El ministerio del Espíritu Santo como Consolador. Texto: Juan 16:7 Introducción: El apóstol Juan nos revela que Jesús dio al Espíritu Santo un nombre que no se encuentra en ningún otro libro del Nuevo Testamento. Aparentemente Juan fue el escritor inspirado y elegido para revelar a la iglesia el nombre de “Consolador” Aunque el vocablo no es hallado en ninguna otra parte, se ha convertido, después del “El Espíritu Santo”, en el término favorito para designar a la tercera persona de la Trinidad. Veamos las cuatro acciones del Espíritu Santo como consolador: 1. El Espíritu Santo es el Maestro de la Verdad (Juan 14:26; Juan 16:13) · Jesucristo fue el maestro oficial de Sus santos mientras estuvo en la tierra. A nadie llamaron Rabí excepto a Cristo. No se sentaron a los pies de ningún hombre para aprender sus doctrinas, sino que las recibieron directas de labios de Aquel de quien se dijo: "¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!" "Y ahora", -dice Él"cuando me vaya…..”(Juan 16:7) Ahora tenemos al Espíritu Santo como Maestro de nuestras vidas!!! 2. El Espíritu Santo es el que nos recuerda (Juan 14:26b; Juan 16:13) Cuando tienes algún problema o requieres de algún consejo sabio, ¿a quién acudes? Si diariamente dedicamos un tiempo a escuchar las Palabras de Jesús, leyendo y meditando en la Biblia; entonces, cuando el problema llegue a nuestra vida, podemos ir de rodillas y el Consolador, no solamente traerá consuelo, sino que además nos recordará ese Consejo Sabio que Jesús ya nos había enseñado a través de la Escritura, trayendo una dirección clara a nuestra vida. 3. El Espíritu Santo revela a Jesús (Juan 16:14) No hay expresión más grande que la misma palabra de Dios hecha revelación por medio de su Espíritu Santo para el hombre. 4. El Espíritu Santo redarguye de pecado (Juan 16:7-11) Redargüir es convencer de culpa. Los seremos humanos, por más elocuentes que seamos, no podemos poner convicción en un corazón que quiere seguir pecando. Es el Espíritu Santo quien nos convence de culpa. Es Su santidad la que hace que tú y yo nos sintamos pecadores y queramos renunciar a nuestra propia manera de vivir. Conclusión: La palabra traducida “consolador” en la Reina-Valera, es la palabra griega parákletos. Pensamos en un consolador como uno que consuela en tiempo de angustia. El Espíritu no nos consuela en nuestra angustia, más bien nos da fuerza y victoria sobre

Noviembre 21 de 2017 - Nº 42 Año 17

Romanos 5:5

Efesios 1:3

“PREPAREMOS NUESTRO GRUPO BIBLICO para la convocatorias de las familias, y noche de EVANGELIZACION”

05de diciembre