Recelo y tensión en la frontera coreana

Recelo y tensión en la frontera coreana. Dos millones de soldados con la guardia en alto recorren todos los días la zona limítrofe más militarizada del mundo.
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Exterior

Página 2/LA NACION

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Domingo 18 de mayo de 2008

Uno de los últimos resabios de la Guerra Fría: LA NACION en una región caliente del planeta / Nota I de II

Recelo y tensión en la frontera coreana Dos millones de soldados con la guardia en alto recorren todos los días la zona limítrofe más militarizada del mundo Por Juan Landaburu

Acuerdo con Washington por la ayuda alimentaria

Enviado especial ZONA DESMILITARIZADA, Corea del Sur.– Si después de 55 años la guerra volviera a estallar entre las dos Coreas, es aquí donde se librarían los primeros combates. Los kilómetros de alambres de púa y los campos minados que completan el paisaje, arbolado y ondulado, esperan inmutables desde hace décadas que vuelva a sonar el bramido de los fusiles. Y si bien en Seúl ni los más pesimistas pronostican una nueva escalada bélica, tampoco son muchos los que creen que los casi dos millones de soldados apostados en el borde de la Zona Desmilitarizada (DMZ, por sus siglas en inglés) que divide a la península bajarán la guardia en el mediano plazo. Es que la Guerra Fría aún no ha terminado en la frontera más militarizada del planeta, y todavía sobrevuela el temor a que una mínima chispa desate una catástrofe. Sobre todo desde febrero, cuando, tras 10 años de un gobierno progresista conciliador, un nuevo presidente conservador asumió el poder en Seúl, con la promesa de endurecer su postura con Pyongyang si el régimen comunista no da muestras concluyentes de su desnuclearización. En apenas una hora de auto se puede llegar desde Seúl hasta la DMZ, una franja de tierra de 4 kilómetros de ancho que corre a lo largo de los 250 kilómetros de la frontera entre Corea del Sur y Corea del Norte. Fue establecida en 1953, cuando se firmó el cese de hostilidades entre los bandos que se enfrentaron en la Guerra de Corea, un conflicto que sigue vigente, ya que Seúl y Pyongyang aún no han firmado un tratado de paz. En los últimos 10 años hubo tibios acercamientos con el régimen de Pyongyang, y ambos países acordaron abrir las puertas de la DMZ a los turistas, ávidos por conocer “el lugar más tenebroso de la Tierra”, tal como lo describió el ex presidente norteamericano Bill Clinton. Para llegar, es necesario tomar una de las excursiones autorizadas. Avanzar por la llamada Ruta de la Libertad, que une a Seúl con la DMZ, es como introducirse en un túnel del tiempo que comienza en una ciudad donde los rascacielos conviven con la tecnología más avanzada del mundo y desemboca en un territorio donde se respira aún un clima de desconfianza. La belleza del río Han, que corre paralelo a la ruta, se ve opacada por un inmenso alambrado que se extiende a lo largo del camino, sólo interrumpido por varias torres de control. Las autoridades lo colocaron para desalentar a los miles de norcoreanos que huyen de su país nadando por el río. Es que las diferencias entre el Norte y el Sur no son sólo ideológicas. El consumismo del sur capitalista contrasta con la escasez del norte comunista, donde faltan los productos más básicos. Días atrás, la ONU advirtió que Corea del Norte podría sufrir una devastadora hambruna, lo que agravaría aún más la crisis humanitaria en que vive el país. “Los norcoreanos son hasta más pequeños físicamente”, señaló a LA NACION Aidan Forster-Carter, experto en temas coreanos de la Universidad de Leeds, al hacer referencia a sus deficiencias alimentarias.

Familias desgarradas La primera parada es en Paju, un pequeño pueblo en el borde de la DMZ. Allí se encuentra el Puente de la Libertad –“Todo en esta zona lleva el nombre de libertad, paz o unificación”, explica Kim, la guía–, donde una reja corta un camino que lleva a Corea del Norte. Miles de surcoreanos que todavía tienen familiares perdidos en el Norte llevan sus ofrendas cada año al puente. En total, unos 10 millones aún no se han reunido con sus familiares. La segunda parada, tras cambiar de transporte, es un punto de control: se

REUTERS

Panmunjeon, en la zona desmilitarizada: allí, en ambos lados de la frontera, los soldados vigilan el territorio enemigo

está por ingresar a una zona militar. Un soldado joven, fuertemente armado, revisa los pasaportes y advierte que sólo se pueden tomar fotografías en los lugares indicados. El sendero que comienza es ondulado y está cubierto por una espesa arboleda que invita a dar un paseo entre las flores blancas de los cerezos, que lucen su mejor forma durante la primavera, “la mejor época para visitar el país”, aseguran los coreanos. Resulta difícil imaginar ese sitio como “el más tenebroso de la Tierra”, pero esa afirmación empieza a tener un poco más de sentido al internarse en el Tercer Túnel, uno de los cuatro cavados

La Guerra Fría aún no terminó en la frontera más militarizada del mundo, y todavía sobrevuela el temor a que una chispa desate una catástrofe por Corea del Norte en la zona y descubiertos por Corea del Sur entre 1974 y 1990. El túnel, de 73 metros de largo, fue diseñado para que una división completa de soldados norcoreanos pueda atravesar la DMZ en una hora y lanzar un ataque por sorpresa a Seúl. Al salir del túnel, los turistas se toman fotos con los soldados surcoreanos, que sonríen a las cámaras. “Los dos años de servicio militar interrumpieron mis estudios en Canadá”, se queja uno de ellos. Pero los sonrientes conscriptos son apenas la parte visible del imponente aparato militar que bordea a la DMZ. Del lado comunista, cerca de un millón de soldados norcoreanos protegen celosamente la frontera. En el Sur, otro millón de soldados hacen lo suyo. “Pese a los acercamientos entre Seúl y Pyongyang, aún no se ha reducido la cantidad de tropas desplegadas en el terreno”, señaló a LA NACION Suh Jaejean, director de estudios norcoreanos del Instituto para la Unificación Nacional que tiene sede en Seúl.

Para los visitantes, la presencia de esas tropas es casi imperceptible. Ni siquiera es posible verlas desde la cima del monte Odu, uno de los puntos más altos de la DMZ. Las colinas norcoreanas, a diferencia de las surcoreanas, no son arboladas. Todos los árboles han sido talados para que sea más difícil llevar a cabo tareas de espionaje. La presencia humana sólo se puede advertir en dos pequeños pueblos, uno de cada lado de la frontera, y en Panmunjeom, el área de seguridad conjunta donde se llevan adelante las conversaciones de paz. Ubicado en el límite geográfico, es el único lugar de la DMZ donde hay presencia militar. Allí conviven las fuerzas de la ONU, principalmente surcoreanos y norteamericanos, y efectivos del Ejército Popular de Corea del Norte. Para llegar es necesario tomar un ómnibus de la ONU y respetar un estricto código de vestimenta. Las minifaldas o los jeans rotos no son permitidos, “porque los norcoreanos toman fotos y luego las divulgan en Pyongyang para mostrar la decadencia de Occidente”, explica la guía. Caminar por los edificios que hay en Panmunjeom es un viaje al corazón de la Guerra Fría. Es el único lugar de toda la frontera donde surcoreanos y norcoreanos tienen contacto. Cada día, un soldado de cada bando monta guardia cara a cara, cada uno de su lado de la frontera, para vigilar el territorio enemigo. Para evitar desertores, el régimen comunista agregó otro guardia, que, de espaldas a su camarada, vigila su propio territorio. Más allá del área de seguridad conjunta y de los dos pueblos, el resto de la DMZ es una auténtica tierra de nadie, considerada una de las reservas ecológicas mejor conservadas del planeta, ya que nadie ha pisado ese suelo en más de 50 años. Muchos sueñan que, cuando se hayan retirado las minas, esa lengua de tierra se convierta en un parque nacional que simbolice la unificación nacional. Mientras tanto, dos millones de soldados siguen con la guardia alta. ■ Mañana: Cambios sociales en un

país de crecimiento acelerado

Ocaso de la etapa de acercamiento El presidente Lee promueve una línea dura contra Pyongyang SEUL (De un enviado especial).– Una nueva era comenzó entre las dos Coreas. Después de 10 años de gobiernos surcoreanos conciliatorios con Pyongyang, la asunción en febrero pasado del presidente conservador Lee Myung-bak nubló el panorama, y las tensiones podrían resurgir en la península. En 1998, el entonces presidente progresista Kim Dae-jung puso fin a décadas de desconfianza entre el Norte y el Sur y adoptó la llamada sunshine policy hacia Corea del Norte, una política destinada a mejorar la integración entre los regímenes opuestos, y por la cual el Sur brindaba ayuda económica sin pedir nada a cambio. Esa política continuó bajo el mandato de Roh Moo-hyun, y durante 10 años fue el eje de las relaciones entre el rico sur capitalista y el colapsado norte comunista. En ese período, el comercio intercoreano creció de 308 millones a 1350 millones de dólares y el intercambio de personas aumentó de 1000 por año a casi 102.000. Roh visitó a su par, el dictador Kim Jong-il, en Pyongyang en octubre pasado, en una cumbre que fue vista como el

comienzo de un histórico ce apuntar a que este año Seúl finalmente apoyará proceso de unificación. en la ONU la resolución Pero el electorado dio de condena a los abusos a la espalda a la sunshine policy, y en diciembre los derechos humanos en eligieron al conservaCorea del Norte, después dor Lee, que había prode años de abstenerse. metido endurecer su posPero lo que en otros tura con Pyongyang. Es tiempos hubiera significado una escalada de que tras 10 años de recibir ayuda, el régimen cotensión en la península, munista dio pocas señasólo despertó tibias resles de apertura. Y la gota puestas de Pyongyang. que colmó la paciencia Lee Myung-bak Es que Corea del Norte, de los surcoreanos fue apremiada por una crisis la prueba nuclear que alimentaria (ver aparte), Corea del Norte hizo en 2006. tiene escaso margen de negociación de En sus primeros meses de manda- cara a las conversaciones a seis bandas to, Lee ya ha desafiado abiertamente sobre su desnuclearización, que se retoa Pyongyang . El flamante presidente marán en las próximas semanas. “Corea del Norte está ansiosa por prometió continuar con cierta ayuda humanitaria, pero advirtió que toda progresar en la cuestión nuclear, porcooperación económica será conge- que necesita normalizar sus relaciones lada hasta que Corea del Norte no dé diplomáticas con Estados Unidos”, exmuestras definitivas de su desnuclea- plicó a LA NACION Suh Jae-jean, director rización. Además, en la reciente cum- de estudios norcoreanos del Instituto bre que sostuvo con su par norteame- para la Unificación Nacional que tiene ricano, George W. Bush, Lee expresó sede en Seúl. “Sin la ayuda de Estados su deseo de “estrechar su alianza mi- Unidos, no tiene esperanza de progrelitar con Estados Unidos”. Y todo pare- sar económicamente.”

Dos mundos en una península CHINA

Kanggye

Superficie (km2)

98.480

120.540

Población

49 mill.

23 mill.

PBI per cápita (US$)

25.000

1900

687.000

1.210.000

4.500.000

7.450.000

2 años

De 7 a 10 años

2400

3700

Barcos

130

430

Submarinos

10

100

550

830

Mar de Japón

Inchion

Seúl

Corea del Norte

Kimchaek

Pyongyang Zona desmilitarizada

Haeju

Corea del Sur

Hyesan

COREA DEL NORTE

Ichon

Hambre y anemia

Datos de los países Musan

Chunchon

Aparato militar Soldados regulares Reservistas Servicio militar obligatorio

COREA DEL SUR Andong

Tanques

Mar Amarillo

Taegu Chonju Chinju

WASHINGTON.– Estados Unidos anunció esta semana el envío de 500.000 toneladas de alimentos de emergencia a Corea del Norte durante los próximos 12 meses, por medio de un acuerdo con el régimen de Pyongyang para controlar mejor su efectiva entrega a los destinatarios. Corea del Norte aseguró ayer que está preparada para aplicar “todas las condiciones técnicas necesarias” para recibir la ayuda alimentaria y dijo que la decisión de Washington promueve “la comprensión y la confianza entre los pueblos”. “Corea del Norte está preparada para aportar todas las condiciones técnicas necesarias para la entrega de ayudas alimentarias”, señaló en un informe la agencia oficial Kcna. Estados Unidos anunció anteayer un acuerdo con el régimen de Pyongyang para el envío de la ayuda a partir de junio. Washington, según el acuerdo, enviará a Corea del Norte ayudas por 500.000 toneladas de alimentos en doce meses, a través del Programa Alimentario Mundial (PAM) de la ONU y organizaciones norteamericanas. Las ayudas forman parte de un acuerdo por el cual Corea del Norte debe abandonar por completo su programa nuclear con fines militares.

Un informe del PAM señaló que un tercio de los 23 millones de norcoreanos afronta situaciones de hambre, mientras que 37 por ciento de los niños sufre desnutrición y un tercio, anemia. El acuerdo establece que tanto el PAM como las organizaciones no gubernamentales estadounidenses tendrán “amplio acceso a la población con mayores necesidades y la posibilidad de vigilar en forma eficaz la distribución” de las ayudas. Las entregas de alimentos cesaron en 2006 por problemas para controlar su distribución, dijeron funcionarios norteamericanos. La falta crónica de alimentos en Corea del Norte aumentó este año debido al incremento en el precio de los granos, a daños en los cultivos por inundaciones y a la disminución en las donaciones del exterior.

Pusan

Agencias ANSA y AFP

Aviones

Editoriales

JAPON LA NACION

Por Bush, crece en el Sur la hostilidad hacia la presencia de EE.UU. Hay allí 30.000 soldados norteamericanos SEUL (De un enviado especial).– Regresar desde la Zona Desmilitarizada (DMZ) a Seúl es como desandar el túnel del tiempo. Los imponentes rascacielos y el estadio mundialista dan la bienvenida al siglo XXI, y de a poco los fantasmas de la Guerra Fría se extinguen. Pero algunos sobreviven en la calle Itaewon, uno de los centros comerciales más concurridos de la ciudad. Al caer la noche, por allí pasean decenas de soldados norteamericanos, provenientes de la celosamente vigilada base militar que se encuentra a pocos metros. Vestidos de civil y hastiados de una guerra sin batallas, matan el aburrimiento haciendo compras con sus familias. “Son todos muy apuestos”, dice en perfecto castellano Kim Ji-hong, una intérprete coreana que vivió en España. “Sobre todo los negros.” Pero no todos en esta ciudad comparten su admiración por la presencia de casi 30.000 soldados norteamericanos en territorio coreano. En los últimos años, cada vez más jóvenes reclaman el retiro de las tropas en una creciente ola de antinorteamericanismo. Yang, un sastre de 64 años, no coincide con ellos. En la vidriera de su local de la calle Itaeweon hay fotos de generales y diplomáticos norteamericanos, todos vistiendo trajes confeccionados por él. “Yo tenía cinco años cuando terminó la guerra. Los jóvenes no saben lo que fue vivir sin alimentos ni luz eléctrica”, recuerda. Bruce Cumings, uno de los especialistas en historia coreana más reconocidos de Estados Unidos, explica que a diferencia de Corea del Norte

EN ESTA EDICION

o Medio Oriente, los surcoreanos no odian los cultura o los valores norteamericanos. Las manifestaciones de antinorteamericanismo en Corea del Sur siempre son contra ciertas políticas de Washington. “Desde 2000, el descontento fue dirigido específicamente contra un hombre: George W. Bush”, explica en un artículo publicado en The Korea Herald Cumings, que considera que en vez de hablar de antinorteamericanismo hay que hablar de “antibushismo”. La guerra de Irak y la inclusión de Pyongyang en el “eje del mal” son las principales críticas de los manifestantes contra el presidente norteamericano. Y los sondeos muestran que desde la llegada al poder de Bush, la imagen favorable de Washington, el aliado histórico de Seúl desde la Guerra de Corea, ha caído dramáticamente. Durante la década del 90, cerca del 70% de los coreanos tenía una visión favorable de Estados Unidos, pero tras la llegada al poder de Bush, ese porcentaje cayó al 46%, según el Pew Institute. El descontento es aún más marcado entre los jóvenes: sólo el 29% de los jóvenes entre 18 y 29 años tienen un opinión favorable. Pero más allá de la creciente ola de antinorteamericanismo o “antibushismo”, que ayudó a la sorpresiva elección del presidente Roh Moo-hyun en 2002, muchos surcoreanos siguen soñando con “hacer la América”: según un sondeo local, un 30% expresó su deseo de emigrar a Estados Unidos y, lo que es más sorprendente, el 45% de los estudiantes universitarios afirmó que elegirían la ciudadanía norteamericana antes que la surcoreana.

País federal o país feudal. La concepción federal está cada vez más relegada por los vicios de un régimen que reniega de las leyes, del principio de división de poderes y del diálogo que hay en toda democracia. Pág. 30

Indice 1 Primera Exterior Economía Política Cultura Salud Inform. Gral. Loterías Editoriales 2 Economía Bolsa

2 10 11 20 23 25 27 30 5

3 Deportes Tenis 17 4 Espectáculos Cartelera 10 Televisión 13 5 Turismo 6 Enfoques 7 Empleos Clasificados Farm./Aviones

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La frase del día “Si demuestran eso [su vinculación con las FARC], pongo mi cargo a disposición del pueblo ecuatoriano.” Del presidente de Ecuador, Rafael Correa, al responder a acusaciones de Colombia. Pág. 4

Mañana en LA NACION

■ GPS para todos. Las razones del fenómeno y características y precios de los equipos que hay en el país. Tecnología