Mister Jones se reencontrará con sus babies

4 feb. 2010 - Vincenzo Bellini no estudió idioma en la Alianza Francesa. A pura subjetividad .... audición radial “la legión extranjera”, es decir los que están ...
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Espectáculos

Página 6/LA NACION

CINE

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Jueves 4 de febrero de 2010

MUSICA Esta noche, en el Luna Park

Mister Jones se reencontrará con sus babies El Sandro de Gales volverá a cantar en el país con la excusa de presentar su último álbum, 24 hours, y repasar buena parte de sus hits FOX

Dwayne Johnson, hada por accidente

El Ratón Pérez juega al hockey y tiene alas Regular (( Hada por accidente (Tooth Fairy, EE.UU./2010, color; doblada al español). Dirección: Michael Lembeck. Con Dwayne Johnson, Ashley Judd, Julie Andrews, Billy Crystal, Ryan Sheckler. Guión: Lowell Ganz, Babaloo Mandel, Joshua Sternin, Jeff Ventimilia y Randi Mayem Singer, sobre una historia de Jim Piddock. Fotografía: David Tattersall. Música: George Clinton. Edición: David Finfer. Presenta Fox. 101 minutos. Apta para todo público.

También los chicos de habla inglesa dejan los dientes que acaban de perder debajo de la almohada. Allá no hay Ratón Pérez pero sí un Hada de los Dientes (Tooth Fairy, en el título original) que se lleva la pieza caída y la cambia por billetes de dólar. A partir de esa tradición infantil y adhiriendo a la fórmula que inauguró Schwarzenegger con Un detective en el kinder, Michael Lembeck y un equipo de seis libretistas (!) han ideado (de algún modo hay que decirlo) esta rutinaria comedia para chicos con el propósito de demostrar que Dwayne Johnson, el artista antes conocido como The Rock, puede ser el forzudo más tierno de Hollywood. La cuestión es así: un veterano crack del hockey que lleva el apodo de “hada de los dientes” (por la frecuencia con que hacía saltar las dentaduras de los equipos rivales), está en decadencia. Ha perdido la confianza en sí mismo y la capacidad de soñar, se ha vuelto un descreído y esparce a su alrededor esa especie de realismo implacable. Pero tendrá su castigo y no vendrá del Tribunal de Disciplina sino del reino de las hadas. Por quebrar la ilusión de un chico que sueña con ser estrella del hockey y peor, por atreverse a revelar a la hija menor de su novia el secreto de los dientes bajo la almohada, lo condenan a pasar una temporada yendo de casa en casa como Hada de los Dientes. Dispondrá de los mil y un artilugios que ellas les proveen, varita mágica incluida, y, claro, llevará alas. De esa transformación derivarán las imágenes grotescas (el grandulón alado con tutú de bailarina) y los enredos que, se supone, harán reír a la platea menuda. La parte tierna vendrá de la relación entre el deportista/hada con los dos hijos de su novia; la didáctica, de los reiterativos mensajes puestos casi siempre en boca de Julie Andrews, reina de Hadalandia. Dos breves intervenciones de Billy Crystal resultan lo más simpático del film. Johnson luce más sonrisa que músculos y Lembeck dirige sin esforzarse. Se trata de hadas, pero falta vuelo y la fantasía está ausente.

Fernando López

El título de sir no lo porta en vano este caballero galés que nació como Thomas Jones Woodward y ha hecho de su vida una película en tiempo real. Del otro lado de la línea telefónica, saluda primero y elogia después el nombre del cronista, aportándole cordialidad desde el comienzo a los ya clásicos quince minutos de entrevista para difundir el show. –¿Oyó hablar de Sandro? Tom Jones: –No, me temo que no. –Era un cantante argentino muy querido al que sus fans solían regalarle su ropa interior. (La risotada se lleva unos segundos, luego, el cantante recoge el guante) –Me suena muy familiar eso… –¿Cuándo fue la primera vez que recibió un regalito semejante? –La primera vez que pasó eso fue en un club nocturno de Nueva York, el Copacabana. Una mujer se subió a una mesa y me lanzó su ropa interior. Fue en 1968 y al otro día todo el mundo hablaba de eso. Con el tiempo se convirtió en una sana costumbre. A los 68 años y con un disco nuevo, 24 hours, Tom Jones tiene la energía suficiente para seguir dando vueltas al mundo. Por caso, esta noche se reencontrará con el público porteño a tres años de su visita anterior. “Ese fue un gran show, con muchos clásicos, pero ahora tengo una banda nueva que armé para el tour europeo del año pasado y creo que les va a gustar cómo suena en vivo. Nueva banda, nueva gira, nuevo show, de eso se trata.” En su disco más reciente, Tom Jones hace varios balances. En lo musical recupera viejos aliados como el soul y, en lo personal, se permite mostrarse un poco más, lejos de la carcasa del entretenedor, lejos de “Sex bomb” y del sex symbol bizarro. “Creo que es un álbum más personal, en todo sentido. En 24 hours las canciones hablan de mí y mucho más de lo que lo hice en el pasado. Hablan de mis vivencias, de todos estos años sobre los escenarios… –Y de tu esposa, Linda Trenchard. –Es cierto, “The Road” está dedicada a Linda. Traté de pedirle perdón por los deslices y de expresar allí que luego de tantos años y cosas vividas el camino siempre me lleva de regreso a su corazón. Mister Jones guarda un secreto, tan simple como movilizador. “¿Sabes por qué sigo haciendo esto? Porque amo la música, me gusta estar en contacto

ARCHIVO/AP

Tom Jones dice que su único enemigo es el tiempo y que quiere cantar hasta sus últimos días

permanente con ella, rodearme de músicos y estar atento a las nuevas tendencias. Es lo que más me gusta hacer. No puedo vivir sólo de los viejos hits, necesito sonidos nuevos”. Es cierto, no sólo de clásicos vive este hombre que conoce como pocos los vericuetos del show business. Desde su aparición en la Gran Bretaña de los 60, de la mano de “It’s Not Unusual”, Tom Jones fue capaz de dar periódicos golpes de timón y en los últimos 20 años generó una serie de acontecimientos que lo mantuvieron más activo que en los 70 y en buena parte de los 80. Y fue de la mano de dos covers que logró reencauzar su carrera: “Kiss”, de Prince y “Burning Down The House”, de Talking Heads. A comienzos del siglo XXI llegó a las pistas de baile de buena parte del globo con “Sex Bomb” y también llevó su carisma al cine, de

la mano de Tim Burton (Marcianos al ataque) y volvió a salir de gira más allá de sus habituales temporadas en los casinos de Las Vegas. Lejos del hombre de los excesos que supo ser, hoy Jones prefiere los balances. Por eso a la hora de preguntarle por la música que escucha lanza dos listas, una de nombres actuales y otra de clásicos. De un lado están Kings Of Leon, The Killers, Duffy, Leona Lewis, Amy Winehouse PARA AGENDAR

Tom Jones, el cantante repasará sus clásicos y los temas de su disco más reciente, 24 hours. Luna Park, Corrientes 99. Hoy, a las 21.30. Entradas de 120 a 420 pesos.

y “un cantante que es un suceso en Inglaterra, Paolo Nutini. Es muy interesante y diferente al resto”, sostiene. Del lado de los que no tienen fecha de vencimiento está el querido rock’n roll, de Elvis Presley y Jerry Lee Lewis a Little Richards, Fats Domino y Chuck Berry. La lista la engrosa el rat-pack: Frank Sinatra, Sammy Davis Jr. y Dean Martín. Amigo de Elvis Presley, el cantante galés compartió varias veladas con el rey del rock. “Recuerdo cuando nos quedábamos cantando gospel al piano en Las Vegas”, comenta con cierta añoranza Jones. Pero hay un recurso a mano para que el clima de la charla no se desvanezca: pedirle, una vez más, que nos cuente la anécdota de la ducha. “Yo estaba en mi habitación, en la ducha y Elvis entró desesperado para hacerme

escuchar una canción nueva. Le dije que me esperara unos minutos pero no pudo aguantar y vino hasta la ducha a tararearme el nuevo tema. Yo creo que fue una excusa, que quería comprobar algo (otra carcajada estruendosa). ¡Tuve que pedirle que me mirara a la cara! –Hizo de todo en 45 años de carrera. ¿Qué le queda por hacer? –¡Más de lo mismo y longevidad! ¡Quiero vivir por siempre, ser inmortal! ¿Está bien mi pedido? Ja, ja, ja. Mi enemigo es el tiempo, no quiero que el tiempo me retire, quiero cantar hasta los últimos días, pero seguir luciendo bien ¿eh? Me gusta salir de gira, ir a diferentes países y conocer gente nueva. Espero poder seguir haciéndolo por mucho tiempo.

Sebastián Espósito

(Acordes) Opinión

En los arcones del barroco. Anoche subió al escenario del Teatro de la Maestranza de Sevilla la ópera Parténope, de Leonardo da Vinci, que fue recuperada en 2008, luego de casi 280 años sin representarse. Está basada en el mito fundacional de la ciudad de Nápoles, cuyo símbolo es la sirena Parténope. N

ARCHIVO

Rock al parque: hoy, a partir de las 17, con la actuación de Los Pericos, Los Auténticos Decadentes y Toboganes a Marte, se larga el ciclo de conciertos rockeros en el marco del programa Aires Buenos Aires, llevado a cabo por el gobierno de la ciudad, gratis, en el estadio Parque Roca.

Por Pola Suárez Urtubey

En el encuentro de dos siglos

N Grammy a la clásica y al crossover.

En los rubros de música académica de la 52° entrega de premios Grammy, realizada el último domingo, se destacó el disco Mahler: Symphony No. 8; Adagio From Symphony No. 10, de la San Francisco Symphony, con dirección de Michael Tilson Thomas, que fue elegido mejor álbum de música clásica y mejor performance coral. Además, fue galardonado Peter Laenger (el ingeniero de sonido responsable de éste y de otros discos). En otros rubros ganaron Yo-Yo Ma, por su disco Songs Of Joy And Peace (mejor clásico-crossover); James Levine y la Sinfónica de Boston (Mejor performance orquestal) y Renée Fleming, que le ganó, con Verismo Arias, a Anne Sofie Von Otter, Juan Diego Flórez, Lorraine Hunt Lieberson y Susan Graham.

Un ensayo de Parténope EFE

(Allegro)

Por Pablo Kohan

Vincenzo Bellini no estudió idioma en la Alianza Francesa A pura subjetividad, la madre de muchas verdades en la música, podemos referir a infinidad de emociones, vivencias y conmociones que la música produce en cada uno de nosotros. Más allá de los gustos y las sensibilidades personales, podríamos afirmar que Bellini, por ejemplo, es uno de esos compositores cuya música es capaz de provocar los más intensos estremecimientos. Bueno, tal vez a su pesar, Bellini podía generar grandes agitaciones sin necesidad de utilizar voces o instrumentos. Su francés podía hacerlo. Al menos, Heinrich Heine así lo decía. Cabe recordar que Vincenzo había visitado París en numerosas oportunidades, ciudad en la cual, incluso, estrenó su última ópera, I puritani, en 1835, como corresponde, en el Théâtre Italien. En sus Noches florentinas, Heine, mordaz, cáustico y muy fantasioso, cuenta de la muy peculiar relación entre Bellini y el francés: “Pese a que Bellini vivió durante varios

años en Francia, hablaba tan mal el francés como creo que no se podría hacerlo ni siquiera en Inglaterra. No debería calificar esa forma de hablar con el adjetivo «malo». «Malo» es aquí demasiado generoso. Hay que decir «horripilante», «incestuoso», «apocalíptico». Un cataclismo. No exagero. Cuando se estaba con él en alguna reunión de sociedad y chapurreaba y trituraba como un verdugo las pobres palabras francesas, rebuscando imperturbable sus disparates colosales, uno pensaba que el mundo habría de hundirse bajo un retumbar de truenos. Un silencio sepulcral se apoderaba entonces de toda la sala. La misma muerte, con tiza y cinabrio, pintaba el terror en todos los rostros de los presentes”. Si sumamos el verdadero poder de su música y la descripción que de su francés hace Heine, podríamos concluir, que Bellini era un maestro multidimensional en el arte de conmover y generar palpitaciones y sobresaltos únicos.

En la Argentina, el primer recinto electrónico oficialmente constituido fue el Estudio de Fonología Musical fundado en 1958 por Francisco Kröpfl en el Instituto de Tecnología de la Facultad de Arquitectura de la UBA. De 1960 datan las primeras composiciones electrónicas. Poco después, iniciaba sus propias experiencias, en Córdoba, César Franchisena (1923-1992). En 1963, se equipa el laboratorio del Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales del Di Tella, a cargo de Kröpfl, entre 1967 y 1971. De este último año en adelante, el laboratorio del Di Tella pasa a pertenecer al Gobierno de nuestra ciudad, como parte constitutiva del Centro Cultural Recoleta. En la década de 1960, comienzan a hacer sentir su influjo los nacidos alrededor de 1935. Es una generación que muestra en algunos casos rasgos de rebeldía, posiciones iconoclastas; otros adoptaron natuEn los 60, hacen ralmente las transformaciones propias de la sentir sus posguerra, acudiendo a nuevas fuentes de creainflujos los ción, como es el caso de la música electrónica. nacidos Citamos aquí a Tauriealrededor de 1935 llo (1931), Zorzi (19351999), Gandini (1936), Perusso (1936), Marta Lambertini (1937), Alicia Terzian (1934), D’Astoli (1934) y Julio Viera entre muchos otros, seguidos por un grupo de compositores más jóvenes, que se encuentran hoy en pleno ascenso profesional. * * * Y con referencia a esta generación, envío a ustedes a la excelente radiografía de los compositores de música contemporánea argentina que nos entregó Pablo Gianera en el ejemplar de ADN Cultura de LA NACION el sábado 15 de enero de este año 2010. Allí nos encontramos con aquellos creadores que Martín Liut, otro músico de esta misma prole, llamó en una audición radial “la legión extranjera”, es decir los que están activísimos fuera del país, y también con los que perseveran dentro de nuestras fronteras. Entre los de la diáspora se ubican Matalón, Strasnoy y Naón, que componen en Francia; Pablo Ortiz, Golijov, Pampín, Marcelo Toledo, en Estados Unidos; Solare en Alemania y Eric Oña en Suiza. Y están los que despliegan la mayor parte de su actividad dentro del país, aunque algunos con importantes estadas en el exterior, entre los que sobresalen Marcelo Delgado, Luis Mucillo, Pablo Cetta, Simoniello, Rússovich, Ortiz de Zárate, Franciosi, y varios más, casi todos ellos con fuerte presencia en las altas esferas de este mundo global.