La pura verdad, de la mejor manera

10 may. 2014 - Orquesta sinfónica de la radiO de Baviera. exce- lente. director: Mariss Jansons. solista: Mitsuko Uchida, piano. programa:.
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espectáculos

| Sábado 10 de mayo de 2014

Merecido homenaje a Vitico en el teatro Niní Marshall de Tigre vecinO ilustre. Un concierto con muchos

invitados y el reconocimiento del municipio

Vitico más Attaque 77 con Ciro Pertusi

La pianista Mitsuko Uchida, la Orquesta de la Radio de Baviera y Mariss Jansons, claves de una noche excepcional

liliana morsia

clásicA

La pura verdad, de la mejor manera Orquesta sinfónica de la radiO de Baviera. ★★★★★

exce-

lente. director: Mariss Jansons. solista: Mitsuko Uchida, piano. programa:

Concierto para piano y orquesta Nº 4, de Beethoven y Segunda Sinfonía de Brahms. Mozarteum Argentino. Teatro Colón.

L

a actuación protagonizada el miércoles por la Sinfónica de la Radio de Baviera no aportó ninguna sorpresa. Todos los que asistieron al primero de sus tres conciertos en Buenos Aires sabían de antemano que escucharían a una orquesta en condiciones de producir interpretaciones maravillosamente prolijas de obras musicales. Tan absoluta seguridad del público estaba avalada por la visita anterior de la orquesta, por sus grabaciones y por el crecimiento constante de su prestigio internacional. La prueba de que no se equivocó la tuvo cuando escuchó la más conmovedora versión de la Segunda Sinfonía de Brahms, la mejor que haya sonado en Buenos Aires en los últimos años. Además, en esta Segunda Sinfonía no hubo la menor posibilidad

de que el público perdiera uno sólo de los datos expresivos con que está armada la obra. Sería injusto suponer que tan integral poder de comunicación se debe tan sólo a la acción de un director, aunque como se sabe, Mariss Jansons es bien capaz de desplegar una personalidad artística de notable interés. Pero Radio Baviera (como Concertgebouw, como Berlín, como Viena) fue exactamente así con muchos directores, porque su reserva cualitativa está en cada uno de los músicos. Por ejemplo, el primer tema del movimiento inicial no hubiera conseguido tan atrapante lirismo si no hubiese tenido a su servicio un grupo de cornos excepcionales. El segundo tema, el cantabile apoyado en un ritmo de vals, no habría

transmitido con transparencia la tregua de concordia y sosiego, si las violas, los chelos y las maderas no hubieran alcanzado el más alto grado posible de refinamiento. La melancolía del Adagio no hubiera logrado su severidad poética si las intervenciones del fagot y el violonchelo hubiesen sido rutinarias. Esa especie de rondó que es el Allegretto del tercer movimiento, habría pasado sin pena ni gloria si los oboes, con su vuelo, no se hubieran apoyado en el elegantísimo pizzicato de las cuerdas graves. Y el optimista final, sin estar protagonizado por una sensacional formación de arcos, habría carecido de su rotundo y sereno carácter. Mariss Jansons imprimió a las dos obras del programa una sonoridad media y eso le da un lustre muy distinguido al sonido de la orquesta. Su discreción sónica, como sucedió en el acompañamiento del Concierto de Beethoven, puede llevar la atenuación a extremos, pero nunca deja de escucharse todo con

claridad. Asimismo, impresiona su capacidad de vibración, su tendencia a poner de relieve las efusiones sin exageración. Es un director de perfil muy interesante. Y lo más significativo es que nunca miente. El comienzo de la noche estuvo a cargo de la pianista Mitsuko Uchida, que produjo una versión del Cuarto Concierto de Beethoven notoriamente particular, pero muy convincente. No cambió, no disfrazó, no agregó ni quitó nada y las proporciones fueron respetadas íntegramente. Sólo que su interpretación tuvo un muy saludable aire de espontaneidad y gran frescura. Lo tocó de manera impecable, supo exhibir dignamente la riqueza sonora y los matices del piano y obtuvo una versión radiante. Como bis, Uchida tocó el Andante de la Sonata K.545, de Mozart, mientras la orquesta concedió dos propinas: la “Serenata” del Cuarteto Op.3 de Haydn y el cuarto movimiento del Concert Romanesc de György Ligeti.ß Jorge Aráoz Badí

Son pocas, escasas, casi nulas las oportunidades en las que un músico de rock no está ocupado en su próximo disco, en el concierto o en la gira que viene. Anteanoche, en el hermoso teatro Niní Marshall de Tigre se dio una de esas ocasiones. Víctor Bereciartúa, Vitico para el mundo del rock, fue declarado personalidad destacada de la cultura por el Municipio de Tigre y una veintena de músicos se dieron cita para subir al escenario con él o para seguir desde abajo las alternativas del merecido reconocimiento. Al frente de su banda familiar, Viticus, un cuarteto que forma con tres Bereciartúa –Víctor, su hijo Nicolás y su sobrino Sebastián– más el baterista Jerónimo Sica, el histórico bajista del rock local repasó durante dos horas temas de su grupo actual y clásicos de Riff, nave insignia del rock pesado argentino que fundó con su gran amigo Norberto Pappo Napolitano. Una platea repleta de viejos y nuevos seguidores, familiares y autoridades municipales fue testigo de una de esas noches que cobran su justa dimensión con el paso del tiempo e incluso van más allá y vuelan en el recuerdo de los presentes hasta erigirse en míticas. Víctor lo hizo A esta altura, los clásicos de Riff son patrimonio del rock local todo. Sobrevivieron a divisiones, a tribus urbanas y a las particularidades de una época tan oscura como la última dictadura militar. Cuando Pappo decidió despedir a Pappo’s Blues para darle la bienvenida a Riff, la Argentina no era un tierra fértil para ninguna novedad artísti-

jose luis garcía

ca, menos para el proto-heavy metal que impusieron con su sonido poderoso y valvular y, sobre todo, con sus camperas de cuero y las “hordas de chicos malos” que los seguían. Anteanoche, exponentes de las últimas cinco décadas del rock local dieron el presente para agradecerle su aporte a Vitico. Las palabras de Mariano Martínez, de Attaque 77, simplificaron lo que la mayoría sentía: “Empecé a tocar la guitarra por Riff”, dijo ni bien subió a escena en señal de reconocimiento. De la larga lista de músicos que estuvieron en el teatro Niní Marshall se distinguen Attaque 77 y su ex cantante Ciro Pertusi, que coincidieron en escena junto a Vitico para hacer “Sordidez”. Pertusi ya había protagonizado un tema, “Hoy no hago nada”, y tras reunirse con sus ex compañeros se hizo a un lado para que éstos siguieran tocando con el homenajeado. Antes y después de la espontánea reunión de Attaque 77, Vitico y su banda recibieron a Pity Álvarez, Sarco (Ratones Paranoicos), Fer Pita (Heroicos Sobrevivientes), el Conejo Jolivet (ex Dulces 16), Gaba (Blues Motel), el Zorrito Fabián Quintiero, Tommy y el Vasco de Mad y Walter Meza (Horcas), entre otros. El final los sorprendió a todos los invitados en escena para cantar juntos “Susy Cadillac”. Abajo del escenario se mantuvieron otros músicos, como el tecladista Ciro Fogliatta (Los Gatos) y el ex Súper Ratones Fernando Blanco. Tras el show, la fiesta siguió en camarines con sándwiches de miga empanadas y gaseosas light.ß sebastián Espósito

Popurrí Robert planta a Zeppelin El cantante no quiere otra reunión El cantante y ex líder de Led Zeppelin, Robert Plant, descartó la idea de una reunión de la banda. “Vuelves a la misma mierda de siempre –le dijo a un periodista de la Rolling Stone–. Una gira habría sido una absoluta mezcla de intereses (...). ¡No soy parte de un jukebok!” Sus compañeros están acostumbrados al desplante del cantante tras la reunión en 2007, que quedó registrado en el documental Celebration Day. Jimmy Page, por su parte, se entretiene revisando las cintas de la banda. Ya anunció la reedición para junio de los tres primeros discos, con tracks inéditos.ß

afp

Ahora o nunca Tratativas con los Stones

Bob Dylan, el pintor

afp

“Si no vienen este año, los Stones no vienen nunca más”, dijo categórico Daniel Grinbank en la Rock&Pop. El productor que trajo a los Stones en 1995, 1998 y 2006 prometió: “Ya tocaron en todo el mundo (...). La próxima gira que tienen que anunciar es Sudamérica, y sería para este año, octubre o noviembre”.ß

Presenta una muestra en una galería de Nueva York El cantautor Bob Dylan presentó esta semana en Nueva York una exposición de pintura. Está integrada por 40 obras y se titula Drawn Blank Series. La serie nació a partir de bocetos hechos por el músico en giras que realizó entre 1989 y 1992. Originalmente, su trabajo comenzó con dibujos en blanco y negro, publicados en un libro hace 20 años. Una década después la directora del museo alemán Kunstsammlungen Chemnitz, Ingrid Mössinger, le pidió que los pintara y agrandara. Parte de este trabajo, con un total de 170 piezas, se expuso en Alemania en 2007. Ahora, las obras de la muestra neoyorquina cotizan entre 2500 y 400.000 dólares.ß

ap