Liberaron a todos los detenidos

17 may. 2007 - Las dieciséis personas que fueron detenidas anteanoche en la estación. Constitución fueron excarceladas anoche por el juez federal Rodolfo.
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Información general

Página 20/LA NACION

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Jueves 17 de mayo de 2007

La crisis del transporte: repercusiones políticas y judiciales El análisis

Violencia social y violencia verbal Por Fernando Laborda De la Redacción de LA NACION Un día después de los violentos hechos ocurridos en la estación Constitución, el presidente Néstor Kirchner no tuvo mejor ocurrencia que recurrir a una amenaza verbal y a una comparación con la época menemista para licuar cualquier costo político por los deficientes servicios ferroviarios. “Claro que en los trenes, a pesar de la inversión que se está haciendo, hay muchas cosas que corregir y seguramente a algunos sinvergüenzas pegarles una patada donde corresponde; lo vamos a hacer sin ningún tipo de temor porque no tenemos ningún tipo de compromiso más que con la gente y con el pueblo”, afirmó Kirchner. No especificó a quiénes iba a pegar una patada. La advertencia presidencial, al igual que otras declaraciones, dejan latente la posibilidad de sanciones a la empresa concesionaria Metropolitano, una cuestión que el Gobierno está estudiando, según lo confirmó anoche el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Pero llamó la atención que, cuando la violencia política y social ofrece renovados ejemplos, la máxima autoridad de la República haya reaccionado de semejante manera. Nuestra memoria puede dar cuenta de numerosos episodios violentos desatados por inoportunas frases presidenciales. La historia del peronismo no escapa a esa realidad. Seguramente, el Presidente no pensó que amenazando con pegarles patadas a los responsables de las deficientes servicios ferroviarios indirectamente estaba legitimando a quienes anteayer produjeron los conocidos desórdenes y ataques contra la propiedad pública en Constitución. El primer mandatario parece haber suplido la acción del Estado por

la política del micrófono. Frente a las acusaciones desde la oposición en el sentido de que el Gobierno se ha desentendido de controlar que los concesionarios de los servicios ferroviarios cumplan con las inversiones que les exigen los contratos, Kirchner respondió con una agresión verbal que da lugar a que sea interpretada como una invitación a los sufridos usuarios de los trenes a multiplicar su presión por una vía violenta. Las reacciones agresivas y los excesos verbales, por lo general, son la evidencia de la incapacidad para procesar los conflictos por vías normales. Cuando esos modos se manifiestan en funcionarios públicos del más alto rango demuestran algo más: la ineptitud de un Estado para garantizar el orden público.

FOTOS DE FEDERICO GUASTAVINO

Dos de los detenidos fueron trasladados desde la comisaría 16a. hasta los tribunales federales de Retiro, donde fueron indagados

Liberaron a todos los detenidos Quedaron acusados del delito de daños; no creen en la hipótesis de un complot Por Hernán Cappiello

Mal paso

De la Redacción de LA NACION

De la misma manera que cuando el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, pretende controlar los precios a los gritos o amenazando a las empresas con enviarles a los inspectores de la AFIP, Kirchner acaba de dar un mal paso. Un paso que lo muestra desbordado por las circunstancias. Con buena voluntad podría entenderse la expresión del primer mandatario en sentido figurado, como una metáfora sobre las sanciones que se tomarían contra la concesionaria Metropolitano, que comanda el empresario kirchnerista Sergio Taselli. No habría que descartar que, en un año electoral y ante la presión popular, Kirchner adopte contra este grupo empresarial alguna decisión ejemplarizadora, como la resuelta ayer contra funcionarios vinculados con el caso Skanska. Pero difícilmente las palabras presidenciales ayuden a morigerar el creciente clima de violencia, intolerancia y falta de respeto por el espacio público que se ha instalado.

Las dieciséis personas que fueron detenidas anteanoche en la estación Constitución fueron excarceladas anoche por el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, quien, no obstante, les imputó los delitos de daños y resistencia a la autoridad, dijeron a LA NACION fuentes judiciales. Los detenidos fueron trasladados ayer a media mañana desde la seccional 16a. y otras aledañas a los tribunales federales de Comodoro Py 2002, en el barrio de Retiro. Una vez ante el juez, la mayoría de los sospechosos se negó a declarar y los que lo hicieron deslindaron su responsabilidad de los incendios que se declararon en la estación, de los daños provocados en las boleterías y de los ataques a cascotazos contra los policías. Entre los arrestados hay dos menores de edad, que ayer fueron entregados a sus padres. El juez Canicoba Corral dispuso

ahora realizar identificaciones con los acusados y estudiar las imágenes grabadas por los canales de televisión y los reporteros gráficos para determinar si alguno de los sospechosos quedó registrado en el momento del ataque. Además, el juez dispuso que se haga un estuCanicoba dio técnico para determinar las razones de la detención del tren, a la salida de Plaza Constitución, a las 17. Fue este convoy paralizado el que ocasionó los retrasos, que derivaron en el estallido de los pasajeros indignados que provocaron principios de incendio de la estación, entre otros desmanes. Si bien por el momento Canicoba Corral no cree que esa formación haya sido paralizada adrede para que se generara el caos posterior en la estación, ordenó que se investiguen las razones del desperfecto técnico. “No hay ningún elemento que alien-

te la idea de que hubo una conspiración planificada para que se produjeran luego disturbios”, dijo a LA NACION una alta fuente judicial. No obstante, el juez Canicoba Corral estudia otra hipótesis, que anteayer había sido alentada por fuentes del Ministerio del Interior: que los desmanes Corral se hubieran ocasionado espontáneamente y que efectivamente hayan sido pasajeros enardecidos los que comenzaron la protesta. Pero luego a estos viajeros se sumaron pequeños grupos organizados que sólo pretendían crear caos y combatir con la policía. Por eso ordenó que se realicen algunas medidas con la idea de investigar esta suposición. En principio, el juez no tiene constancia de que entre los elementos de los que se valieron los pasajeros durante los incidentes hubiera explotado una bomba molotov, como se dijo

anteayer. De todos modos, el análisis de las imágenes de televisión va a permitir establecerlo a ciencia cierta. El magistrado vio las escenas mientras estaban ocurriendo, pero realizará un estudio más profundo con el auxilio de la policía para determinar si se puede identificar a los agresores más violentos que atacaron a los policías, mientras estaban refugiados en una oficina a la que intentaron prender fuego. La hipótesis es que los disturbios se generaron a partir de un grupo que casualmente viajaba de regreso a su casa y que pudo haber participado, en horas del mediodía, de una manifestación en los alrededores de la Plaza de Mayo. Tras los incidentes ocurridos ayer, la policía detuvo a 16 personas. Además, otras 25 resultaron heridas. Todas ellas, trasladadas por ambulancias del SAME a los hospitales Argerich y Ramos Mejía, ayer habían sido dadas de alta. Entre los heridos también había ocho policías que fueron atendidos en el Complejo Médico Policial Churruca-Visca.

FEDERICO GUASTAVINO

Ayer, personal de la concesionaria Metropolitano limpiaba la estación

Ayer también hubo demoras en los trenes

Debido a los daños, la gente viajó gratis Por Nathalie Kantt De la Redacción de LA NACION A menos de 24 horas de los violentos incidentes ocurridos en la estación Plaza Constitución seguían las demoras en las partidas de los servicios, y hasta uno de ellos, con destino a La Plata, fue cancelado. Durante todo el día, las boleterías, sin vidrios y vacías, permanecieron inutilizables y rodeadas por policías, mientras empleados de la concesionaria Metropolitano limpiaban los restos de los destrozos. Es por ello que los pasajeros que salían de Constitución viajaron gratis. Hubo demoras de 10 minutos en algunos destinos y se canceló un tren con destino a La Plata. Para los habituales pasajeros esos atrasos no eran tan prolongados como los que se venían sucediendo. “¡Hoy [por ayer] nos preguntamos por qué todo funciona tan bien! ¡Ni un Claypole (por un tren) cancelado! Qué maravilla”, exclamó Ester Velázquez, dueña del puesto de diarios situado cerca del andén 8. Ester y su marido, Luis Estraño, trabajan allí desde hace más de 40 años. Conocen a la perfección los horarios, los destinos y los problemas de Constitución. Según Luis, desde la estación deberían salir, en teoría, 10 trenes por hora. “Pero los trenes se rompen y todos los días se cancelan viajes. Hoy parece haber cambiado: sólo uno fue cancelado”, contó el diariero, mientras un tren con destino a La Plata, que llegaba 10 minutos tarde, se detenía 100 metros antes de arribar a la ter-

minal. Ester agregó: “El servicio es terrible. Las puertas no están, se viaja mal y apretado. A la mañana siempre llego con dolor de espalda”. En la estación, pocas eran las señales que recordaban lo sucedido 24 horas antes, salvo por las boleterías sin vidrios, el personal de limpieza y la fuerte presencia policial. De fondo se oían los tambores de los trabajadores de la empresa Parmalat –cuyo dueño, Sergio Taselli, lidera el grupo empresario que controla a la concesionaria Metropolitano– que protestaban por el cierre de la compañía láctea. “Todos los días es así. Es nuestro folklore nacional”, bromeó Luis. Juan Cañete es un pasajero cotidiano de los trenes que salen desde Constitución. “Siempre se retrasan por lo menos 20 minutos o los cancelan. No tienen vidrios y cuando llueve está todo mojado”, relató Juan. Su amigo Martín Silvero añadió: “La gente está cansada de que le tomen el pelo. Se cuelgan porque no hay lugar para viajar y no porque quieren”. Martín mencionó que anteayer, cuando ya no había trenes, la empresa seguía vendiendo boletos. Entre la gente que se acercó a la estación estaba Claudia Costa, quien dijo ser madre de Gonzalo, de 25 años, uno de los 15 detenidos por los incidentes de anteayer. “Mi cuñada lo pudo ver. Está lastimado y descalzo”, aseguró Claudia, mientras esperaba que su hijo fuese trasladado a los tribunales de Comodoro Py, en Retiro, para ser interrogado por la Justicia. Ayer, fuentes del Ministerio de Salud porteño informaron que los 21 heridos en el conflicto fueron dados de alta.