MILITAR SANTO

El Padre Maryknoll Vincent R. Capodanno, un capellán militar, ora con soldados estadounidenses durante la Guerra de Vietnam, en la que perdió la vida.
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El Padre Maryknoll Vincent R. Capodanno, un capellán militar, ora con soldados estadounidenses durante la Guerra de Vietnam, en la que perdió la vida. En 2006, el misionero fue declarado Siervo de Dios, el primer paso hacia su canonización.

EL CAPELLÁN

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SANTO

ENERO/FEBRERO 2016 U REVISTA MARYKNOLL

Un ex Marine recuerda a sacerdote Maryknoll que murió en Guerra de Vietnam

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n medio de la vorágine mortal que es la guerra, del intenso pavor del campo de batalla, del ensordecedor estruendo del fuego de los morteros, del peligro incesante de la ráfaga de rifles, metralladoras y lanzagranadas,

Por David R. Aquije



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y del estentóreo bramido del rotor de los helicópteros de la Guerra de Vietnam, un sacerdote Maryknoll pudo encontrar la paz y el silencio necesarios para escuchar el gemido de soldados mutilados y ensangrentados y compartir con ellos el amor misericordioso de Dios. En su último día de misión, después de horas de intenso combate en el Valle Que Son ese 4 de septiembre de 1967, el Padre Vincent R. Capodanno también estaba gravemente herido. Cuando la explosión de un mortero le infligió múltiples heridas en sus brazos y piernas y le cercenó parte de la mano derecha—según la descripción oficial de la citación en la Medalla de Honor que recibió de manera póstuma—él se negó a recibir ayuda médica. En su lugar, el Padre Capodanno, quien como capellán de los Marines de Estados Unidos no portaba armas de fuego, continuó desplazándose por el campo de batalla brindando ayuda médica a los heridos y la unción de los enfermos a los moribundos. Cuando vio a un soldado 14

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3 1. El Padre Capodanno posa frente a un pesebre en la Navidad de 1966 en un puesto militar en Chu Lai, Vietnam. 2. Foto de archivo del misionero quien recibió la Medalla de Honor. 3. Conduciendo un servicio religioso con un grupo de Marines.

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herido quien estaba en la línea de fuego del enemigo, Capodanno heroicamente se apresuró a socorrerlo, pero una ráfaga de balas se lo impidió y acabó con la vida del sacerdote misionero de 38 años de edad. Es un soleado domingo 20 de septiembre, 2015—lejos están los más de 30 años del martirio del Padre Capodanno—y los Padres y Hermanos Maryknoll celebran, como cada año, el Día de los Benefactores, una misa, almuerzo y reunión de camaradería con personas que con sus rezos y donaciones contribuyen a que se haga el servicio misionero de Maryknoll alrededor del mundo.

Este año han llegado unos 800 benefactores y el Padre Maryknoll Robert Jalbert, quien antes de seguir la vocación al sacerdocio con Maryknoll sirvió como lingüista en la fuerza aérea de Estados Unidos durante el conflicto con Vietnam, es uno de los anfitriones. Como otros misioneros presentes en la celebración, el Padre Jalbert camina por las mesas saludando, conociendo y agradeciendo en persona a los socios en misión. Así conoció a James Hamfeldt, un agente de bienes raíces en New Jersey, quien ha sido benefactor de Maryknoll por casi 40 años.

“Soy benefactor de Maryknoll porque conocí al Padre Capodanno”, dice Hamfeldt, un soldado veterano de la Guerra de Vietnam, quien tenía 20 años de edad cuando conoció al Padre Capodanno. Conocer al misionero Maryknoll impactó la vida de Hamfeldt y muchos otros soldados, dice el veterano: “Daba charlas a los soldados que recién llegaban (a Vietnam) sobre lo que tendrían que enfrentar en esas circunstancias (de guerra) y nos pedía que tratáramos de no perder nuestra humanidad”. “Tengo casi 70 años”, continúa Hamfeldt, quien después de la trauwww.revistamaryknoll.org

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ras de intensos combates de una emboscada de Vietnam del Norte, el Padre Capodanno, él mismo gravemente herido, vio un soldado herido inmovilizado por un artillero enemigo. Corrió a administrar atención médica y espiritual al soldado. A pesar de que el Padre Capodanno estaba desarmado, el enemigo abrió fuego y el Padre se convirtió en una víctima de 27 impactos de bala. Murió realizando fielmente su último acto como un buen siervo de Dios”. El Superior General Maryknoll, el Padre Raymundo Finch, dice: “La misión es darnos nosotros mismos libremente a las personas a las que servimos. Como capellán el Padre Capodanno dio su vida por los hombres a los que sirvió. Él es un ejemplo para todos nosotros y un verdadero misionero Maryknoll”. Nacido en Staten Island, Nueva York, el Padre Capodanno fue ordenado sacerdote misionero Maryknoll en 1958. Su primera asigna-

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Leah Mahnken/Maryknoll

Cortesía de James Hamfeldt

tienes a Dios a tu lado”. Hamfeldt no es el único que rinde tributo al heroismo con el que el Padre Capodanno compartió la compasión y el amor de Dios en medio de la guerra. La Arquidiócesis para Servicios Militares de Estados Unidos abrió oficialmente el proceso para la causa de su canonización el 19 de mayo, 2002 y una asociación católica privada sin fines de lucro, la Cofradía del Padre Capodanno, creó una página electrónica en el 2013, www.capodannoguild.org, para compartir los detalles de la heroica vida y muerte del Padre Capomática experiencia de la Guerra de danno. Él fue declarado Siervo de Vietnam, se alejó de la Iglesia por Dios, el primer paso hacia la canomuchos años, pero el ejemplo y el nización, en 2006. recuerdo del Padre Capodanno reoDe esta breve manera resume la rientaron su vida al camino de la fe. cofradía las últimas horas del Padre Hamfeldt narra de manera gene- Capodanno: “Durante la Semana ral los horrores de la guerra, es el Santa de 1966, el Padre Capodanno infierno, señala, y guarda silencio se reportó como capellán del 7o bapara evitar los detalles más duros. tallón de los Marines en Vietnam, y Más de 1.3 millones de personas luego fue trasladado a una unidad perdieron la vida en el conflicto, de médica. El Padre Capodanno era las cuales unos 58 mil fueron solda- más que un sacerdote que ministrados estadounidenses. Las secuelas ba dentro del horrible campo de la psicológicas de la guerra, todavía guerra. Se convirtió en un compacontinúan afectanñero inseparable de “El Padre Capodanno fue los marines: vivió, do a los veteranos nuestro pastor. sobrevivientes. comió y durmió en Salvó mi vida de una las mismas condi“El Padre Capodanno fue nuestro ciones que ellos. manera espiritual”. pastor. Salvó mi Pasó horas tranquivida de una manera espiritual”, lizando a los cansados y desilusiodice Hamfeldt, mientras describe nados, consolando a los afligidos, las heroicas acciones del Padre Ca- oyendo confesiones, instruyendo a podanno entre los soldados. “En el los conversos, y distribuyendo mecampo de batalla, el ruido de las dallas de San Cristóbal. Fue durante balas es ensordecedor. Si te parabas su segunda temporada de servicio, morías”, continúa, pero el Padre el 4 de septiembre de 1967, con el Capodanno, “caminaba buscando 3o Batallón, 5o de Marines que el socorrer a los heridos. Tenía el tipo Padre Vincent Capodanno hizo el de coraje que sólo se puede tener si último sacrificio. Después de ho-

El Superior General de la Sociedad Maryknoll, el Padre Raymundo Finch, conversa con James Hamfeldt, un veterano de la Guerra de Vietnan, quien conoció y se siente inspirado por el Padre Capodanno. Pág. anterior: Hamfeldt (dcha.) en Vietnam.

ción misionera lo llevó a Mialoi en Taiwán, y luego a Hong Kong, China. Durante la Guerra de Vietnam, el Padre Capodanno pidió y se le concedió el permiso para enlistarse como capellán de los Marines. Es uno de cinco capellanes militares en recibir la Medalla de Honor del Congreso de Estados Unidos, el más alto honor otorgado por el país, y el único otorgado a un capellán de los Marines. Como dice James Hamfeldt, el veterano de Vietnam y benefactor de Maryknoll que conoció en persona al Padre Capodanno, su heroismo y compasión misionera continúa salvando la vida espiritual de muchas personas y son una guía hacia el camino al reino de Dios. El proceso para su santidad puede llevar décadas, pero para personas como Hamfeldt, Capodanno ya es un santo. “Yo quiero volver a ver al Padre Capodanno más tarde”, dice Hamfeldt. “Yo sé dónde está, y allí es donde yo quiero estar”. www.revistamaryknoll.org

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