strong ideological argument in favor of breaking with the past.

AN ORACLE of the global era, Koolhaas has waded through dissimilar (when not contradictory) places: the Berlin of the Wall, delirious New York, Russian Constructivism, Japanese Metabolism, the trip to the Orient, the eulogy of the generic city, the return to elements, and, more recently (see interview published in this issue), sustainability, heritage, and robotized territories. The only figure that can express such chaos is the tangram or Chinese puzzle that the editors of this book have used to take stock of Koolhaas’s multifaceted work from seven angles: architecture, urban planning, preservation, writing, curatorship, theory, and media. A recommendable approach (yet one more) to the oracle.

WHO KNOWS what Mies van der Rohe would have thought of the use that Francine Jay, alias Miss Minimalist, makes of his motto ‘Less is more.’ For ‘The Joy of Less’ is the title that the American blogger has given to a book on how to ‘declutter, organize, and simplify your life,’ and unfolds in four parts: ‘Philosophy,’ on doing away with all that is unnecessary; ‘Streamline,’ on how to put the philosophy to practice; ‘Room by Room,’ a repertoire of domestic order; and ‘Life Style,’ where minimalism shows its more social side. There are lots of ineffable lines but the reviewer picks this one: “Gandhi said: ‘Live simply so others may simply live.’ What better motivation to be minimalist.”

FEW REPRESENT their times as well as Félix Nadar (1820-1910). Actor, caricaturist, inventor, writer, friend to bohemians, above all a superb photographer, Nadar was true to the spirit, halfway between optimistic and villainous, of 19th-century Paris. When the century that was also his lifetime century came to a close, Nadar gathered his memoirs in Quand j’étais photographe (1900). It became a gem oft-cited by photography buffs. The MIT Press now offers the first complete English translation of a book where Nadar recounts his cultural projects, from experiments with artificial light in Parisian catacombs to early aerial shots taken while on boards an aerostatic balloon.

IN THE BOOK A Foot in the River: Why Our Lives Change – and the Limits of Evolution, the author, a professor of history at Oxford, tries to answer a seemingly simple question: why does human culture vary so much from one country to another, and so fast. He freely feeds on the latest findings in anthropology and biology, as well as on a powerful philosophical and political apparatus, to refute the idea that human culture follows the same evolutionist pattern that nature does, the belief that animals have no ‘culture,’ and the thinking that only the environment determines cultural change; all this to put forward an unexpected explanation, something for readers to find for themselves in a brilliant book.

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