Nadal y Federer, en un ensayo estelar

22 nov. 2009 - LONDRES (De un enviado especial).–. De pronto, se hizo de día. En reali- ... Padre de mellizas el gran Roger; abru- mado por el desgaste el ...
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Domingo 22 de noviembre de 2009

TENIS

El ATP World Tour Finals

Nadal y Federer, en un ensayo estelar Protagonizaron un entrenamiento sorpresivo; “Vine para ganar el torneo”, dijo el suizo; “Quiero terminar lo mejor posible”, señaló el español ONDRES (De un enviado especial).– De pronto, se hizo de día. En realidad, caía la tarde; anochecía, como suele ocurrir, al límite de las cuatro de la tarde. Sin embargo, en un rincón del O2, Arena pareció salir el sol. Una cancha vidriada, situada en el hall central, dos raquetas, unas cuantas pelotas. El murmullo se acrecienta, aunque no se le dé crédito al movimiento de la voz: se dice que Roger Federer, el N° 1 del mundo, y Rafael Nadal, el N° 2, andan haciendo de las suyas. Sutilezas de un lado de la red; agresividad en la otra frontera. El asombro le cedió paso a la admiración: hasta los operarios que por estas horas trabajan con esmero para ultimar más de una clavija suelta en el grandioso escenario se dieron cita para disfrutar de una especie de entrenamiento entre los dos colosos de los courts. Porque si Djokovic, Murray y Del Potro encarnan las promesas del futuro, de la lucha de gladiadores que vendrá, el suizo y el español no se detienen. Aunque para la mayoría, por primera vez, no se presentan como los favoritos en la última cita de la temporada. Aplausos, canciones, silencio. Todos los estados se transformaron minuto a minuto, en una práctica que no suele ocurrir entre estas dos potencias antes de un torneo de esta trascendencia. Porque suelen practicar con jóvenes valores. O con experimentados en retirada. No es común cruzarse en las horas previas en la cancha, como sí lo hacen lejos de los courts. Claro: son amigos. El tenis los convirtió en compañeros de la vida. Padre de mellizas el gran Roger; abrumado por el desgaste el mallorquín, los mal pensados –los hay por todos lados, también en el mundillo del tenis– sospechan del futuro de ambos cracks. Sin embargo, si bastase una rápida imagen para descubrir hacia dónde van sus vidas, pues este pequeño rato alcanzó para el disfrute infinito. Aunque esa vigencia pueda ser amenazada por los otros

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Cómo se juega

Un nuevo nombre y el mismo formato

Nadal y Federer, rivales y amigos más allá de los courts; una sana competencia entre dos estrellas

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títulos cosechó Federer en el último certamen del año: en 2003 y 2004 en Houston, y en 2006 y 2007 en Shanghai; Nadal nunca pasó de las semifinales

tres mosqueteros, los que les pisan sus gloriosos talones. Cuenta Federer: “Mentiría si dijese que sólo estoy esperando jugar bien. Estoy aquí para ganar el torneo y mantenerme en el primer puesto”. Admite Nadal: “Quiero terminar la temporada lo mejor posible. Lo principal, para mí, es sentirme feliz otra vez en la cancha”. Cada uno lee su libreto a la perfección. Eso sí: Federer viene desde Cincinnati sin ganar un título y suma dos fracasos en las últimas dos semanas. El primero –simbólico–, en la final de Basilea, su ciudad natal, frente a Djokovic. El segundo, unos días más tarde, cuando cayó en su presentación en París contra el francés Julien Benneteau, 49° en el ranking. Pero hay que tener cuidado:

este año logró Roland Garros, el premio a una carrera maravillosa. Y, después de la tendinitis en las rodillas, Nadal creció en la última parte del año: una final en Shanghai y una semifinal en París. Sin embargo, aún no es aquel gladiador al que había que derribar, literalmente, para ganarle un punto. Pero ellos están allí, apartados del mundo. Alejados del qué dirán. Transpiran, se esmeran. Federer armoniza su vincha; Nadal acomoda su pantalón. “¿Y si juegan la final? Estaría bueno, ¿no, papá?”, interroga un pequeño pelirrojo pecas. Su padre asiente con la cabeza, mientras saborea un paquete grasiento de fish and chips, un auténtico clásico británico, ideal para disfrutar este pequeño, sorpresivo y amistoso choque de planetas.

LONDRES (De un enviado especial).– ¿Cómo se juega el certamen? Si pierde Juan Martín, ¿adiós temporada? Paso a paso: el ATP World Tour Finals –en castellano antiguo, el Torneo de Maestros– es el torneo que se disputa en el final de cada temporada, con la participación de los ocho jugadores mejor ubicados en el ranking. A diferencia de los demás torneos, el Masters no es por eliminación directa, sino con el formato de round robin, con ocho participantes divididos en dos zonas de cuatro jugadores cada una (en el Grupo B, comenzarán a jugar mañana Nadal-Soderling y Djokovic-Davydenko), en las cuales cada uno de ellos enfrenta a los otros tres tenistas de su grupo. Luego, los dos mejor ubicados en cada zona avanzan a las semifinales, siempre al mejor de tres sets. A partir de esa instancia, que se hará el sábado próximo, los juegos serán de eliminación directa. Y la final se desarrollará el domingo venidero. Esa sí será, como en los grandes torneos, al mejor de cinco sets.

EL 02, A MEDIA LUZ Las quejas, por ahora, son en voz baja. Sin embargo, cuando se espía, cuando se lanza un golpe de vista, parecen tener razón las frases maliciosas: el estadio O2 no tiene un excelente sistema de luz. Se ve, claro que se ve, pero la iluminación no es la ideal.