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itinerarios sostenibles de amplio espectro en el contexto local, y el apoyo formativo, económico o en forma de difusión a agentes y proyectos relacionados con ...
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HACENDERA ABIERTA. SABERES, MEDIO RURAL y TECNOLOGÍAS OPEN HACENDERA. LORE, RURAL AREAS AND TECHNOLOGY

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Resumen En el léxico tradicional leonés, según Janick Le Men, Hacendera remite al trabajo colectivo de todo el vecindario de un pueblo, destinado a labores comunales tales como arreglos de caminos, limpieza de presas, cuidados del vecindario, del monte… Sobre esa idea de comunidad que colabora para lograr el bien común nace el proyecto “Hacendera Abierta”, concebido como un espacio cultural de investigación colectiva, de intercambio de saberes y prácticas sobre tecnología, medio rural y políticas comunales. Un entorno en el cual buscar criterios en base a un sentido de innovación situada.

!Abstract

Based on the traditional lexicon from the region of León (Spain), according to Janick Le Men, “Hacendera” refers to a communal labour developed by all the inhabitants of a town, targeted to community works such as: road repairing, dam cleaning, neighbourhood and mount maintenance… The origin of the project “Open Hacendera” (Hacendera Abierta) was founded on this idea of a community that collaborates for the common good. It is conceived as a cultural space to research, exchange knowledge and share experiences on technology, rural environment and policies of the commons. An environment from where we can try to find criteria for a situated innovation.

!Áreas Temáticas

Funcionalidad, Recursos. Thematic Areas Functionality, Resources. Palabras clave Hacendera, Tecnologías abiertas, saberes, innovación situada, medio rural. Key words Hacendera, Open Technologies, Lore, Situated innovation, rural areas.

! ! ! 1. INTRODUCCION !

La Fundación Cerezales Antonino y Cinia (FCAYC) se encuentra situada en Cerezales del Condado, al noreste de la provincia de León, y se aloja en las antiguas escuelas del pueblo que fueron restauradas para el arranque del proyecto en el año 2009. La programación cultural de FCAYC se asienta sobre tres amplios ejes que engloban la cultura y el arte contemporáneos; la música y el sonido y la etnoeducación. Estos ejes en muchos casos de ven desbordados y se contagian unos a otros, pues no operan de forma estanca. Así sucede en el proyecto que presentaré a continuación, vinculado tanto al arte como a la etnoeducación. Este último concepto, proveniente de la UNESCO, describe un modo de trabajo basado en una pedagogía orientada a crear itinerarios sostenibles de amplio espectro en el contexto local, y el apoyo formativo, económico o en forma de difusión a agentes y proyectos relacionados con el entorno geográfico y conceptual en el que desempeña su trabajo FCAYC; el respeto y la actualización de actividades y ciclos socioeconómicos y medioambientales claves en la cohesión de la región; el asesoramiento y canalización de ayudas de todo tipo en

tanto que agente de desarrollo del territorio y el fomento de la investigación y la innovación en sectores que abarcan desde el mundo agrícola y ganadero al turismo sostenible o las nuevas tecnologías aplicadas al medio rural. El equipo humano vinculado a este programa cuenta con especialistas en medioambiente, en cultura, en inclusión tecnológica y en economía, entre otras disciplinas, y está asesorado por una red de trabajo, en permanente expansión, de la que forman parte agentes e instituciones, públicos y privados.

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Dentro de los programas culturales que desarrolla FCAYC, nos interesan aquí particularmente, aquellos que promueven el desarrollo de la cultura abierta, así como la producción y distribución de conocimiento en favor de la ciudadanía. La tarea de construir un sustrato parlamentario en el que relacionarnos con seres humanos, animales (también la flora) y máquinas –lo humano y lo no humano–, a localizar los portavoces de todo ello, sensible a las condiciones del contexto global en que operamos, nos ha llevado a dedicar grandes dosis de energía a pensar donde radican las condiciones políticas de nuestra acción. Estamos implicados con una idea de ciudadanía extendida, atenta al conjunto de los ecosistemas1. Buscamos reconocernos en ella desde una perspectiva crítica y a ello nos ha ayudado tanto nuestra propia capacidad de análisis e investigación como el trabajo de muchas otras investigadoras2. Con este horizonte, la atención de FCAYC hacia procesos emanados del diseño o vinculados a él no puede ser desde otra perspectiva que desde la que proponen los procesos de diseño crítico, aquellos que han crecido a partir de la preocupación por el devenir acrítico asociado al progreso tecnológico y que señalan, como Anthony Dunne y Fiona Raby han reflejado, una actitud más que otra cosa, una posición antes que una metodología3. Desde su origen, la idea de tecnología en tanto que un vector transversal de la civilización, mucho más extenso y estructural que el que puede recogerse tras el sello de «nuevas tecnologías», es un foco permanente de reflexión e investigación por parte de FCAYC. Con cable o sin cable, con unos y ceros o totalmente analógica y con independencia del dispositivo que la ejecute, la tecnología formaba y forma parte del discurrir cotidiano del medio rural en el que FCAYC trata de insertarse. Así, aceptando que la tecnología manifiesta una cierta lógica evolutiva, la amplia actividad que FCAYC ha desarrollado entorno a la cultura digital libre ha creado una gran red de agentes colaboradores cuyo vínculo ha ayudado a que las perspectivas de la fundación se nutran desde múltiples ángulos, mimbres de gran importancia en esa investigación sobre inserciones sostenibles de la tecnología en el medio rural. La actividad didáctica vinculada a esta línea se organiza mediante conversaciones y debates bien de carácter interno o bien con interlocutores externos, especialistas en todo tipo de temas o amateurs, en el mejor y más afectivo sentido del término, en los que se trata tanto de detectar como de imaginar situaciones

1

Sobre el parlamentarismo y la relación entre lo humano y lo no humano véanse las investigaciones de Bruno Latour en Latour, B.; Políticas de la naturaleza. Por una democratización de las ciencias. RBA Libros. Barcelona, 2013. 2

Para llamar la atención sobre la orientación androcéntrica del castellano utilizaré el femenino y el masculino indistintamente como categoría no marcada. 3

«[…] It was more of an attitude than anything else, apposition rather than a methodology». Véase Dunne, A. y Raby, F.; Speculative everything: Design, fiction and social dreaming. The MITT Press, Cambridge, Massachusetts. 2013. Pag. 34.

de todo tipo que afectan al medio rural y a las que se acuerda prestar atención. Para ello adoptamos formatos de trabajo diversos, que se despliegan en torno a dinámicas de laboratorio o taller, donde se busca ofrecer formación teórica y práctica sobre las ciencias de la computación de código abierto con hardware y software libre, como el que proveen placas programables como Arduino, ordenadores de bajo coste como Raspberry Pi o fabricación digital en 3D con impresoras como la Makerbot. Lo interesante de estas herramientas estriba no sólo en lo que son capaces de producir sino que están inscritas en movimientos que han contribuido a la creación de nuevas nociones culturales. El hecho de que el Departamento de Arquitectura y Diseño del Moma de Nueva York incluyese en su colección de “humble masterpieces” la placa Arduino, podría entroncar con este aspecto. Los neologismos están a la orden del día, sin embargo la actitud ya formaba parte del contexto que describimos previamente a muestra llegada a él. En el medio rural conviven personas con una gran capacidad para obrar desde procesos colectivos y con una destacada carga de diseño crítico. La relevancia actual que ha cobrado la cultura maker y las metodologías DIY (Do it yourself) o DIWO (Do it With Others) –valgan estos anglicismos por ahora– refuerza el hecho de la producción o fabricación de dispositivos según necesidades personales o colectivas y ha creado una comunidad en la que compartir esos conocimientos. Existe un eco contemporáneo de estas actitudes dentro de la ética hacker, cuando según recoge Linus Torvalds, un grupo de apasionados programadores del MIT (Massachusetts Institute of Technology), empezaron a llamarse hacker a principios de la década de 1960 (2002). Esa ética consistía en la descentralización del conocimiento digital, su libre circulación y distribución.

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HACENDERA ABIERTA, se inscribe dentro de estos modos de pensar y hacer en común el medio rural. Su subtítulo es elocuente: saberes, medio rural y tecnología. Salvando las diferencias con los entornos más arriba descritos y mediante un paralelismo, sostenemos que HACENDERA ABIERTA busca detectar situaciones de diversa naturaleza, que afectan a la producción de recursos naturales, al uso de infraestructuras, al establecimiento de límites en el territorio, a la conservación y explotación de los ecosistemas o a la preservación del espacio público entre otras y pretende contribuir al bien común mediante el intercambio de conocimiento, el prototipado y la disposición pública, a través de una plataforma virtual, de todos los materiales generados, así como las actas de cada sesión, durante el proceso de investigación. De algún modo contribuimos a una cultura abierta, no patrimonializada por patentes, donde intentamos recuperar la toma de control de las tecnologías desde una perspectiva crítica. Langdon Winner (1979) en su libro: La técnica incontrolada como objeto de pensamiento político, escribe:

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Las herramientas son algo más que herramientas. La neutralidad tecnológica es un mito. En resumen la pérdida de dominio que se manifiesta es una mengua de nuestra habilidad para conocer, juzgar o controlar nuestros medios técnicos. Las ideas de la tecnología autónoma encuentran sus fundamentos en esta disminución de orden intelectual, moral y político.

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Pensar desde esta perspectiva cómo queremos contribuir al desarrollo e innovación de las tecnologías y plantearnos qué tipo de desarrollo rural promueven, pueden ser claves, en proyectos donde el carácter pragmático puede conducir al error de obviar teorías que nos ayuden a posicionarnos en nuestra práctica de modo consciente.

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! Título: Sesión de trabajo en Hacendera Abierta. Fuente: Fundación Cerezales Antonino y Cinia.

! ! 2. TOCAR A HACENDERA !

La puesta en marcha de HACENDERA ABIERTA acabó madurando tras la realización de un taller de formación para adultos basado en Arduino que se llevó a cabo en la FCAYC durante el mes de agosto del año pasado. La propuesta que se barajaba en las últimas sesiones de ese taller, valoraba la creación de un grupo estable que abordase las aplicaciones de las tecnologías abiertas en el medio rural. Desde FCAYC, meses más tarde, lanzamos una convocatoria donde trazamos mínimamente el marco de acción, pues entendíamos que la naturaleza del proyecto en sí, era abierta y flexible, y por tanto su desarrollo estaría necesariamente mediado por el grupo que se formase. En esa invitación incidimos en dos aspectos que nos parecían esenciales. El primero, tenía que ver con el tiempo, pues desde FCAYC se procura incidir en procesos de aprendizaje con un desarrollo a largo plazo. Se habían puesto en cuestión actividades que fomentasen la fugacidad del evento e intentábamos desplazar nociones que estuvieran cercanas al sentido de cultura como un bien más para el consumo. El segundo, tenía que ver con formas de trabajo que invitasen a la colaboración de agentes diversos, entendida en el sentido latino de co-laborare, de trabajar, laborar juntos que introduce G. Yúdice (2002). De hecho, el nombre asignado al proyecto, Hacendera, enlaza directamente con este último aspecto pues remite al trabajo colectivo de todo el vecindario de un pueblo, destinado a labores comunales y se asienta sobre esa idea de comunidad que colabora para lograr el bien común. Las hacenderas (o facenderas) son una fórmula popular de compartir tiempo al servicio del comunal desde hace siglos en muchas zonas de España. En la provincia de León se mantienen particularmente activas y junto a los Concejos (Juntas Vecinales) y los filandones constituyen los modos de administración y distribución popular de distintos campos del saber, del cuidar y del hacer. Las hacenderas presentan además un valor añadido, el carácter horizontal de la organización del trabajo. Son pues mecanismos populares destinados a poner en práctica políticas de cuidado por parte de todo un

vecindario: sobre el monte, sobre las calles de los pueblos, sobre la conservación de infraestructuras comunales, sobre la gestión del patrimonio común. Con ese carácter horizontal también hemos querido construir el espacio de Hacendera Abierta, un espacio donde de manera conjunta, se toman decisiones, se comparten intereses y dudas, se definen áreas de investigación y objetivos y se establecen ciclos de trabajo en base a ellos. Los agentes que materializan este intercambio de saberes proceden de ámbitos diversos: ingenierías, programación, electricidad, biología, física, ganadería, apicultura, diseño, etc. Todos ellos convergen en tres líneas de trabajo que se estipularon previamente para la configuración de los grupos: el primero, indaga en la actualización de explotaciones ganaderas mediante fabricación digital; el segundo, estudia la agricultura, subsistencia y mejor uso del agua en el medio rural; y el tercero, aborda sistemas de monitorización de animales. Desde este marco general se han ido dando pasos que avanzan hacia la búsqueda de problemas concretos en el medio rural. Recordamos que nos hallamos en un momento aún inicial de este proceso de investigación, a la redacción de estas líneas hemos celebrado siete sesiones, por lo que las reflexiones, soluciones y prototipos que traten de dar respuesta a dichos problemas aún están por formularse. Sin embargo, los tres grupos ya tienen delimitada su área de investigación-acción, y están dando pasos en la puesta en marcha del campo de pruebas donde implantarán sus desarrollos tecnológicos. Cada grupo tiene su propio ritmo pero no trabajan de formas totalmente independientes. Una vez al mes reservamos parte de una sesión para que cada grupo exponga sus avances, dudas y problemas, de modo que se genere una interconexión entre ellos y que el proyecto no pierda su carácter polifónico.

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! Título: Grupo sobre sistemas de monitorización de animales rurales. Fuente: Fundación Cerezales Antonino y Cinia.

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Para hablar de la evolución de cada colectivo hemos de partir de los inicios del proyecto. Cabe decir que en el grupo de monitorización de animales rurales, las primeras sesiones fueron muy movidas, parecía que era imposible, con un grupo tan numeroso, ponerse de acuerdo. Durante una de esas sesiones alguien habló de las complicaciones que los apicultores estaban viviendo debido a la desaparición de las abejas. Este chico resultó ser hijo de un apicultor y pronto emergieron nuevas voces de aficionados y de personas con experiencia en el sector. Joaquín uno de los miembros del grupo lo recuerda de la siguiente manera:

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Me apunté a Hacendera porque se nos planteó como algo abierto, no se dijo, vamos a hablar solamente de agricultura o de mecánica o de internet, sino que era amplio. De hecho lo que estamos haciendo ahora surgió porque el padre de una persona que estaba allí tenía problemas con las colmenas y se propuso que las monitorizásemos.

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En el grupo se presentó la siguiente coyuntura: había personas que tenían conocimientos sobre electrónica y programación pero carecían de los relacionados con las abejas, y en cambio existían personas que tenían colmenas pero a penas se habían acercado a ese tipo de conocimientos tecnológicos, todo esto salvando las excepciones. La motivación del grupo era fuerte y las ganas de aprender y de construir juntas estaba presente. De hecho, en la sesión siguiente, uno de los miembros del grupo, equipado con todos los utensilios de apicultura, dio una clase en la que explicó paso a paso la elaboración de la miel. En sesiones posteriores, y debido a la propuesta de contactar con la Facultad de Biología de la Universidad de León, contamos con la presencia de un apicultor de producción ecológica, cuya empresa es conocida, y que colabora con investigaciones que desarrolla esta facultad. Su participación fue fundamental para conocer de cerca las necesidades del sector apícola y comprender qué datos convenía monitorizar para investigar los factores que afectan a la supervivencia de esta especie. Además de esta reunión surgieron acuerdos que más tarde se ejecutarían, como la colocación de 40 colmenas en un terreno ubicado en el término del pueblo. Un número de estas colmenas serán monitorizadas y contaremos con el apoyo y la colaboración de este apicultor así como de investigadores ligados a esta facultad. Actualmente, el equipo sobre fabricación digital se ha unido a este para diseñar una colmena que pueda mejorar los modelos existentes, además de alojar los instrumentos necesarios para su monitorización. Para ello, no se parte de cero pues se cuenta con la documentación generada por proyectos anteriores que han subido a la red y a la que se puede acceder libremente4. Pero la intención, como argumenta Mónica:

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Es aportar ideas novedosas ya que estamos aquí para probar y experimentar. (…) Lo bueno que tiene este grupo es que no persigue una meta a corto plazo (…) vamos a ir probando si funciona o no funciona y sino se irá cambiando.

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Me refiero a proyectos como Miel de Barrio en Medialab Prado en Madrid.

! Título: Grupo sobre actualización de explotaciones ganaderas: entornos de fabricación digital. Fuente: Fundación Cerezales Antonino y Cinia.

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Entre los debates que se están manteniendo destacan aquellos derivados de la elección del material. Hay personas que se inclinan a favorecer la comodidad del apicultor, de aumentar su producción y otras que prefieren pensar en el beneficio de las abejas. Al respecto comentaba Almudena:

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Creo que la tecnología puede aportar mucho al medio rural pero tenemos que actuar desde el respeto hacia el equilibrio natural que existe. Por ejemplo, hablamos de diseñar las colmenas con impresoras 3D con plástico y personalmente, a mí no me gusta, por mucho que sea más higiénico (..) Creo que debemos mejorar la calidad de vida de las abejas, para intentar disminuir los múltiples factores que actualmente juegan en su contra. (…) Si lo que vamos a hacer es llegar y estropear lo que hay, solamente de cara al beneficio humano yo preferiría no hacer nada.

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Título: Bueyes de la FCAYC, Rogante y Romero, arando un huerto. Fuente: Fundación Cerezales Antonino y Cinia.

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Reflexiones como ésta han conducido al análisis en los modos en que la tecnología ha sido incorporada al medio rural. En muchos casos esa incorporación se ha hecho a golpe de lógica industrial sin tener en cuenta el cuidado de ese equilibrio con el medio que mencionaba Almudena. En el caso del grupo que investiga sobre las formas en que se podría optimizar el uso del agua, se están cuestionando los sistemas tradicionales empleados en la zona, tales como el riego por inundación o a manta. Poco a poco han ido matizando su objeto de estudio centrándolo en plantaciones de leguminosas como la alubia, la muelas o el arvejo. Concretamente se están preguntando por los motivos que hicieron que la plantación de la alubia dejara de ser productiva y su práctica desaparición en la comarca. Se manejan varias tesis, por un lado, estaría el efecto que sobre estas plantas tuvo el empleo masivo de sulfatos y por otro, la influencia del descenso de la temperatura del agua de riego tras la construcción del pantano del río Porma. En realidad ninguna de estas tesis está comprobada científicamente y su intención es hacer un estudio que llegue a resolver esas dudas. Para ello han propuesto la puesta en marcha de un huerto donde plantar estas especies vegetales e instalar los instrumentos necesarios que permitan utilizar distintos tipos de riego y distintas temperaturas del agua. Ahora, Romero y Rogante, los dos bueyes de la fundación, están listos para arar el huerto de pruebas, Pablo está buscado una buena simiente, así que cuando el tiempo adecuado de siembra llegue, comenzarán con la instalación y la posterior recogida de datos.

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! Título: Grupo sobre agriculturas, subsistencia y mejor uso del agua en el medio rural Fuente: Fundación Cerezales Antonino y Cinia.

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Para finalizar, quisiera hacer mención a un aspecto que han compartido los tres grupos desde el inicio de las sesiones, la necesidad de partir de un conocimiento del entorno para el que van a desarrollar esas innovaciones tecnológicas. Para ello, han recurrido, a fuentes de información directas que aún mantuvieran una estrecha relación con el contexto. Aunque en los grupos existían personas que habitaban en el medio rural, se ha tendido a buscar el consejo de las personas mayores más experimentadas en las labores del campo, en definitiva, de su saber popular. En los pueblos, tras la estampida de la población a áreas urbanas, se acabó con un modo de vida que era transmitido oralmente, de generación en generación, y que formaba a las personas para el sustento y la reproducción de un sistema de vida. Castor, uno de los colaboradores del grupo, comentaba al respecto:

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Tuve la suerte de que mi padre se crió en el campo y siempre me hablaba de él. Cuando me vine a vivir a Vegas del Condado, no tenía ni idea de lo que era un escabuche o hacer un surco, fue ahí cuando reconocí la información que me había transferido mi padre y que yo en un principio no le di importancia.

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Ahora esos saberes se han tornado esenciales en el desarrollo del proyecto y tanto dentro de las sesiones de Hacendera Abierta como fuera de ellas, los colaboradores contactan con gente que les puedan orientar. Personas que en un principio se sumaron al proyecto por su interés en la tecnología, en “cacharrear” como dicen muchas de ellas, se encuentran desplegando un rol de investigadores etnográficos, poniendo en valor y recuperando los saberes populares. Hay que decir que no todos estos encuentros están siendo fructíferos, pues algunas personas han dejado entrever

la desconfianza que les generan las tecnologías. Este tipo de conflictos y tensiones, derivados de la brecha generacional o cultural, alimentan la dinámica del proyecto y provocan procesos de auto-reflexión y de evaluación crítica de los polos conceptuales de partida sin que ninguna posición o sujeto les capitalice. Carlos, en el foro que compartimos, escribía lo siguiente:

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Estoy en el Bierzo y aprovechando he contactado con un hombre de mucho saber sobre las abejas y la naturaleza. He ido a charlar con él a su medio laboratorio y después de varios intentos de explicar cuál era nuestro propósito, sólo he conseguido, a parte de muchas explicaciones inconexas, una ligera sonrisa de un hombre de 82 años, sugiriendo un poco la locura que pretendíamos.

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No sabemos hacia donde evolucionarán conversaciones como ésta en un tiempo, ni si realmente será complicado superar esas brechas. Serán cuestiones que las negociaciones establecidas en el transcurrir del propio proyecto irán desvelando. Por ahora solo es el comienzo y esperamos saber aplicar entre todos y todas una buena economía en los recursos y energías, y lograr averiguar hacia donde nos conduce este proyecto.

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Referencias bibliográficas: Himanen, P. (2002) La ética del hacker y el espíritu de la era de la información. Barcelona: Ediciones Destino Le Men, J. (2007) Léxico del leonés actual. León: Centro de Estudios e Investigación "San Isidoro”. Yúdice, G. (2002) El recurso de la cultura. Usos de la cultura en la era global. Barcelona: Gedisa. Winner, L. (1979) Tecnología autónoma. La técnica incontrolada como objeto del pensamiento político. Barcelona: Gustavo Gili.