Los asesinos de la T-4 eluden dar la cara por la muerte de los ...

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ESPAÑA

MARTES 4š5š2010

ABC

Comienza el juicio del atentado que rompió la tregua

Los asesinos de la T-4 eluden dar la cara por la muerte de los ecuatorianos El propietario de la furgoneta usada en el atentado estuvo tres días en un maletero J. PAGOLA

Madrid. Los pistoleros de ETA Igor Portu, Mattin Sarasola y Mikel San Sebastián, que tan cobardes fueron para asesinar a los inmigrantes ecuatorianos Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate, cuando el 30 de diciembre de 2006 dinamitaron la T-4, se mostraron ayer especialmente acoquinados para no responder ante la Justicia por sus crímenes, con el pretexto de que no reconocen al tribunal. En la jornada de ayer, el propietario de la furgoneta empleada en el atentado relató su dramática experiencia. Los tres criminales se negaron, pues, a declarar. El primero de los pistoleros en intervenir fue Mattin Sarasola, para balbucir, ante la pregunta del fiscal Daniel Campos, que no reconocía a «este juzgado fascista». Después entró en escena Igor Portu para repetir el manual de ETA: «No admito este tribunal y no participo en este juicio. Todo lo que debiera decir aquí lo dije en la denuncia de torturas». Quedó claro que el terrorista reconoce a la Justicia española sólo cuando se trata de presentar denuncias de supuestos malos tratos, pero no para dar la cara por sus crímenes. Y puso el colofón Mikel San Sebastián, para tartajear, hecho un manojo de nervios, que «no voy a participar y no acepto a este tribunal que admite la tortura». Pero para malos o, mejor, pésimos tratos, los que sufrió, a manos de los Igor «Tortu», el propietario de la furgoneta empleada como bomba, I.L.M.. Desde el 27 hasta el 30 de diciembre permaneció con una capucha en el interior del maletero de un coche. Los tres terroristas que le retuvieron iban con la cara cubierta y se comunicaban entre ellos con «silbidos». Sólo uno se dirigía al cautivo, en castellano, para darle las órdenes. En el momento de abordarle,

Prueba contundente Al inicio de la vista, el tribunal admitió una prueba pericial presentada por la Fiscalía, que acredita que el etarra San Sebastián es el autor caligráfico de las anotaciones de dos números de teléfono del Parque de Bomberos de Madrid —donde se recibió una de las llamadas avisando de la furgoneta bomba—, hallados en un papel intervenido en un domicilio de Lesaca (Navarra) relacionado con el procesado. El fiscal pide 900 años para los tres, por los delitos de asesinato, estragos y 41 intentos de asesinato.

cuando se encontraba en su caravana en una estación de esquí del sur de Francia, se identificaron como miembros de ETA y le advirtieron que no intentara nada porque no se trataba de ningún «juego». Tal fue el terror vivido por esta persona que cuando el 30 de diciembre los pistole-

Familiares de los dos ecuatorianos asesinados, a su llegada a la Audiencia Nacional ros se retiraron, no dudó un minuto en acatar las indicaciones de que permaneciera en el lugar hasta las 11 de la mañana. «Me quedé quieto, esperé un rato más, y como ya tenía paranoias me dije voy a hacer lo que me digan y punto». Transcurrido el tiempo indicado cruzó la frontera, «sin

«Sólo sé que nunca recuperaré a mi hijo» El dolor de los familiares por la pérdida de Carlos y Diego se iguala a sus deseos de justicia š «No tienen sentimientos», dicen de los terroristas POR I. M. PRADA

MADRID. Desde Ecuador y con la voz quebrada, María Seilema, madre de Carlos Alonso Palate, sólo pide «que se haga justicia» para que un he-

cho así no vuelva a afectar «a ningún ser humano». Echa mucho de menos a su hijo. Desearía «vivir junto a él y todos los demás». María asegura que «en Ecuador hay choques y luchas, pero no se

JAIME GARCÍA

mirar para atrás». Diversos policías subrayaron las dificultades para localizar la furgoneta bomba, ya que «quien hizo la llamada» alertando sobre su colocación facilitó «una numeración errónea» de la matrícula. Otro agente relató, cómo tras horas visionando las cin-

tas, les llamó la atención la indumentaria de un esperpento que resultó ser Sarasola después de aparcar la furgoneta.

ponen bombas a los seres humanos». Confía en que la labor de los jueces sirva para que, terminando con los actos de terrorismo, «el mundo entero sea muy feliz para poder vivir». Winston Estacio, padre de Diego Armando, es la otra cara del horror en el atentado de la T-4 en Barajas. Como María, confía en que «las autoridades hagan cumplir las leyes» y advierte de que lo ha pasado «muy mal. La pérdida de un hijo no se supera nunca. Recordar de nuevo todo esto es muy doloroso». Precisamente el dolor fre-

na a Jaime Palate a la hora de hablar de su hermano: «Prefiero no enjuiciar a los terroristas. Sólo puedo decir que a mi hermano le echo mucho de menos. Creo en la justicia». Verónica Arequipa era la novia de Diego cuando estalló la bomba. Quiere «que todo esto acabe cuanto antes». Siente que es mejor no hablar de los terroristas porque «no tienen sentimientos, no tienen nada». Ya queda menos espera. El jueves está previsto que concluyan las sesiones en la Audiencia Nacional y el caso quedará visto para sentencia.

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ABC (Madrid) - 04/05/2010, Página 20 Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.