Mindfulness, un recurso contra el estrés

18 dic. 2010 - Cognitiva (Ineco). “Kavat-Zinn lo aplica desde hace 30 años en el Centro Médico de la Uni- versidad de Massachussets; él pudo trazar un ...
883KB Größe 12 Downloads 109 vistas
34

CIENCIA / SALUD

I

Sábado 18 de diciembre de 2010

PSICOLOGIA s MEDITACION PARA LA VIDA COTIDIANA

Mindfulness, un recurso contra el estrés Los expertos aseguran que mejora el control de las reacciones impulsivas, aumenta la tolerancia al dolor y reduce la ansiedad GABRIELA NAVARRA PARA LA NACION Uno llegó de la mano de una gastritis que no cedía. Otra, después de un accidente que le destrozó la cara y puso en peligro un esperado viaje de iniciación. Los dos, psicólogos y argentinos, iban detrás de algo que pudiera responderles mejor las propias preguntas acerca de la vida, las dificultades, el cómo ayudar y cómo ayudarse. Hoy, Martín Reynoso (el de la gastritis, curada) y Marina Lisenberg (la del rostro, sin cicatrices) son dos de los profesionales jóvenes que coinciden en una propuesta llamada mindfulness, una palabra del inglés sin traducción exacta al castellano. “Podría entenderse como «presencia mental» o «atención plena» –explica Marina Lisenberg, que dirige su propio emprendimiento, Attentia, y trabaja con el Centro Privado de Psicoterapias–. Es un término que deriva del idioma pali, vinculado con el budismo, que usa la misma palabra para denominar la mente y el corazón.” Lisenberg siempre tuvo la percepción de que el aprendizaje y la propia experiencia, además de la integración del cuerpo y las emociones, eran el camino para lograr el bienestar. Después de aprender técnicas de trabajo corporal, bioenergética, teatro, coordinar talleres vivenciales cuando no eran moda y recibirse de psicóloga en la UBA, tuvo las primeras noticias sobre mindfulness. Y viajó a los Estados Unidos, ya mamá de tres chicos, con la cara muy lastimada y las cervicales sostenidas por un cuello ortopédico a tomar su curso de Mindfulness Based Stress Reduction (MBSR), con Jon Kavat-Zinn, médico estadounidense creador del método. “Es un aprendizaje que permite

Un método que está validado

detenernos en el espacio y el tiempo, y sentir cómo estamos viviendo –explica–. Tenemos distintos niveles de atención. La mayoría de la gente, cuando intenta concentrarse, tiene una mente que va y viene, es una mente saltarina. Y el problema es que es poco el tiempo en que esa mente está fluyendo en presente: nos duchamos pensando en la agenda del día, no en el baño… gran parte del día lo hacemos «en automático». Esta técnica enseña un uso consciente de la atención que nos permite tomar las riendas de nuestra mente.”

El hombre del puente En 2000, Clara Badino trajo al país a Jon Kavat-Zinn; luego ella fundó y dirige aquí Mindfulness Argentina, cuyo equipo integra Martín Reynoso, que también da cursos sobre la especialidad en el Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco). “Kavat-Zinn lo aplica desde hace 30 años en el Centro Médico de la Universidad de Massachussets; él pudo trazar un puente entre las prácticas de meditación orientales y el Occidente, quitándole el aspecto religioso o místico”, afirma Reynoso. Pero, ¿es necesario transformarnos en monjes tibetanos frente a nuestras computadoras o viajando apretados en el subte? “No, no es necesario quedarnos quietos, sentados o a oscuras –aclara–. Casi todas las meditaciones se concentran en una primera parte: respiración, sonidos, sensaciones corporales. Acá se pasa de una meditación en concentración a una meditación en totalidad: sentir y observar todo lo que está ocurriendo, con todos los sentidos. Cualquier experiencia cotidiana puede ser objeto de entrenamiento: desde ir en el subte y ver qué pensamientos generás cuando alguien te roza, hace calor o mucho encierro, y cómo la mente va procesando toda

esa información.” Lisenberg, que trabaja con familias, indica que algunas mamás gracias al entrenamiento se manejan mejor con sus chicos al volver a casa después de una dura jornada laboral y las espera el baño, la comida, los deberes. No es magia, aclara, sino entrenarse para poder decidir de qué manera responder. “Una cosa es que me hayan chocado y yo me escuche interna insultando al que me chocó y otra cosa es que me dé cuenta de que me chocaron y aun con una rabia

terrible sea consciente de mi enojo y elija, en forma consciente, abrir la boca e insultar”, ejemplifica la psicóloga, que admite que muchas emociones (el enojo o el miedo) son “difíciles de surfear…” La iniciación supone ocho reuniones de 2,5 horas, una vez por semana y un entrenamiento diario de 45 minutos por cuenta propia. Está indicado en personas con trastornos de ansiedad, pánico o enfermedades asociadas al estrés. Puede servirles a grandes, chicos y a familias enteras: comer, por ejemplo, es un espacio

ideal para la práctica de la atención consciente y puede mejorar cuadros digestivos, como le sucedió a Reynoso, que, ya psicólogo, se acercó a mindfulness por una solución para su malestar. “Esta práctica puede ayudarnos a desacelerar el vertiginoso ritmo con el que vivimos –reflexiona Lisenberg–. No creo en una única solución para los males del mundo. Esta es una. Hay muchas. Todas abren puertas. Nosotros somos el científico, el experimento y el laboratorio.”

Gracias a técnicas de escaneo cerebral, Jon Kabat-Zinn, médico y doctor en biología molecular por el Massachussetts Institute of Technology (MIT), pudo demostrar la validez científica de su propuesta. “En un trabajo de 2003, con Richard Davidson, Kabat-Zinn probó que a través del aprendizaje de Mindfulness se generan cambios neurobiológicos en el cerebro, al activarse el área prefrontal izquierda, asociada a una disposición emocional de empatía y aproximación al entorno”, dice Martín Reynoso. El psicólogo agrega que estudios preliminares indican efectos en la activación del sistema inmune (por ejemplo, mejoró la respuesta de protección luego de la aplicación de una vacuna) y otros trabajos sugieren la reducción de recaídas al cabo de tres episodios de depresión mayor. “Es que –afirma– puede desarmar la forma catastrófica en que las personas depresivas suelen elaborar sus pensamientos. De todos modos, no se ha usado durante una crisis, sino en la rehabilitación.” La técnica se ha probado entre escolares, “donde demostró reducir el bullying y los problemas de falta de atención –agrega Marina Lisenberg–. También, en los EE.UU., se aplicó en internados por delincuencia juvenil. Es muy fuerte lo que pasa cuando estos jóvenes pueden relacionarse con lo que sienten y piensan sin estar indefectiblemente secuestrados por esas experiencias tan negativas”.

DISTINCION DE LA OEA

GENTILEZA INTI

Leonardo Cruder y Rafael Kohanoff con la distinción

Discapacidad: premian un programa del INTI Es la fabricación de dispositivos en 100 escuelas FABIOLA CZUBAJ LA NACION La Organización de Estados Americanos (OEA) distinguió esta semana “la trascendencia” de un programa del INTI, que desde hace tres años impulsa la construcción de dispositivos para personas con discapacidades en las escuelas industriales del país. La iniciativa, que lidera el ingeniero Rafael Kohanoff, incluye la asistencia técnica a las escuelas técnicas y manuales con los planos de fabricación de 15 dispositivos con características que los vuelven soñados: están reforzados, son duraderos, tienen buena calidad y son de bajo costo (entre seis y 20 veces más económicos que los que se ofrecen en el mercado). Los alumnos de cien escuelas técnicas y de formación profesional los fabrican con la orientación de sus profesores como parte de su formación educativa, que incluye conocer a quién recibirá cada dispositivo para personalizarlo según las necesidades individuales. Una vez terminado, lo entregan de manera gratuita. Este proceso de aprendizaje, sin pizarrones ni clases especiales, promueve naturalmente desde la escuela la integración de las personas con discapacidad. “Esto hace pensar que podríamos tener en el país un programa en el que no haya un compatriota que necesite una muleta, una silla de

ruedas o una prótesis del miembro inferior que no la vaya a tener en los próximos dos años. He visto a los alumnos de las escuelas industriales emocionarse cuando ven a otro chico recibir lo que tanto necesitaba. Evidentemente, no hacen falta cursos para erradicar la discriminación”, comentó ayer a LA NACION el ingeniero Kohanoff, a quien la distinción de la OEA le llegó como un regalo por sus flamantes 85 años. Así lo pensó después de atender el lunes pasado la llamada telefónica de un representante de la OEA en su oficina del Centro de Tecnología para la Discapacidad del INTI, que él dirige. “Su programa ganó el premio de la OEA en la categoría Educación –le dijo su interlocutor–. El segundo premio lo ganó un proyecto de los Estados Unidos.” El martes, por la noche, se subió a un avión hacia Perú, donde sería la ceremonia, y el miércoles pasado no sólo pudo recibir el premio, sino también exponer el contenido del llamado Programa Productivo, Tecnológico y Social, en el que también participan el Instituto Nacional de Escuelas Técnicas (INET) y la Comisión Nacional Asesora para la Integración de las Personas Discapacitadas (Conadis). Por la noche, otro avión lo traía de regreso al país con el premio bajo el brazo. “Son 85 años de felicidad de haber hecho cosas para quienes lo necesitan”, dijo. (Informes sobre el programa: 0800-444-4004.)