La política del sentido común

31 ene. 2012 - El proteccionismo resulta indispensable, pero siempre que se lo adecue a los profundos cambios que han experimentado esas estructuras en.
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OPINION

Martes 31 de enero de 2012

I

CLAVES AMERICANAS

LA CRISIS DEL CAPITALISMO DEMANDA DIRIGENTES QUE TOMEN DECISIONES DE OTRA MANERA

Cómo ahuyentar el voto latino

La política del sentido común

13

JOSE NUN

H

PARA LA NACION

ACE tiempo que no veía a mi amigo el novelista. Lo encontré de excelente humor y, mientras tomábamos un café, le pedí que me contara alguna de ANDRES OPPENHEIMER sus historias favoritas. Aceptó, aunque PARA LA NACION me previno que tenía poco y nada que MIAMI ver con la política. He aquí la historia L aspirante presidencial republicano que me contó. Newt Gingrich, bajo presión de su parEn la Polonia del siglo XVIII, un poderoso tido, retiró una publicidad en español señor feudal, católico ferviente, aguardaen la que acusaba a su rival, el gobernador ba ansioso la visita de un gran cardenal Mitt Romney, de ser “antiinmigrante”. francés, considerado el hombre más sabio ¿Era injusta esa acusación? La pregunta de su tiempo. Mientras se preparaba para seguirá vigente, y seguirá acosando a los recibirlo se le ocurrió una idea, a fin de republicanos durante el resto de la campaña lucir el genio de su invitado ante todo si Romney gana la nominación republicana. el pueblo. Decidió organizar un torneo La campaña de Obama estará encantada de de preguntas y respuestas, le puso como volver a mostrar esa publicidad. contrincante a un miembro de la aldea Gingrich retiró el aviso, que decía que judía que moraba en sus tierras y estipuRomney es “el más antiinmigrante de los ló que el verdugo le cortaría la cabeza al candidatos”, después de que el senador cu- primero que fallase. Envió entonces un bano-americano de Florida Marco Rubio se emisario a esa aldea para ordenarles que quejó de que era “inexacto” e “incendiario”. designaran a su representante. Los camGingrich dijo que lo retiraba por respeto al pesinos judíos fueron presas del terror. senador, pero no se retractó de su contenido, Se reunió el consejo de ancianos y acordó mientras subía el tono de la campaña para que aceptar sería directamente un suicila primaria republicana que se realizará dio, por lo que se negaron. Al otro día, el hoy en Florida. Horas después, en el debate emisario retornó para informarles que, de CNN del jueves pasado, Romney replicó si no obedecían, el señor los haría matar que esa publicidad era “simplemente inex- a todos. Desesperados, a los ancianos los cusable” y se definió como un candidato invadió el pánico, pero entonces apareció “pro inmigración legal”. Berel, el tonto de la aldea, para rogarles Entonces, ¿quién tiene razón? El hecho que lo dejasen ir a él. Nadie lo tomó en es que tanto Romney como Gingrich han serio, pero insistió. Le explicaron que iba usado una retórica durísima contra los a una muerte segura, pero no hubo caso. inmigrantes en las primarias de Iowa y Finalmente, resignados y entre lágrimas, Carolina del Sur, y la han suavizado un poco lo nombraron su delegado. en Florida, donde el 13% de los votantes Llegó el día del torneo. Había una multies hispano. Pero las organizaciones pro tud. En el centro del escenario se ubicó el inmigrantes dicen que es Romney quien ha dueño de casa, flanqueado por el verdugo tomado las posturas más extremas sobre el con su espada. A la derecha, se sentó el tema inmigratorio. cardenal y, a la izquierda, frente a él, Berel. Veamos: El cardenal advirtió de inmediato que se s 3OBRE LAS DEPORTACIONES 2OMNEY DIJO trataba de un pobre muchacho y ofreció geel 10 de diciembre pasado en Iowa que los nerosamente que fuera Berel quien hablase estimados 11 millones de indocumentados primero. Entonces Berel le preguntó: “¿Qué deberían tener un “período de transición” quiere decir ani lo iodea?”. El cardenal para “arreglar sus asuntos y volver a su respondió: “Yo no sé”. Ante el asombro de país”. Más tarde describió ese proceso co- todos, el verdugo alzó en el acto la espada mo una estrategia “de autodeportación”. y le cortó la cabeza. Los judíos no lo podían Gingrich respondió que él permitiría que las creer y entre risas, sollozos y aplausos, personas que han vivido en el país durante llevaron en andas a Berel de regreso a su 25 años y que tienen fuertes vínculos con aldea. Festejaron durante tres días y tres la comunidad se postularan para conseguir noches. En medio de los bailes, uno de los la residencia en Estados Unidos, aunque ancianos llevó aparte a Berel y quiso saber no para la ciudadanía. Eso es más realista por qué había estado tan seguro de que iba y más “humano”, dijo. a ganar. Berel se lo explicó. Cuando era s3OBRELASDURASLEYESANTIINMIGRACIØNDE niño, el Gran Rabino de Cracovia había Arizona, Alabama y Carolina del Sur, que au- visitado su escuelita. En un momento datorizan a la policía local a pedir documentos do, se acercó a la mesa donde él hacía sus inmigratorios en las calles, tanto Romney deberes y le ofreció ayuda. Señalando su como Gingrich se han pronunciado en favor. cuaderno, Berel se animó a preguntarle: Pero el 11 de este mes Romney recibió el “¿Qué quiere decir ani lo iodea?”. “Yo no respaldo del secretario de Estado de Kansas, sé”, le contestó el religioso. “¿Se da cuenKris Kobach, que es el arquitecto legal de la ta, señor?” –concluyó Berel–. “Si el Gran leyes antiinmigración de Arizona, y llamó Rabino de Cracovia no lo sabía, ¿cómo iba a Kobach “un verdadero líder” en la lucha a saberlo el cardenal francés?” contra la inmigración ilegal. Mi amigo agregó con una sonrisa: s 3OBRE LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS “Supongo que no hace falta que te aclare indocumentados, Romney y Gingrich se que, en hebreo, ani lo iodea significa «yo han opuesto al Dream Act –un proyecto de no sé…»”. Pedí agua, guardé silencio y me ley que daría estatus legal a los soldados y quedé pensativo. Me interrogó con la miestudiantes universitarios que fueron traí- rada. “Tu cuento tocó un nervio. Pensaba dos de niños a este país sin ninguna culpa si acaso existe hoy un líder político que, propia– y ambos dijeron que la vetarían. cuando le preguntan por el futuro, sea En los últimos días, ambos han dicho que capaz de decir ani lo iodea.” “¿Por qué harían una excepción con aquellos que lo haría?” “Porque durante tres siglos prestan servicio en el ejército. Occidente estuvo dominado por la idea Casi todos los defensores de la inmigra- del progreso y era fácil imaginar que el ción dicen que, aunque no simpatizan con porvenir resultaría siempre mejor que el ninguno de los dos, Romney les cae peor. “La presente. Pero hace tres o cuatro décadas estrategia de autodeportación de Romney es que esto fue dejando de ser así y hoy ya un plan perverso destinado a hostigar a los nadie medianamente serio sabe bien indocumentados hasta lograr que se vayan qué puede pasar mañana.” Ahora fue el del país”, dice Frank Sharry, director del grupo pro inmigrante La Voz de América. “Eso conduce al abuso institucionalizado contra los indocumentados, y a una mayor discriminación contra todos los latinos”. Mi opinión: Romney, y en menor grado Gingrich, están ahuyentando el voto latino. Sus discursos parecen dirigidos a ganar el apoyo de la derecha xenófoba, al inflar el tema antiinmigratorio a pesar de que la inmigración ilegal ha disminuido drásticamente desde la recesión de 2008. El argumento de Romney de que él no es “antiinmigración” sino “pro inmigración legal” es tramposo. A esperanza de un país mejor acaba No hay ninguna manera realista de lograr la de renacer en Famatina. Lo que ocuautodeportación de 11 millones de personas rrió allí durante la semana pasada sin violar derechos civiles y humanos de tuvo repercusiones inmediatas en ese todos los inmigrantes. perdido pueblo riojano y en el ámbito de Y no hay manera de frenar la inmigración la provincia, donde la indignación y la ilegal a menos que se haga una reforma in- pacífica protesta de la gente obligaron migratoria que aumente el número de visas al gobernador local, el ferviente kirchpara incluir a aquellos que son contratados nerista Luis Beder Herrera, a poner en por empleadores norteamericanos para suspenso un contrato para que la minera cubrir los empleos que los ciudadanos se canadiense Osisko despliegue en la zona niegan a aceptar. Actualmente, la mayoría la extracción de oro a cielo abierto, una de los mexicanos debe esperar más de 18 metodología acusada de contaminar los años para conseguir una visa, y un gra- suelos y envenenar el agua. duado universitario indio debe esperar 70 Pero, además, la marcha atrás de Beder años –sí, leyeron bien– para conseguir su Herrera viene a recordarnos algunas verdades de carácter universal que conresidencia. Sé que cada vez que escribo esto, los con- viene no perder de vista: la mentira y servadores me inundan con e-mails de todos la hipocresía de los que mandan tienen rincones de los Estados Unidos, afirmando un límite y ese límite, cuando fallan las que soy un izquierdista que defiende una instituciones, lo marca la gente; también, “frontera abierta”. No deberían prestarme que todo doble discurso, por la fuerza de atención a mí, sino al ex gobernador republi- los hechos, tarde o temprano termina por cano de Florida Jeb Bush, que no puede ser caer para dejar expuestas a cielo abierto acusado de comunista. En una entrevista con las miserias y los verdaderos intereses CNN el miércoles pasado, Bush lamentó el que ocultaba. “tono” hostil hacia los latinos de la retórica De la hipocresía del poder local no republicana sobre la inmigración. tenían ninguna duda los más de 10.000 Tiene razón. Yo sólo hubiera agregado que, manifestantes (casi el doble de la poblaespecialmente en el caso de Romney, lo que ción de Famatina) que el jueves pasado resulta ofensivo no es solamente el tono de convergieron en la plaza principal de la su discurso, sino también su contenido. A capital de la provincia. Y es que esta vez menos que lo cambie, no podrá quitarse la el gobernador, confiado quizás en la magetiqueta de “antiinmigrante”. nitud de su poder, había ido demasiado © LA NACION lejos. Las contradicciones entre lo que afirmó en campaña y su actual defensa Twitter: @oppenheimera de la explotación a cielo abierto harían

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novelista quien me pidió que le contara yo mi historia. Le anticipé que, a diferencia de la suya, en la mía se mezclaban constataciones y conjeturas. El hecho incuestionable es que el capitalismo ha ingresado, nada más y nada menos, que en su cuarta gran crisis. La primera fue la de 1890; la segunda, la de 1929/30; vino después la de los años 70, y estamos atravesando la que se inició en 2007/2008. Estas crisis, que definen épocas, tienden a suceder cada 40 años y las anteriores duraron alrededor de una década. Mi amigo quiso saber si eran parecidas entre sí. Sólo en parte. Las de 1890 y 1970 se originaron en fuertes caídas de las tasas de ganancia de las empresas. En cambio, simplificando, la de 1929/30 y la actual son el fruto de procesos salvajes de acumulación capitalista. (Por ejemplo, desde los años 70 hasta ahora, el capital de Goldman Sachs, una de las grandes corporaciones con fuerte responsabilidad en las dos crisis, aumentó más de 1400 veces.) Tanto que una de las soluciones principales que permitieron salir de la de 1929/30 fue una disminución considerable de la desigualdad, si bien con características muy distintas según el lugar. No hay que olvidarse, por ejemplo, que en Estados Unidos el presidente Roosevelt terminó aumentando los impuestos a los ricos en un 90 por ciento. “Pero no es esto lo que está ocurriendo ahora en los países desarrollados”, me interrumpió mi amigo. Exactamente, le respondí. Peor aún: mediante los planes de ajuste que se vienen aplicando crecen la pobreza y la desigualdad en nombre de una supuesta “austeridad expansiva” que profundiza la crisis y malencubre el enorme poder que conservan los culpables

del desastre. (Para seguir con el ejemplo, tanto los secretarios del Tesoro de Clinton y de Bush como los actuales primeros ministros de Grecia o de Italia han sido ejecutivos de Goldman Sachs.) Por eso el futuro se vuelve más impredecible que nunca y despierta tanta aprensión. “¡Allí sí que casi nadie esperaba este desenlace!” Con una salvedad, repuse. Hoy los “allí” y los “aquí” se han vuelto relativos porque fenómenos de esta envergadura sacuden

El proteccionismo es indispensable, siempre que se lo adecue a los cambios estructurales que se han producido al mundo entero. De hecho, la Argentina no pudo escapar a los efectos de las tres grandes crisis anteriores, cuando el planeta estaba mucho menos globalizado. “¿Qué deberíamos hacer?” “Ani lo iodea.” “No, no vas a zafar tan fácil, tengo derecho a exigirle algo más a tu historia…” Le di la razón y le expliqué que por eso me había dejado tan pensativo la suya. Es que una de las ventajas de reconocer que enfrentamos situaciones inéditas y muy complejas sería procurar que nuestras apuestas fuesen lo más informadas posible. Sólo que, para esto, hay que tener claro cómo opera el proceso de toma de decisiones de los que mandan, especialmente en contextos como los actuales. Y que ellos mismos lo comprendan. Porque más allá de la soberbia y de los desplantes de ocasionales figuras fuertes, para tratar de entender la realidad

y buscar alternativas se apela siempre, en última instancia, a razonamientos de sentido común. O sea que lo que se hace tiene mucho de intuitivo y las intuiciones se alimentan del pasado, no del futuro. Recurren a la asociación de ideas antes que al análisis. “¿Por eso es tan habitual que la historia se repita?” “Por eso y porque, como lo están mostrando los países desarrollados, sus lecciones se aprenden mal o demasiado tarde.” El sentido común es básicamente conservador y moviliza aquellas recetas que ha naturalizado como válidas. Aunque aparente otra cosa, desconfía de las innovaciones y se recuesta en sus viejas certidumbres. Estas pueden ser hoy las del neoliberalismo en Europa o las del proteccionismo del primer peronismo entre nosotros. “¿Desde cuándo estás en contra del proteccionismo?” “No lo estoy en absoluto. La trampa que hacen los defensores de la libre competencia es que ponen el foco en el mercado, pero no en las estructuras socioeconómicas que predeterminan a los actores y los obligan así a jugar con dados previamente cargados. Quiero decir que quienes rechazan el proteccionismo en nombre de la libertad de mercado lo hacen porque ya gozan de la protección que les brindan sus propias estructuras. Así que no me entiendas mal. El proteccionismo resulta indispensable, pero siempre que se lo adecue a los profundos cambios que han experimentado esas estructuras en el país, en la región y en el mundo. Una simple vuelta al pasado muy probablemente obtenga lo contrario de lo que se propone.” A estas alturas, mi amigo quiso conocer mejor las conexiones entre su historia y la mía. Para mí, le dije, tu historia fue un disparador que actuó en el momento justo. Si nuestros dirigentes pudieran admitir que, en las circunstancias presentes, deben guiarse mucho más por su sentido común que por un supuesto saber, las consecuencias no serían menores. “Contame una”, me urgió. Abandonar el estrechísimo círculo en el cual tienden a recluirse para tomar decisiones precisamente cuando menos seguros están. Las prácticas de razonamiento de sentido común varían tanto como las experiencias y los conocimientos de cada uno, por lo cual conviene ser muy pluralista y ampliar las consultas y los diálogos para enriquecer el propio horizonte. Es tiempo de abrir el juego, no de cerrarlo. Finalmente, en estas cuestiones la verdad no pasa de ser una opinión y cuantas más opiniones se tomen en cuenta, mejor. Es casi literalmente lo que me dijo el general Perón en una larga entrevista que me concedió hace años en Madrid, cuando buscó definir el buen liderazgo, sobre todo en situaciones difíciles. Al pagar, vi que el novelista se había quedado demasiado serio e intenté tranquilizarlo: “Ojo que, por suerte, si es bien conducida, la Argentina está en condiciones bastante más favorables que otros países para ir sorteando con éxito la crisis”. Se rió y mientras nos despedíamos, me dijo: “¿Conocés la historia de los dos amigos que se encuentran por la calle después de unos años? Uno le pregunta al otro: «¿Cómo está tu mujer?» Y el otro le contesta: «¿Comparada con quién?»” © LA NACION

El autor, abogado y politólogo, fue secretario de Cultura de la Nación

Una reserva moral en Famatina

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HECTOR M. GUYOT LA NACION

ponerse rojas de vergüenza hasta a las piedras más duras del cerro Famatina. Por algún lado se escapa la liebre y esta vez fue gracias a ese archivo implacable en que se han convertido las nuevas tecnologías. “¿Sabe cuál fue el mayor error del gobernador? Darle computadoras a la gente”, le dijo con ironía Rubén, dueño de una fiambrería de Chilecito, a Leonardo Tarifeño, enviado de este diario. No hay poder que pueda contra YouTube. Sobre todo, cuando un simple clic muestra al ahora gobernador unos años atrás, en plena campaña en el propio Chilecito. Allí, ante los temores de la gente, el entonces vicegobernador prometía, en medio de ruidosos aplausos: “No se van a llevar el oro ni nos van a contaminar el agua. Vamos a sacar una ley prohibiendo la explotación a cielo abierto en la provincia de La Rioja”. Para darle calor y emoción a su postura pedía, enfático, el apoyo de los habitantes de Chilecito y Famatina: “Vamos a ir casa por casa a decirle a la gente que se va a quedar sin agua. Y es el agua de las plantas, de los animales, de los seres humanos, de los pájaros, de todos”. Cual ecologista convencido, abundaba: “El cianuro no se degrada, permanece. Yo soy un defensor del medio ambiente, un defensor de la vida. ¿Cuándo vamos a tomar conciencia los argentinos de que hay que defender el medio ambiente?”. Hoy Beder, como se sabe, se olvidó de los pájaros y defiende con más brío los contratos con la empresa minera, que,

insiste, siguen en pie. Para hacerlo, no ha tenido empacho en decir: “Los ecologistas van a perder. Porque no contamina. Eso es muy simple, se puede comprobar analizando el agua, el aire y la tierra. Es un proceso científico. Y punto”. ¿Qué ha pasado en el medio? Muchos maliciosos recuerdan palabras de campaña también almacenadas en YouTube, cuando el entonces combativo candidato Beder, cual Quijote cuyano, se preguntaba: “¿Cómo paramos a la Barrick? Vienen aquí a Chilecito con 10 millones de dólares…

En Famatina se vio otra cosa, que es intangible y que ha sostenido la fuerza de un reclamo que el poder no pudo desoír usted es dirigente… 50.000 dólares… 20.000 dólares… ¿Cómo se los para?” Para peor, prometía, principista: “Yo jamás tuve doble discurso en mi vida. Voy a terminar con la corrupción en La Rioja”. El pasado puede ser cruel, pero eso no basta para cambiar las cosas. La lección de Famatina la ha dado su gente. Hombres y mujeres que no se han dejado avasallar y han reaccionado. Y que han sabido sumar, así, el apoyo de más gente, incluidos artistas y famosos. No se trata simplemente de salir a la calle. En Famatina

se vio otra cosa, que es intangible y que, sin embargo, ha sostenido la fuerza de un reclamo que el poder, por más que lo intentó con todos los recursos a su alcance, no pudo desoír. Se trata de una reserva de orden moral que, para evitar la retórica, conviene reflejar en palabras de los propios protagonistas. “Antes el gobernador estaba en contra de la minería a cielo abierto y resulta que de un día para el otro sale a apoyarla –dice el fiambrero Rubén–. Entonces, ¿quién con un mínimo de honestidad y seriedad puede ser capaz de creerle?” Gabriela Romano, una de las líderes del movimiento, decía: “Lo peor que podés hacer es no intentar la lucha. Hay que luchar aún por las causas perdidas. Si los informes técnicos y el amor a este cerro nos dan la razón, ¿por qué no dejarlo todo por la causa?”. Ariel Luna, secretario de Gobierno de Famatina, que se opone al proyecto minero (un emprendimiento que, dicho sea de paso, cuenta con el apoyo del gobierno nacional), describió con síntesis admirable la determinación que subyace a la firme resistencia de la gente: “El secreto es la unión, la conciencia y la dignidad. Eso no se vende ni se compra”. Esto es algo que quizá Beder Herrera haya olvidado y que conviene tener presente: aun cuando a veces lo perdamos de vista, más allá de la lógica del bolsillo hay algo que regresa cada tanto para recordarnos que el dinero no lo puede todo. © LA NACION