notas sobre el clima - World Resources Report

WORLD RESOURCES INSTITUTE. 2 ..... U.S. Energy Information Administrationb ..... of Policy and Technology Options in Energy and Forestry Sectors in Latvia.
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W O R L D

R E S O U R C E S

I N S T I T U T E

P R O G R A M A S O B R E

N O TA S S O B R E E L C L IM A

C L I M A,

E N E R G I A

Y

C O N T A M I N A C I O N

¿CÓMO PODRÍA SER UN COMPROMISO DE UN PAÍS EN DESARROLLO CON RESPECTO AL CLIMA? POR KEVIN A. BAUMERT, RUCHI BHANDARI Y NANCY KETE

Uno de los temas mas álgidos de las negociaciones sobre cambio climático es el de los compromisos voluntarios de los países en desarrollo. Esto es desafortunado e innecesario, ya que la misma Convención sobre Cambio Climático aclara que los países en desarrollo y los industrializados tienen “responsabilidades comunes pero diferenciadas” para poder lograr las metas de la Convención. Mientras que el Norte se ha concentrado en las responsabilidades comunes, el Sur se ha concentrado en las responsabilidades diferenciadas. El propósito de esta Nota sobre el Clima es examinar la participación voluntaria de los países en desarrollo bajo una perspectiva que reintegra las dos facetas del prinicipio común pero diferenciado.1 La mayoría de los países en desarrollo argumenta que asumir compromisos en este momento para reducir o limitar las emisiones de gases de invernadero no sería compatible con prioridades nacionales actuales como el desarrollo

económico o la mejora del nivel de vida. Muchos creen que los países industrializados (Anexo I), deberían cumplir con la meta de reducción en el primer período de compromisos asumidos bajo el Protocolo de Kioto, antes de pedir que los países en desarrollo hagan más. Argumentan que los países industrializados deben actuar primero, ya que tienen una mayor responsabilidad por la acumulación histórica de gases de invernadero en la atmósfera, y sus emisiones per cápita son mucho más altas que las de los países en desarrollo.2 Además, al contrario de lo que se piensa, aún sin compromisos formales, los países en desarrollo ya están tomando importantes medidas para controlar las emisiones de gases de invernadero.3 Las políticas y medidas detrás de estas mejoras han requerido un liderazgo y conllevan un costo político que hace a estos países merecedores de reconocimiento. Al presionar a los países en desarrollo para que adquieran “compromisos voluntarios”, los Estados Unidos y otros

PRINCIPALES HALLAZGOS •

Definir los compromisos de los países en desarrollo respecto al clima en forma similar a los de las naciones industrializadas crea peligros ambientales, dada la incertidumbre sobre los futuros niveles de emisión y las disposiciones internacionales referentes a la compraventa de derechos de contaminación en el Protocolo de Kioto.



Si un país en desarrollo contempla la opción de un compromiso voluntario bajo la convencion sobre el cambio climático, es posible que la intensidad de los gases de invernadero pueda ser un buen indicador.



Un indicador de intensidad de gases de invernadero es una medida de desarrollo sostenible que aborda el verdadero reto climático en los países en desarrollo separando el crecimiento económico del aumento de emisiones. El Mecanismo de Desarrollo Limpio también podría ayudar a abordar este desafío.



La falta de datos precisos y completos sobre las emisiones de gases de invernadero (incluyendo las emisiones generadas por el cambio de uso de suelo) perjudica cualquier discusión sobre los compromisos de los países en desarrollo.

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Impreso en papel reciclado

Mayo de 1999

países industrializados frecuentemente invocan el hecho de que los países del Anexo I por sí solos no pueden alcanzar el objetivo final de la Convención sobre el cambio climático, esto es, prevenir una interferencia peligrosa en el sistema climático. Sin embargo, si bien es cierto que abordar efectivamente un problema global como el cambio climático requiere de hecho una solución global, ni los Estados Unidos ni ningún otro país ha ofrecido aún un enfoque con alguna política de participación voluntaria que se ajuste de manera efectiva a las prioridades de desarrollo de los países no pertenecientes al Anexo I.

día se alcanzarían reducciones significativas de gases de invernadero en los países industrializados.

Esta dificultad radica, al menos en parte, en el falso supuesto de que el compromiso de un país en desarrollo tomaría básicamente la misma forma que un compromiso de los del Anexo I, esto es, una limitación en el nivel absoluto de las emisiones de gases de invernadero. Por supuesto, se asume una diferencia clave: es muy probable que un compromiso de un país en desarrollo se exprese como un “límite de crecimiento” establecido en algún nivel por encima del nivel actual de emisiones, mientras que los compromisos de los del Anexo I limitan las emisiones de manera colectiva en un 5,2 por ciento por debajo de los niveles históricos, con algunas variaciones entre países. Esto constituye un problema por varios motivos.

Afortunadamente, la participación de los países en desarrollo bajo el Protocolo de Kioto o de la Convención puede tomar un enfoque distinto. Dado que la mayoría de los países en desarrollo no puede reducir emisiones de manera absoluta, el desafío más inmediato y realista consiste en disminuir la intensidad de los gases de invernadero de sus economías. En vez de medir la suma absoluta de emisiones de carbono de un país, el indicador de intensidad de gases de invernadero ofrece un marco más realista y práctico, expresando las emisiones que la economía genera por unidad de producción. Esto se puede hacer de la siguente manera:

Para un país en desarrollo que aún no está preparado para implementar los requisitos en materia de medidas, informes y verificación, es poco probable que un compromiso de reducción cuantitativamente obligatorio sea adecuado o deseable. De hecho, un límite absoluto en las emisiones podría ser muy poco adecuado para cualquier país con un crecimiento económico alto o volátil. Sin embargo, a los países en desarrollo se los está instando a asumir compromisos voluntarios que se expresan como límites de crecimiento para que puedan participar en la compraventa internacional de permisos de emisión bajo del Protocolo de Kioto. Dada la incertidumbre inherente a la estimación de futuras emisiones, los límites de crecimiento para los países en desarrollo dan lugar a serias preocupaciones tanto en lo que respecta a las emisiones que podrían ser agregadas al límite colectivo de los países del Anexo I, como a si algún

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NOTAS SOBRE EL CLIMA

El desafío para la mayoría de los países en desarrollo no consiste en reducir los niveles absolutos de emisiones, sino en disminuir la intensidad de gases de invernadero de sus economías.

Indicador de intensidad de gases de invernadero

=

emisiones de gases de invernadero Producto Interno Bruto

Dado su carácter voluntario, los países en desarrollo podrían optar por una forma de compromiso que sea compatible con el medio ambiente y a la vez contribuya a las prioridades del país. Para aquellos países que desean asumir compromisos no obligatorios y “leves”, un indicador de intensidad de gases de invernadero constituye una manera efectiva de marcar el progreso nacional con respecto al cambio climático. Además, esta medida podría ayudar a dar forma a las prioridades para el Mecanismo de Desarrollo Limpio. Para los países que desean asumir compromisos de carácter obligatorio – que en principio ya fueron adoptados por Argentina y Kazakastán – estos podrían asumir la forma de una medida basada en intensidad como lo es el indicador de intensidad de

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carbono, sin que pierdan la capacidad de participar en la compraventa de derechos de emisión. Esto comprendería la aceptación voluntaria de una serie de obligaciones, incluyendo algunos límites en el futuro con respecto a la intensidad de gases de invernadero de la economía. En cualquier caso—trátese de compromisos de carácter obligatorio o no obligatorio—el indicador de intensidad de gases de invernadero podría ser un enfoque útil para muchos países en desarrollo, tanto por su contribución al desarrollo sostenible como al logro de los objetivos de la Convención sobre Cambio Climático.

LECCIONES DEL PROTOCOLO DE KIOTO: ¿QUÉ SABEMOS HASTA EL MOMENTO? Las experiencias de algunos países respecto a las formulaciones ya acordadas bajo el Protocolo de Kioto nos pueden dar una idea de si los compromisos de las naciones del Anexo I se aplican a los países en desarrollo o, de otra manera, si una medida basada en intensidad o de otro tipo puede ser más apropiada. En primer lugar, al explorar distintos casos, sabemos que es posible que los niveles totales de emisión no midan el “rendimiento climático” de un país. En segundo lugar, también sabemos que existe un gran número de incertidumbres en cuanto al futuro de los niveles de emisiones de gases de invernadero en los países en desarrollo, dado que las proyecciones de emisiones dependen en gran medida de supuestos no muy confiables con respecto al crecimiento económico. Por último, la combinación de un enfoque que mida los nuevos compromisos de un país en desarrollo en términos de niveles absolutos de emisión con el sistema internacional de compraventa de derechos de emisión delineado por el Protocolo de Kioto, constituye un peligro potencial para el medio ambiente. Los indicadores de intensidad de gases invernadero podrían ayudar a mitigar algunas de estas dificultades. Esto no pretende sugerir que los compromisos del Anexo I para el 2008-2012 deberían ser evaluados nuevamente o reconsiderados a la luz de un indicador de intensidad. Sin

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NOTAS SOBRE EL CLIMA

embargo, al abordar los compromisos futuros de los países en desarrollo, inclusive los nuevos compromisos de algunos países del Anexo I para los períodos posteriores de cumplimiento, los negociadores deberán aprender de las experiencias de los países relativas a las disposiciones que ya se han establecido en la Convención sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kioto. En la práctica, esto significa formular los compromisos utilizando la medida

Un indicador de intensidad de carbono mide las toneladas de emisiones de carbono por millones de dólares del PIB.

más adecuada para los países bajo consideración, y la que conduzca a avanzar más los objetivos de la Convención. Las experiencias de las economías en transición de los países del Anexo I y de los países en rápido crecimiento resultan especialmente útiles en la evaluación de los problemas potenciales que podrían surgir al “limitar” las emisiones de un país en desarrollo.

Medición del rendimiento climático En la mayoría de los países, los niveles de emisión de carbono han estado estrechamente relacionados con el crecimiento económico; sin embargo, un nivel absoluto de emisión de un país no siempre podría ser un buen indicador del “rendimiento climático”. La Figura 1 muestra la estrecha relación que generalmente existe entre estas dos variables.4 En algunos casos, los niveles crecientes de emisión de gases de invernadero no necesariamente indican un escaso rendimiento climático. Por ejemplo, a pesar de que las emisiones anuales de carbono de China se incrementaron en aproximadamente 500 millones de toneladas (MtC) entre 1980 y 1987, las ganancias en eficiencia energética alcanzadas durante este período resultaron en emisiones evitadas de 432 MtC.5 A pesar de que esto no se hizo con la intención de proteger el clima, sin las reformas de precio y

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Las emisiones absolutas de carbono están estrechamente relacionadas con el crecimiento de la economía FIGURA 1 Producto Interno Bruto y emisiones de carbono, países en desarrollo seleccionados (1980 = 100)

PIB

Emisiones de carbono

(a) Argentina

(b) Brasil

300

300

200

200

100

100

0 1980

0 1984

1988

1992

1996

1980

1984

1988

1992

1996

1992

1996

1995

1996

(d) India

(c) China 300

500 400

200

300 200

100

100 0

0 1980

1984

1988

1992

1996

1980

1984

1988

(f) Kazakastán

(e) República de Corea 300

400 300

200

200 100

100

0

0 1980

1984

1988

1992

1996

1992

1993

1994

Fuentes: El Banco Mundial y Centro de Análisis de Información sobre Dióxido de Carbono. Notas: El Producto Interno Bruto se mide en millones de dólares internacionales, utilizando la paridad del poder adquisitivo. Las emisiones de carbono provienen sólo de la combustión de combustible, la llama de gas y la fabricación de cemento.

otras medidas tendientes a mejorar la eficiencia energética, las emisiones de carbono de China en 1997 hubieran sido un 50 por ciento más altas que las emisiones reales. Esta separación entre el desarrollo económico y el crecimiento de emisiones se evidencia en términos de la intensidad de carbono de China, que ha disminuido en aproximadamente un 45 por ciento desde 1980. (Véase la Figura 2). Lamentablemente, la rápida disminución de la intensidad de carbono de China es la excepción y no la regla para la mayoría de los países. En Ucrania, entre 1990 y 1995 las emisiones de carbono disminuyeron en más de un 40 por ciento.6 (Vease la Figura

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NOTAS SOBRE EL CLIMA

3). Sin embargo, esta disminución se debe principalmente al deterioro económico, a la eficiencia energética, al ahorro de combustible o a otra política energética no necesariamente relacionada al Cambio Climático.7 De hecho, la intensidad de carbono de Ucrania empeoró durante este período, creciendo un 20 por ciento de 994 a 1.194 toneladas de carbono por millón de dólares del Producto Interno Bruto – PIB (medido en paridad de poder adquisitivo). Asimismo, las emisiones absolutas de carbono en la Federación Rusa cayeron más de 169 MtC entre 1990 y 1995 (26 por ciento), mientras que la economía se tornó más intensiva con respecto al carbono (creciendo en cuanto a la intensidad del carbono de 807 a 950 MtC).8 (Véase la Figura 3) De esta

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manera, a pesar de que los niveles totales de emisiones de carbono han disminuido, ni Rusia ni Ucrania se han convertido en regiones con un desarrollo más sostenible en esta década.

A pesar del elevado incremento en las emisiones absolutas, la intensidad de carbono en China ha bajado en un 45 por ciento desde 1980 FIGURA 2 Emisiones absolutas de carbono vs. intensidad de carbono en China, 1980-1996 (a) Emisiones de carbono

(b) Intensidad de carbono Toneladas de carbono por millones de dólares int. de PIB

Millones de toneladas

1000 750 500 250 403 0

918

El “rendimiento climático” se puede expresar mejor a través de las emisiones por unidad de Producto Interno Bruto 1980 (PIB). Esta medida demuestra lo bien que los países están separando la tradicional relación entre las emisiones de carbono y el PIB que se muestra en la Figura 1. De hecho, se podría argumentar que el camino hacia el logro del objetivo de la Convención sobre el Clima requerirá necesariamente de una separación de la producción económica de las emisiones de gases de invernadero, de la misma manera en que la contaminación convencional del aire ha dejado de ligarse al PIB en muchos países industrializados. Todavía nos queda un largo camino por recorrer con respecto a las emisiones de gases de invernadero, porque el deterioro o crecimiento económico generalmente da forma al perfil de emisiones de gases de invernadero de un país, de manera más profunda que las políticas y medidas relacionadas con el clima.

600 400

640

579

444 325

200 0 1988

1996

1980

1988

1996

El juego de adivinar las emisiones: Proyección de niveles futuros Ya se acepta ampliamente (y se ha enmarcado en la Convención) el hecho de que las emisiones de gases de invernadero de un país en desarrollo crecerán en las décadas venideras para satisfacer las necesidades de desarrollo. (Véase el Cuadro 1). De manera que si un compromiso del tipo Anexo I – como límite en el crecimiento – se aplicara a un país en desarrollo, el debate sobre la meta fijada deberá comenzar necesariamente con la definición del nivel de emisiones bajo el escenario de crecimiento sin intervención (business as usual) El Recuadro 1 muestra las estimaciones del crecimiento de emisiones para algunos países en desarrollo seleccionados. En algunos casos, se espera que para el 2010 las emisiones aumenten más de un 200 por ciento por encima de los niveles de 1990. En comparación,

Si bien las emisiones de carbono han disminuido en Rusia y Ucrania desde 1990, ninguno de los dos países se ha vuelto más sostenible FIGURA 3 Emisiones absolutas de carbono vs. intensidad de carbono, Rusia y Ucrania (a) Federación Rusa Toneladas de carbono por millones de dólares int. de PIB 950 1000

Millones de toneladas 1000 750

(b) Ucrania

750

651

500

Toneladas de carbono por millones de dólares int. de PIB

Millones de toneladas

200

1500

194

1194

150

807

1000

500

100

250

50

0

0 1990

Emisiones carbono

5

1995

500

0

1990

1995

Intensidad de carbono

NOTAS SOBRE EL CLIMA

1990

994

116

482 250

0

Emisiones carbono

1995

1990

Intensidad de carbono

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1995

bajo el Protocolo de Kioto los países del Anexo I reducirán las emisiones colectivamente en un 5,2 por ciento durante el período 2008-2012 con respecto los niveles de 1990. El problema radica en que todas las proyecciones se basan principalmente en los supuestos de crecimiento económico o en los escenarios de demanda de energía que resultan de aquellos supuestos. Estos tienen un nivel de incertidumbre muy alto, lo cual hace que las proyecciones sobre el carbono sean igualmente inciertas. En China, donde se han hecho numerosas proyecciones, las estimaciones varían hasta en 519 MtC para el 2010, una suma que excede las emisiones de carbono de 1990 de Brasil, India, Indonesia, Corea y México juntos. A la dificultad de proyectar emisiones se le suma el incentivo que tienen los países de fortalecer el escenario business as usual con el propósito de asegurar el cumplimiento más fácil y seguro de los objetivos futuros a fin de evitar cualquier limitación posterior al crecimiento económico. El caso de Corea y otros países ilustra por qué los objetivos de las emisiones obligatorias para las naciones en desarrollo – expresados en toneladas por año – constituyen

Recuadro 1

Principios para la participación de los países en desarrollo

Ya se han acordado varios principios en la Convención sobre Cambio Climático que podrían guiar el debate sobre cuáles podrían constituir los compromisos más justos, más efectivos con respecto al medio ambiente, y más convenientes en términos políticos para los países en desarrollo. La Convención afirma que: •



una política ambiental riesgosa. La comunicación nacional de Corea a la Secretaría de la Convención estima un crecimiento anual del 5,2 por ciento en las emisiones para el período de 1996 al 2010 (217 MtC para el 2010), un escenario que asume un crecimiento anual del 5,3 por ciento del PIB.9 El informe expresa que la próxima comunicación deberá revisar las proyecciones de emisiones ya que “la economía coreana enfrenta en la actualidad una crisis financiera que no fue anticipada.” Sin embargo, una vez se establezcan los compromisos de emisión bajo la Convención o el Protocolo, es probable que no haya oportunidad de revisarlos en el caso de una crisis o expansión financiera que no hubiera sido considerada en las proyecciones de emisiones de gases de invernadero. De modo que si Corea hubiera aceptado un límite voluntario en Kioto, tal como lo deseaban los Estados Unidos y otros países del Anexo I, y si la crisis asiática actual persistiera, el límite del Anexo I se diluiría. En otras palabras, el objetivo sería menos riguroso de lo que se esperaba al momento de las negociaciones, y el progreso de la convención sería más lento de lo que se anticipaba. En la terminología de la Convención, los negociadores hubieran creado más del así denominado “aire caliente” .

Las Partes deberían proteger el sistema climático de acuerdo con sus responsabilidades comunes pero diferenciadas, y con sus respectivas capacidades. Las Partes tienen el derecho de promover el desarrollo sostenible, y de hecho deberían hacerlo. Las políticas y medidas relacionadas con el clima deberían estar integradas a los programas nacionales de desarrollo.



La proporción de emisiones globales originadas en los países en desarrollo crecerá para satisfacer las necesidades sociales y de desarrollo de los mismos.



El cambio climático requiere que haya la mayor cooperación posible, así como una participación efectiva por parte de todos los países, además de una respuesta internacional adecuada.



Los países industrializados brindarán a los países en desarrollo nuevas fuentes de financiamiento a fin de que los mismos puedan cumplir con sus obligaciones de inventariado y reporte. Además transferirán tecnología para que dichos países puedan implementar las medidas relacionadas con el clima.

Fuente: Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Preámbulo y Artículos 3 y 4. 1992.

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NOTAS SOBRE EL CLIMA

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Cuadro 1

Crecimiento proyectado de emisiones en países en desarrollo seleccionados

Proyecciones para el 2010

Porcentaje por encima del nivel de 1990

millones de toneladas de carbonoa País

Nivel de 1990

Fuentes

BRASIL

57

102–144

79–153

U.S. Energy Information Administrationb

CHINA

620

1.067–1.586

72–156

U.S. Energy Information Administrationb

653

1.381

113

Agencia de Internacional de Energíac

587

1.441

145

ZhongXiang Zhangd

INDIA

153

326–455

113–198

INDONESIA

45

142

213

República de Indonesia (FCCC)e

REP. DE COREA

65

217

233

República de Corea (FCCC)f

61

141–201

131–230

U.S. Energy Information Administrationb

78

116–139

49–78

U.S. Energy Information Administrationb

84

151

80

MÉXICO

U.S. Energy Information Administrationb

Agencia Internacional de Energíac

Notas: a. En los casos en que es necesario, la información se convierte de toneladas de dióxido de carbono (CO2) a toneladas de carbono. b. Energy Information Administration. Diciembre de 1998. International Energy Outlook 1999 With Projections to 2020. Departamento de Energía de los Estados Unidos c. Proyecciones de la Agencia Internacional de Energía de los “Pronósticos de Energía/CO2”. No. 6, Otoño de1997. Energy Environment Update, Agencia Internacional de Energía. d. ZhongXiang Zhang. “Is China Taking Actions to Limit its Greenhouse Gas Emissions? Past Evidence and Future Prospects” , en Reid y Goldemberg (eds.). Abril de 1999. Promoting Development While Limiting Greenhouse Gas Emissions: Trends and Baseline. Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas y World Resources Institute. e. La proyección de Indonesia es para el 2011 (no 2010) y está incluida en su Comunicación Nacional Inicial en virtud de la UNFCCC, Octubre 1998. Ministerio Estatal del Medio Ambiente, República de Indonesia. f. La proyección de Corea proviene de la Comunicación Nacional de la República de Corea para la Convención Marco sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas.

Implicaciones del Artículo 17: ¿Comercializar la atmósfera? El sistema internacional de compraventa de permisos de emisión que se prevé en el Artículo 17 del Protocolo de Kioto multiplica las posibilidades de equivocación con respecto a las emisiones futuras. Un país en desarrollo no querrá comprometerse a un límite de emisiones basado en un crecimiento del PIB inferior al deseado. Sin embargo, es probable, si no inevitable, que las emisiones en exceso sean bienvenidas en un sistema global de compraventa de permisos de contaminación, ya que esto significa un menor costo de los compromisos de los países industrializados. Estos riesgos existen—para el crecimiento (o cumplimiento) por un lado, y para el medio ambiente por el otro— aun cuando todos los que participan en hacer las proyecciones y negociar los compromisos estuvieran

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NOTAS SOBRE EL CLIMA

actuando totalmente de buena fe y con una preocupación genuina por la protección climática. Los riesgos se acentúan si se permite la posibilidad de inflar intencionalmente los niveles futuros de emisión. Al bajar dinámicamente el costo de alcanzar objetivos más estrictos, la compraventa de derechos de emisión es promisoria como instrumento en el contexto del Protocolo de Kioto. Sin embargo, lo que asegura la eficacia ambiental de esta herramienta es un “límite” significativo (es decir, una limitación general) en el nivel total de emisiones permitido.10 Los negociadores deben recordar que si el tope se vuelve muy alto—muy permisible como para alcanzar reducciones significativas para mitigar el problema de emisiones del cambio climático—se pone en peligro la integridad del medio ambiente, la utilidad de la

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Los indicadores de intensidad de carbono no están inducidos por el crecimiento económico FIGURA 4 Indicador de intensidad de carbono, países en desarrollo seleccionados (a) Argentina

(b) Brasil

300

300

250

250 200

200 150

139

145

140

150

100

100

50

50 0

0 1980

1990

2000

2010

1980

(c) Chile 300

600

250

500

200 150

1990

110

94

50

100

0

325 195

0

1980

1990

2000

2010

1980

1990

250

250

200

200

150

150

252 188

100

47

46

40

50 0

0 1980

1990

2000

2010

1980

1990

2000

2010

(h) Rep. de Corea

(g) Indonesia 300

300

250

250

262

256

255

200

200

139

137

132

150

100

100

50

50 0

0 1980

1990

2000

2010

1980

1990

1554

2010

321

300 250

1299 1141

722

800

==datos de las comunicaciones nacionales data procadentes from national communication

400

2000

(j) Malasia

(i) Kazakastán 1600

206

200 150

121

100 50 0

0 1990

1995

2000

2005

2010

(k) México

1980

1990

Indicador de intensidad de carbono =

300

2000

2010

Toneladas de emisiones de carbono Millones de dólares de PIB (PPP)

250 171

200 150

2010

295 300

100

2000

(f) India

(e) Gana 300

1200

2010

(d) China

579

300 200

150

2000

400 129

100

50

113

100

87

159

157

100 50 0 1980

1990

8

2000

NOTAS SOBRE EL CLIMA

2010

Nota: Debido a sus intensidades de carbono más altas, las escalas para China (d) y Kazakastán (i) son mayores.

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compraventa de derechos de emisión, y de manera más general, la efectividad de todo el Protocolo de Kioto.

voluntarios basados en límites inciertos de crecimiento—las emisiones globales de gases de invernadero sean en efecto mayores a lo previsto por el Protocolo de Kioto actualmente.

El caso de las economías en transición del Anexo I ilustra los riesgos presentados por la interacción de los nuevos compromisos y la compraventa. El objetivo de reducción Dado que los indicadores de intensidad no aseguran colectiva del Anexo I establecido en el Protocolo de Kioto definitivamente un tope absoluto de emisiones, el uso de de 1997 se encuentra 5,2 por ciento por debajo de los esta medida para expresar un compromiso de un país niveles de 1990. Muchos observadores señalan que el reduciría la incidencia del “aire caliente” y a la vez Protocolo de Kioto también permitiría la compraventa de entrañaba una cantidad permisos asegurando que se significativa de “aire mantenga la integridad de las El uso de un indicador de intensidad de carcaliente”: permisos de metas actuales del Anexo I. Si bono puede reducir la incidencia de “aire emisión por encima de los se adoptara como una medida caliente” niveles esperados para de compromiso, la meta de un algunos países en Europa país dependería tanto de la Central y Occidental y la meta en materia de intensidad antigua Unión Soviética. Sin embargo, es posible concluir de carbono como de su producción económica. Este tipo de que los Estados Unidos no hubieran aceptado reducir sus compromiso no conlleva expectativas o límites al emisiones en un siete por ciento por debajo de los niveles crecimiento económico; un mayor crecimiento económico de 1990 si no esperaran lograr reducciones de bajo costo implicaría que se permitirían más emisiones, mientras que disponibles en la parte oriental del Anexo I. El llamado aire un crecimiento bajo o decaimiento económico exigiría que caliente y el tope colectivo del Anexo I, así como los topes un país emita menos. Para los países con futuros individuales para los países como los Estados Unidos, económicos muy inciertos, o para los países vulnerables a deberán ser considerados como un paquete. En otras los dictámenes de los mercados financieros internacionales, palabras, la reducción del 5,2 por ciento del Anexo I incluye esto evitaría la estimación por encima o por debajo de los las metas relativamente suaves para la mitad de los países niveles de emisión. Las siguientes secciones muestran cómo del Anexo I que están atravesando por una transición un país con un compromiso expresado en términos de económica, balanceadas con aquellas relativamente más mejora en la intensidad de carbono podría participar exigentes para el occidente. igualmente en la compraventa internacional de permisos de emisión. Esta dinámica ya no existe y no es probable que se revise el tema de los compromisos existentes por parte del Anexo I El INDICADOR DE INTENSIDAD DE para el período 2008-2012 en un futuro cercano, si es que se CARBONO hace alguna vez. De modo que los “compromisos voluntarios” expresados como límites generosos de Los indicadores muestran cómo dos cantidades importantes crecimiento de los países en desarrollo para el mismo se relacionan entre si. Son medidas que se utilizan período de compromiso, no pueden ser equilibrados comúnmente para una variedad de cosas como la eficiencia mediante el fortalecimiento simultáneo de otros objetivos del combustible (kilómetros por galón) y del desarrollo de las partes del Anexo I. De esta manera, es muy probable (ingreso por persona).11 La relación entre los dos que con la combinación de estos dos factores—compracomponentes del indicador de intensidad de carbono (Véase venta de derechos de emisión y nuevos compromisos la Figura 1) es intuitiva: la mayor parte de la actividad

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económica resulta por lo general en emisiones de gases de invernadero. La Figura 4 muestra los indicadores de intensidad de carbono para 10 países en desarrollo y un país en transición económica: Kazakastán. La Figura 5 muestra indicadores similares para los Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y Australia. Los determinantes principales de un indicador nacional son la estructura económica del país, su geografía, la mezcla de combustible y la eficiencia energética de sus procesos de producción. Argentina y Brasil (Figuras 4a y 4b), por ejemplo, tienen intensidades bajas, en parte debido al uso generalizado de energía hidroeléctrica sin carbono. China e India (Figuras 4d y 4f) tienen intensidades altas (a pesar de que sus líneas de tendencia difieren), debido en parte a la explotación de los recursos de carbón.

carbono por sector y subsector ayudaría a establecer dónde sería más eficiente o menos eficiente el uso de combustibles fósiles, revelando los sectores e industrias que determinan los indicadores nacionales.13 (Véase el Recuadro 2). Más importante aún, los indicadores de intensidad de carbono difieren de medidas como las emisiones totales de carbono o las emisiones per cápita, en el sentido de que no son determinados en primer lugar por el crecimiento económico. Generalmente, durante un deterioro económico, tanto el PIB como las emisiones de carbono relacionadas con la energía bajan (mientras que lo opuesto es válido para el crecimiento económico). Qué cifra cae más rápido y cómo cambia la intensidad del carbono de un país es algo que no está tan claro. En algunos casos, como en el del deterioro económico en la Federación Rusa y en Ucrania, el PIB cayó más rápidamente que el carbono, señalando un incremento en la intensidad del último. Sin embargo, en

Sin embargo, y más importante aún, los principales agentes del cambio en las intensidades de carbono de un país en desarrollo son las Recuadro 2 Indicadores grandes y pequeños políticas y medidas (o las sacudidas externas) que afectan su estructura En esta Nota sobre el Clima, los nivel de emisiones de un país y dan económica, su eficiencia energética y la indicadores de intensidad de carbono forma a los perfiles de las emisiones son cifras totales a nivel nacional. Otras futuras. Este análisis podría ayudar a elección de combustible. Por ejemplo, medidas similares también podrían ser determinar cuáles políticas y medidas la separación exitosa del crecimiento útiles para evaluar el progreso en la podrían ser más efectivas con respecto a protección del clima o la intensidad de la disminución del indicador de económico y las emisiones de carbono energía. Por ejemplo, la intensidad del intensidad de carbono. Por ejemplo, a en China (demostrada por la marcada carbono del suministro de energía, C/E, través del uso de la información disminución en el indicador de refleja los cambios en la mezcla sectorial, subsectorial y de niveles de comercial de combustible de un país. proceso sobre la actividad, eficiencia y intensidad de carbono) se debe en gran uso del combustible, las emisiones de medida a las reformas de precio en la A pesar de ser útiles para hacer el carbono por unidad de PIB han sido seguimiento del cambio en todo el país, divididas en componentes residenciales, energía. Los subsidios de l carbón en los indicadores a nivel nacional (tales de fabricación, servicios, viajes China cayeron de un 61 por ciento en como el C/PIB y el C/E) no muestran automovilísticos, carga y otros (para los cuáles sectores, subsectores, procesos o países de la Agencia Internacional de 1984 a un 29 por ciento en 1995 y los combustibles determinan la intensidad Energía). Este nivel de desagregación subsidios de petróleo disminuyeron de total de carbono de un país. El análisis permitiría a los países tomar decisiones un 55 por ciento en 1990 a un 2 por de la Agencia Internacional de Energía más informadas con respecto a las muestra cómo los indicadores actividades que ayudarían a reducir las ciento en 1995.12 Los cambios en la desagregados pueden ayudar a entender emisiones, y a las políticas y medidas actividad económica para disminuir o la forma en que los distintos sectores, convenientes para alcanzar tal fin. subsectores y procesos determinan el incrementar los sectores de carbono, así como el progreso tecnológico también Notas: Lee Schipper, Fridtjof Unander y Celine Marie. Noviembre de 1998. “The IEA Energy contribuyen a las variaciones en las Indicators Effort: Extension to Carbon Emissions as a Tool of the Conference of the Parties” y Lee Schipper y Reinhard Haas. “The Political Relevance of Energy and CO2 Indicators—An tendencias de intensidad. La Introduction” En Energy Policy, Vol. 25, Nos. 7-9, 1997. desagregación de los indicadores de

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casos tales como Bulgaria, Polonia, Hungría y otros países de Europa Oriental, los niveles de intensidad del carbono cayeron cuando sus economías se deterioraron (es decir, las emisiones de carbono cayeron más rápido que el PIB). Esto es generalmente el resultado de reformas en la política energética, incluyendo la liberación de precios y la reestructuración energética.14

¿Cómo se están desempeñando los países?

manteniendo una intensidad de carbono con un pequeño aumento o disminución a través del tiempo. Los pocos puntos calculados para Kazakastán (sólo 1990-1996) (Figura 4i) muestran también una baja relativamente marcada en la intensidad de carbono. China (Figura 4d) es el país que ha separado en mayor grado su crecimiento económico y de emisiones: allí las emisiones han aumentado en aproximadamente la mitad del nivel de crecimiento económico.

Con el tiempo, el análisis del indicador de intensidad de carbono de un país nos podría decir si éste se está volviendo menos o más intensivo con respecto al carbono. En términos de tendencias, entre 1980 y 1996 el desempeño de los países en desarrollo varía ampliamente. De los países examinados en esta Nota, sólo India y Malasia (Figuras 4f y 4j) tienen emisiones de carbono que crecen más rápido que el PIB (de allí las crecientes intensidades). La mayoría de los países – Argentina, Brasil, Chile, Gana, Indonesia, Corea y México – tienen trayectorias relativamente lineales,

Las Figuras 4 y 5 también muestran que algunos países tienen intensidades mucho más altas que otros. El nivel total de intensidad podría ser un factor importante en la determinación de la capacidad de los países para alterar sus tendencias históricas. Por ejemplo, mejorar a partir de un nivel de intensidad alto podría requerir un menor esfuerzo y costo que mejorar desde una intensidad de carbono baja. Las comparaciones internacionales deberían tomar en consideración estos y otros factores tales como las diferencias en la dotación de recursos, geografía y

Dado que el PIB generalmente supera el consumo de energía en los países industrializados, la intensidad de carbono generalmente disminuye con el tiempo FIGURA 5

Indicador de intensidad de carbono, países industrializados seleccionados (a) Australia

300

(b) Unión Europea

400

400

300

313

296

208

198 200

200 182 100

100

0

0

1980

1990

2000

2010

(c) Japón

83

1980

1990

2000

2010

(d) Estados Unidos

400

400

95

140

300

300

320

181

256

200

165

200 94

100

144

144

100 82

0 1980

1990

2000

Indicador de intesidad de carbono =

2010

0 1980

1990

2000

Toneladas de emsiones de carbono Millones de dólares de PIB (PPP)

Nota: Las proyecciones representan la variedad de reducciones de intensidad de carbono implícitas en los compromisos del Protocolo de Kioto, utilizando una tasa de crecimiento del PIB de 2 a 3 por ciento.

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2010

estructuras económicas, cuando se trate de hacer comparaciones significativas entre países.15 Sin embargo, lo más importante no son las comparaciones internacionales, sino la de un país en relación con sigo mismo, tomando en cuenta los niveles absolutos de intensidad y los cambios a través del tiempo. Esto se puede hacer observando las tendencias durante el período de 1980 a 1996 de cada país.

Relaciones entre la intensidad del carbono y las etapas de desarrollo Entre los países en desarrollo no existe una relación discernible entre la intensidad del carbono y el nivel de desarrollo. Por ejemplo, China e India tienen niveles de ingreso per cápita similares. Sin embargo, la intensidad de China está cayendo rápidamente, mientras que la de India va en aumento. (Véanse las Figuras 4d y 4f). Asimismo, mientras que Chile y Malasia tienen ingresos comprables, sus tendencias son opuestas con respecto a la intensidad de carbono. (Véanse las Figuras 4d y 4f). Sin embargo, para las economías maduras e industrializadas como las de los Estados Unidos, la Unión Europea y Japón, la intensidad del carbono disminuye de manera consistente a través del tiempo ya que el crecimiento del PIB generalmente supera el consumo de energía. (Véase la Figura 5). En estas economías, las tasas de crecimiento del PIB (y la demanda energética) son modestas y predecibles, y generalmente son impulsadas por un sector de servicios con una intensidad de carbono relativamente menor. Para la mayoría los países del Anexo I, sin embargo, un indicador de intensidad no constituye una base adecuada para determinar compromisos. La mayor contribución histórica a las existencias de gases de invernadero en la atmósfera, así como una mayor capacidad técnica y financiera, confieren una responsabilidad especial a los países del Anexo I para comenzar con las reducciones absolutas en el total de emisiones, y una convergencia gradual con los países en desarrollo. Esta situación es cualitativamente diferente a la de la mayoría de los países en desarrollo, de los cuales se espera un incremento de

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emisiones para satisfacer las necesidades humanas de desarrollo, por lo menos en las próximas décadas.

¿Cómo sería un compromiso de un país en desarrollo? Un indicador de intensidad de carbono u otra medida de intensidad más amplia también podrían ser utilizados para medir el compromiso de un país bajo la Convención sobre el Clima o el Protocolo de Kioto. Dicho compromiso podría representar un acuerdo para mejorar los niveles de intensidad en relación con el rendimiento pasado. En otras palabras, el compromiso sería reducir el indicador de intensidad de gases de invernadero o de carbono. En este caso, la determinación del cumplimiento podría ser simple y directa: un país estaría cumpliendo si su indicador real de intensidad muestra una intensidad menor o igual a la meta de intensidad fijada (es decir, el compromiso) durante el período de cumplimiento. Sin embargo es posible que un país que asuma un compromiso obligatorio pueda querer participar en la compraventa internacional de permisos de emisión. En este caso, el indicador de intensidad podría traducirse en un nivel absoluto de emisiones durante el período de compromiso (Véase la siguiente ecuación): Emisiones permitidas de gases de invernadero = (PIB) (emisiones de gases de invernadero)/(PIB)

donde el indicador de intensidad fijado como meta son las emisiones de gases de invernadero / PIB, y el PIB es la producción total durante el período de compromiso. (Véanse los Cuadros 3 y 4). Para efectos de un compromiso individual de un país, es probable que el PIB sea medido en moneda local, y no según la paridad de poder adquisitivo o las tasas de cambio del mercado. Esto eliminaría una posible controversia con respecto a las variaciones de la tasa de cambio o a los factores de conversión de paridad de poder adquisitivo.

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Recuadro 3

Aplicación de un indicador de intensidad de gases de invernadero PASO 1. Fijar el objetivo

SI: Un país A --un país en desarrollo en rápido crecimiento-acepta reducir en el período 2013–2017 la intensidad de gases de invernadero en un 40 por ciento por debajo de los niveles de 1996 y los datos para este año son: Emisiones de gases de invernadero = 1.000 toneladas de equivalente en carbono Producto Interno Bruto = $2 millones Intensidad de gases de invernadero = 500 toneladas de gases de invernadero por millones de dólares del PIB

ENTONCES: La intensidad meta de gases de invernadero para el período 2013–2017 = 300 (40 por ciento por debajo del nivel de 500 de 1996). PASO 2. Determinar las emisiones permisibles SI: Durante 2013–2017, el país A tiene realmente: Producto Interno Bruto

=

$30 millones (un promedio de $6 millones por año durante cinco años, tres veces más alto que los niveles de 1996)

Un punto de referencia para países sin compromisos Los indicadores de intensidad de carbono también pueden servir como base analítica para discutir la participación de los países en desarrollo por fuera del contexto de los compromisos formales. En algunos casos, un compromiso obligatorio en materia de emisiones que utilice cualquier medida (niveles absolutos o intensidad) podría no ser apto para los países en desarrollo. Se necesita una capacidad técnica y administrativa significativa para medir y reportar las emisiones con precision, así como para ejecutar las medidas de reducción de gases de invernadero. Estas limitaciones podrían hacer que los compromisos obligatorios para cualquier país en desarrollo sean poco prácticos e inalcanzables. Sin embargo, en el contexto de la Convención sobre el Cambio Climático y a través del Banco Mundial y otras instituciones multilaterales, los países podrían comparar sus indicadores de intensidad contra las tendencias históricas u otra norma de rendimiento. Es

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ENTONCES: Las emisiones de gases de invernadero permitidas para el país A = 9.000 toneladas métricas del equivalente en carbono por el período de cinco años (30 multiplicado por 300) ( el PIB multiplicado por el indicador meta de intensidad de gases de invernadero). A pesar de la reducción en intensidad, se permite que los niveles absolutos de emisiones de gases de invernadero aumenten en un 80 por ciento (de 1.000 toneladas de equivalente en carbono en 1996 a 1.800 toneladas de equivalente en carbono por año durante el período 2013–2017). PASO 3. ¿Cuánta compraventa? Resultado 1: Si las emisiones de gases de invernadero son iguales a 8.000 toneladas de equivalente en carbono durante el período 2013–2017, el país A podría vender 1.000 toneladas de emisiones permitidas a través de la compraventa internacional de permisos de emisión (p.e., la cantidad permitida excede las emisiones reales en 1.000 toneladas). Resultado 2: Si las emisiones de gases de invernadero son iguales a 10.000 toneladas de equivalente en carbono, el país A deberá comprar 1.000 toneladas de emisiones permitidas a través de la compraventa internacional de permisos de emisión (las emisiones reales exceden la cantidad permitida en 1.000 toneladas).

posible que algunos estén dispuestos a alcanzar “objetivos leves” que no sean legalmente obligatorios pero que sí constituyan intenciones declaradas. Por supuesto que estos compromisos no obligatorios impedirían que tales países participen en el sistema internacional de compraventa de permisos de emisión.16 Otra aplicación del indicador de intensidad de emisiones fuera del contexto de los compromisos formales sería a través el Mecanismo de Desarrollo Limpio, un instrumento para la cooperación Norte-Sur que ya ha sido creado bajo el Protocolo de Kioto. Además de atraer inversiones y fortalecer capacidades, los proyectos del Mecanismo de Desarrollo Limpio deberían ayudar a disminuir la intensidad de carbono de un país. Un indicador de intensidad de carbono puede medir los efectos nacionales de los proyectos del Mecanismo de Desarrollo Limpio, asegurando que estas inversiones conduzcan en efecto a una economía menos intensiva en carbono.

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CÓMO FUNCIONA INDICADOR DE INTENSIDAD EN LA PRÁCTICA Si bien un indicador de intensidad podría mitigar algunos de los problemas inherentes a basar los compromisos en los niveles de emisión absolutos (véase página 2), no soluciona todos los aspectos relacionados con la discusión de los compromisos de los países en desarrollo. Algunos retos, como determinar una meta aceptable y recolectar la información completa, son comunes a cualquier método que se utilice para medir un compromiso. Los indicadores de intensidad también generan algunos problemas nuevos que necesitarían ser tratados o discutidos antes de la implementación funcional de dicha medida de compromiso. En particular, la compraventa internacional de permisos de

Recuadro 4

emisión, las disposiciones ambientales de largo plazo y el cumplimiento del tratado requerirían ser consideradas nuevamente en el contexto de los indicadores de intensidad.

Cobertura de información del indicador de intensidad Lo ideal sería que un compromiso voluntario tomase en consideración todos los gases y sumideros incluidos en el Protocolo de Kioto. Sin embargo, esto no sería posible para algunos países que desearan asumir un compromiso en el futuro cercano. Dada la falta de información en los países en desarrollo, este análisis sólo incluye las emisiones de dióxido de carbono de la combustión de combustibles fósiles, la fabricación de cemento y la quema de gas. Otras

¿ Qué habría pasado si las economías en transición hubieran hecho sus compromisos sobre la base de intensidad de carbono?

Para demostrar el efecto de utilizar una medida basada en intensidad, es posible aplicar los compromisos de reducción de emisiones bajo el Protocolo Kioto de ocho países de Europa Central y Occidental a sus indicadores de intensidad de carbono, y no a sus niveles de emisión por año base. Sólo para efecto ilustrativo, 1995 (en vez del período de cumplimiento 2008–2012) puede ser utilizado como el “año de cumplimiento” para los países en este ejemplo. Si este fuera el caso, las emisiones de carbono para 1995 de estos países bajarían en aproximadamente 45,1 millones de toneladas de carbono (MtC), o sea el 17 por ciento del total permitido. En otras palabras, a estos países se les exigiría un menor nivel de emisiones si el compromiso tomara la forma de indicador de intensidad de carbono. Para los países que hubieran hecho reducciones de emisiones de manera parcial debido al deterioro económico (tal como es el caso de los países de Europa Central y Occidental), esto significa que se reduciría el “aire caliente”, esto es, las “reducciones” de emisiones que se pueden comercializar mediante la

compraventa internacional de permisos, de 60,2 a 15,1 MtC (en vez de 45,1 MtC). La utilización de un indicador de intensidad de carbono permitiría aun que estos países vendieran las reducciones de emisiones que les sobran pero también aseguraría que la reducción de emisiones que se vende provenga de actividades legítimas relacionadas con el clima o con la energía, y no de cambios económicos. Si los compromisos de Kioto para Rusia y Ucrania (es decir, 100 por ciento de las emisiones de 1990 o ningún cambio en las emisiones) hubieran sido expresados mediante la utilización de un indicador de intensidad de carbono, ningún país hubiera podido vender ninguna reducción de emisiones a través del sistema internacional de compraventa de permisos. En 1995, ambos países tenían niveles de intensidad de carbono que excedían los niveles de 1990, a pesar de que los niveles absolutos de emisión se encontraban muy por debajo del año base.

Notas: Los ocho países son Bulgaria, la República Checa, Estonia, Latvia, Lituania, Polonia, Rumania y Eslovaquia. El año base es 1990 para todos los países, excepto Bulgaria (1988), Polonia (1988), y Rumania (1989). El monto total permitido, utilizando el indicador de intensidad de carbono, se obtiene sumando las cantidades permitidas para cada país, las cuales son calculadas multiplicando el porcentaje de reducción de un país inscrito en el Anexo B del Protocolo de Kioto para cada indicador de intensidad de carbono para el año base de un país. La cantidad total permitida que da como resultado 223.7 MtC (utilizando el indicador de intensidad de carbono), es aproximadamente 17 por ciento menor a la cantidad permitida, utilizando el método descrito en el Artículo 3 del Protocolo de Kioto (268.8 MtC), esto es, multiplicar el porcentaje del Anexo B por el total de toneladas de emisiones durante el año base. Las emisiones de carbono provienen de las comunicaciones nacionales de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático para todos los países, con excepción de Latvia: How to Mitigate Climate Change: Study on the Assessment of Policy and Technology Options in Energy and Forestry Sectors in Latvia. Resumen. 1998. Riga. Ministerio de Protección del Medio Ambiente y Desarrollo Regional de la República de Latvia. Debido a las restricciones en la disponibilidad de información en las comunicaciones nacionales, los cálculos de los indicadores para 1995 no fueron posibles para Polonia (donde se utilizó el año 1994), Latvia (también se utilizó 1994), Rumania (1993) y Bulgaria (1992).

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Recuadro 5

Un indicador completo

Además de las emisiones provenientes de la quema de combustibles fósiles, de la fabricación de cemento y de la quema de gas, un indicador completo de intensidad incluiría las emisiones de carbono provenientes de los cambios en el uso del suelo y la actividad forestal, así como de otros cinco gases de invernadero incluidos en el Protocolo de Kioto. La inclusión de emisiones de carbono y las absorciones por los cambios de uso del suelo y la actividad forestal resulta particularmente importante para los países en desarrollo. Apenas un 30 por ciento del total de carbono que se ha acumulado en la atmósfera desde 1850 a 1990 es atribuible a los cambios de uso del suelo, y la mayor parte ocurrió en los países en desarrollo.

y la actividad forestal podría cambiar el indicador de intensidad de carbono de un país de manera significativa. Sin embargo, las estimaciones de estas emisiones para un país contienen un alto grado de incertidumbre y utilizan distintas metodologías de estimación. Además, el Protocolo de Kioto especifica que sólo se utilizarán “actividades forestales y cambios de uso del suelo que sean directas y promovidas por el ser humano, limitadas a la repoblación forestal, reforestación y deforestación desde 1990…” para alcanzar los compromisos nacionales. Las partes no se han puesto de acuerdo aún sobre el significado de estas definiciones, y no está claro cuáles de las emisiones y absorciones por cambios de uso del suelo y actividades forestales se incluirán en los inventarios nacionales.

Para los pocos países y años en que existe la información, la incorporación de emisiones para los cambios de uso del suelo Notas: 1. Véase Duncan Austin, José Goldemberg, y Gwen Parker. Octubre de 1998. “Contributions to Climate Change: Are Conventional Metrics Misleading the Debate?” Notas sobre el Clima. World Resources Institute. 2. Véase el Protocolo de Kioto de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC). Artículo 3. Véase también la UNFCCC. 1 de septiembre de 1998. “Matters Related to Decision 1/CP.3, Paragraph 5. Land-Use Change and Forestry.” Presentaciones de las Partes. FCCC/CP/MISC.1.

emisiones de gases de invernadero y de carbono generadas por los cambios en el uso del suelo (incluyendo la combustión de biomasa) que no se incluyen en las Figuras 4 y 5 podrían ser significativas en muchos casos. (Véase el Cuadro 5). Mientras que lo ideal sería tener una amplia cobertura de las fuentes y sumideros, la precisión y consistencia en la información es crucial para determinar la magnitud de un compromiso inicial y su cumplimiento. Esto es cierto independientemente de cómo se midan los compromisos. La carencia actual de información restringe seriamente cualquier discusión sobre compromisos voluntarios. De hecho, la falta de capacidad técnica para medir e informar sobre las emisiones podría ser una señal importante de que un país en desarrollo no está preparado para asumir compromisos obligatorios. Remediar esta deficiencia en materia de información debería ser un objetivo de los gobiernos de los países en desarrollo, los organismos multilaterales importantes y los países del Anexo I, de los que se requiere proporcionen “fuentes financieras para cubrir todos los costos en los que pudieran incurrir las

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Partes de los países en desarrollo” durante el cumplimiento de sus obligaciones de reporte bajo la Convención Climática.17 A pesar de que existen iniciativas bilaterales y multilaterales para tratar este tema, hasta la fecha sólo unos pocos países no pertenecientes al Anexo I han presentado comunicaciones nacionales con inventarios de emisiones. Se necesitan iniciativas adicionales para desarrollar esta capacidad. Además de la importancia de la información sobre emisiones de gases de invernadero, el uso de indicadores de intensidad aborda el tema del escrutinio sobre los niveles reportados.18 Al menos en un caso reciente, los funcionarios han manifestado dudas con respecto a la validez de las tasas de crecimiento reportadas. En la actualidad, el Banco Mundial se apoya en los datos reportados por los países en sus monedas locales. Se requeriría un entendimiento común de metodologías y una transparencia total para asegurar que las cifras del PIB no sean infladas adrede con el propósito de bajar el nivel de intensidad reportado.

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Acordar un nivel de compromiso

Cuadro 2

Otro aspecto inherente a la discusión sobre los compromisos de los países en desarrollo es el de acordar un objetivo aceptable. Como se indicó anteriormente, un indicador de intensidad elimina la necesidad de participar en un “juego de adivinanzas” sobre las emisiones. Sin embargo, los negociadores aún deben considerar factores tales como lo que constituye un “buen rendimiento” y el nivel de intensidad a partir del cual se medirá el progreso.

Cambios en la intensidad y emisiones de carbono desde 1980 hasta 1996 Cambio porcentual en

País ARGENTINA

–5,8

Total de emisiones de carbono 20,8

6,4

49,0

CHILE

–18,5

74,6

CHINA

–47,2

127,8

GANA

5,5

66,8

INDIA

29,1

187,2

INDONESIA

–4,9

159,0

REP. DE COREA

–1,1

226,1

MALASIA

57,6

325,6

MEXICO

1,8

38,4

BRASIL

AUSTRALIA UNIÓN EUROPEA

JAPÓN Para muchos países, el progreso puede ESTADOS UNIDOS compararse con un indicador de intensidad de un “año base”. Dado que el indicador de intensidad de carbono internaliza las fluctuaciones en el crecimiento económico, es mucho menos variable a través del tiempo. Los niveles de intensidad de carbono de Argentina, Brasil, Gana, Indonesia, Corea y México han variado en menos de un 10 por ciento a lo largo de un período de 17 años, entre 1980 y 1996. (Véase el Cuadro 2). La República de Corea, por ejemplo, aumentó su nivel absoluto de emisiones en más de un 225 por ciento durante el período 1980-1996. Sin embargo, durante el mismo período, el indicador de intensidad de carbono cambió sólo un 1,1 por ciento. Es posible que para los países que experimentan aumentos o bajas notables en la intensidad del carbono se requieran proyecciones.

Las proyecciones de la Figura 4 encarnan una continuación del desempeño pasado de una “estructura de carbono” cambiante y no una predicción del PIB o de los niveles anuales de emisión de carbono. Estas trayectorias podrían ser un punto de partida para identificar el escenario sin cambios (business as usual) de un país, aunque los factores específicos de cada nación deberían darle el tono a las

16

Intensidad de carbono

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–5,4

51,2

–29,2

–2,5

–20,4

26,9

–20,3

15,9

discusiones detalladas sobre cómo refinar las proyecciones. Por ejemplo, las medidas de reducción de carbono que ya se han tomado, así como cualquier iniciativa planeada para el futuro, podrían ayudar a refinar las predicciones y a fijar un escenario sin cambios más factible, a partir del cual se puede medir el progreso.19 Los indicadores de intensidad de carbono desagregados por sector también podrían ayudar a predecir las intensidades futuras mediante la identificación de las oportunidades que existan para la reducción de emisiones y la manera en que las políticas y medidas actuales podrían alterar los niveles futuros de intensidad.20 De otro modo, las estimaciones futuras de indicadores de intensidad podrían derivarse de proyecciones de emisiones y de los modelos de proyección del PIB. Los resultados para unos pocos países que poseen dichas proyecciones son similares a las extrapolaciones que se señalan en la Figura 4.21

Consideraciones de largo plazo El cumplimiento del objetivo de la Convención requerirá estabilizar las concentraciones de gases de invernadero en el

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nivel acordado. A su vez, esto podría requerir eventualmente que todos los compromisos de los países sean fijados en términos de niveles absolutos de emisión de gases de invernadero (sin perjuicio del rendimiento económico), en concordancia con el enfoque que ya ha sido tomado por los países del Anexo I bajo el Protocolo de Kioto. Sin embargo, por las razones detalladas anteriormente, hasta tanto un país esté preparado para hacer una reducción absoluta de emisiones, un compromiso basado en intensidad podría ser considerado como una alternativa a los límites de crecimiento. Un indicador de intensidad de carbono podría ser el siguiente paso, pero no el último, para enfrentar el verdadero desafío climático de los países en desarrollo: separar el desarrollo económico del crecimiento de emisiones de gases de invernadero. Para definir si un compromiso se mide en términos de una reducción absoluta o de una reducción de intensidad se podría explorar una serie de condiciones como el desarrollo económico, el grado de estabilidad económica, la capacidad de información, la contribución cumulativa a las existencias de gases de invernadero de la atmósfera, etc.

Cumplimiento y compraventa de derechos de emisión A pesar de que los indicadores de intensidad brindan ventajas ambientales, los países no conocerán con certeza

Cuadro 3

• • • •

Las estimaciones anuales durante el período de compromiso constituyen un medio de medir el progreso de un país con respecto al cumplimiento. Sin embargo, se necesitaría un período interino al momento de finalizar el período de cumplimiento durante el cual los países pudieran comprar permisos para lograr el cumplimiento, si fuera necesario. Dicho “período de gracia” o de “veracidad” ya ha sido previsto por algunos como una característica deseable o necesaria de un sistema de cumplimiento del Anexo I.22 Es posible que la compraventa de derechos de emisión también se viera inhibida por la ausencia de objetivos específicos expresados en toneladas por año. Sin embargo,

Características de diseño de los compromisos existentes bajo el Protocolo de Kioto

Características de diseño de los compromisos existentes en virtud del Protocolo de Kioto •

los niveles exactos de emisiones permitidos hasta tanto finalice el período de cumplimiento (a diferencia de los compromisos del tipo Anexo I, donde la cantidad permitida para un país se calcula sobre la base del nivel de emisiones de 1990). Este desfase en el tiempo es necesario, ya que se requieren los niveles del PIB para calcular las emisiones permitidas de un país. Así pues, hasta tanto se recopile información sobre las emisiones y el sobre PIB al finalizar el período de cumplimiento, un país no estará seguro ni de las emisiones reales ni de las permitidas. Esta incertidumbre adicional tendrá consecuencias para el cumplimiento y la compraventa de derechos de emisión.

Progreso demostrable para el 2005 (3.2) Compromisos posteriores (3.9) Inventarios nacionales (5) Reporte nacional (7) Revisión detallada (8)

Relación con los “derechos”

• • • •

Compraventa de emisiones (3.10; 3.11; y 17) Implementación conjunta (4) Implementación conjunta (3.10; 3.11; y 6) Mecanismo de Desarrollo Limpio (3.12; 12)

Carácter legal Obligatoria

Punto de referencia

• •

Histórico; por año (1988, 1989, o 1990) o promedio (1985–87) Medida: toneladas de equivalente de carbono

Fuente: Protocolo de Kioto. Nota: Los números que aparecen entre paréntesis se refieren al artículo pertinente del Protocolo.

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Objetivo –8 a +10 por ciento para el 2008–2012

PASOS A SEGUIR Entre los pasos a seguir que pueden ayudar a operacionalizar el uso de indicadores de intensidad se encuentran los siguientes: •

Mejorar para el largo plazo las capacidades institucionales y técnicas de los países en desarrollo para medir, recopilar y reportar datos sobre emisiones de gases de invernadero. Los gobiernos de los países del Anexo I y las organizaciones internacionales cumplen funciones especiales en los programas de desarrollo de capacidades. Estos esfuerzos deberían prestar atención a las emisiones de carbono y a la absorción generada por el cambio de uso del suelo y la actividad forestal.

las opciones y los mercados futuros podrían incrementar la eficiencia del mercado y permitir las transacciones antes o durante el período de cumplimiento, de manera que la compraventa se lleve a cabo durante el período de gracia. Lo que es más significativo aún, los períodos de cumplimiento a través de los años permiten evaluaciones anuales que podrían ayudar a los países a estimar las cantidades permitidas para la compra o disponibles para la venta. Después del primer año del período de compromiso, por ejemplo, un país podría comparar sus emisiones reales con la “cantidad permitida” para ese año. De esta manera, la compraventa de derechos de emisión podría ser mucho más dinámica que el ejemplo simplificado que sugiere el Cuadro 3. Las posibles barreras relacionadas con la compraventa de derechos bajo un indicador de intensidad deberían sopesarse con los peligros de operar un sistema de comercialización que combina los objetivos fijados para el Anexo I con los amplios compromisos de crecimiento de emisiones de los países no pertenecientes al Anexo I.

¿Existe una tercera vía? Además de ser divisivo y contraproducente, el debate sobre “compromisos voluntarios” se ha circunscrito a un ámbito muy estrecho. Las discusiones se han centrado

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Desagregar los indicadores de intensidad de gases de invernadero para que los responsables de la toma de decisiones puedan utilizarlos de manera más efectiva. La desagregación de los indicadores ayudará a los países a: (1) predecir de manera más precisa los futuros niveles de intensidad, (2) determinar las políticas y medidas que ayudarán a reducir la intensidad de los gases de invernadero, y (3) decidir si un “compromiso voluntario”, sea o no obligatorio, es posible o deseable.



Incluir los indicadores de intensidad a nivel nacional por sector y sub-sector (donde sea posible) en las Comunicaciones Nacionales que presenten los países en virtud del Artículo 12 de la Convención sobre el Cambio Climático.

completamente en la cuestión de compromisos cuantitativos, dejando de lado otros problemas que podrían surgir si algún país en desarrollo asumiera una nueva condición legal bajo la Convención o el Protocolo de Kioto. El Cuadro 3 muestra el conjunto básico de derechos y obligaciones que conforman las características núcleo de los compromisos existentes del Anexo B bajo el Protocolo de Kioto. Estas características de diseño, así como las de la Convención sobre el Clima, plantean interrogantes inevitables con respecto a la condición de un país en desarrollo que ha asumido un compromiso voluntario. Por ejemplo, ¿dicho compromiso implica necesariamente un entrada al Anexo B (del Protocolo) y/o al Anexo I (de la Convención)? De ser así, ¿sujetaría esto a los países en desarrollo de manera injusta a otros requisitos legales como la transferencia de tecnología, asistencia financiera, etc., a los que están obligados los países del Anexo I/B bajo la Convención y el Protocolo? Sin embargo, como mínimo, garantizar el derecho a participar en la compraventa de emisiones deberá equilibrarse con el inventario en existencia y las obligaciones de rendir informes de los países del Anexo I.23 En términos legales y de procedimiento, ¿cómo se podrían tratar estas cuestiones con

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el fin de asegurar el trato justo de los países y la integridad del medio ambiente de acuerdo con el tratado? Hemos explorado la inaplicabilidad de los compromisos tipo Anexo I para los países en desarrollo, pero ciertamente otros temas sugieren una tercera vía, un camino totalmente distinto que sea apropiado los países en desarrollo bajo del Protocolo de Kioto.

indicadores de intensidad incentivan la integración de los dos objetivos: incrementar el crecimiento económico y limitar las emisiones, los cuales han sido tradicionalmente considerados antitéticos.

SOBRE LOS AUTORES CONCLUSIÓN Descuidando otros aspectos importantes relativos al clima, las próximas negociaciones continuarán abordando el contencioso tema de la participación de los países en desarrollo. Sin embargo, en vez de seguir el camino establecido por los países del Anexo I, funcionarios y negociadores deberán comenzar a reconceptualizar la participación de los países en desarrollo y a aprender lo que ya sabemos, esto es, que los niveles absolutos de emisiones de gases de invernadero son indicadores deficientes del rendimiento climático nacional e imposibles de medir con certeza. Estas limitaciones, junto con el sistema internacional de compraventa de derechos de emisión, podrían perjudicar la integridad ambiental del Protocolo de Kioto si los países presionan para que se fijen topes de emisión en los países en desarrollo. De otro modo, negociadores y funcionarios podrían concentrarse en un mecanismo que ya ha sido acordado para promover la participación de un país en desarrollo bajo el Protocolo de Kioto: El Mecanismo de Desarrollo Limpio podría ofrecer beneficios sustanciales de desarrollo, al tiempo que reduce la intensidad de carbono. Un enfoque diferenciado de políticas para los países en desarrollo podría lograr mejor los objetivos comunes de la Convención. Un aspecto de este enfoque podría consistir en evaluar el progreso de un país en desarrollo en términos de un indicador de intensidad de carbono, o de una medida más integral basada en la intensidad. Este método supera muchas de las barreras relacionadas con el método actual y confronta el desafío climático en los países en desarrollo: reducir la intensidad del carbono para promover el desarrollo sostenible. Quizás lo más importante es que los

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NOTAS SOBRE EL CLIMA

Kevin Baumert y Ruchi Bhandari son analistas de investigación, y la Dra. Nancy Kete es directora del Programa de Clima, Energía y Contaminación del Instituto de Recursos del Mundo (WRI).

AGRADECIMIENTOS Los autores desean agradecer a Harald Dovland, Christiana Figueres, José Goldemberg, Michael Grubb, Lynn Price, Lee Schipper, Fernando Tudela Abad, Jacob Werksman y ZhongXiang Zhang por la revisión de esta Nota sobre el Clima. A Eric Rodenburg y Allen Hammond les debemos gratitud por su ayuda en el análisis de los aspectos metodológicos de este esfuerzo. También agradecemos la asesoría y aportes de varias personas de WRI, entre ellas Duncan Austin, Theresa Bradley, Elizabeth Cook, Michelle Corrigan, Navroz Dubash, Tony Janetos, Tony La Viña, Gwen Parker y Changhua Wu. Asimismo adeudamos gratitud a Hyacinth Billings, Deborah Farmer y Benjamin Hart de WRI por su trabajo editorial y de producción. La edición en español de esta publicación contó con el apoyo del Wallace Global Fund, y en su realización intervinieron el Centro para el Desarrollo Sostenible en las Américas en la traducción, Patricia Ardila en la revisión final, y Hyacinth Billings y Benjamin Hart en la producción. WRI aprecia enormemente el apoyo financiero prestado por el Wallace Global Fund, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), y la Fundación John D. y Catherine T. MacArthur.

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también Reid y Goldemberg (eds.), 1999.

NOTAS 1. Varios trabajos recientes han abordado el tema de la participación bajo la Convención del Clima. Véanse Eileen Claussen y Lisa McNeilly. Octubre de 1998. The Complex Elements of Global Fairness . Pew Center on Global Climate Change y Cedric Philibert. Borrador revisado, marzo de 1998. "How Could Emissions Trading Benefit Developing Countries?" Presentado ante el Cuarto Foro de la OCDE sobre Cambio Climático, París, 9-10 de marzo de1999. Entre los trabajos recientes que también aplican el análisis de carbono por unidad del PIB figuran "Growth Baselines: Reducing Emissions and Increasing Investment in Developing Countries." Enero de 1998. Center For Clean Air Policy; y Walter V. Reid y Jose Goldemberg (eds.). Abril de 1999. Promoting Development While Limiting Greenhouse Gas Emissions: Trends and Baselines. United Nations Development Programme y World Resources Institute. Para una discusión inicial sobre las dificultades políticas que existen para ponerse de acuerdo sobre topes de emisión y los diferentes enfoques sobre metas, véase Michael Grubb. 1989. The Greenhouse Effect: Negotiating Targets. Royal Institute of International Affairs. 2. Para una discusión sobre las contribuciones de las existencias a las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono, véase Duncan Austin, José Goldemberg y Gwen Parker. Octubre de 1998. "Contributions to Climate Change: Are Conventional Metrics Misleading the Debate?" Climate Note. World Resources Institute. Para datos sobre niveles de emisión de dióxido de carbono por país, véase World Resources 1998-99. World Resources Institute, UNEP, UNDP, y el Banco Mundial. Cuadro de datos 16.1. En el Anexo I también se incluyen países con economías en transición. 3. Walter V. Reid y José Goldemberg. Julio de 1997. "Are Developing Countries Already Doing as Much as Industrialized Countries to Slow Climate Change?" Climate Note. World Resources Institute, Julio de 1997. Véase

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4. Utilizando un análisis lineal de regresión, la medida R al cuadrado muestra la fuerza de la relación lineal entre la variable dependiente (carbono) y la variable independiente (PIB). R al cuadrado indica la cantidad de variación en el carbono que puede ser explicada por una relación lineal estimada con el PIB. Un valor de R al cuadrado de 1,00 significaría que el 100 por ciento de la variación en carbono se explica por los cambios en el PIB. Los valores de R al cuadrado (1980–1996) incluyen: Argentina (0,834), Brasil (0,711), China (0977), India (0,982), Kazakastán (0,833, desde 1992 a 1996), y Corea (0,971). 5. Este ahorro de 432 MtC significa más de un 50 por ciento de las emisiones de China para 1997. ZhongXiang Zhang. “Is China Taking Actions to Limit its Greenhouse Gas Emissions? Past Evidence and Future Prospects,” en Reid y Goldemberg (eds.), abril 1999. 6. Draft Ukrainian National Action Plan on Climate Change . 1998. Informe Final. Agency for Rational Energy Use and Ecology and U.S. Country Studies Program. 7. “Country Study on Climate Change in Ukraine.” Diciembre de 1995. United States Country Studies Program. 8. Report on the In-depth Review of the National Communication of the Russian Federation. Febrero de 1997. UNFCCC. FCCC/IDR.1/RUS. 9. National Communication of the Republic of Korea. 1998. Ver p. xliii. 10. Una excepción a esta afirmación es la “compraventa de créditos”, similar al método ideado bajo el Mecanismo de Desarrollo Limpio, elaborado en el Artículo 12 del Protocolo de Kioto. Para una explicación de los dos tipos de sistemas de compraventa (“límite y compraventa” vs. compraventa de créditos), véase Fiona Mullins y Richard Baron. Marzo de 1997. “International GHG Emissions Trading”. Grupo experto del Anexo I

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sobre la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. 11. Véanse Lee Schipper, Fridtjof Unander, y Celine Marie. Noviembre de 1998. “The IEA Energy Indicators Effort: Extension to Carbon Emissions as a Tool of the Conference of the Parties”. 12. ZhongXiang Zhang. “Is China Taking Actions to Limit its Greenhouse Gas Emissions? Past Evidence and Future Prospects”, en Reid y Goldemberg (eds.), abril 1999. 13. Véase Schipper, et al., 1998; Lee Schipper y Reinhard Haas. “The Political Relevance of Energy and CO2 Indicators—An Introduction”, en Energy Policy, Vol. 25, Nos. 7-9; Agencia Internacional de Energía. 1997. Indicators of Energy Use and Efficiency, Agencia Internacional de Energía; E. Worrell, N. Martin y L. Price. (en preparación), 1999. "Energy Efficiency and Carbon Emissions Reduction Opportunities in the U.S. Iron and Steel Industry", Lawrence Berkeley National Laboratory (LBNL-41724); G.J.M Phylipsen, K. Blok, y E. Worrell. Handbook on International Comparisons of Energy Efficiency in the Manufacturing Industry, 1998. Departmento de Ciencia, Tecnología y Sociedad, Universidad de Utrecht; y E. Worrell, N. Martin, y L. Price. 1999. “Energy Efficiency and Carbon Emissions Reduction Opportunities in the U.S. Iron and Steel Industry.” Lawrence Berkeley National Laboratory (LBNL-41724). 14. Los países de Europa Central y Occidental no aparecen en la Figura 4. Entre los ejemplos de intensidades de carbono hacia la baja durante la década del noventa en esta región figuran Hungría, Polonia, Rumania, la República Checa, Lituania, Eslovaquia y Estonia. 15. A fin de facilitar las comparaciones, el PIB está expresado en paridad del poder adquisitivo(PPP), y no en las tasas de cambio del mercado. Sin embargo, los otros factores que se mencionan en el texto también deberían ser considerados. Véase el enfoque “mío-tuyo” con respecto a las comparaciones en Schipper et al., 1998.

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16. Una excepción sería la compraventa de derechos de emisión bajo el concepto de “presupuesto de emisiones” propuesto en Philibert, 1999. 17. Convención Marco sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (UNFCCC), Artículo 4.3 y 12. 18. “China Reports Solid GDP, but Rate Questioned”, The Washington Post. 30 de diciembre de 1998. Las cifras reportadas provienen de los informes del personal del Banco Mundial. China reportó un 7,8 por ciento de tasa de crecimiento del PIB para 1998. 19. Kazakastán, por ejemplo, ya ha adoptado una Ley sobre Ahorro de Energía que identifica medidas prioritarias, como la mejora de la eficiencia energética en la planta de energía térmica y en la calefacción de distritos. Véase Initial National Communication to the Framework Convention on Climate Change. 1998. 20. Véase Schipper et al., 1997 y 1998. 21. Este es el caso de México (Agencia Internacional de Energía, 1997), China (Agencia Internacional de Energía, 1997), y Corea (Comunicación Nacional, 1998). No se dispone de proyecciones del PIB y carbono para otros países. 22. Véase Jan Corfee Morlot. Octubre de 1998. “Monitoring, Reporting and Review of National Performance under the Kyoto Protocol”, Documento Informativo de la OECD; Jacob Werksman. Octubre de1998. “Responding to Non-Compliance under the Climate Change Regime”, Documento Informativo de la OECD; y Environmental Defense Fund (EDF). “Cooperative Mechanisms Under the Kyoto Protocol”, junio de 1998. EDF. 23. Véase Jacob Werksman. Borrador, marzo de 1999. “Procedural and Institutional Aspects of the Emerging Climate Regime: Do Improvised Procedures Lead to Impoverished Rules?”. Trabajo presentado en el Taller de Conclusión del Proyecto para Mejorar la Capacidad bajo de la Convención Marco sobre Cambio Climático y el Protocolo de Kioto, Londres, 17 y 18 de marzo de 1999.

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APENDICE TECNICO FUENTES DE DATOS Excepto donde se advierta, las emisiones de carbono para todos los países se obtuvieron del Centro de Análisis de Información sobre Dióxido de Carbono (CDIAC por sus iniciales en inglés) del Laboratorio Nacional de Oak Ridge, Tennessee: G. Marland, T. Boden y A. Brenkert. Enero de 1999. National CO2 Emissions from Fossil Fuel Burning and Cement Manufacture, and Gas Flaring: 1751–1996. Información Preliminar. CDIAC, Oak Ridge National Laboratory. Para los países seleccionados de Europa Central y Oriental y de los Nuevos Estados Independientes, los datos sobre algunas emisiones de carbono se derivaron de las respectivas comunicaciones nacionales a la Secretaría de la Convención Marco sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas. En aquellos casos en que fue necesario, los datos se convirtieron de toneladas de dióxido de carbono (CO2) a toneladas de carbono. Los datos anuales sobre los países representan la suma de emisiones de dióxido de carbono producidas durante el consumo de combustibles sólidos, líquidos y gaseosos y de la llama de gas y la fabricación de cemento. Estos datos no incluyen las emisiones de combustibles de carboneras, ni de la oxidación de

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productos de hidrocarburos no combustibles (p.e. asfalto, lubricantes, ceras de petróleo, etc.). El CDIAC calcula las emisiones con base en datos sobre el consumo neto aparente de combustibles fósiles (proveniente de la Compilación de Datos sobre Energía Global que mantiene la Oficina de Estadísticas de las Naciones Unidas) y sobre la fabricación mundial de cemento (proveniente de la Compilación Datos sobre Fabricación de Cemento que mantiene el US Geological Survey). Las emisiones se calculan utilizando la química y uso global promedio de combustible. Los datos para el Producto Interno Bruto (PIB) se tomaron de los Indicadores de Desarrollo del Mundo del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial. Salvo que se indique lo contrario, el PIB se expresa en dólares internacionales constantes de 1987 (ajustados a la inflación), utilizando los factores de conversión de la paridad de poder adquisitivo (PPP por sus siglas en inglés). En relación con las tasas de cambio del mercado expresadas en dólares estadounidenses, el PIB expresado en relación con la PPP podría permitir comparaciones más importantes sobre la intensidad de carbono entre los países. La PPP utiliza un “dólar internacional” diseñado para igualar los poderes adquisitivos de las

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distintas monedas. Los factores de conversión de la PPP tienden a aumentar las cifras del PIB de los países en desarrollo, en comparación con los países industrializados.

METODOLOGIA El indicador de intensidad de un país para un año determinado es la relación entre el total de toneladas de carbono emitido y el producto interno bruto, expresada en millones de dólares internacionales de 1987 (PPP). Con el fin de suavizar las fluctuaciones anuales en los datos sobre el PIB se calcularon los promedios variables a cinco años de cada país (con excepción de las cifras de 1995 y 1996, las cuales son promedios de cuatro y tres años respectivamente). Los indicadores de intensidad de carbono fueron calculados para cada país desde 1980 hasta 1996. (No se utilizaron los promedios a cinco años para los cálculos de la Figura 1.) Para las proyecciones (1997–2010) se calculó la media geométrica para los últimos 15 años (1982–1996) del indicador de cada país. Este valor se multiplicó por la intensidad de carbono del año anterior para calcular la cifra de intensidad del año siguiente. Por ejemplo, para proyectar la intensidad de carbono de 1997 se multiplicó la intensidad de 1996 por el número de la media geométrica de 15 años. De igual manera, para 1998

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APENDICE TECNICO multiplicamos el número de la media geométrica de 15 años por la cifra de intensidad de 1997.

del cambio de uso de la tierra, y la mayor parte del mismo proviene de los países en desarrollo.

LIMITACIONES

En segundo lugar, las cifras del PIB que se utilizaron para el cálculo de la intensidad del carbono se expresan utilizando la PPP en dólares internacionales constantes de 1987. La elección del año base de la moneda (1987 en vez de un año más reciente) y los factores de conversión de la PPP podrían impedir que las cifras del PIB reflejen el valor real de la producción de un país. Además, la falta de datos sobre el PIB para Alemania desde 1980 hasta 1996 no permitió que los cálculos para la Unión Europea (UE) incluyeran la totalidad de sus 15 estados miembros. Así pues, los cálculos para la Unión Europea excluyen a Alemania, la economía más grande de la Unión Europea.

La metodología utilizada en esta Nota sobre el Clima para el cálculo de la intensidad del carbono tiene varias limitaciones. En primer lugar, los cálculos de intensidad sólo incluyen las emisiones de carbono provenientes de combustibles fósiles, la llama de gas natural y la fabricación del cemento. A pesar de que el carbono generalmente constituye una parte importante de las emisiones de gases de invernadero de un país (GGH por sus iniciales en inglés) en el Anexo A del Protocolo de Kioto se incluyeron otros cinco gases de invernadero. La falta de datos no permitió la inclusión de otros gases en los cálculos de los indicadores. Los cálculos y proyecciones también consideran las emisiones de carbono y las eliminaciones de los sumideros debido a los cambios de uso de la tierra. Apenas un 30 por ciento del total del carbono acumulado en la atmósfera entre 1850 y 1990 proviene

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En tercer lugar, al momento de imprimir este documento los últimos datos disponibles sobre el PIB y las emisiones de carbono correspondían a 1996. Los lapsos de tiempo significativos entre la compilación de datos sobre combustibles fósiles y las

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estimaciones de emisiones de carbono posteriores impididen obtener conjuntos de datos actualizados. De esta manera, en vez de utilizar datos en sí, las proyecciones se hicieron para las intensidades de carbono de 1997 y 1998. En cuarto lugar, dadas las diferencias en las metodologías de cálculo de inventario, los datos sobre emisiones de carbono del CDIAC generalmente difieren significativamente de las estimaciones para países reportados en los U.S. Country Studies Reports, las Comunicaciones Nacionales a la UNFCCC, y otros estudios de carácter nacional. Esta variación se puede observar en la Figura 4 en el indicador de Kazakastán para 1994, donde se muestran los cálculos basados tanto en la información del CDIAC, como en la de las Comunicaciones Nacionales. Con base en los análisis de incertidumbre, las estimaciones de emisiones globales del CDIAC son precisas en un ±10 por ciento. Las estimaciones nacionales para aquellos países con los mejores sistemas de recopilación y manejo de información podrían ser inciertas en menos de un 2

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Instituto de Recursos Mundiales El Instituto de Recursos Mundiales (WRI por sus iniciales en inglés) es un centro independiente dedicado a la investigación sobre políticas y a prestar asistencia técnica en cuestiones de medio ambiente y desarrollo. La misión de WRI es encauzar la sociedad humana hacia formas de vida que permitan proteger el medio ambiente de la Tierra y su capacidad para responder a las necesidades y aspiraciones de las generaciones presentes y futuras. Dado que las ideas, el conocimiento y el entendimiento inspiran, potencian y movilizan a los seres humanos hacia el cambio, el Instituto proporciona información objetiva y formula propuestas prácticas dirigidas a promover un cambio institucional y de políticas que conduzca a un desarrollo ambientalmente sano y socialmente equitativo, y ayuda a otros a que hagan lo mismo. WRI se ocupa fundamentalmente de los problemas ambientales globales en su interacción con el desarrollo económico y la equidad social en todos los niveles. Entre las áreas de investigación actuales del Instituto figuran la economía, los bosques, la biodiversidad, el cambio climático, la energía, la agricultura sostenible, la información sobre recursos naturales y medio ambiente, el comercio, la tecnología, las estrategias nacionales para el desarrollo ambiental y de recursos, la actividad empresarial y la salud humana. En sus trabajos de investigación con otras instituciones, WRI se propone tender puentes entre las ideas y la acción, relacionando las conclusiones de la investigación científica, el análisis económico e institucional y la experiencia práctica con la necesidad de contar con un proceso de toma de decisiones abierto y participativo.

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