Ocho detenidos por robar autos

atrás en un video grabado con cá- mara oculta por el único procesado que ahora ... Martín Ríos, conocido como el tirador serial de Belgrano, fue declarado ...
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INFORMACION GENERAL

I

Sábado 27 de noviembre de 2010

INSEGURIDAD s MAS PISTAS QUE CERTEZAS EN EL ATAQUE AL BLINDADO EN LA PANAMERICANA

Breves

Ocho detenidos por robar autos

DECISION JUDICIAL

Los acusados asaltaban countries; investigan si aportaron los Focus que usó la banda que mató a dos policías GUSTAVO CARABAJAL LA NACION Ocho detenidos acusados de integrar una banda que robaba automóviles de alta gama y teléfonos celulares, escopetas, municiones y clavos miguelito fue el saldo de 30 allanamientos realizados ayer por la policía bonaerense en la zona de Lomas de Zamora y Monte Grande. Hasta anoche, ninguno de los jefes policiales consultados; ni el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, ni el gobernador Daniel Scioli confirmaron oficialmente si alguno de esos ocho detenidos, entre los que figura un ex agente de la Policía Federal, tuvo que ver directamente con el ataque contra el blindado del Banco Provincia, ocurrido el martes pasado en Benavídez, donde fueron asesinados dos subtenientes de la bonaerense. Lo único que se informó oficialmente fue que los ocho sospechosos

apresados ayer fueron los autores del asalto contra un camión que transportaba automóviles nuevos a una agencia Ford de Remedios de Escalada. En ese asalto, los ladrones se llevaron tres automóviles. Dos de esos vehículos, uno gris y otro negro, modelo Ford Focus fueron usados en el ataque en el que fueron asesinados los policías Rubén Darío Fangio y Darío García. Ningún funcionario confirmó si los detenidos fueron los encargados de facilitar los automóviles a la banda que atacó el camión blindado o si participaron de la masacre. Fuentes policiales y judiciales indicaron que se secuestraron varias armas, entre ellas, escopetas y cargadores y munición de fusil M16, y clavos miguelito como los empleados el martes en el intento de robo al blindado en el que fueron asesinados los uniformados. Sin embargo, durante los procedimientos no fue secuestrado ningún

TELAM

Las escopetas y los rifles que tenía la banda dedicada al robo de autos

Triple crimen: identifican a un asesino Un estudio genético permitió saber que es hijo de un policía quien mató a tres uniformados PABLO MOROSI CORRESPONSAL EN LA PLATA LA PLATA.– Por medio de un estudio genético, la Justicia logró identificar fehacientemente a uno de los delincuentes que en octubre de 2007 mató a tres uniformados en una planta de transmisión de la policía bonaerense, en la localidad platense de Arana. El análisis de la Asesoría Pericial aporta una prueba contundente sobre la presencia de un sospechoso en la escena del crimen a partir del cotejo positivo de tres muestras de cabello tomadas en la planta y del ADN hecho a Fernando Maciel, hijo de un oficial de la policía bonaerense, cuyo paradero se desconoce. El hallazgo da un vuelco inusitado a la investigación, ya que, casi inmediatamente, la Justicia dispuso dos

nuevos pedidos de detención y la libertad de cinco de los seis detenidos e imputados en el caso por los homicidios del sargento Pedro Díaz y de los oficiales Ricardo Torres Barbosa y Alejandro Vatalaro. Ahora cobra cuerpo el móvil que vincula el crimen, ocurrido el 19 de octubre de 2007 (cuando faltaba poco más de una semana para las elecciones presidenciales que ganó Cristina Kirchner) con un plan para realizar una serie de ataques contra la policía que terminaría con una toma del Ministerio de Seguridad bonaerense. Según esa hipótesis, los delincuentes buscaban robar armas y chalecos antibalas para usar en la toma. La versión había sido sostenida tiempo atrás en un video grabado con cámara oculta por el único procesado que ahora permanece detenido, el ex

policía Marcos Cassetti. En aquella filmación, el acusado contaba que había perpetrado el crimen junto con Maciel y otro amigo, Mariano Filippi Medina. En ese momento, el video fue desestimado y Cassetti denunció que había sido forzado a grabar ese testimonio. El ex policía que lo grabó, Raúl Barnes, resultó procesado. Filippi Medina está complicado, además, por las comunicaciones que mantuvo en esos días con Maciel y Cassetti.

Pedidos de captura Ayer, la Justicia formalizó los pedidos de captura para Maciel y Filippi Medina. En tanto, los jueces de la Sala III de la Cámara de Apelaciones platense, Javier Guzmán, Carlos Silva Acevedo y Raúl Dalto, hicieron lugar ayer a la solicitud del abogado Alejandro Montone y liberaron a

Miguel Tobar, Pablo Cepeda, Héctor Rivero, Edgardo Zuccaro y Juan Pablo Córdoba, quienes habían quedado involucrados por el fiscal Marcelo Romero, que guió su pesquisa en dirección a la existencia de una banda mixta que irrumpió en la planta con el objetivo de apoderarse de droga y equipos de comunicación. Ahora, la Sala III deberá definir qué hace con la causa que había recibido para sustanciar el juicio oral, medida que los acusados habían apelado. También deberá definir un pedido de recusación contra el juez de garantías a cargo del caso, César Melazo. En diálogo con LA NACION, la madre de Vatalaro se quejó de las idas y venidas de la causa: “Estamos como al principio o peor, porque ahora lograron que estemos totalmente confundidos; ya no sabemos qué pensar”.

FAL ni ningún fusil de asalto M16. Aunque, según explicó un jefe policial, en uno de los allanamientos los investigadores hallaron una boleta de compra de munición calibre 223 – que usan los fusiles M16– como la que se empleó en el ataque contra el blindado. “Todo puede tener conexión con todo”, dijo Scioli durante una conferencia de prensa realizada en la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora. “Hay un punto de contacto con el hecho de la Panamericana que tiene que ver con la utilización de dos Focus, uno negro y uno gris, que habrían sido utilizados para uno de estos robos y que también habrían sido usados en el intento de robo al blindado”, elucubró Scioli. A los detenidos se les imputó el asalto en el country Isla del Sol, de Tigre, donde vive el intendente Sergio Massa, ocurrido en octubre del año pasado.

Claves ➔ Los asesinatos: el 19 de octubre de 2007 fueron asesinados en la Planta de Transmisión de la policía bonaerense los uniformados Pedro Díaz, Ricardo Torres Barbosa y Alejandro Vatalaro.

➔ Primera hipótesis: la fiscal Leyla Aguilar apuntó al móvil pasional, pero esa teoría se desbarrancó por falta de pruebas.

➔ Prueba genética: por medio de

un estudio de ADN se pudo identificar a uno de los delincuentes acusado de haber participado en el triple crimen.

➔ Pedidos de detención: ayer

la Justicia ordenó detener a Fernando Darío Maciel y Filippi Medina. La Sala III de la Cámara de Apelaciones platense liberó a Miguel Tobar, Pablo Cepeda, Héctor Rivero, Edgardo Zúccaro y Juan Pablo Córdoba, quienes habían sido involucrados por el fiscal Marcelo Romero.

Fue sobreseído el futbolista Buonanotte El futbolista de River Plate Diego Buonanotte fue sobreseído en la causa en la que se lo investigaba por la muerte de tres amigos durante un accidente ocurrido hace 11 meses en la localidad bonaerense de Arribeños, al considerarse que no actuó con “imprudencia o negligencia”.

LA ESPOSA DE ASAD

Se tiró del auto para escapar de un rapto La esposa del técnico de Godoy Cruz de Mendoza, Omar “El Turco” Asad (foto), fue asaltada por dos delincuentes que se la llevaron cautiva en su propio auto en el barrio porteño de Villa Devoto. La mujer se arrojó del vehículo para escapar y sufrió algunas lastimaduras, pero ayer ya se encontraba en su domicilio. SOLICITUD DE UN FISCAL

Grassi: piden que se designe un tribunal El fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate, pidió a la Suprema Corte de Justicia bonaerense que disponga qué tribunal debe decidir si el sacerdote Julio César Grassi, condenado a 15 años de prisión por dos hechos de abuso sexual, cumpla su sentencia en la cárcel. FALLO JUDICIAL

Declaran insano al tirador de Belgrano Martín Ríos, conocido como el tirador serial de Belgrano, fue declarado “insano e incapaz” por la justicia civil, por lo que ahora un tribunal penal debe definir si lo juzga o no por el crimen del joven Alfredo Marcenac, ocurrido en 2006 en ese barrio porteño, según informó Télam.

Historias con nombre y apellido | Bárbara Flores

La chica tucumana a la que el hambre marcó para siempre Continuación de la Pág. 1, Col. 2 una existencia extremadamente solitaria y familiar. Barbarita, sentada en su patio, cuenta todo esto con la misma mueca risueña dibujada en su cara en este mediodía bochornoso y húmedo, y yo no sé si es porque la desnutrición la doblegó y su cabeza no es igual a la de las otras chicas de 17 años, o es mi fantasía morbosa la que gana en este juego de mancha venenosa. “Lo único que quiero es un pedazo de pan”, dijo hace nueve años frente a las cámaras de TV y comenzó a llorar con pucheros tan lastimeros que a todos se nos atragantó la imagen. La cara de Barbarita Flores ocupaba toda la pantalla de la televisión ese aciago día de 2001 y el periodista Jorge Lanata presentaba brutalmente, a su brillante manera, a esa nena como la cara vergonzosa de una argentina que boqueaba. Era Tucumán y era la desnutrición. Era una nena de las afueras de esa castigada ciudad y eran las lágrimas del hambre: Barbarita pedía un pedazo de pan porque hacía días que comía mal o no comía y estaba desnutrida. Su hermana mayor, Ruth, ese día se había desmayado de hambre en la escuela. Y la hermana que le sigue, Andrea, estaba peor, debido a que es celíaca. La historia de hoy es una de las más miserables de la Patria. Hasta escribirla duele. Ver a Barbarita Flores crecida, con el único deseo de tener un cuarto para ella, con la fantasía de que en su vida Jehová proveerá todo, como lo proveyeron Lanata, algunas almas solidarias que sin duda la salvaron de la muerte o de la idiotez, pero la arrojaron al escarnio, es ver un país dentro de otro país que “baila por un sueño” y muere por inanición. Porque los Flores, cuentan, sufrieron y sufren lo que provoca la corrupción, la desidia y el maltrato. Cuando los camiones con comida empezaron a llegar a la puerta de su casa tucumana, recuerdan, los vecinos los envidiaron. Y los envidiaron los maestros de la escuela, donde también los camiones descargaban viandas para todos los alumnos, pero “especiales” para Barbarita y sus siete hermanos, aunque la ayuda a ellos, los que no aparecieron por la TV, les llegó con cuentagotas: los pobres odian a los pobres menos pobres y los políticos, entonces, aprovecharon la lucha sorda y miserable para quedarse con el botín. Y el botín era la comida que llegaba de Buenos Aires, que mandaba Susana Balmaceda, las chapas, los colchones, las cajas de leche. Y Barbarita iba al colegio, pero no le da-

ban nada, “porque vos ya tenés en tu casa, chinita de mierda”, dice que le decían, o “sucia” o “andá, negrita, andá a decí a la tele que comé polenta con palta, sucia” y otros calificativos que ella no dice porque los testigos de Jehová no dicen palabrotas, explica. Así la trataban. –¿Y por qué, Barbarita? –Y, porque Lanata me llevó a Buenos Aires, me regaló un oso, nos dio plata para que nos hagamos la pieza. Porque acá como usté lo ve dormíamos los 10 en dos camas y por lo meno ahora tenemo dos piezas. Samuel y Carmen Flores, también testigos de Jehová, llegan en una moto cargados de mercaderías para el almacén mientras estamos hablando con Barbarita, y de los tapiales de al lado las vecinas, muchas de ellas adolescentes embarazadas, miran con mezquindad, rencor y bronca el paraguas del fotógrafo que dispara el flash. “Yo no tuve trabajo desde 2001 hasta 2003, hasta que me dieron laburo como mozo en la Casa de Gobierno. Y Carmen hace poco que tiene el almacén”, dice Samuel, mientras señala un diminuto cuarto a la calle, donde hay mercadería de cuarta categoría y una cama. “Nosotros dormimos ahí porque nos robaron”, aclara. –Barbarita, la ayuda te llegó, ¿no? –Al principio sí me dieron un subsidio, pero se lo han quedado, nunca lo reclamamos. En la escuela ello tenían orden de darme a mí y a mis hermanos una vianda, pero un día no la dieron nunca más. Eso me hacía llorar. Eso y los insultos. Especialmente los adjetivos que le gritaba un chico, antes amigo, que vivía cerca y que estaba en silla de ruedas. Le decía que ella tenía “coronita” y que comía todos los días, mientras que él... a él no le daban nada. Lo peor vino cuando los Flores, siempre con ayuda del prójimo y con la cara de Barbarita en la TV, consiguieron dinero para construir cocina y dos cuartos: directamente los dejaron de lado, nadie les hablaba, los miraban con odio, les gritaban “putas” a las chicas y hasta querían pegarles, cuentan. Entonces casi todos dejaron de ir a la escuela sólo para no ser víctimas de otras víctimas. –¿Y vos qué hacías, Barbarita? –Yo lloraba. Y veía cómo el director de la escuela sacaba con camiones la ayuda que era para todos y no podíamos hacer nada. La vendieron toda. Para nosotros la salvación fue cuando nos regalaron una televisión. Por lo menos nos quedábamos encerrados en casa pero mirando algo, porque no salíamos a la calle, si todos nos decían cosas. El pedazo de pan que reclamó Barbarita

BARBARA FLORES ESTUDIANTE

Quién es: Barbarita Flores es uno de los ocho hijos de Carmen y Samuel Flores. En 2001 el periodista Jorge Lanata mostró una nota televisiva en la que decía que quería comer “un pedacito de pan”. Estaban desnutridas ella y tres de sus hermanas, aunque su cara llorando fue la cara de la crisis del país. Qué hace: actualmente tiene 17 años, una mejor calidad de vida gracias al aporte de empresas y particulares, pero no va mucho a la escuela. Todos la envidian en el barrio porque su casa tiene dos habitaciones. Todavía le gritan “muerta de hambre” o “sucia”. El padre no quiere que estudie en la universidad porque les tiene miedo a las malas compañías. Todos son testigos de Jehová y la familia sólo sale para ir a las reuniones. Samuel es mozo en la Casa de Gobierno y Carmen tiene un pequeñísimo almacén.

FERNANDO FONT

Bárbara sólo sueña con tener, algún día, una habitación propia en esos días de dolor y muerte le trajo tantas penurias que su vista se nubla. Y se vuelve distante cuando se le pregunta por la escuela, siempre sentadas en el patio del barrio ATE, no muy lejos del centro. “Vamos. Nosotras vamos a la escuela, pero nos mandan de vuelta porque no hay agua, porque los profesores no van o porque me siguen diciendo «polenta con palta».” Samuel y Carmen sirven un refresco que no logra paliar el tremendo calor del mediodía tucumano, y Barbarita se va a la cocina precaria a ver la carne que está cocinando. De vez en cuando suena el timbre del almacén, pero todos saben que lo que quieren los vecinos es ver si somos o no periodistas. “¿Ve? De seguro mañana ni

nos saludan más, pero no importa. Yo sigo soñando con tener mi pieza, una puerta, cositas para guardar.” Samuel, un hombre que predica la Biblia y habla con una enorme fluidez, cuenta que no cobra ningún subsidio del Estado, excepto el que le dan por ser padre de más de siete hijos y que vive con un sueldo de 1200 pesos. “A las chicas les compro zapatillas cuando veo que se les salen los dedos, antes tenemos otras prioridades”, dice. –¿Le gustaría que Barbarita estudiara? –Y... no. La universidad echa a perder a la gente por las malas compañías; yo me conformo con que tenga un oficio. Ya estamos por irnos y la familia está

contenta con la visita. Nos muestran el interior de la casa, el aire acondicionado que compraron y un televisor color. Los miro extrañada y Carmen aclara: “Es fácil y nos sale barato. Pasa un señor y nos cobra 20 o 25 pesos por día durante 290 días. Es la nueva forma de comprar y a nosotros nos conviene”. Nos vamos con un gusto a estafa en la boca. Sacar la cuenta es sacar el resultado del abuso de algunos mercaderes que anotan, en una libreta de almacenero, las cuotas, sin recibo, sin nada. Ya en el auto saludamos con la mano y Andrea viene corriendo y me regala un ramo de flores de plástico. Estoy segura de que adornaba un lugar especial de la casa.