La otra cara del cuento

3 feb. 2015 - trama conocida de El mago de Oz con el eje puesto en las brujas. En tanto, más cerca en el tiempo, el 19 de este mes, se estrenará la nueva ...
3MB Größe 8 Downloads 129 vistas
2

|

espectáculos

| Martes 3 de febrero de 2015

La otra cara del cuento

cine. Este jueves se estrena En el bosque, film con Meryl Streep como bruja, basado en el musical psicológico de Sondheim, que entrecruza con humor relatos tradicionales

La candidata al Oscar, Quvenzhané Wallis

sony

Annie se suma a la fiebre del musical estreno. La huerfanita pelirroja es una

niñita afroamericana de la actualidad

Luego de Mamma mía!, Meryl Streep vuelve a cantar como la Bruja de En el bosque Viene de tapa

El dramaturgo James Lapine y el compositor y letrista Stephen Sondheim, luego de haber trabajado en Sunday in the Park with George, abrevaron en los decires de Bettelheim y Jung para sumergirse en un desafío inmenso al crear el musical En el bosque (Into the Woods), estrenado en Broadway el 5 de noviembre de 1987, y sobre el cual está basada la película del mismo nombre que se estrenará pasado mañana. ¿Por qué todo el mundo parece ponerse de pie cuando se menciona a Stephen Sondheim? Porque fue figura vital en el desarrollo y la evolución del teatro musical. En un principio él hizo las letras de Amor sin barreras, Gypsy y Algo gracioso ocurrió camino al foro, pero consolidó su modo de hacer canciones en obras maestras como Company, Sweeney Todd, Sunday in the Park…, Into the Woods, Assasins y muchas otras. Él componía para que un personaje tenga un motivo real para expresarse cantando, no para que el espectador salga corriendo a comprarse el disco. No concebía canciones sin dramaturgia, sin un propósito. Eso distingue a Sondheim del resto y lo erige al nivel de “prócer” de un género que reúne a millares de fanáticos. En un principio ambos autores pensaron en hacer una nueva versión teatral de El mago de Oz, pero desecharon la idea, aunque anclaron en la posibilidad de explorar los cuentos tradicionales. Pero no desde la mera narración sino que supieron que el concepto principal debía ser la exploración de los aspectos psicológicos más profundos que descansan bajo lo que parecen historias inofensivas. Así fue que tomaron varios cuentos famosos y decidieron no volver a contarlos, sino fusionarlos. Personajes de La Cenicienta, La bella durmiente, Jack y las habichuelas mágicas, Caperucita

Roja, Blancanieves y Rapunzel fundían sus problemáticas a través de sus nudos argumentales, pero con derivaciones insospechadas. A ellos yuxtapusieron un cuento propio: el del Panadero y su mujer, que eran hechizados por una bruja. Con Into the Woods consiguieron internarse en el lado más oscuro y sombrío de los cuentos de hadas en relación a temas profundos como la responsabilidad social, la importancia de ser considerado por los demás y los valores que los adultos les transmiten a los niños. Durante todo el primer acto estos personajes se entrecruzan y presentan sus “problemas” individuales. Éstos van formando una trenza hasta que un desencadenante logra unir a cada una de esas historias: la pérdida. A partir de allí, en la segunda parte, el conflicto gira en torno a cómo sobrellevar esa pérdida y cómo hacerle frente al problema que lo generó. “Cuidado con lo que digas, los chicos escuchan. Cuidado con lo que hacés, los chicos ven… y aprenden. Los chicos podrían no obedecer, pero escuchan. Los chicos te observarán para ver qué camino tomás y así aprender lo que van a hacer. Cuidado, antes de decir «escuchame»… los chicos escuchan.” Así comienza la canción final de esta espléndida obra que subvierte todas las reglas del musical clásico. Lapine siempre se inclinó más por las teorías de Carl Jung. Su principal objeción a estas historias fue que ofrecían falsas esperanzas y prometían finales felices “para siempre”. A su vez, para Sondheim esos cuentos de hadas inducían a la irresponsabilidad social y el egoísmo. Y ese fue el origen de un entramado dramático perfecto. La madurez, la avaricia, la niñez, el miedo, la desprotección, la unión, la sexualidad, el engaño…, cada aspecto de la mente humana estaba

fotos: disney

James Corden y Lilla Crawford reflejado en cada tramo de esta obra puramente psicológica. Todos los personajes apelan al engaño o a la mentira para obtener lo que necesitan. “El fin justifica las habichuelas”, dice en un momento la esposa del Panadero. Oscura y ácida, no fue concebida como obra infantil. Los personajes no son buenos o malos como en los cuentos, todos fueron humanizados. La bruja malvada puede ser franca y la honesta esposa del Panadero puede mentir. Aunque en el segundo acto todos los personajes sufren las consecuencias de haber podido cumplir sus sueños. Pueden unirse para combatir el peligro, pero también desmembrarse para salvar el propio pellejo. La violencia y la maldad se presentan de diferentes matices, y en esta obra la gente buena se puede morir. La vida misma, el cerebro humano como personaje principal. Pero vale aclarar, con mucho humor. Está bien, la finalidad de este artículo no es hablar de una obra que ya no está en cartel sino de una película que se está por estrenar, con la actuación de Meryl Streep, como la

Bruja. Pero el extenso preámbulo es para establecer las diferencias de este film tan bien adaptado. El guión es del mismo Lapine y “San” Sondheim se ocupó él mismo de supervisar cada paso que daba esta producción de los estudios Walt Disney. La idea de llevar esta obra a la pantalla grande no es de ahora. Comenzó hace más de dos décadas, cuando Columbia Pictures elaboró un guión escrito por Lowell Ganz y Babaloo Mandel. Ese proyecto tenía a Robin Williams, Goldie Hawn, Cher, Danny DeVito, Steve Martin y Roseanne Barr en los papeles principales. Luego, esa idea frustrada se reflotó en 1997, en coproducción con Jim Henson Productions (Los Muppets), iba a ser dirigida por Rob Minkoff, con Billy Crystal, Meg Ryan y Susan Sarandon. Recién en enero de 2012, con el proyecto en manos de Disney y sus autores originales a cargo de su estructura, todo comenzó a funcionar otra vez. Claro está, Sondheim se llevó más de una rabieta. Le hicieron componer una canción para Meryl Streep que después quedó afuera, sacaron algunos personajes (el Hom-

La producción musical de Hollywood continúa. Ya se anuncia para 2016 la versión de Wicked, de Stephen Schwartz basado en la novela de Gregory Maguire que subvierte toda la trama conocida de El mago de Oz con el eje puesto en las brujas. En tanto, más cerca en el tiempo, el 19 de este mes, se estrenará la nueva versión de Annie, el clásico musical que concibieron Thomas Meehan, Charles Strouse y Martin Charmin. Se trata nada menos que de la tercera versión cinematográfica de la comedia musical sobre la huerfanita pelirroja que es adoptada por un multimillonario de Nueva York. La primera versión (combatida no sólo por la crítica sino por los fanáticos, ya que destrozó el original) fue estrenada en 1982, cuando la obra todavía triunfaba en Broadway (estuvo en cartel entre 1977 y 1983). La segunda versión fue concebida para televisión por los estudios Disney y respetó en forma más pura el original, con un atractivo elenco: Kathy Bates, Victor Garber, Audra McDonald, Alan Cumming y Kristin Chenoweth. Esta nueva versión sacó a la historia del Manhattan de 1933 para trasladarla a la actualidad y con un importante componente racial. Los protagonistas principales son afroamericanos, con excepción de bre Misterioso, el padre de Cenicienta, Blancanieves, La Bella Durmiente), modificaron cuadros musicales y escenas. Pero lo más llamativo es que el aspecto más oscuro de la obra, el señalado del segundo acto, quedó ablandado por la maquinaria Disney. Ese aspecto fundamental que es “la pérdida” sólo quedó preso de la trama y mucho más lejos del concepto. Sin contar el argumento, muere menos gente en la película, por lo tanto los conflictos fuertes de los personajes se vuelven más livianos. De todas formas, corresponde señalar que quien no conozca la obra no se sentirá decepcionado, por el contrario. El mismo Sondheim aceptó que no estaba mal hacer esas concesiones para que la historia llegue a ese público masivo que alcanza el cine. ¿Están mal los cambios? No. Es algo que puede (o debe) ocurrir. Cuando Bob Fosse cambió casi totalmente el Cabaret que Harold Prince concibió para el teatro, nadie se rasgó las vestiduras. A Meryl Streep, como esta hechicera tan particular, la acompañan en el elenco James Corden y Emily Blunt (Panaderos), Johnny Depp

Cameron Díaz, quien interpreta a Miss Hannigan, la malvada mujer con la que conviven Annie y las demás huerfanitas. Jamie Foxx encarna a un magnate candidato a alcalde (con muchos puntos en común con Bloomberg) que salva a Annie (Quvenzhané Wallis, la nena de La niña del sur salvaje) y a su perro Sandy de ser atropellados. Ese gesto le hace subir puntos en popularidad y se ofrece a albergar a la niñas en su casa. Luego, lo que ya se sabe de la historia. El resto del elenco lo completan Rose Byrne, Bobby Cannavale, Adewale Akinnuoye-Agbaje y David Zayas. Con motivo del estreno de la película el martes próximo se llevará a cabo un show musical abierto a todo el público junto con una campaña solidaria para ayudar a la Fundación Juanito de niños en tránsito. Las personas que ese día colaboren llevando útiles escolares y/o guardapolvos podrán participar del sorteo de importantes premios donados por empresas que acompañan esta actividad. El show, a cargo de la Escuela de Formación Artística Caleidoscopio, tendrá lugar desde las 18. en el paseo de Recoleta Mall (Junín y Vicente López), con ingreso libre y gratuito. ß (Lobo), Anna Kendrick (Cenicienta), Daniel Huttlestone (Jack), Lilla Crawford (Caperucita), Mackenzie Mauzy (Rapunzel), Christine Baranski (Madrastra), Chris Pine y Billy Magnussen (Príncipes). Aquellos que odian a los musicales suelen adorar a Sondheim, ya que sus canciones se cruzan con diálogos hablados y suelen contener varias melodías hasta opuestas. No es obvio. Curiosamente, cuando desarrolló la música de su obra, Sondheim en lo primero que pensó fue en diferenciarse de las melodías clásicas de las películas de Disney. Prefirió contrastarlos con sonidos secos, lejos del clasicismo propio de Broadway. Es interesante cómo el compositor y el letrista se afectan mutuamente. Cuando hay un propósito realmente dramático para una canción, algo sustancial para ser dicho, la música parece tomar energía y corazón desde las palabras, inspirada por el estado de ánimo y las ideas. Un dato para los curiosos que adoren este film: el DVD de la versión teatral original, con subtítulos, se puede conseguir en Buenos Aires. Ideal para hacer comparaciones. ß

Entre el escenario y la pantalla grande Versiones originales de películas musicales

Estreno actual. Meryl Streep, junto con el gran Stephen Sondheim, posando para la prensa al momento de presentar el film

Broadway. Joanna Gleason, Bernadette Peters y Chip Zien, en la versión original estrenada en Nueva York en noviembre de 1987

Buenos Aires. Al frente, Eleonora Wexler, Nancy Anka, Noelia Noto y Verónica Goldstein, en la versión porteña de Annie (1982)

De leyenda francesa a musical porteño teatro. La máscara de hierro se abre

camino en el Auditorium de Mar del Plata Desde hace varios años que la dupla Nicolás Pérez Costa y Nacho Medina vienen marcando terreno en el ámbito del teatro musical. Tanto es así, que su última creación, La máscara de hierro, tuvo una muy buena temporada en Buenos Aires donde se mantuvo en cartelera durante 6 meses en El Cubo. Por ese motivo las autoridades del Auditorium de Mar del Plata, luego de ver la obra, decidieron apostar por esta creativa puesta y llevarla a captar al público veraniego. “Este

salto a la Costa es un sueño, y mucho más si es a un teatro como éste, por donde pasaron grandes artistas”, cuenta el multifacético Nicolás que, además de dirigir la obra y protagonizarla, escribió el libreto y las letras de las canciones. Asimismo, explica que tener la mirada afuera y adentro de la obra al mismo tiempo es complicado. Es un ejercicio que empezó hace un tiempo con su compañero creativo Medina, director musical de la puesta, quien lo estimuló para que saque a la

luz su rol de actor. “Con Nacho tenemos un modus operandi particular. Yo escribo una parte y se la paso a él, mientras va inventando las melodías. Mientras yo voy haciendo las letras, y así vamos creando juntos.” La máscara de hierro trae la gran leyenda francesa para hablar del derecho a la identidad, el abuso de poder, los desaparecidos y los encontrados. Con 40 artistas en escena entre actores, cantantes, bailarines, acróbatas y músicos que dan vida a un potente musical lleno de humor, acción y traiciones. “El sello propio de este musical es la valoración que le damos a la actuación y no tanto al agudo del cantante. Defendemos

mucho el lugar del actor, pero la música es fundamental, lógicamente”, dice el director a la hora de plantear la diferencia que tiene este espectáculo con otros. Agrega, además, que la puesta cuenta con una banda en vivo que recrea música estilo “glam” para dar lugar a melodías románticas, algo totalmente distinto. El gran despliegue coreográfico, bajo el mando del director y su hermano Agustín Pérez Costa, y la ruptura del espacio, también marcan la diferencia. “A la gente le encanta que no estemos sólo en el escenario. Pueden compartir sus butacas con algunos de los personajes”, dice entre risas. El diseño y realización de vestuario,

a cargo de Gustavo Alderete, es uno de los elementos de la puesta más elogiados por la crítica y el público. Por supuesto que el elenco de la obra es fundamental, que además de contar con sus dos creadores como protagonistas, cuenta con un elenco integrado por Stella Maris Faggiano (nominada a Revelación femenina en los Estrella de Mar), Agustín Pérez Costa, Mercedes Lorena Benítez, Tatiana Luna, Mario Angelomé, Alejandro Rattoni, Ezequiel Rojo, Santiago Boiero, Micaela Romano y Pedro Emanuel Vega, entre otros.ß Julieta Rovaletti

La máscara de hierro

Agustín Pérez Costa

De Nicolás Pérez Costa y Nacho Medina De martes a jueves, a las 22. Auditorium, Bvd. Marítimo 2280 Entradas, desde $ 120