Los grandes campeones deben domar las emociones

16 dic. 2009 - lo tenemos muy en cuenta nosotros y parece que nadie más”. A fin de cuentas, la corta victoria contra Po- hang Steelers por 2-1 parece haber-.
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Miércoles 16 de diciembre de 2009

OPINION Francisco Schiavo Enviado especial

Los grandes campeones deben domar las emociones Juega al básquetbol con seis dedos en cada mano Dice que la gente se le acerca y le pregunta si le afecta en algo para jugar. Frank Tolbert responde que no, que tener seis dedos en cada mano no le impidió formarse en el básquetbol universitario de los Estados Unidos y ser contratado por un equipo de Lituania. El jugador padece polidactilia, una malformación genética hereditaria.

Fleitas sigue estable, listo para una operación El defensor argentino Leandro Fleitas, internado en terapia intensiva en Lima, se mantiene estable de la fractura de cráneo que sufrió tras el choque de cabezas con su compatriota Carlos Galván, en la final del torneo peruano. Descartada cualquier lesión cerebral, mañana o pasado será operado para una reconstrucción maxilofacial.

El fantasma del doping sobrevuela a Woods Agobiado por los problemas que le causó su infidelidad, Tiger Woods afronta ahora la sospecha del doping. Salió a la luz su vinculación con el doctor Anthony Gadea, que lo atendió cuando estuvo lesionado y en octubre fue detenido por suministrar sustancias estimulantes.

EL CABALLO AMORTIGUO LA CAIDA

Las consecuencias pudieron ser peores para el jockey inglés Wilson Renwick de no haber mantenido el equilibrio para amortiguar la caída sobre la cabeza del caballo, en una carrera en Catterick.

DIO A LUZ SIN SABER QUE ESTABA EMBARAZADA Mientras se entrenaba en San Pablo, la pesista chilena Elizabeth Poblete interrumpió la rutina para dar a luz a un bebé de seis meses,sin saber que estaba embarazada.

Massa volvió a las pistas tras el grave accidente

Gago necesita continuidad; Juventus, un volante

Roberto Carlos jugará con Ronaldo en Corinthians

Recuperado del accidente que sufrió en julio durante la clasificación del Gran Premio de Hungría, el brasileño Felipe Massa condujo ayer la Ferrari en el circuito de Mugello. “Todo fue bien”, declaró Massa, que sólo se lamentó por no haber dado más vueltas a causa del mal tiempo.

Fernando Gago ya manifestó su deseo de irse de Real Madrid porque necesita continuidad para ser tenido en cuenta por Diego Maradona. Juventus se fijó en el volante argentino para cubrir un puesto en el que Felipe Melo fue elegido el peor del calcio.

A los 36 años, Roberto Carlos le pondrá fin a una estupenda campaña de 15 temporadas en Europa, donde ganó todos los títulos con Real Madrid, para sumarse a Corinthians, con el que disputará la Copa Libertadores junto con Ronaldo y Matías Defederico.

ABU DHABI.– Ya proyectado el film del debut de Estudiantes en el Mundial de Clubes se entenderán aquellas palabras de Alejandro Sabella que una vez sonaron agrias. “Ustedes –les dijo a los periodistas– parecen obsesionados con Barcelona, pero no se dan cuenta de que antes tenemos que ganar un partido. Eso lo tenemos muy en cuenta nosotros y parece que nadie más”. A fin de cuentas, la corta victoria contra Pohang Steelers por 2-1 parece haberle dado la razón al entrenador. Ni siquiera con tres rivales expulsados el equipo de La Plata pudo estirar la diferencia. Todo le costó demasiado, incluso pese al controvertido arbitraje del italiano Roberto Rosetti. Al principio hubo diferencias técnicas, pero el transcurso de los minutos endureció los músculos de Estudiantes. Si el mismo Verón, el emblema, no pareció el mismo de siempre, como si en algún ángulo el marco, la ocasión histórica y la emoción a cuestas le hubiesen jugado en contra. Algo parece sentenciado a estas alturas: el favoritismo fue contraproducente, lo maniató. Y apenas la frescura de Benítez sobresalió de la esforzada marcha del resto. Si caía, Estudiantes tenía mucho que perder. Nadie se imagina cuánto. Nadie. El partido, un partido que se jugaba desde hacía seis meses en su mente, no se dio como un sueño desde las formas y la estética, pero sí desde el resultado. El equipo argentino hizo lo que debía: ganó, pero no convenció. No causó sorpresa la fuerza que hicieron los coreanos ni lo reñido del desarrollo ni el sudor del final. De a ratos, Estudiantes luchó contra el propio Estudiantes. Contra sus ansiedades y nervios, contra sus emociones y temores, que seguramente los tuvo, contra sus imprecisiones y corazones acelerados. Y con ese estado de ánimo las fuerzas se emparejan, incluso contra aquellos adversarios que no deberían hacerle ni cosquillas, como Pohang Steelers. En definitiva, salió adelante a 13.500 kilómetros de La Plata, con las cámaras del mundo apuntándole y con sus propias familias en las butacas del imponente estadio Mohammed bin Zayed. No es fácil soltarse en los momentos cumbre, en esos que dejan una marca en la piel como un sutil y trabajado tatuaje, en esos en los que la voz se entrecorta, en esos en los que los ojos se vuelven vidriosos. Estudiantes estaba obligado a llegar a la final casi como fuera. Y lo hizo. Está a un paso de la cumbre y habrá que ver quién sostiene mejor su equilibrio. Porque los grandes campeones también controlan sus emociones. Y avanzan, siempre avanzan, por más que les dé vértigo. [email protected]