Mi querida florecita Por Arlina Cantú Lectura Tito 4:1-8 Cita bíblica: Tito 4:7 La llamo así desde hace mucho tiempo. Dios la trajo a mi vida. Se llama Flor y es la enfermera que cuida la invalidez de mi amado padre. Me asombra su espíritu de servicio, su energía que parece inagotable y su afecto para infundir amistad. Su lealtad comprobada ha hecho que le confíe yo las llaves de mi casa para que pueda entrar y salir con libertad. Siempre está dispuesta a hacer algún trabajo extra o para ponernos a trabajar a todos los de la casa en algún detalle especial que se le ocurre. Siempre está dispuesta a acompañarme a almorzar cuando llega por las mañanas y donde aprovechamos para conversar de lo que pasa en nuestras vidas. La mayor parte de los días que compartimos los alimentos lo hacemos viendo el canal cristiano de televisión. Casi siempre conversamos de lo que los pastores exponen de la Palabra y buscamos la aplicación que puede tener a nuestra vida. Ella es sólo simpatizante del evangelio, pero provoca una gran alegría en mi corazón cuando habla con sincero entusiasmo de lo que ha aprendido de las cosas de Dios en el tiempo que tiene junto a mí. Pero lo que más ha conmovido mi corazón es que un día tuvo el valor de enfrentarme a sus palabras como con un espejo. En principio me sentí terriblemente mal, cuando mencionó que al llegar ella a trabajar para mi padre, yo era otra persona de carácter agrio, fácilmente irritable y menos afectiva, pero que le daba mucho gusto ser testigo de los cambios que el Señor ha ido haciendo en mi carácter, de manera que para ella son claramente notorios. Le doy gracias a Dios porque sus palabras comprueban lo que mi espíritu ha experimentado. Los días más difíciles pasaron, el Señor me tocó y trajo mansedumbre a mi carácter, dulzura a mi trato y afecto a mi entorno. Oro diariamente por Florecita, y mi alma se llena de esperanza para que un día se rinda a los pies de Cristo y le entregue su vida. Todo los días le digo a mi Señor que esta mujer puede ser un "instrumento escogido" para su gloria, y que con ese entusiasmo que la caracteriza, seguramente conseguirá que toda su familia se acerque también y se entregue al Señor. Oremos:- Por las personas que trabajan a nuestro servicio. Señor, te rogamos en esta hora, en el nombre de Jesús, que bendigas a todas las personas que trabajan a nuestro servicio. Permite que nuestro testimonio sea bendición para sus vidas. Amén. Usado con permiso ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.