Hallan nuevas tumbas en Egipto

12 ene. 2010 - señaló luego de la presentación el doctor Ricardo Hoogstra, jefe del. Servicio de Cirugía Plástica del. Hospital José M. Penna. Estimó que.
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CIENCIA / SALUD

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Martes 12 de enero de 2010

ARQUEOLOGIA s TIENEN MAS DE 4000 AÑOS

SE PRESENTO AYER

Una nueva técnica destruye las células grasas sin bisturí Expertos en cirugía plástica consideran que cambia la tendencia en los cuidados estéticos FABIOLA CZUBAJ LA NACION FOTOS DE AP

Los científicos anunciaron ayer el descubrimiento de doce esqueletos atribuidos a los constructores de las pirámides

Hallan nuevas tumbas en Egipto Los esqueletos demuestran que los constructores de las pirámides no fueron esclavos EL CAIRO (AP).– Egipto presentó ayer tumbas de más de 4000 años de antigüedad que, según los arqueólogos, pertenecieron a trabajadores de las grandes pirámides de Giza, que no eran esclavos como se creía, sino personas cercanas al rey. Las fosas, de 2,74 metros de profundidad, contenían doce esqueletos de los constructores de pirámides perfectamente conservados por la arena seca del desierto. También había vasijas que alguna vez tuvieron cerveza y pan para la vida en el más allá. Las tumbas de ladrillos de arcilla fueron descubiertas la semana pasada muy cerca de la parte trasera de las pirámides y se extienden hasta más allá de un sitio de entierros descubierto por primera vez en los noventa. Datan del tiempo de la IV dinastía (2575 a 2467 a.C.), cuando se erigieron las grandes pirámides de Egipto, en las afueras de lo que hoy es El Cairo. El historiador Heródoto describió alguna vez a los constructores de las pirámides como esclavos y creó lo que los egiptólogos consideran un mito que se propagó a través de las películas de Hollywood. Las primeras tumbas de los constructores de pirámides fueron descubiertas cuando un turista a caballo tropezó con lo que parecía una pared que resultó ser una tumba. El direc-

La arena de las excavaciones se transportó por rieles en el desierto tor de arqueología de Egipto, Zahi Hawass, dijo ayer a la prensa internacional que este descubrimiento comprueba que los trabajadores recibían un sueldo. Por lo tanto, no eran esclavos. En el sitio del descubrimiento, anunciado anteayer, Hawass señaló que los restos proporcionan más información sobre el estilo de vida y los orígenes de los constructores de pirámides. Lo más importante,

Una casa en Israel JERUSALEN (EFE).- Arqueólogos israelíes descubrieron en uno de los barrios más exclusivos de Tel Aviv, una vivienda de hace 8000 años. La casa está datada en el período Neolítico y posee tres habitaciones. Se hallaron también restos de un hipopótamo de la misma época.

aseguró, es que los trabajadores no eran reclutados entre los esclavos que vivían en Egipto durante el tiempo de los faraones. Provenían de familias egipcias pobres del norte y del sur del país y eran respetados por su trabajo. Tanto que quienes morían en la construcción tenían el honor de ser enterrados en tumbas próximas a las pirámides sagradas de sus reyes. Esa cercanía y la forma en la que eran enterrados respalda esa teoría. “De ninguna manera los habrían enterrado de una forma tan honorable si se tratara de esclavos”, dijo. Las tumbas no tenían oro u objetos de valor, lo que las preservó de los saqueadores. Los esqueletos fueron encontrados en posición fetal, con la cabeza hacia el Oeste y los pies hacia el Este, según las antiguas creencias egipcias. Estaban rodeados por vasijas con alimentos. Aunque no eran esclavos, tenían una vida dura de trabajo. En los esqueletos se hallaron signos de artritis y las vértebras mostraban señales de una vida difícil. “Sus huesos nos dicen lo duro que trabajaban”, precisó Adel Okasha, supervisor de la excavación. Comían 21 reses y 23 corderos por día, que les enviaban desde las granjas, y trabajaban por períodos de 3 meses. Para construir una pirámide se necesitaban 10.000 trabajadores y más de 30 años.

Una nueva tecnología para eliminar la grasa corporal promete reducir sin cirugía, anestesia ni reposo entre 1 y 3 centímetros de contorno en 20 minutos, siempre y cuando exista el compromiso de no comer demasiadas grasas y hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio físico el día de la sesión. El procedimiento, que se presentó ayer por primera vez en América, inaugura una tendencia no invasiva en los cuidados estéticos: aprovechar los procesos bioquímicos naturales del organismo. En este caso, estimular la membrana de las células grasas (adipositos) para que liberen la grasa intracelular, que, transformada en energía queda a disposición de los músculos para quemarla con ejercicio, como caminar a paso rápido o usar una bicicleta fija. Se trata de un sistema que emite bajos niveles de energía a través de pequeños emisores (pads) de luz láser fría que se apoyan sobre la piel; la energía penetra 1,5 centímetros. En el proceso, los triglicéridos, las grasas dañinas para el sistema cardiovascular y el metabolismo, se transforman en ácidos grasos y no quedan circulando libremente por la sangre. Esta tecnología está contraindicada para usar en las mamas; tampoco se aconseja utilizar en las embarazadas y las personas con marcapasos o con el sistema inmunológico debilitado. “El paciente tiene que comprometerse con el tratamiento para que los resultados sean duraderos. No existen las soluciones mágicas sin un adecuado cambio del estilo de vida”, explicó ayer la doctora en química Dona Freeman, que realizó un estudio a doble ciego para evaluar los efectos del sistema i-lipo. Con ultrasonido, midió el grosor del tejido adiposo de 50 pacientes

antes y después de una sesión. En esos 20 minutos, la reducción fue de alrededor del 30 por ciento. “Además de destruir las células grasas, actúa como un gran estímulo para mejorar la salud general”, dijo la especialista, que trabaja en la empresa que desarrolló el sistema. Otro estudio, esta vez un seguimiento a 40 pacientes tratados con las dos sesiones semanales que se recomiendan durante cuatro semanas, la reducción del contorno corporal medido en tres puntos distintos fue de hasta 4 centímetros por zona. Antes y después de cada sesión, el paciente tiene que comer liviano (por ejemplo, una fruta en el desayuno o pollo con ensalada en el almuerzo) “para no confundir al organismo sobre qué grasa quemar”, dijo Freeman. En el tratamiento, no se aconseja saltear comidas y se recomienda aumentar el consumo de frutas y verduras, y tomar entre 1,5 y 2 litros de agua por día. “Hoy se buscan buenos resultados con técnicas cada vez menos invasivas. La liposucción sigue siendo maravillosa en las manos correctas y los pacientes indicados. Pero la tendencia es dar buenos resultados siguiendo los mecanismos fisiológicos naturales del organismo mediante estímulos externos como el láser. Esta tecnología permite tener mejor calidad de vida, recuperarse más rápido y reducir complicaciones”, señaló luego de la presentación el doctor Ricardo Hoogstra, jefe del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital José M. Penna. Estimó que las 8 sesiones valdrán la mitad del costo de una liposucción. Por su parte, el cirujano plástico Alberto Rancati, que no participó de la presentación, opinó desde Miami: “El mecanismo de acción es inocuo y sin riesgo bioquímico para el organismo. Sin duda, ocupará espacio hasta desplazar a los procedimientos quirúrgicos”.