Literatura Anticipo

17 ago. 2012 - básica entre la llamada alta cultura y la cultura popular ha sido siempre una cuestión de fronteras: mientras la alta literatura se define como ...
243KB Größe 22 Downloads 94 vistas
Literatura Anticipo

Fondo de Cultura Económica reedita El mal menor, novela de C. E. Feiling que en los años 90 experimentó con el género de terror en la Argentina. Aquí se reproduce el prólogo escrito por el autor de Blanco nocturno

La forma del miedo POR RICARDO PIGLIA

C pág.

Viernes 17 de agosto de 2012

10

uando terminó de escribir El agua electrizada, su primera novela, Feiling se propuso publicarla en una serie policial; la serie tardó en aparecer y el libro de Feiling se editó finalmente en una colección tradicional. Siempre pensé que esa aspiración a que su primer libro se leyera en el marco fijo de un género era una muestra de lucidez literaria y de personalidad. Muchos escritores escriben novelas policiales, pero casi ninguno –desde los tiempos de Walsh o de Peyrou– elige publicarla en una serie menor, ligada a un lector definido y separada de las prestigiosas líneas centrales. Esa lucidez provocadora respecto al estado de la literatura y su interés por las formas narrativas “bajas” se muestran con plenitud en El mal menor, una novela de terror que se abre con una cita de Stephen King y está escrita con una precisión y una inteligencia poco frecuentes en la narrativa actual. La experimentación a partir de los géneros es una de las grandes vías de renovación de la novela contemporá-

nea. Los géneros menores son vistos como formas de literatura potencial a la manera del grupo Oulipo de Georges Perec: el narrador acepta una serie de restricciones y de fórmulas previas que le permiten una invención a la vez más controlada y más abierta. La diferencia básica entre la llamada alta cultura y la cultura popular ha sido siempre una cuestión de fronteras: mientras la alta literatura se define como una creación que no tiene límites, los géneros trabajan a partir de convenciones y modos de narrar más o menos fijos que se repiten y se alternan. (Hay que admitir, de todos modos, que en estos tiempos las “obras maestras de la literatura” –en especial centroeuropeas– se han convertido en un género tan estereotipado que hoy parece más fácil escribir una “gran novela” que una buena novela policial.) En la medida en que los procedimientos literarios y los temas están dados por el género, lo que interesa es el tipo de modulación y de juego con la tradición que se permiten los narradores. El relato de terror es quizá la forma