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CAPÍTULO 1

CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL ENVEJECIMIENTO CRISTINA CASTANEDO PFEIFFER Enfermera. Profesora Titular Enfermería Geriátrica. E.U.E. “Casa de Salud Valdecilla”. Universidad de Cantabria MISERICORDIA GARCÍA HERNÁNDEZ Enfermera. Profesora Titular Enfermería Geriátrica. E.U.E. Universidad de Barcelona Mª JOSÉ NORIEGA BORGE Profesora Titular Fisiología E.U.E. “Casa de Salud Valdecilla” Universidad de Cantabria MANUEL QUINTANILLA MARTÍNEZ Enfermero. Máster en Gerontología Social. Universidad de Barcelona. Coordinador del Departamento y Profesor de Enfermería Geriátrica E.U.E. “Vall d’Hebron” Universidad Autónoma de Barcelona

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CAPITULO 1 CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL ENVEJECIMIENTO

1. CONCEPTOS GENERALES 1.1.

GERONTOLOGÍA

Es la ciencia que estudia el proceso de envejecimiento de los seres vivos y de la persona en particular desde todos sus aspectos: biológicos, psicológicos, socio-económicos y culturales. Gerontología biológica: Estudia las alteraciones y cambios morfológicos, fisiológicos, bioquímicos y funcionales. Gerontología social: Estudia a la persona como un ser integral, teniendo en cuenta el medio ambiente, la situación socioeconómica y familiar donde vive, etc. GERONTOLOGÍA . GERON: Anciano, viejo (Griego) . LOGOS: Palabra, ciencia (Griego)

1.2.

GERIATRÍA

Rama de la Medicina que se ocupa del estudio, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades agudas y crónicas del anciano, y además de su recuperación y rehabilitación. La Geriatría es una especialidad como contenido integral, que pretende llegar a todos los ancianos. . . . .

Sanos y enfermos. Con procesos agudos y crónicos. Enfermos, físicos y mentales. En su problemática socio-familiar y comunitaria.

Geriatría . GERON: Anciano, viejo (Griego). . IATRIA: Curar (Griego).

1.3.

ENVEJECIMIENTO

2

La vejez es un estado caracterizado por la pérdida de capacidad de la persona para adaptarse a los factores que influyen en ella. El envejecimiento es el conjunto de transformaciones y/o cambios que aparecen en el individuo a lo largo de la vida: es la consecuencia de la acción del tiempo sobre los seres vivos. Estos cambios son: bioquímicos, fisiológicos, morfológicos, sociales, psicológicos y funcionales. La edad efectiva de una persona puede establecerse teniendo en cuenta diversas consideraciones que nos permiten diferenciar cuatro tipos de edades: Edad cronológica, Edad fisiológica, Edad psíquica y Edad social. . EDAD CRONOLÓGICA. Se define por el hecho de haber cumplido un determinado número de años; respecto de la vejez se ha convenido hasta el momento, los 65 años. Es objetiva en su medida ya que todas las personas nacidas en la misma fecha comparten idéntica edad cronológica. La ventaja de la objetividad de la edad cronológica se vuelve inconveniente al comprobar el impacto diferente del tiempo para cada persona. La edad constituye un dato importante pero no determina la condición de la persona, pues lo esencial no es el transcurso del tiempo sino la calidad del tiempo transcurrido, los acontecimientos vividos y las condiciones ambientales que lo han rodeado. . EDAD FISIOLÓGICA. Definida por el envejecimiento de sus órganos y tejidos, es decir, la afectación física del individuo. Los cambios orgánicos se producen de forma gradual: lentos e inapreciables al comienzo del proceso, hasta que afectan el normal desarrollo de las actividades de la vida diaria o interfieren en ellas. . EDAD PSÍQUICA. Es difícil establecer las diferencias a nivel psíquico entre los individuos de edad madura y los individuos ancianos. Los acontecimientos externos de la vida de cada persona, sociales y afectivos, hacen reaccionar a cada una según su personalidad, circunstancias y experiencia vital. . EDAD SOCIAL. Establece el rol individual que se debe desempeñar en la sociedad. Esta forma de clasificar puede considerarse discriminatoria ya que no tiene en cuenta las aptitudes y actitudes personales frente a la resolución de las actividades de la vida diaria. Sin embargo, los límites de la edad social cambian según las necesidades económicas y políticas del momento.

2. HISTORIA DE LA ANCIANIDAD La persona, como cualquier otro ser viviente, ha tenido que enfrentarse siempre a un conjunto de problemas existenciales como individuo y como especie. Para poder hacerles frente ha prodigado cuidados tanto sobre sí mismo como sobre sus congéneres, en un principio de forma intuitiva, evolucionando después por vías empíricas hacia la profesionalización.

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En los últimos cien años la ancianidad se ha convertido en un problema social importante. La sociedad no estaba acostumbrada a que un porcentaje tan alto de la población, cada día mayor, alcanzara una edad tan avanzada. No existían los complejos cuidados de salud para el anciano, ni existía apenas, aunque tanto se alude a ella, la convivencia trigeneracional o incluso cuatrigeneracional. Uno de los puntos que preocupa especialmente a nuestra sociedad es que, dado que los ancianos son un colectivo de “no activos” que debe ser alimentado por el grupo de los “activos”, la relación numérica entre ambos es proporcionalmente desfavorable, cada día más, para el segundo grupo. Pero la sociedad también preocupa a los propios ancianos, ya que son ellos los que sufren gran parte de las consecuencias negativas de la desproporción comentada. Los ancianos no han creado el problema de la ancianidad, son parte de él. Asumir este hecho y poner los medios para que los individuos consigan vivir una vida plena y satisfactoria a cualquier edad, es tarea de todas las personas integrantes de un grupo determinado. Las formas sociales de producción han influido en todas las culturas sobre la suerte del anciano. La miseria o la riqueza, la seguridad o la inseguridad de la sociedad convierten a los ancianos en débiles poderosos. En el fondo la vejez, aun en situaciones de poder, es respetada, pero no amada ni deseada. En la literatura, las sátiras y burlas de la vejez son abundantes y constantes. Se considera que el viejo es una persona que ya no es de este mundo y que, por tanto, debe renunciar a satisfacciones y placeres de la vida. Cuando no acepta su “papel” es incomprendido por sus conciudadanos. En el análisis de la historia de las civilizaciones se demuestra que el anciano casi siempre ha sido despreciado, o al menos soportado oficialmente y criticado en práctica, lo que pone de manifiesto que las condiciones socioculturales han propiciado diferentes formas –y fundamentos teóricos- de cuidados dispensados a los ancianos.

2.1.

NUESTROS PRIMEROS ANTEPASADOS

En las tribus remotas la supervivencia diaria estaba por encima de todo. Las duras condiciones del hábitat comportaban la subsistencia de los más fuertes; así, la vejez era un estadio que pocos alcanzaban. A los viejos, por su debilitamiento físico, les resultaba mucho más penoso hacerse con los requerimientos vitales. En un grupo en competencia constante con la naturaleza para la supervivencia diaria, tanto colectiva como individual, es lógico pensar que el cuidado de los ancianos no fuese prioritario y que, en caso de existir, fuera una cuestión familiar o individual. En algunas tribus, los ancianos eran eliminados o abandonados. En otras sin embargo, se les aceptaba y respetaba. El secreto de la diferencia estaba en el trato que los padres tenían con sus hijos, a los que daban lo mejor que tenían; los hijos respondían más tarde a este aprecio no abandonándoles. Además, hay que tener en cuenta que en las sociedades en que era posible alimentar a jóvenes y ancianos, éstos estaban más considerados; en caso contrario, se imponía la supervivencia.

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2.2.

CIVILIZACIONES ANTIGUAS

El proceso evolutivo de la humanidad está marcado por grandes hitos, como la aparición de la agricultura y la ganadería en la vida cotidiana. Los pueblos se asentaron alrededor de ciertas áreas geográficas fértiles, surgiendo poco a poco importantes civilizaciones, como las establecidas alrededor de la cuenca mediterránea. Al mismo tiempo, el hombre en su necesidad de interrelacionarse con lo sobrenatural iba adoptando un número razonable de dioses y diosas. Estos podían apremiar o castigar. La búsqueda de explicación para el origen de las enfermedades, evolucionó hacia la idea de que éstas eran consecuencia del incumplimiento de los deseos divinos o el castigo por algún tipo de transgresión moral. A través de la religión se dictaban las conductas y las buenas costumbres. Una cierta superstición popular permitió a los dirigentes de aquellas primeras civilizaciones crear una serie de normas y leyes que el pueblo interpretaba como emanadas de la voluntad divina, por lo que debían ser acatadas. Bajo una perspectiva moral y filosófica se desarrolló un empirismo asistencial, sobre todo higiénico y dietético, a la vez que se dictaban normas de conducta hacia pobres, enfermos y necesitados en general, entre ellos los afectados por la vejez. Diversos médicos y filósofos hicieron importantes aportaciones gerontológicas. Para la escuela hipocrática, la vejez empezaba después de los 50 años. Era consecuencia del desequilibrio de los “humores”, que provocaba y facilitaba el desarrollo de las enfermedades. En los aforismos hipocráticos se describe la presentación diferenciadora de las enfermedades en la vejez, como la temperatura no suele ser alta, los procesos tienden a la cronicidad, los hábitos intestinales cambian”, etc.; y se dan también normas de asistencia específicas de higiene corporal. Para Aristóteles, buen narrador de la psicología del anciano, la vida se pierde poco a poco en la vejez, por la pérdida de calor interno, siendo la senescencia un enfriamiento progresivo de la fuerza vital acumulada en el desarrollo. En cuanto al rol del anciano en estas sociedades, Aristóteles creía que los viejos debían ser apartados del poder y decía que la vejez podía ser una bella edad siempre que no hubiese invalidez; mientras que por su parte Platón abogaba por la gerontocracia, ya que creía que en la vejez se reunían más conocimientos y las personas se acercaban a la verdad.

2.3.

INICIO DE LA ERA CRISTIANA

En esta época varios médicos se preocuparon de las afecciones de la vejez, entre ellos Galeno. Este refundió el saber griego y romano tratando de unir la teoría hipocrática humoral con la aristotélica o de la pérdida de calor interno. Así, Galeno postulaba que el envejecimiento era la pérdida de calor interno y como consecuencia, suponía la deshidratación y alteración de los humores. De esta teoría derivaron los fundamentos de los

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cuidados aplicados a los viejos: evitar su enfriamiento, la pérdida de líquidos y la alteración de los humores. Por otra parte, la práctica de la caridad estableció una continuidad asistencial a los ancianos desvalidos. La doctrina de Cristo, que predicaba amor y fraternidad, desarrolló un altruismo asistencial basado en las obras de misericordia dirigidas a todos los necesitados, entre ellos los ancianos, quienes, por sus condiciones físicas y mentales y por haber perdido la supremacía social, eran individuos proclives a recibir atención caritativa. Así, en las comunidades eclesiásticas surgieron los “gerontokomios”, hogares para ancianos integrados en establecimientos conocidos como “xenodochion”, destinados a atender a todo tipo de necesitados.

2.4.

EDAD MEDIA

La Edad Media representó un retroceso en la evolución social de la humanidad y ello repercutió en la situación de la ancianidad. Los castigos pecuniarios por dar muerte a una persona anciana eran tres veces menores que los equivalentes por dar muerte a un hombre en la plenitud de la vida. Las difíciles condiciones de vida no permitían a muchos llegar a viejos. En este contexto de dureza, el cristianismo desempeñó un papel ambivalente. Por un lado, creó hospicios y hospitales donde se practicaba la caridad cristiana, aunque el objetivo era la caridad en sí misma como prenda para la futura salvación, y no el anciano como tal. Por otro lado, mientras la iglesia mantenía el culto por el cuarto mandamiento del decálogo, no existía ningún culto por los ancianos, sino que aconsejaba su abandono y el ingreso en un convento. En las postrimerías de la Edad Media resurgió el razonamiento científico-médico adormecido desde los escritos galénicos, lo que le facilitaría los conocimientos gerontogeriátricos.

2.5.

RENACIMIENTO Y EDAD MODERNA

En estas épocas existieron dos tendencias: una religiosa y espiritualista, y otra materialista y burlesca. Dante (prerrenacentista) metaforizaba y decía que la principal preocupación del anciano debía ser “bajar velas”, para llegar apaciblemente a puerto. La vejez era el momento de asegurar la salvación. Esto generó una corriente de austeridad, seguida incluso por el papado, y empezaron a ser elegidos papas ancianos. La edad ayudaba a imprimir una imagen de sacralidad. La visión materialista, representada por Bocaccio, criticaba a los viejos que se enriquecían y acaparaban poder, dinero y mujeres; la sexualidad del viejo era comentada con cierta repugnancia. Para los ancianos, pobres, la invalidez, la dependencia, la pasividad, la decadencia y la miseria económica eran su alimento habitual.

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En este tiempo aparecieron dos comunidades religiosas destacadas por su labor en pro de los ancianos: Las Hijas de la Caridad y los Hermanos de San Juan de Dios. La revolución industrial. Siglos XVIII y XIX. En estos siglos aumentó la población mundial gracias a factores como la higiene, la medicina y una mejor alimentación. Esta afirmación es cierta a medias ya que se refiere preferentemente a las clases adineradas, las cuales, a pesar de las enfermedades que causaban los excesos de la buena mesa, la falta de actividad y el vicio, vivían diez años más que las personas de clases bajas. Éstas sufrían un mayor desgaste por el trabajo, la miseria y la fatiga, y porque su pobreza les impedía procurarse lo que necesitaban para su subsistencia. Las órdenes religiosas o filantrópicas eran las que se ocupaban de las personas ancianas y enfermas dentro de planteamientos caritativos, a pesar de los avances metodológicos.

3. TEORÍAS DEL ENVEJECIMIENTO Desde un punto de vista biológico, se define el envejecimiento como “la serie de modificaciones morfológicas, bioquímicas y funcionales que aparecen como consecuencia de la acción del paso del tiempo sobre los seres vivos”. Este campo de la biología se denomina biogerontología. El envejecimiento biológico es un fenómeno considerado universal, es decir que afecta a todos los seres vivos, pero que no ha sido demostrado más que en los seres humanos, en los animales domésticos y en los animales que viven en cautividad (zoológico). El envejecimiento biológico es un proceso de cambio del organismo que, con el tiempo, disminuye la probabilidad de supervivencia y reduce la capacidad fisiológica de autorregulación, de reparación y de adaptación a las demandas ambientales.

3.1.

FACTORES QUE BIOLÓGICO

AFECTAN

AL

ENVEJECIMIENTO

El proceso del envejecimiento, normalmente progresivo, se ve afectado de diferentes maneras en los distintos individuos de acuerdo a diversos factores, tanto endógenos, sobre los que no podemos actuar (la edad, el sexo, la raza, factores genéticos, etc.), como exógenos, sobre los que sí podemos influir a través de medidas preventivas que traten de evitar los factores nocivos que acortarán la esperanza de vida de la población anciana.

3.2.

NIVELES DE ORGANISMO

ESTUDIO

DEL

ENVEJECIMIENTO

DEL

Las causas que influyen sobre el envejecimiento de los organismos pluricelulares pueden ser muy variadas, según actúen sobre: 1. Las moléculas y células, individualmente consideradas.

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2. Los componentes extracelulares. 3. Las interrelaciones entre las distintas células jerarquizadas. Los estudios a nivel celular comenzaron a desarrollarse con Alex Carrel, premio Nobel, que cultivó “in vitro” una población de fibroblastos (células con gran capacidad de división) durante más de treinta años, postulando que las células individuales no jugarían ningún papel en el fenómeno del envejecimiento. Esta teoría fue desmentida posteriormente por Hayflick y Moorhead, que determinaron que el número de duplicaciones era inversamente proporcional a la edad del donante. En la actualidad hay más de 300 teorías sobre las causas del envejecimiento y su número continúa aumentando. Cualquier teoría sobre el envejecimiento debe explicar no sólo el mecanismo de desarrollo de un ser vivo y su eventual muerte, sino principalmente las variaciones evolutivas de su vida y las razones por las que el envejecimiento tiene diferentes parámetros en distintas especies, tejidos, órganos y células.

3.3.

TEORÍAS FISIOLÓGICAS

Dentro de este apartado se engloban varias teorías que tratan de explicar el proceso de envejecimiento apoyándose en mecanismos fisiológicos: . La teoría del deterioro orgánico (wear and tear), que explicaría el proceso desde el punto de vista del deterioro de los sistemas por su utilización a lo largo del tiempo. Sistemas que afectan a todas las células corporales y cuya disminución funcional causa modificaciones generales en el organismo, como el sistema cardiovascular, el sistema endocrino o el sistema nervioso. Las alteraciones de los mecanismos fisiológicos de la homeostasis, en sistemas tan relevantes como los mencionados, incapacitan al organismo en su conjunto para responder a los cambios medioambientales. La pérdida de mecanismos de adaptación celular, o bien la pérdida de células irreemplazables, sería uno de los tipos de agentes causales del deterioro. . La teoría inmunobiológica, que explica el fenómeno desde el punto de vista del deterioro del sistema inmunitario, ya que en el mismo se ha observado una disminución de la capacidad de las células de defensa para producir anticuerpos, con la consiguiente disminución de la respuesta inmune de los organismos frente a los agentes externos. Este hecho se pone de manifiesto con la relación establecida entre los tumores malignos y la edad, existiendo una disminución de respuesta por parte de las células de defensa frente a los estímulos proliferativos. . La teoría del estrés, para la cual las pérdidas en la capacidad de respuesta del organismo serían el resultado de la tensión a la que nos vemos sometidos durante la existencia.

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3.3.

TEORÍAS BIOQUÍMICAS Y METABÓLICAS

El paso del tiempo produce cambios en las moléculas y en los elementos estructurales de las células que darán lugar a la alteración de sus funciones. . Teoría de la acumulación de productos de desecho. Se observa que con el paso del tiempo se van acumulando diversos cuerpos pigmentados, como la lipofucsina, en el interior de las células, especialmente en las células que no se dividen como las neuronas o las fibras musculares estriadas; estos productos a la larga afectarían a las funciones celulares. . Teoría de las interconexiones o del entrecruzamiento (Cross-linking). Esta teoría se fundamenta en que con la edad se producen alteraciones por uniones de naturaleza fuerte o débil entre dos o más moléculas; aunque individualmente consideradas son uniones reversibles, se irían acumulando con el tiempo y producirían la alteración de funciones fisiológicas celulares. Las interconexiones llevarían aparejado un aumento de la viscosidad de dicho medio, siendo por tanto afectado el flujo de nutrientes y la eliminación de productos de desecho. . Teoría de los radicales libres de oxígeno. Esta teoría, postulada por Denham Harman, se basa en que los radicales libres producidos en la vías metabólicas de organismos aerobios están implicados en el envejecimiento. Una de las comprobaciones experimentales de esta teoría, todavía en desarrollo, se fundamenta en el control de la producción de radicales libres mediante la manipulación de la dieta. Dietas hipocalóricas con poca producción de radicales libres disminuyen la aparición de determinadas enfermedades y aumentan la longevidad en muchas especies. . Teoría de los radicales libres mitocondriales. Miquel, partiendo de las teorías de Harman, sostiene que el envejecimiento celular podría verificarse a partir de la liberación de radicales libres mitocondriales, más agresivos, con relación a la menor capacidad de defensa de la célula, que actuarían sobre el ADN mitocondrial; y así arrancaría el proceso de envejecimiento celular, al ser entonces la célula incapaz de abastecerse de energía. En todo caso sabemos que los radicales libres se encuentran involucrados en múltiples procesos fisiológicos y patológicos, sobre todo neurodegenerativos, entre los que se encuentran la enfermedad de Parkinson, la corea de Huntington, la enfermedad de Alzheimer y el cáncer.

3.4.

TEORÍAS GENÉTICAS

Son las que actualmente reciben mayor atención, dado que los fenómenos biológicos relacionados con la edad parecen tener su base en acontecimientos que se producen en el sistema genético, algunos autores postulando que el envejecimiento es un fenómeno programado genéticamente, ya que la duración máxima de la vida en las especies animales, o Expectativa de Vidas Máxima Potencial (EVMP), es constante para cada una de ellas, pero muy diferente en relación con las demás, de tal modo que a mayor expectativa d vida, menor velocidad de envejecimiento.

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. Teoría de la acumulación de errores. Postulada por Medvedev, supondría que la pérdida de secuencias únicas del ADN daría lugar al deterioro. La existencia de secuencias repetidas de ADN podría ser una estrategia evolutiva para retrasar la inevitabilidad del acontecimiento, actuando como un mecanismo de reserva para proteger información vital de errores al azar de ADN. . Teoría de la mutación somática a partir de las alteraciones del ADN. Postulada por Confort, decía que el envejecimiento se generaría a partir de una serie de lesiones a nivel del ADN nuclear, teoría que posteriormente se matizaría por otros autores que achacarían la causa al ADN mitocondrial, el cual provocaría los decrementos fisiológicos característicos del envejecimiento. Estas mutaciones serían aceleradas por factores exógenos como las radiaciones o los agentes químicos, mientras que la protección frente a estos agentes enlentecería el deterioro. . Teoría de la programación genética. Según sus autores, en el genoma está marcada una secuencia determinada de acontecimientos que se expresa de forma ordenada durante el ciclo vital y que podrá ser afectada tanto por factores exógenos como endógenos que darían la variación individual en la evolución prevista.

4. ASPECTOS DEMOGRÁFICOS En España, desde el punto de vista de la política gerontológica, el periodo transcurrido desde la transición democrática hasta la actualidad, ha sido importantísimo. A lo largo del mismo se ha ido tomando conciencia, de una manera bastante generalizada, del progresivo envejecimiento de nuestra población y partiendo en la mayoría de los casos desde cero, se han impulsado actuaciones –en forma de programas- dirigidas a este sector de la población. A pesar de su escaso desarrollo, constituyen en general, una oferta cada vez más diversificada. En los últimos años, y desde distintos niveles, se han realizado en nuestro país diversos análisis sobre la estructura de la población que permiten constatar lo que ya es un hecho en todos los países de nuestro entorno: el progresivo envejecimiento de la población. Además de esta constatación, que se produce a ritmos distintos en función de las características de cada zona, las diversas proyecciones realizadas permiten corroborar que esta tendencia se va a mantener e incluso irá en aumento en las próximas décadas. Esta situación, por otra parte, debe ser analizada en el marco de un proceso evolutivo que ha tenido como protagonista a este sector de la población, activo en épocas de marcado desarrollo cultural, tecnológico e industrial. Todo ello implica la necesidad de considerar su creciente heterogeneidad. Así pues, es previsible que las personas jubiladas sean cada vez más instruidas, más urbanas, más cualificadas, más informadas y en general, más independientes, con lo que su nivel de exigencia (social-sanitaria) aumentará.

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Y nos encontraremos también ante un incremento del número de personas que llegarán a edades muy avanzadas, lo que provocará un aumento significativo de las situaciones de “fragilidad” que precisarán mayor atención.

4.1.

INDICES DE ANCIANIDAD. ESPERANZA DE VIDA

En este apartado vamos a tratar el envejecimiento de la población que podemos considerar como el aumento de la proporción de personas mayores de 60 a 65 años. Ahora bien, hay que tener en cuenta que para que este fenómeno se produzca no debe aumentar el volumen de otros grupos de edad a un ritmo más acelerado, en ese caso se produciría un aumento del número de personas mayores pero no el envejecimiento de la población. El fenómeno envejecimiento en todas sus facetas se puede medir, utilizando los índices estadísticos adecuados a las cuestiones que se desea estudiar (figura 1).

ÍNDICES DE CRECIMIENTO Coeficiente de ancianidad Coeficiente de dependencia Coeficiente de renovación Coeficiente de ancianidad elevada Relación demográfica

Figura 1

Los diferentes coeficientes miden: . Coeficiente de ancianidad, nos da la proporción de personas de edad avanzada en la población total. . Coeficiente de dependencia, es la razón entre la población pasiva y la población activa. . Coeficiente de renovación o índice de envejecimiento, es la razón entre el número de personas de edad avanzada (mayores de 65 años) y la población infantil (0-15 años), (recambio generacional).

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. Coeficiente de ancianidad elevada, hace referencia a la proporción de personas muy ancianas (cronológicamente) en la población de edad avanzada. . Relación demográfica, es la razón entre uno y otro sexo, o sea el número de mujeres por cada 100 hombres en una misma población. A través de los anteriores índices o coeficientes se puede determinar la longevidad o esperanza de vida en las diversas edades y por sexos. Este dato se podría determinar también utilizando la probabilidad de que al haber alcanzado una determinada edad se pueda llegar a otra, teniendo en cuenta la variable edad.

4.2.

EVOLUCIÓN DE LA ANCIANIDAD. ENVEJECIMIENTO POBLACIONAL

CAUSAS

Cada uno de los índices citados anteriormente se puede utilizar para evaluar los progresos y los retrocesos demográficos relacionados con el envejecimiento. Ante la evolución de esta situación problemática, desde la demografía se han establecido lo que se conoce como “estimaciones o enumeraciones”, para lo que se considera grupos muy expuestos de ancianos, por medio de las cuales se pueden prever ciertos riesgos de salud, situación económica y social (figura 2).

ESTIMACIONES DE RIESGO

1. 2. 3. 4.

Personas de mucha edad > 80 a. Ancianos que viven solos (vivienda de un solo ocupante) Ancianas (solteras y viudas) Ancianos residentes en instituciones

PARTIENDO DE LA PREMISA ANTERIOR

5. Los ancianos que viven aislados (uno solo o un matrimonio) 6. Los ancianos sin hijos 7. Los ancianos enfermos o inválidos graves 8. Los matrimonios d ancianos en que uno de ellos está Gravemente enfermo o incapacitado 9. Las personas que viven con ayudas mínimas del estado o incluso menos

Figura 2

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El fenómeno del envejecimiento igualmente afecta a los países en desarrollo, que en la actualidad tienen una estructura joven pero que envejecerán probablemente más rápido que los países industrializados a causa de la emigración de los jóvenes y del descenso de la natalidad. También se observan zonas en que la inmigración de personas de edad y la emigración de los jóvenes da lugar a un envejecimiento de la población, superior al que se produciría a causa del descenso de la natalidad. La extensión de este problema queda reflejado en la figura 3. Estas cifras tienen un mayor significado si tenemos en cuenta que crecerán con mayor rapidez las personas mayores de 80 años, tanto en número como en proporción. Como ejemplo podemos citar la previsión hecha en Francia en el año 1970 se esperaba que las personas que cumplieran 65 años en el 2000 serían un 29% superior a las que lo hicieron en 1970; y las que cumplieran 80 años en la misma fecha un 42% más; y finalmente el porcentaje de los que cumplan en esta fecha 85 años sería un 122% superior a los que los cumplieron en 1970. AÑO

PERSONAS

EDAD

1950

200 millones

>60 años

1970

291 millones

>60 años

1975

350 millones

>60 años

2000

590 millones

>65 años

2025

1100 millones

>65 años

PORCENTAJE

8%

18-20%

Figura 3

También los progresos médicos han reducido la morbilidad en la segunda mitad de vida en los países desarrollados. En nuestro país el descenso de la natalidad, a través de la planificación familiar, es de las más altas de Europa, lo que junto con el descenso de la mortalidad infantil, podemos decir que es igual a un aumento de la esperanza de vida al nacer. Estos factores favorecen el envejecimiento de la población, en España en estos momentos se estima que el número de ancianos esta alrededor de seis millones. Los flujos migratorios positivos pueden rejuvenecer una población.

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Fenómeno que sucedió en los años 60 en España, producido por la inmigración dentro del propio país y la elevada fecundidad de la época (figura 4).

4.3.

CONSECUENCIAS DEL ENVEJECIMIENTO SOCIEDAD INDUSTRIALIZADA

EN

LA

Las consecuencias del envejecimiento de la población, son múltiples (ver figura 5) y no siempre reconocidas. Nos encontramos con una proporción elevada de ancianos sin hijos que los cuide, a causa de la existencia de un aumento del número de familias con pocos hijos o sin ellos. Independientemente del aspecto emocional, esta situación hace necesaria la intervención de recursos de la sociedad. Otra de las consecuencias de la prolongación de la vida, es la de encontrarnos con núcleos familiares compuestos por 3 ó 4 generaciones. Es decir un matrimonio en edad laboral tiene a su cuidado sus hijos y otros familiares ancianos, lo que motiva cambios en las relaciones mutuas. Nos encontramos también con zonas rurales y urbanas, en las que van apareciendo, sectores o barriadas de personas de edad, que dan lugar a zonas marginales en las que el anciano queda literalmente apartado de la vida normal de los adultos en edad activa. CONSECUENCIAS DEL ENVEJECIMIENTO -

Una proporción de ancianos sin hijos Existencia de familias multigeneracionales En zonas rurales y urbanas van apareciendo sectores y barriadas de personas de edad. Déficit de estructuras socioeconómicas Transformación del rol social de valores y sistemas Aumento de la demanda de formas de vida dependientes Aumento de la demanda de servicios sanitarios

Figura 5 Y el aumento del número de personas muy ancianas, se asocia con un aumento proporcional del uso de los servicios sanitarios y sociales. Lo que ha dado lugar, a que las políticas orientadas hacia la tercera edad, de los diferentes países d la Unión Europea, presenten en su mayoría unos puntos convergentes entre sí, tales como: . Un esfuerzo de potenciar la atención domiciliaria. . Diversificar los recursos alternativos a la institucionalización.

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. Un aumento del protagonismo de los servicios sociales. . Descentralización de los servicios sociales y sanitarios hacia el marco territorial de referencia. . Una planificación de los recursos de los servicios tanto sanitarios como sociales. Finalmente se ha de considerar que en las puertas del año 2000, vamos a tener una población anciana que será aproximadamente un 20% de la población total. Y el que el 75% de los españoles de más de 75 años serán mujeres.

RECOMENDACIONES PRÁCTICAS . Tenga presentes las diferencias entre los términos gerontología, geriatría, envejecimiento, y edad. . Recuerde que la vejez es un estado caracterizado principalmente por la pérdida de capacidad del individuo para adaptarse al conjunto de transformaciones que aparecen como consecuencia de la acción del tiempo. . Cualquier teoría sobre el envejecimiento debe explicar no sólo el mecanismo de desarrollo de un ser vivo y su eventual muerte, sino las variaciones evolutivas de su vida y las razones de la aparición de diferentes parámetros para explicar el envejecimiento en distintas especies, tejidos, órganos, y células. . Demográficamente, hay que reconocer en España, un aumento importante de las personas mayores de 65 años, una prolongación de los años de vida, y una composición de esta población caracterizada por la mayor proporción de mujeres.

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