'pablistas' y 'errejonistas' - El Siglo de Europa

15 dic. 2016 - y Coldplay, del otro, como el propio Igle- sias afirmaba hace unos meses. Los unos se llevan las manos a la cabe- za cuando oyen a los otros ...
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POLÍTICA

Los orígenes, estilos e ideologías que separan a ‘pablistas’ y ‘errejonistas’

Vallecas frente a Pozuelo

Con la convocatoria de Vistalegre 2, Podemos encara la recta final del pulso que el partido viene arrastrando a lo largo de 2016, el de pablistas frente a errejonistas, o el de “comunistas” frente a “pijos”, como se llaman respectivamente unos y otros con cierta inquina, asumiendo las etiquetas de radicales y moderados que les han puesto algunos medios. Y es que, mientras Iglesias y Errejón se tienden la mano sin mucho convencimiento, entre ellos y entre sus seguidores se ha abierto un abismo marcado, según algunas voces, por los lugares donde han crecido cada uno de ellos, diferenciando estilos comunicativos y, sobre todo, posiciones políticas en las que la relación con el PSOE y su electorado es la cuestión central. La Asamblea Ciudadana que Podemos celebrará en febrero resolverá

Por Manuel Capilla

se alinean con Errejón también estaban en la órbita del PCE y de IU hasta hace no a culpa de todo, la tienen los mucho tiempo. Y del otro lado, porque comunistas”. Con esta queja, entre los seguidores de Iglesias no son poalgunos errejonistas vienen se- cos los que ha nacido en familias con un ñalando en los últimos meses a nivel de ingresos por encima de la media quienes consideran responsables del pro- y ni mucho menos todos los partidarios de ceso de bunkerización que, a su juicio, ha Errejón tienen estos orígenes. Pero ambos emprendido Pablo Iglesias a costa de rom- términos dan idea de la ojeriza con la que per los puentes con ellos, “los pijos”, se- se está viviendo el pulso en el seno del gún la terminología usada por los pablis- partido morado y del afán por caricaturitas, que los acusan de desleales y de que- zar a los adversarios. Sin embargo, como todas las caricaturer llevar al partido por una senda naíf. Evidentemente, ninguno de estos dos tér- ras, dan referencias para interpretar la reminos se ajusta a la realidad. Entre otras alidad. Unas referencias que muchas sincosas, porque buena parte de quienes hoy tetizan en los orígenes de Iglesias y Erre-

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jón. El primero, criado desde su adolescencia en Vallecas, el barrio obrero de Madrid por excelencia, con una larga tradición izquierdista y de lucha social. De hecho, los habitantes de uno de sus distritos, Puente de Vallecas, hacen gala de que es el único de la capital en el que el PP nunca ha ganado unas elecciones. Mientras, el otro creció en Pozuelo de Alarcón, un municipio muy próximo a Madrid que cuenta con la renta media más alta de España, con una tasa de paro inferior al 10 por ciento –menos de la mitad de la de Vallecas–, en el que siempre ha gobernado el PP –salvo tras las primeras elecciones municipales, cuando lo hi-

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el pulso entre Iglesias y Errejón.

zo UCD–y que acoge urbanizaciones de lujo como La Finca, donde vive, por ejemplo, buena parte de la plantilla del Real Madrid. Desde esos orígenes, reflexionan algunos en Podemos, no es extraño que cada uno de ellos haya adoptado unos estilos muy diferentes y unas posiciones políticas que, si bien son muy semejantes en lo estratégico y en los objetivos a alcanzar, difieren notablemente en las tácticas a emplear. De ahí que uno prefiera enlazar con la tradición obrerista y opte por un Podemos más pendiente de la calle y de las movilizaciones que del trabajo en los parlamentos, se exprese con un discurso más

“La culpa de todo, la tienen los comunistas”, reflexionan los partidarios de Errejón Que a su vez son conocidos como “los pijos” por parte de los seguidores de Iglesias

agresivo en las formas y de romper puentes con el PSOE, tratando de empujarlo hacia la irrelevancia lo antes posible. Y que el otro busque que Podemos aprenda a utilizar con solvencia su presencia en los parlamentos, adopte maneras más amables y procure tender la mano al PSOE, convencidos de que a medio plazo cualquier gobierno progresista necesitará a los socialistas. Bruce Springsteen, de un lado, y Coldplay, del otro, como el propio Iglesias afirmaba hace unos meses. Los unos se llevan las manos a la cabeza cuando oyen a los otros decir que el conflicto capital-trabajo ya no existe, por lo menos con la relevancia que le da el marxismo tradicional. Los otros cuando ven a Iglesias abrazarse a Julio Anguita entre lágrimas y en plena campaña electoral. Pero, en realidad, la relación con el PSOE es el nudo gordiano, la cuestión en torno a la cual el resto de las diferencias políticas son más o menos accesorias, como reconocen desde Podemos. La cuestión es simple: Errejón y los suyos ven a los socialistas como potenciales aliados, mientras que Iglesias y los que comparten sus posiciones proponen una impugnación contra la “triple alianza”, PP, PSOE y C’s, según el término que usó el líder de Podemos en el debate de investidura. Una disyuntiva que tiene una lectura más profunda. Y es que Errejón plantea que el objetivo electoral prioritario de Podemos debe ser “seducir” a “los que faltan”, que a su entender son básicamente los votantes progresistas que tradicionalmente han votado al PSOE. Mientras, Iglesias considera que el futuro de Podemos no pasa por ahí y que al intentar atraerse a estos votantes Podemos se estaría traicionando, porque hay “votantes socialistas de toda la vida decepcionados, pero que no les gusta Unidos Podemos. Eso hay que respetarlo y no hay que intentar disfrazarse de una cosa que no somos teniendo una especie de ansiedad por llegar a esos sectores forzando demasiado nuestros discursos o identidad”, como explicaba en una reciente entrevista a la web Cuarto Poder. Detrás de esto, late lo que sucedió tras las elecciones de diciembre y la crítica de Errejón y los suyos a cómo Iglesias plan-

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Irene Montero, Rafa Mayoral y Juanma del Olmo son algunos de los “comunistas”.

teó las negociaciones con Pedro Sánchez, echando de menos cierta “flexibilidad”. Es en ese momento cuando las distancias entre Iglesias y Errejón comenzaron a profundizarse y el secretario general empieza a consolidar el proceso de bunkerización con los “comunistas” a los que se refieren los partidarios de Errejón, que son

Errejón considera al PSOE un aliado, Iglesias impugna la “triple alianza” con PP y C’s

Uno de cada tres diputados, con Errejón ‘Recuperar la ilusión’. Así se llama el manifiesto que han lanzado los errejonistas de cara a Vistalegre 2 y que ya ha recibido más de 300 adhesiones de cargos de Podemos. Entre ellas las de una quincena de diputados de Podemos de los 46 que, en puridad, corresponden a la formación morada, ya que el resto, hasta los 71 que consiguió Unidos Podemos, pertenecen a IU o a las confluencias. Entre los nombres que destacan entre las firmas están el responsable de Relaciones Internacionales 10

del partido, Pablo Bustinduy, el portavoz de Economía en la Cámara, Alberto Montero, el número dos de Podemos Euskadi, Eduardo Maura, el exsecretario de Organización, Sergio Pascual o el magistrado Juan Pedro Yllanes. Pero los diputados no son los únicos que se han retratado. De los más de 60 miembros del Consejo Ciudadano, casi la mitad han secundado el manifiesto, al igual que dos secretarios generales autonómicos, el de Murcia, Óscar Urralburu, y

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el valenciano, Antonio Montiel, que son miembros natos del Consejo Ciudadano Estatal. Entre los dirigentes estatales destacan, por ejemplo, la responsable de Igualdad, Clara Serra, el responsable de Discurso, Jorge Moruno, el responsable de la Fundación 25M, Jorge Lago, la portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, el secretario de Cultura, Germán Cano, el responsable de Participación, Miguel Ardanuy, o el de Redes, Eduardo Rubiño.

principalmente tres: Irene Montero, jefa de gabinete del secretario general, Rafa Mayoral, secretario de Relaciones con los Movimientos Sociales, y Juanma del Olmo, miembro del equipo de Iglesias. Los tres, ahora diputados, pasaron a Podemos en 2014 desde del PCE prácticamente sin solución de continuidad, a diferencia de buena parte de la cúpula del partido morado, que se habían distanciado del PCE años atrás, como los propios Iglesias y Errejón. Mayoral y Del Olmo lideraron las Juventudes Comunistas madrileñas, y al primero de ellos todavía hay quien lo recuerda como un defensor de la “ortodoxia”, con intervenciones que sonaban, según estas voces, al viejo PCPE prosoviético de Ignacio Gallego, la escisión que –no sin escindirse antes a su vez, como buen partido de izquierdas- regresó a la casa madre del PCE a finales de los 80. Así las cosas, ¿quiénes son los “pijos”? Pues insignes errejonistas como por ejemplo la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, el secretario de Relaciones Internacionales del partido, Pablo Bustinduy, la líder de Podemos Euskadi, Nagua Alba, o el responsable de la fundación del partido, el Instituto 25-M, Jorge Lago. Todos ellos comparten simplemente el haber nacido en familias más o menos pudientes y haber crecido en barrios más o menos ‘bien’. Pero sobre todo, Errejón y los suyos, y concretamente quienes forman parte del Consejo Ciudadano del partido y del Consejo de Coordinación, comparten el haber ido perdiendo peso en el día a día del partido desde que Iglesias abandonó su escaño en Bruselas, en octubre de 2015, para concurrir a las generales. Cuando el secretario general intenta empezar a ejercer su cargo se topa con que la mayoría de puestos clave del partido están en manos de gente muy próxima a su secretario político, como es el caso del secretario de Organización, Sergio Pascual, al que Iglesias tardó menos de cinco meses en cesar. Ante este panorama, Iglesias empieza a articular su propio equipo. Lo cual, con el paso de los meses, y especialmente tras las elecciones de junio, ha provocado que hoy por hoy haya ‘de facto’ dos Podemos, uno está dirigido desde la secretaría ge-

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neral y el otro desde la secretaría política que encabeza Errejón. Cada uno de ellos impulsa su propia campaña de movilización de las bases, como la de Vamos! por parte de la primera e Impulsa! por parte de la segunda. Cada uno de ellos, Iglesias y Errejón, cuentan con su propio equipo de colaboradores, que funcionan de manera prácticamente independiente. Por ejemplo, hace tiempo que el discurso de Iglesias ya no lo marca en exclusiva el responsable de esa área, Jorge Moruno, sino que se cocina en un equipo en el que des-

Iglesias y Toxo, una pareja bien avenida En línea con ese perfil obrerista por el que está optando el secretario general de Podemos, buscando movilizar la calle al máximo, hace tiempo que viene lanzando guiños a CC OO y a su líder, Ignacio Fernández Toxo. El último ha tenido lugar ha-

ce pocas semanas, tras una entrevista que mantuvieron ambos y en la que Iglesias mostró “absoluto apoyo” si los sindicatos entienden que “toca” un escenario de huelga general. Pero Toxo dejó claro “no es el momento de hablar de huelgas”, inclinándose por esperar la respuesta del Gobierno a las propuestas sindicales. Eso sí, el secretario general de CC OO señaló ante los medios que hay que prepararse “para un escenario en el que no haya acuerdo”. En cualquier caso, parece que las relaciones entre Podemos y CC OO, el sindicato tradicionalmente cercano al PCE y a IU, son fluidas y no sólo por la complicidad que parecen mostrar Iglesias y Toxo. En realidad, el acercamiento es beneficioso para ambos. Para Podemos porque

gana músculo apoyándose en el sindicato más importante de España por número de afiliados, y para CCOO porque transmite una imagen de renovación, en un momento en el que la reputación del sindicalismo no pasa por sus mejores momentos. De hecho, dos miembros de CC OO ocupan papeles relevantes en la formación morada. Uno de ellos es Bruno Estrada, adjunto a la secretaría general del sindicato, que hace tiempo que forma parte del equipo del responsable de Economía del partido, Nacho Álvarez. El otro, es Eduardo Gutiérrez, diputado en la Asamblea de Madrid. Tan implicados está en el partido morado que ya han tomado partido en el pulso Iglesias-Errejón. Estrada de parte del primero y Gutiérrez del lado del segundo.

Iglesias intenta tender puentes con las CC OO de Toxo.

tacan nombres como el de Luis Juberías. Y como en todos los divorcios, los dos bandos acumulan agravios. Los partidarios de Iglesias acusan a Errejón y los suyos de ciertos comportamientos desleales, que el secretario general ha interpretado como una forma de puentearlo, de moverle la silla. Mientras, los partidarios del secretario político recelan del autoritarismo del que, a su juicio, hace gala un Iglesias que es quien estaría buscando permanentemente el choque público frente a su número dos, que intenta, según sus partidarios, poner paños calientes. Un choque que buscaría desprestigiar a Errejón ante las bases del partido, sobre las cuales el tirón de Iglesias parece muy sólido, a la vista de los resultados de las recientes primarias en Madrid, Andalucía y Extremadura, en las que las candidaturas que gozaban de las simpatí-

Rita Maestre, Pablo Bustinduy y Jorge Lago están entre los “pijos”. nº 1181. 19 de diciembre de 2016–8 de enero de 2017

F. MORENO

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TRIBUNA Por Miguel Ángel Aguilar

‘La presse, le pouvoir et l’argent’

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a presse, le pouvoir et l’argent es el título del libro publicado en 1968 por Jean Schwoebel, a la sazón presidente de la sociedad de redactores del diario francés Le Monde, y en esas seguimos. El poder, o mejor, los poderes, cualquiera que sea el ámbito en que aniden –político, partidista, sindical, religioso, internacional, económico, diplomático, religioso, sindical, deportivo, meteorológico o ferroviario–, en cuanto se configura como tal genera un vector propagandístico, quiere difundir la buena nueva de su perfil más favorable para recabar a través de los instrumentos mediáticos apropiados la adhesión o al menos la conformidad del público en el perímetro que más le convenga. Para esos propósitos utiliza como palanca la inversión publicitaria que induce silencios y docilidades sin necesidad de hacer explícita consigna alguna. Cunde un ambiente donde los periodistas sintonizan con la necesidad de evitar la puesta en riesgo de las fuentes de alimentación. Como por ensalmo se instala la autocensura que acaba de repudiar Juan Luis a la que algunos se acogen en un indebido ejercicio de responsabilidad como si de esa manera se facilitara la perpetuación de la especie y el cobro del salario a fin de mes. En todo caso, los responsables editoriales hace tiempo que dejaron de escribir en la pizarra las consignas de estricta observancia y las recomendadas para ganar puntos y consideración en la escala de los aprecios y los ascensos. Siempre hemos sabido que la independencia de un periodista en absoluto se mide por su grado de hostilidad al Gobierno o por su entrega a la persecución de otras causas. La auténtica escala donde se contrasta es la de su ca-

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pacidad para disentir respecto del medio de comunicación en el que trabaja o colabora. Es ahí donde da su medida. Pero esa toma de distancia, esa capacidad de ir por libre, de abandonar la partitura que está ejecutando al unísono con disciplina orquestal una redacción bien adiestrada en ejercicios de supervivencia, debe tener en cuenta un perspicaz cálculo de resistencia de materiales, una dosificación, porque a partir de un umbral lo que era tonificante pasa a convertirse en venenoso con efectos letales. Aceptemos que la crisis es el estado natural que corresponde a los medios siempre en evolución, cada vez más acelerada. De lo que se trata es de discernir sobre cuáles son los elementos característicos que permanecen válidos en medio del proceso para comprender cómo el cerebro da lugar a la conciencia, según nos previene Oliver Sacks en su libro Gratitud (Editorial Anagrana. Barcelona, 2016). Desde luego, sin restar influencia a las redes sociales ha de reconocerse que los medios siguen siendo los dispensadores de la notoriedad o de las tinieblas. En vísperas de las entrañables fiestas se han producido algunas ráfagas de autorreferencia periodísticas esclarecedoras. Por ejemplo, el ABC ha erigido la gala de los Cavia como la primera noticia que merecen sus lectores y la ha acompañado de una columna bajo el título genial de “El franquismo destituyó a Luca de Tena”. O sea, que Juan Ignacio, el segundo marqués del apellido, debe contarse entre las víctimas en lugar de entre los vencedores después de haber pagado el alquiler del Dragon Rapide que llevó a Franco del aeropuerto de Gando en Las Palmas a Agadir, Casablanca y Tetuán. l

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as del secretario general se impusieron con ventaja. Lo suficientemente sólido como para tener garantizada su reelección como secretario general. Por eso, modificar el sistema de votación de cara a la asamblea de Vistalegre de febrero como propone Iglesias, ligando la votación de la secretaría general a la de los documentos políticos que definen la estrategia, supone prácticamente dar jaque mate a Errejón y los suyos. El secretario político de la formación morada es consciente de que difícilmente derrotaría a Iglesias en unas primarias. Pero si no compite por el liderazgo no podrá darse el debate que pretende sobre la estrategia del partido y quedará sobrepasado por la alianza de Iglesias con Anticapitalistas, que quieren erosionar los poderes casi omnímodos

Modificar el sistema de votación de cara a Vistalegre, como quiere Iglesias, es un jaque mate a Errejón Y es que el ‘número dos’ queda obligado a competir por el liderazgo para que haya debate político con los que hoy por hoy cuenta el líder, pero que en lo político están mucho más cerca de éste que de Errejón. Son las bases las que decidirán el sistema de votación en la segunda Asamblea Ciudadana de Podemos, en una votación que termina este martes, 20 de diciembre. Y si la propuesta de los errejonistas de separar las votaciones no sale adelante, habrá que ver si los dos cerebros del Podemos que sacudió el panorama político español en las elecciones europeas de 2014 están dispuestos a evitar un choque de trenes en el que, salvo sorpresa, el centro de gravedad de la formación morada se desplazará definitivamente de Pozuelo a Vallecas. l