Lo mío es mío, lo tuyo es tuyo

31 ago. 2013 - Chávez en la tira Farsantes–, hay mi- les de Guillermos que luchan a dia- rio con los prejuicios y los miedos de romper con una vida que fue ...
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sábado 31 de agosto de 2013

sábado Edición de hoy a cargo de Javier Navia y Violeta Gorodischer | www.lanacion.com/sociedad

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Los anteojos tecnoLógicos LLegan aL mundo de La moda Página 4 @LNsociedad

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signos vitales Las CIfras quE nos toman EL puLso

Desafíos a la hora de emprender Principales riesgos para los argentinos que trabajan en forma independiente. En porcentaje 0

Conseguir clientes

33%

Incertidumbre inicial

32%

Obtener una inversión

Dirigir a un grupo de personas

29%

6%

Fuente: Trabajando.com y Universia / LA NACION

Psicología

“Hijo... sentate, tengo algo que confesarte” Fiorella Conti, embarazada de 8 meses, y Fernando Bazano decidieron mantener sus cuentas separadas

gustavo bosco

laura Reina

Vínculos

LA NACIoN

Lo mío es mío, lo tuyo es tuyo Lejos del fondo común que solían compartir las parejas al casarse, hoy es cada vez más común que mantengan cuentas separadas y se (re)distribuyan los gastos Fernando Massa LA NACIoN

Mariana y Federico llegaron al altar rondando los treinta, cada uno con su experiencia financiera a cuestas: él empresario, ella arquitecta, a punto de crear un estudio. En lo individual, el plano económico era ya un tema resuelto. Incluso habían sobrevivido –no sin cierta incomodidad del lado masculino– a ese período en que ella ganó mucho más dinero que él, algo que todavía hoy muchos hombres viven como un desafío. Con la convivencia y el anillo llegaron nuevas preguntas: ¿mantenemos cuentas separadas?; ¿armamos un fondo común?; ¿cómo dividimos los gastos? La premisa mayor quedó clara desde un principio: cada uno tiene lo suyo. “Él su plata y yo la mía”, afirma Mariana. Esa tercera cuenta que recomiendan los especialistas en economía doméstica

quedaría como una idea sin concretar. Sí pactaron un ahorro común para lo que bautizaron “gastos extraordinarios”, como unas buenas vacaciones en el exterior. Más allá de eso, si él quiere ese juego de Play 3 o ella ese par de zapatos, ni se discute. A lo que decidieron no escaparle es al modelo clásico de varón proveedor: se repartieron los gastos en un aplastante 80 a 20. Cada pareja es un mundo, sí. Pero las parejas cambiaron. Y su relación con el dinero también. No suelen perdurar esas relaciones que arrancaban en el secundario; hoy la mayoría decide formalizar una vez cruzada la barrera de los 30, ya con un recorrido laboral encima y sus propios hábitos de gasto y administración, más allá de lo que dicte el “superyó” financiero heredado de sus padres. Además, la expectativa de que eso funcione mira de reojo las estadísticas que dicen que en Buenos Aires, mientras dos pare-

Como en Farsantes, muchos hombres “salen del clóset” para asumir y revelar su homosexualidad en la madurez

jas se casan, una se divorcia. Así, el fondo común que imperaba en generaciones anteriores se ve desplazado por el “lo mío es mío y lo tuyo es tuyo”. Ni hablar si se trata de familias ensambladas donde la repartición de gastos requiere una compleja negociación previa... Con estos elementos como parte de la nueva ecuación financiera de las parejas –que incluye departamentos, hipotecas, ahorros o deudas–, el economista y director del sitio Estudinero.net, Nicolás Litvinoff, concluye que hoy lo más común es que las parejas esperen un tiempo prudencial para unificar su patrimonio en función de cómo resulte la relación. “Ya no hay una fusión inmediata de lo material y, si se hace, es gradualmente, a medida que la relación da muestras de que funciona”, dice. Una variable puede patear el tablero y tornar esos límites mucho más difusos: el nacimiento de los hijos. Continúa en la página 2

Guillermo Graziani se para frente a sus compañeros del estudio de abogados que lidera y les confiesa lo que es un secreto a voces. Acaba de abrir una de las puertas del clóset, aunque no todas. Le falta enfrentar al juez más temido: Fabián, su hijo adolescente. Pero el fallo será positivo para Guillermo, que después de tres “audiencias” fallidas, por fin le confesará la verdad a su hijo. Aunque Guillermo Graziani es un personaje de ficción –el que in-

experiencias

terpreta de manera magistral Julio Chávez en la tira Farsantes–, hay miles de Guillermos que luchan a diario con los prejuicios y los miedos de romper con una vida que fue armada muchas veces para complacer a otros, menos a sí mismos. o que ha sido la que se animaron a vivir. o la que pudieron. Y ahora aquellos jóvenes de antaño, hoy convertidos en hombres maduros, que no se animaron a confesarles a sus padres su homosexualidad, enfrentan el desafío y los temores de decírselo a sus propios hijos. Continúa en la página 3

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El lujo de Bal Harbour, siempre atrae a argentinos

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