La fragilidad de la extrema lucidez

24 oct. 2010 - El DT. Vincent Lom- bardi fue un famo- sísimo entrenador de fútbol americano durante los años 60. que llevó a su equipo los Green Bay Pac-.
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Espectáculos

Domingo 24 de octubre de 2010

LA NACION/Página 9

TEATRO (En el mundo )

Leonor Manso, sensible y profunda

Por Pablo Gorlero

La fragilidad de la extrema lucidez Dirige Incriminados, una obra de Peter Handke, que la conecta espiritualmente con su hijo Lucas

Donde comienza el día, la elogiada obra de Fernando Rubio, en Murcia

Carpas. “Más que una representación es un suspiro –desesperantemente hermoso–, y más que una caricia –todo es muy triste, una torrencial lluvia de nítidas emociones por segundo– es un leve desgarro.” Esas palabras son parte de la hermosa crítica que la compañía argentina Intimo Teatro Itinerante, que dirige Fernando Rubio, recibió en el diario La Verdad, de Murcia. Es que la gira española que realiza la obra Donde comienza el día despertó la curiosidad del público de ciudades, como Madrid, Huelva, Murcia, Barcelona N

N Argentinos en Argelia. Mirta Bus-

nelli, Céline Bodis y Javier Lorenzo es otro terceto de embajadores teatrales argentinos en el exterior. Actualmente están en Argel, ya que la obra que representan, Hasta que la muerte nos separe, fue invitada a participar en el Festival Internacional de Argelia. El público aplaudió de pie la representación de esta obra de Rémi De Vos, dirigida por Paul Desveaux, tanto que ya fueron invitados para hacerla en otros países de la región. * * * N El DT. Vincent Lom-

Dan Lauria encarna al DT de fútbol americano Vince Lombardi, en la obra de Broadway que lo retrata

bardi fue un famosísimo entrenador de fútbol americano durante los años 60. que llevó a su equipo los Green Bay Packers a ganar el campoenato cinco veces en nueve años. La idolatría que sienten los norteamericanos por esta figura del deporte llevó al dramaturgo Eric Simonson a escribir AP una obra teatral, a su vez, adaptada de una biografía. Dan Lauria fue el actor elegido por el director Thomas Kall para encarnar al protagonista en Lombardi, obra que se presenta en el Circle in the Square Theatre, de Nueva York. * * * Fantasma. Finalmente, Andrew Lloyd Webber no soportó las críticas y decidió levantar unos días Love Never Dies, secuela de El fantasma de la ópera, que estaba en cartel en Londres. La agencia ANSA informó que el compositor quiere incorporarle a su obra nuevas canciones y coreografías. Esos ajustes se deben a que en mayo de 2011 comenzará una gira internacional de la obra. “Hice algunos cambios durante el verano que estaban destinados a la producción australiana, pero como hice algunas modificaciones sería una locura no incorporarlas en la producción de Londres”, dijo Lloyd Webber al momento en que anunció que el musical será suspendido entre el 22 y el 25 de noviembre. N

Mirta Busnelli se pasea feliz por las calles de Argel, invitada a participar en el Festival Internacional de Argelia

y Cádiz. El curioso montaje que aquí se desarrollaba en el IMPA, con varias tiendas blancas de campaña en las que sólo se ubican cinco espectadores en cada una, cuenta con las actuaciones de Julián Calviño, Pablo Gasioli, Andrea Nussembaum, Jorge Prado, Fernando Rubio, Natalia Salmoral y Martín Urruty.

Dos materiales muy opuestos la tienen como protagonista. Leonor Manso participa como actriz en el proyecto Amor, dolor y qué me pongo (Tabarís) y acaba de estrenar, con su dirección, Incriminados de Peter Hanke en el Centro Cultural de la Cooperación. Ambas producciones le posibilitan entregarse a una actividad que le interesa mucho y, por sobre todo, le imponen “jugar”, como ella dice, en un momento muy especial de su vida. La lamentable muerte de su hijo Lucas la obligó a dejar el elenco de Todos eran mis hijos antes de estrenar, y sentía que debía volver a las tablas con propuestas que la colocaran en un lugar menos doloroso. “Toda la vida dije que a los personajes uno no los elige: te eligen –comenta– y esa madre de Miller que está esperando un hijo que cree que está vivo, no era para mí en ese momento. En cambio, la obra de Peter Handke me ubicó en otro lugar. Tenía este compromiso, sobre todo con Maia Mónaco, que me había convocado para que la dirigiera [la intérprete comparte escenario con Martín Pavlovsky]. Al principio pensé en no hacerla; sabía que iba a ser difícil, pero volví a leer el texto y algo me dijo que debía concretarlo. Y me hizo muy bien. A través de las palabras de Handke, pude jugar y conectarme con lo espiritual, con una tercera voz, donde está mi hijo. Tuve mucha conexión con este trabajo y fue hermoso.” Incriminados es un texto complejo, una prosa poética en la que el autor austríaco observa muy críticamente al ser humano dentro de la sociedad contemporánea. El material posee una musicalidad muy intensa y, en su puesta, Leonor Manso decidió introducir un poema (la tercera voz en cuestión): “Cuando el niño era niño”, el mismo que abre la película Las alas del deseo, cuyo guión también pertenece a Handke. “Fue una decisión muy intuitiva y decidí respetarla”, acota la actriz y directora con mucha modestia, sabiendo muy bien que a los sentimientos que afloran desde muy adentro hay que dejarlos salir. En verdad, toda la entrevista con LA NACION se desarrolla por unos carriles muy particulares. Leonor Manso se muestra muy frágil pero, a la vez, su pensamiento mantiene una profunda lucidez. El teatro, la televisión y hasta su cauta mirada sobre este momento actual de la Argentina son temas a los que no escapa y sobre los que aporta una reflexión provocadora. El primer planteo que apareció al dirigir esta obra tiene que ver con cómo uno se instala en esta sociedad.

Leonor Manso entre los dos actores de Incriminados: Maia Mónaco y Martín Pavlovsky TELAM

“[Con] cómo se incrimina”, aclara Manso. “Incriminados habla de una responsabilidad en relación con una época. Sos responsable por hacer, por no hacer y sos responsable de tu cuerpo, de tu vida. «No tuve en cuenta que la vida era prestada», dice en algún momento el texto. Peter Handke reflexiona también sobre lo milagroso que es el nacimiento de un ser y sobre el aprendizaje que debemos hacer para insertarnos en la sociedad. Y después nos sentimos felices y creemos que tenemos una identidad porque somos dueños de una tarjeta de crédito o estamos anotados en el registro civil.” –¿De qué manera te sentís “incriminada” en esta sociedad”? –Estoy incriminada porque estoy en esta época, pero este momento es extraño para mí. No es de confusión, pero siento que tengo un pensamiento que no va con cierta mayoría con la que siempre he estado. Me encantaría estar donde están todos. Decir: “es así, vamos para adelante”. Handke dice en algún momento de su obra: “Se incriminan diciendo: «Sólo dije lo que los otros habían dicho; sólo pensé lo que los otros habían pensado»”. Y hoy, de pronto, cuando uno piensa distinto es discriminado. Por eso también el miedo a la libertad hace

que uno piense como todos, o como la gran mayoría o como el grupo al que siempre perteneció. –¿Te pone incómoda ese lugar? –No, lo sostengo… Es difícil porque hay gente con la que he compartido toda la vida que está en otro lado. O yo estoy en otro lado. Pero bueno, me pasa eso. Estoy en una situación en la que no acepto tener que elegir entre blanco o negro. Yo no elijo ni el blanco ni el negro. Existe otra cosa. Pero acá te plantean que si no elegís uno u otro no tenés posición. Y yo tengo una posición: no me convence ni el blanco ni el negro. Antes todo era más claro. De todos modos, está bueno esto que sucede; permite repensar cosas. Estamos en una dinámica nueva. Espero que esto no se instale, que pase. Aun así, es doloroso estar a contrapelo de gente con la que estuviste siempre. –El texto de Peter Handke te ayuda a mostrar tu posición. –Desde un lugar sensible, esa obra lleva a la reflexión, a mirar un poco más, a no quedarse en expresiones como “la derecha”, “la izquierda”, “los medios”, “el autoritarismo”. Todo eso, en realidad, tapa el pensamiento, tapa la reflexión. Es muy interesante lo que está sucediendo con el lenguaje en esta época. Vuelvo a la obra de Peter Han-

dke. El dice: “A la vida la llamé chata; al dinero lo llamé innecesario”. Son obviedades que repetimos, pero, en realidad, no son experiencias propias. Hoy aparece un lenguaje abreviado que es terrible. –El teatro te tiene muy ocupada. ¿Qué pasa con la televisión? –Me interesa como actriz. Pero los actores no estamos ahí; hay otras cosas. Nos han hecho desaparecer; no existimos. Y fijate qué extraño: porque los actores somos los representantes “incriminados” en una época, representamos una época. Y si no estamos nosotros, no está el pueblo, no está la gente. Pero hay muy poca ficción, como se dice ahora. Una frase de Peter Brook cierra la entrevista de manera contundente. Leonor Manso recuerda una nota en la que un periodista le preguntó al director inglés cómo se sentía dentro de su sociedad, y él respondió: “Me siento sentado en la mesa del demonio [la sociedad]. El demonio está en una punta y yo, en el otro. El demonio tiene unos brazos muy largos y cada tanto me ligo un buen arañazo”. “Yo me siento totalmente así”, cuenta ella riéndose. Y eso alivia.

Carlos Pacheco