Ola de asaltos a alumnos en Recoleta

las plazas Las Heras y Emilio Mitre, a metros de la avenida ... canal de noticias C5N, fue asaltada por motochorros en el ... en horas de la tarde, cerca de Canal.
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INFORMACION GENERAL

Miércoles 13 de abril de 2011

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Inseguridad en la Capital | Les quitan celulares y dinero

Ola de asaltos a alumnos en Recoleta Sólo en marzo, estudiantes de colegios privados denunciaron unos quince hechos cometidos por dos chicas y un varón menores de edad FERNANDO MASSA

Motochorros que rompen vidrios, roban y se escapan

LA NACION

EMILIANO LASALVIA

Numerosos alumnos del San Agustín fueron víctimas de robos camino al colegio, que funciona en Agüero 2320

Puntos críticos

Colegios y parques, en la mira de los delincuentes ZONA AMPLIADA

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Identificados Además, el jefe policial detalló que ya tienen identificados a los menores que cometen los robos: aseguró que son de la villa 31 y que ya estuvieron detenidos anteriormente, pero que por su edad son inimputables. “La policía ha respondido con bastante buena voluntad. Pero es

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un grupo de chicos menores que les roban a los alumnos con la misma modalidad y con cierta frecuencia. El problema está y no hay una solución fácil. Pero ¿vamos a esperar que pase algo más grave?”. En un sentido similar se manifestó el comisario Gerardo Galli, responsable de la seccional 19a. de la Policía Federal, con jurisdicción sobre los colegios citados. Consultado por LA NACION, dijo que “hay que evitar un mal mayor” y, por eso, recomendó tanto a las autoridades de los colegios como a los padres de los alumnos acercarse a la dependencia y radicar las denuncias. Hasta el momento, habían recibido sólo una por este tipo de asaltos.

S Av.

Había salido de su casa hacia el colegio un poco más tarde que de costumbre, porque tenía la primera hora libre. Eran las 8.30 del jueves de la semana pasada. Doblaba por el pasaje Bollini hacia Pacheco de Melo, a poco más de dos cuadras del Colegio San Agustín, situado en Agüero 2320, donde cursa quinto año, cuando cruzó la mirada con una chica de su edad que estaba unos metros adelante. En la vereda de enfrente había otra chica más y parecían actuar en forma conjunta. Se imaginó que eran las mismas que sus compañeros tantas veces le habían descripto. “Dame el celular porque te corto.” De un segundo a otro, la tenía encima con un Tramontina apoyado en el cuello. Había gente por todas partes: una paseadora con una decena de perros, un grupo de personas conversando en la esquina. Pero ella no dudó, le entregó enseguida el teléfono y volvió a su casa. El robo sufrido por esta alumna de quinto año del Colegio San Agustín, en el barrio de Recoleta, que su madre, Aída Pawlak, relató a LA NACION, podría ser uno más de los tantos que suceden en la Capital, pero, según las autoridades de los colegios de la zona, no lo es. Denuncian que es algo que ocurre casi todos los días, en forma sistemática, y que son perpetrados por el mismo grupo de menores de edad. “Este tipo de hechos suceden desde hace cinco o seis años, pero han recrudecido desde que comenzaron las clases, en marzo: en un mes hubo entre trece y quince robos o intentos de robos de celulares y dinero denunciados por los alumnos”, relató Pablo Velázquez, rector del Colegio San Agustín. Según Velázquez, los hechos ocurren en un radio de dos o tres cuadras del colegio y, en general, son las mismas personas las autoras: dos chicas menores de edad, de alrededor de 16 años, quienes a veces van acompañadas de otro menor. “Los robos están dirigidos a varones de primer año y a chicas de cualquier otro curso. En el peor de los casos le han puesto un cuchillo en la cara a un alumno. El año pasado también estaban, pero los robos no eran tan a menudo”, dijo. A seis cuadras del San Agustín está el Colegio Nuestra Señora de la Misericordia. Su director general, Fernando Madrea, confirmó a LA NACION que esta situación también se repite con los alumnos de esa institución: “Mi sensación es que no hay un incremento del delito, sino

LA NACION

una zona con muchos colegios y apenas se disipa esa presencia policial disuasiva vuelven a aparecer”, dijo Madrea. El director del Misericordia señaló como puntos más peligrosos las plazas Las Heras y Emilio Mitre, a metros de la avenida Pueyrredón.

Además, puntualizó tres franjas horarias conflictivas en las que se concentra la mayor cantidad de robos: entre las 7 a las 8, entre las 12 y las 14 y de 16 a 17. A los chicos, en tanto, les recomiendan manejarse en grupo.

Aída Pawlak se mostró preocupada por el robo sufrido por su hija mayor. La joven, en tanto, explicó a LA NACION que los menores que los atacan se suelen mover desde las plazas de la zona pasando por los distintos colegios: el Misericordia, el San Pablo, el San Miguel y el San Agustín. Las fuentes policiales consultadas confirmaron que tras las denuncias han asignado a la zona un cuatriciclo para que vigile el corredor escolar y un patrullero. Durante una recorrida realizada en la zona, LA NACION observó desde muy temprano mucho movimiento, sobre todo de adolescentes con uniforme que, solos o junto a sus padres, caminaban hacia el colegio. También advirtió la presencia de la Policía Federal: un móvil con dos efectivos estacionado frente al colegio San Pablo, en Pacheco de Melo y Larrea. “A una chica del colegio Misericordia que vive en mi edificio le robaron en la plaza Mitre. Es la zona más peligrosa”, se sumó Andrés Gelinger, encargado de un edificio situado en Juan María Gutiérrez y Laprida.

No se trata de una modalidad delictiva nueva. Hace tiempo que la gente que transita por las calles porteñas es presa fácil de los motochorros. Siempre hay una víctima que es sorprendida por delincuentes que circulan en motocicleta. En las últimas horas, Paola Juárez, periodista del diario Clarín y del canal de noticias C5N, fue asaltada por motochorros en el barrio de Recoleta. El hecho ocurrió cerca de las 16, cuando Juárez circulaba por Juncal y frenó su vehículo en Agüero, cuando el semáforo se puso en rojo. En ese momento, dos ladrones que circulaban en moto le rompieron el vidrio del automóvil y le robaron una cartera donde tenía una computadora, dinero y material periodístico. “Fue un gran estallido en la ventanilla. Nunca esperé que a las cuatro de la tarde, en pleno día, me roben con tanta impunidad”, dijo Juárez, en declaraciones periodísticas. Tuvieron que pasar 20 minutos hasta que llegaron los primeros uniformados. Los delincuentes se habían escapado a toda velocidad. “No llegó ningún efectivo de la Policía Federal ni de la Metropolitana, sólo la gente del lugar que se acercó y me contuvo”, agregó la periodista en declaraciones televisivas. El robo que sufrió Juárez se repite en distintos puntos de la ciudad. Hace unos días, una mujer vivió horas de angustia cuando resultó herida por los vidrios que se reventaron cuando motochorros golpearon la ventanilla de su auto. Aquel episodio sucedió también en horas de la tarde, cerca de Canal 7, en Recoleta. Por otro lado, si bien no fue un hecho protagonizado por motochorros, la semana pasada un equipo periodístico de C5N sufrió un robo también en Recoleta. Ocurrió en la Avenida del Libertador y Tagle, en horas de la tarde, cuando armaban el móvil y fueron sorprendidos por un delincuente que se bajó de un automóvil, se apoderó de una cámara y se escapó con sus cómplices a toda velocidad.

Garré dice que no tiene pruebas sobre la corrupción policial Tras haber criticado duramente a la Federal, aseguró que sólo eran comentarios de vecinos La ministra de Seguridad, Nilda Garré, intentó bajar la tensión política que se generó tras su afirmación sobre la corrupción policial. Cuatro días después de haber asegurado, entre otros conceptos, durante un encuentro con militantes de la agrupación kirchnerista La Cámpora, que en las comisarías se “recauda” ilegalmente, la funcionaria sostuvo ayer: “No tengo pruebas para presentar denuncias penales. Hablé en función de lo que me cuentan los vecinos”. El abogado Ricardo Monner Sans había presentado una denuncia contra la funcionaria por presunto encubrimiento por no haberse presentado en un juzgado con las pruebas que llevaron a su pronunciamiento público. Garré había advertido el jueves pasado: “Cuando se dice «esa comisaría recauda bien», quiere decir que extorsiona bien a los comerciantes a los que se les pide dinero a cambio de protección, y a los inmigrantes que no tienen sus papeles en regla, y a los vendedores ambulantes para no molestarlos y a las cocinas de droga para hacer la vista gorda”. Esa opinión fue lanzada en un acto público con militantes oficialistas. Ese pensamiento despertó polémica dentro del gobierno nacional, porque terminaron salpicados con las sospechas lanzadas por la funcionaria fundamentalmente los ministros Aníbal Fernández y Julio Alak, ex jefes políticos de la presunta policía corrupta. Consultada por la prensa, Garré explicó ayer: “No las tengo [las pruebas] con detalles suficientes para hacer denuncias penales; las haría si las tuviera, pero muestran una sensación que tienen los vecinos, que hay que modificar”. La funcionaria hizo esas declaraciones durante el acto de extracción

Sobre las remociones realizadas en la cúpula de la Federal desde su llegada al Ministerio de Seguridad, en diciembre pasado, explicó: “Consideramos que la renovación es buena, ya que, si los policías permanecen en sus cargos largo tiempo, se pueden generar redes que no son convenientes para la transparencia”.

Polémica “terminada”

MIGUEL ACEVEDO RIU

La ministra Garré pidió separar a los policías buenos de los malos del último buque que estaba hundido en el Riachuelo (ver página 13). En declaraciones a Radio La Red, la ministra aclaró que “una de las necesidades de la seguridad es que los vecinos confíen en la policía”.

Igualmente, Garré afirmó que “la mayoría [de los policías] cumple honestamente una tarea muy compleja” y que “no hay derecho a que unos malos ensucien la tarea de los buenos”.

Ratifican la denuncia contra la ministra El gobierno porteño ratificó ayer ante el juez federal Norberto Oyarbide la denuncia que había presentado contra la ministra de Seguridad de la Nación, Nilda Garré, por haber retirado la custodia de la Policía Federal de los edificios públicos porteños. En esa denuncia, el procurador de la ciudad, Ramiro Monner Sans, reclamó que Garré y el jefe de la Policía Federal, Enrique Capdevila, sean indagados por haber violado la ley. El expediente pasó ahora a manos del fiscal federal Jorge Di Lello, quien estudia si decide impulsar o no la acción penal.

Por otra parte, la ministra dio por “terminada” la polémica con el gobierno de la ciudad por el retiro de los servicios adicionales que la Policía Federal hacía en objetivos porteños. Garré ya había indicado que esa decisión no tendría marcha atrás, aunque los funcionarios de la administración porteña insisten en la necesidad de que esa medida sea revertida. En ese sentido, se refirió al anuncio del gobierno porteño de colocar guardias de seguridad privados en los puestos antes ocupados por policías federales en hospitales. “Son decisiones del ingeniero Macri, en las que yo no debo opinar, porque es un tema de su gestión en la ciudad de Buenos Aires, pero la Policía Metropolitana debería estar también, ya que creo que está en condiciones. Se necesitarían 300 efectivos para cubrir todos los hospitales y centros de salud. Espero que cuanto antes se restablezca la actividad en los hospitales”, aseveró la ministra. Las palabras de Garré fueron contestadas por el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta. “Es otra irresponsabilidad de Garré decir que éste es un tema terminado, cuando tenemos la mitad de los centros de salud de la ciudad cerrados, sin que puedan ser atendidos los chicos, por su decisión de sacar la policía”, afirmó en diálogo con DyN.

HERNAN ZENTENO

Una ambulancia del SAME, con un policía, de guardia en la villa 31

Una ambulancia y tres policías para la villa 31 La medida se cumplió al pie de la letra, después de que la jueza en lo Contencioso Administrativo y Tributario porteño Elena Liberatori ordenara al gobierno de la ciudad de Buenos Aires que disponga de una ambulancia del SAME de forma permanente en la Unidad Sanitaria Nº 21 de la Villa 31, en Retiro. Un móvil de emergencia se apostó durante todo el día en el cruce de las calles 6 y Gendarmería Nacional y fue acompañada de un policía de la comisaría 46a., mientras que otros uniformados completaron el operativo de seguridad para vigilar a unos 26.000 habitantes. Una ambulancia y tres policías para toda la villa 31. Lo curioso fue que para disponer de una custodia policial para la ambulancia hubo que quitar a un agente que siempre cubre la zona más complicada de la villa 31: el cruce de las calles 5 y 6, por donde pasan los ómnibus que se convierten en presa fácil de los llamados “bolseros”, que sustraen las valijas de las bodegas de esos vehículos. Ayer esa zona estuvo todo el día sin custodia. Según dijo uno de los choferes de las ambulancias, ingresar en la villa no es fácil. “En general, te apedrean el móvil. No les importa que vayas

con un herido. A mí me pudieron un revólver en la cabeza para robarme hace un año”, dijo. Hasta anoche, el SAME había atendido a un herido que se cayó con la moto en la calle 5. Por su parte, el juez Roberto Gallardo ordenó ayer al gobierno local confeccionar un plan que incluya un protocolo de atención del SAME, de instrumentación inmediata, que garantice el servicio de emergencia a los habitantes de las villas, asentamientos y complejos habitacionales, en tiempo oportuno y seguro y con las medidas necesarias para que ese servicio no se vea interrumpido por la falta eventual de recursos de la policía. Mientras ayer permanecieron cerrados por falta de policías 16 Centros de Salud de Acción Comunitaria (Cesac) que funcionan en zonas marginales, Gallardo ordenó al gobierno que disponga de un plan que garantice condiciones de seguridad e integridad psicofísica de los profesionales y usuarios de los Cesac. El protocolo de emergencia del SAME, indicó el juez, deberá ser presentado en una audiencia pública pasado mañana. En tanto, el gremio ATE convocó a un paro para hoy en los 33 hospitales porteños. Los médicos adelantaron que no adherirán a esa medida.