El agua subterránea, un recurso invisible… Bajo los actuales escenarios de deterioro en la calidad del agua, la disponibilidad de este bien o recurso natural para satisfacer las necesidades de comunidades humanas se ha visto disminuida, incluso, en regiones donde su presencia es clara y evidente. El agua de las nubes, ríos, quebradas y lagos está siempre visible ante nuestros ojos; sin embargo, hay un líquido invisible que ocupa los poros del suelo y de las rocas, y que es igualmente importante.

Las aguas subterráneas, como su nombre lo indica, son aguas que se infiltran por los poros de la tierra hasta llegar a los acuíferos, lugares del subsuelo donde se almacena, tal como se observa en la ilustración del ciclo hidrológico. Este recurso subterráneo no solo es de gran importancia para el consumo humano, también lo es para el sustento de hábitats y para el mantenimiento de la calidad del flujo base que alimenta los ríos y quebradas.

Figura 1. Ciclo hidrológico

En muchas áreas urbanas del mundo las aguas subterráneas son un factor clave para el desarrollo; se constituyen en fuente de abastecimiento para la población, insumo para la industria o limitante para la expansión de las fronteras urbanísticas. En este sentido, el conocimiento de ellas es fundamental para la gestión de recursos y manejo del territorio.

En el Valle de Aburrá existe un gran volumen de agua formando importantes embalses subterráneos. Parte de estas aguas son utilizadas por comunidades, empresas y locales comerciales para satisfacer necesidades de consumo y llevar a cabo sus procesos productivos. Se estima que en la región metropolitana hay más de 400 captaciones activas entre pozos, aljibes y manantiales; en 127 de ellas se extrae agua para uso industrial, en 88 se toma agua para uso doméstico y 201 se ubican en sitios dedicados al lavado de vehículos. La perspectiva global dentro de la cual se ve el agua subterránea como una importante reserva para uso futuro, también tocó nuestro entorno y ya se habla de ella como posible fuente de abastecimiento parcial para consumo humano en algunas poblaciones dentro del Valle de Aburrá.

Es importante resaltar que el agua subterránea es un recurso invisible, lo cual no lo hace un bien blindado o protegido; al contrario, por ser intangible a nuestros sentidos es un elemento altamente vulnerable y su calidad está amenazada por las diferentes actividades humanas que afectan el suelo como la urbanización, la minería, la agricultura, la deposición de residuos y los vertimientos.

Por ello y con el propósito de ampliar el conocimiento acerca de la dinámica, origen y evolución del agua del sistema acuífero en el Valle de Aburrá y contar cada día con mejores herramientas para la toma de decisiones relacionadas con el manejo de este recurso, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá comenzó, desde el 2010, el monitoreo continuo de las aguas subterráneas ubicadas en su jurisdicción, a través del proyecto RedRío. Actualmente, se monitorea nivel de agua en 84 captaciones y calidad en 58. En el siguiente mapa se muestran los puntos de monitoreo de la red.

Figura 2. Mapa de acuíferos monitoreados en el Valle de Aburrá.

Para ampliar la información visite nuestro micrositio: http://www.areadigital.gov.co/recursohidrico/Pages/default.aspx