Personajes Una pionera de la TV

4 feb. 2011 - televisión. Sobre todo si nos referimos a las décadas inaugurales, en las que gra- bar los programas era costoso y poco fre- cuente. Tenemos ...
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Personajes Una pionera de la TV

Blackie, una mujer arrolladora

Un libro de Hinde Pomeraniec rinde homenaje a Paloma Efron, primero cantante de jazz y, después, conductora, siempre un paso adelante en el camino a la igualdad de género POR CANELA Para La Nacion

“La gente olvidará lo que dijiste y lo que hiciste, pero nunca cómo los hiciste sentir.”

E

pág.

Viernes 4 de febrero de 2011

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stas palabras de Mahatma Gandhi pueden aplicarse a cualquier personalidad, pero tienen una resonancia especial cuando hablamos de la televisión. Sobre todo si nos referimos a las décadas inaugurales, en las que grabar los programas era costoso y poco frecuente. Tenemos la sensación de que hay una prehistoria con tentativas, precariedades y un ritmo que hoy no resistiría la competencia de la televisión abierta. Los mayores sienten una nostalgia intensa y difusa de esa época. En este sentido, el libro de Hinde Pomeraniec Blackie. La dama que hacía hablar al país, editado por Capital Intelectual para la colección Paisanos, es un acto de justicia y de reivindicación de esos tiempos en los que se estaba inventando una manera de comunicar, de conmover, de sorprender. Blackie, Paloma Efron, a quien la autora define como una Victoria (por la Ocampo) judía y plebeya, había nacido en una colonia de Entre Ríos. Muy pronto su familia se trasladó al barrio de Villa Crespo, en Buenos Aires, ciudad en

la que su padre, Yedidio Efron ocupó un lugar importante en el ámbito educativo de la colectividad. Cuando Paloma, a los 22 años, ganó un concurso en radio Stentor cantando en inglés “Stormy Weather”, de algún modo comenzó a dibujar su destino. “Me ayudó la suerte. La gente joven tenía necesidad de algo nuevo y fue un éxito arrollador. Hay que imaginarse a una pibita con voz áspera y grave, que hacía algo tan exótico... la hija de un patriarca judío... ¡Yo sí que fui una hippie!”, contaba. La ayudaron la suerte y el coraje, ya que poco después fue contratada y se animó a cantar en los primeros y únicos carnavales organizados en el Teatro Colón. Paloma, ya Blackie, nombre que le eligieron sus oyentes de la radio, había trabajado un tiempo en el Instituto Cultural Argentino Norteamericano, Icana. Allí descubrió los negro spirituals. Seducida por el género, fue la primera intérprete que los dio a conocer en la Argentina. Su padre, resignado a que su hija se dedicara al espectáculo, le puso la condición de que no fuese “una impostora”, de que buscase en la cuna del jazz el sentido de la música que interpretaba. Blackie viajó a Estados Unidos. Pasó cuatro años

en Columbia, donde vivía su hermano antropólogo. Allí asistió a cursos de música y adquirió un dominio completo del inglés, que iba a servirle mucho como periodista. Al volver, fue contratada para actuar en el Teatro Maipú y se casó muy pronto con un admirador: Carlos Olivari, escritor y guionista de cine. Hinde Pomeraniec encara la biografía de este “símbolo de la comunidad judía en la Argentina” basándose en las investigaciones acerca de la historia del jazz en el país y en la historia de los medios de comunicación, lo que le permite digresiones muy generosas. Sin dejar a un lado los datos de los logros profesionales en radio y televisión, enhebra anécdotas e informaciones rastreadas entre colaboradores, amigos y familiares que no siempre coinciden en cuanto al temperamento y la orientación política de Blackie. De lo que nadie duda en estos testimonios tan diversos es de la profunda intuición e inteligencia de Paloma. Ese valor y esa claridad mental la llevaron a encarar cambios y desafíos que para la época eran bastante impensados en una mujer. Cuando la televisión daba sus primeros pasos, actuó en Tropicana Club, un