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MIENTRAS EL TITANIC SE HUNDÍA, JOHN HARPER PREDICABA El cielo de aquella noche de abril era claro y lleno de estrellas brillantes cuando el barco de vapor más grande y lujoso del mundo navegaba a toda velocidad por las aguas tranquilas del helado Atlántico Norte. Muchos de los pasajeros ya se habían ido a la cama, pero algunos todavía se encontraban en los salones disfrutando del lujo del Titanic. Nadie se alarmó por la pequeña sacudida que se sintió alrededor de las 11:15, pero muchos sí se percataron cuando poco después dejaron de sentirse las vibraciones de los motores. Haciendo caso omiso de las advertencias acerca de icebergs, el Titanic marchaba a toda máquina. De pronto golpeó contra un gran iceberg que desgarró su costado. Al cabo de quince minutos, el capitán se dio cuenta de la gravedad de la situación, y el operador de radio hizo un llamado urgente pidiendo ayuda. Los marineros prepararon los botes salvavidas y dieron instrucciones a las mujeres y los niños para que fuesen los primeros en abordarlos (la cultura cristiana había grabado en los hombres la idea de la caballerosidad, por lo que estaban dispuestos a dar sus vidas por la de las mujeres y los niños actuando valerosamente como sus protectores; algo que es raro ver en otras culturas). Había a bordo de la nave 12 parejas que estaban de luna de miel y, aunque todas las novias se salvaron, solamente uno de los novios logró sobrevivir. El capitán ordenó a la banda que tocara para mantener el ánimo de los pasajeros, y aunque comenzó interpretando melodías de rag-time, muy pronto empezó a tocar himnos, continuando así hasta el final. Había sólo veinte botes salvavidas en el enorme trasatlántico—apenas los suficientes para salvar a una tercera parte de los pasajeros y la tripulación. De ésta, no todos podrían bajar, los 85 ingenieros continuaron trabajando para mantener el barco a flote el mayor tiempo posible. Cuando llegó el final muchas personas se arrodillaron en oración hasta que las aguas los cubrieron. Todo el tiempo que duró la triste evacuación, con los seres queridos separándose entre lágrimas, la banda continuó tocando. Existe cierta controversia acerca de lo que tocaba la banda esa noche. Varias personas que ya estaban en los botes salvavidas, dijeron que habían oído el himno “Cerca, más cerca, Oh, Dios de ti." Uno de los pasajeros que viajaban en el barco era el evangelista John Harper. Después de poner a su hijita de seis años de edad en un bote salvavidas, corrió a través del buque advirtiendo del peligro a los pasajeros y hablando con ellos sobre el destino eterno de sus almas. Cuando finalmente se vio obligado a saltar en las heladas aguas, se aferró a un pedazo de madera que flotaba preguntando a otro hombre "¿Es usted salvo?" Cuando el hombre contestó que no, John le dijo: "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo." Cuando el Titanic se hundió temprano por la mañana del día 15 de abril de 1912, John Harper estaba entre las 1,522 personas que murieron. El último himno que tocó la banda antes de hundirse con el barco fue "Otoño", que concluye con la siguiente oración: Sostenme en alto en las aguas impetuosas Mantén mis ojos en las cosas de arriba, La justicia, la Divina Expiación, La Paz, y el eterno Amor. El último héroe del Titanic (The Titanic's Last Hero.) Moody Press, 1997.

El último héroe del Titanic En el momento del desastre del Titanic, Harper tenía 39 años, era pastor de Walworth Road Baptist Church, era viudo y tenía una hija de seis años llamada, Annie Jessie. Viajaba de Londres a Chicago con ella y una sobrina llamada Jessie W. atendiendo a una invitación que le había sido hecha en el otoño del año anterior, para predicar durante varias semanas en la Iglesia Moody. Cuando el barco chocó con el iceberg puso a su hija y a su sobrina en uno de los botes salvavidas. Ellas sobrevivieron., mas él murió. La historia de John Harper a bordo del Titanic se cuenta en el libro, El último héroe del Titanic, publicado por Moody Adams.

Este material fue tomado del Boletín dominical de la Iglesia Bíblica Unidos en Cristo (IBUC) en Monterrey, NL, Méjico. Usado con permiso ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.