HACIENDO CAMINO HACIA DIOS

vietnamita con mis padres, pero inglés con mi hermano”, dice Hua. Mientras que los niños se adapta- ban fácilmente a la nueva lengua y cultura, para sus ...
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Lilian Mai/Washington

Lam Hua, en medio de su madre Tu Thi Doan, su padre Hung Minh Hua y su hermano menor Vien, goza en el día de su ordenación al diaconado. El Obispo Eusebio Elizondo celebró la ordenación en la iglesia Santa Ana en Washington.

HACIENDO CAMINO HACIA DIOS Por Gabriela Romeri

El camino que llevó a Lam Minh Hua a ser el nuevo sacerdote misionero de Maryknoll comenzó al otro lado del mundo, en Vietnam. Allí, en una aldea rural llamada Lanang, en las afueras de la provincia costera de Da Nang, Hua nació de padres católicos Hung Minh Hua y Tu Thi Doan, ambos campesinos que sembraban arroz. El recuerdo más perdurable que tiene Hua de su infancia en Vietnam es de su familia—padres, hermano 18

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y la prima que ayudó a criarlos— caminando a la iglesia cada domingo, en lluvia o sol. “Recuerdo claramente, quedaba lejos”, dice Hua. “Fue el lugar más lejano que recuerdo haber caminado, pero siempre lo caminamos juntos cada domingo, pase lo que pase”. Su padre, quien fue seminarista en su juventud, luchó en la Guerra de Vietnam por el lado de los vietnamitas del sur y fue prisionero de guerra por los vietnamitas del nor-

te por ocho años. Como resultado de ello, años después la familia de Hua tuvo la oportunidad de migrar a Estados Unidos en 1993, cuando Hua tenía 7 años. La familia se estableció en Tacoma, Washington, donde Hua y su hermano menor Vien aprendieron inglés en la escuela pública. Ambos también sirvieron como monaguillos, lo que Hua considera su primer ministerio. “Yo siempre estaba animado para servir. Si no figuraba en la lista para esa fecha y otra persona no podía servir, siempre era el primer voluntario”, dice. Sus padres también lo inscribieron en los Boy Scouts, donde aprendió va-

lores como la lealtad y la valentía. Pero en casa él sentía como que todavía estaba en Vietnam. “Había comida vietnamita y hablaba vietnamita con mis padres, pero inglés con mi hermano”, dice Hua. Mientras que los niños se adaptaban fácilmente a la nueva lengua y cultura, para sus padres fue difícil. “Eran agricultores, vinieron sin ningún tipo de capacitación o diplomas para ayudarles a conseguir trabajos aquí”. A pesar de esto y después de largos años de duro trabajo, el inglés de su padre mejoró y consiguió un trabajo como custodio en una escuela secundaria, mientras que su www.revistamaryknoll.org

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Daniel Kim/Tanzania

Lilian Mai/Washington

Hua brinda la comunión en iglesia rural construida por pueblo campesino en Tanzania. Izq.: El Padre de Maryknoll Michael Snyder participó en la ceremonia de vestiduras de Hua el día de su ordenación como diácono.

madre trabajaba en una tienda de tíbulo donde tenía una copia de la ropa. “En el 2000 mi familia fi- revista maryknoll. nalmente compró nuestra propia “Las historias en la revista me casa”, dice Hua, quien ya estaba en motivaron a aprender más”, dice la escuela secundaria. Ese mismo Hua. “Y cada vez que aprendía año, Hua comenzó un voluntaria- más acerca de Maryknoll, aprendo como consejero en un progra- día más sobre mi propia llamada ma para jóvenes en su parroquia vocacional”. Se puso en contacto vietnamita, apoyando a jóvenes de con el Hermano Tim Raible, direc8 a 16 años en lo que él llama “la tor de promoción para Maryknoll versión católica de los Boy Scouts”. en Seattle, Washington, y así Hua Fue entonces, casi se conectó con el Paal final de la escuela “Las historias en la dre Michael Snyder, secundaria, que dice revista me motivaron director de vocacioque: “Tuve la suerte a aprender más”. nes para Maryknoll. de escoger al azar un “Hua estaba en los libro acerca de un misionero jesui- últimos pasos de la admisión a ta que trabajó con los nativos ame- Maryknoll, cuando los requisitos ricanos en el 1840”. El jesuita fue cambiaron”, recuerda el Padre Pierre-Jean De Smet, y Hua empezó Snyder, “la edad para ingresar pasó a sentir un anhelo para ser no sólo de 18 a 21 años”. Así que el Padre sacerdote sino también misionero. Snyder le aconsejó que vaya a la Cuando le contó a su pastor, un je- universidad primero: “Y le prometí suita en la parroquia Santa Rita en a Hua y sus padres que si decidía ir Tacoma, su pastor le llevó al ves- a la universidad, iría a visitarlo dos 20

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veces por semestre”. El Padre Snyder cumplió su promesa y visitó a Hua en la Universidad San Xavier en Chicago, donde Hua estudió y trabajó en un kiosco de comida. Hua asistió a retiros espirituales y visitó una misión de Maryknoll en Camboya; ahí conoció al Padre James Noonan y su ministerio con personas con sida. “Él iba a sitios donde nadie iría”, dice Hua de Noonan. “Él oraba con ellos, los tocaba. Me conmovió ver un ministerio así”. Tan pronto terminó sus estudios—con un bachiller en Filosofía y enfoques en historia y religión— Hua entró a Maryknoll en agosto del 2007. Poco después, estudió en la Unión Teológica Católica de Chicago, y obtuvo una Maestría en Divinidad con concentración en la Misión Mundial. Como parte de sus estudios, Hua pasó dos años en Tanzania. Para ese entonces, el Pa-

dre Snyder servía en misión como capellán de la Universidad Nacional de Medicina en Dar es Salaam. “Hua venía a visitarme allí cada lunes”, recuerda el Padre Snyder. “Conozco a Hua por 13 años ya; él es realmente una persona especial”. En Tanzania, Hua aprendió Swahili y obtuvo experiencia misionera con el Padre de Maryknoll Ray McCabe. “Me daba cuenta de las tantas personas que siempre acudían en busca de ayuda, y él me dijo: ‘No vas a poder ayudar a todos, pero hay que ayudar a la mayor cantidad de gente posible’”. En Mwanza, Hua dio clases de religión e inició una liturgia para los cientos de niños que asistían: “Había tantos chicos que llenaban la iglesia entera, su energía era increíble”. Él se encontró cara a cara con una pobreza abrumadora y condiciones aplastantes, junto con una gracia y hospitalidad que le dejó www.revistamaryknoll.org

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Daniel Kim/Tanzania

Lam Hua será ordenado este mes de mayo y pronto partirá a su primera misión en ultramar como sacerdote de Maryknoll. Por favor, únase a los Padres y Hermanos de Maryknoll con sus oraciones y su apoyo para que todos conozcan a Cristo a través de los ministerios de nuestros misioneros alrededor del mundo.

El diácono Hua dice que la pequeña comunidad cerca a Dar es Salaam, Tanzania, lo recibió con mucha paciencia, mientras aprendía swahili, el idioma local.

asombrado. “La gente de allí son tan pobres y tienen una fe tan grande”, dijo Hua. “Ellos me enseñaron mucho más de lo que podría enseñarles. Ellos me están enseñando a vivir como Cristo”. Hua recuerda una invitación a cenar en la casa de una pareja. “Nos sentamos a comer y había un plato de ugali con tres cucharas”, recuerda Hua; ugali es una avena de maíz. “Su esposa estaba embarazada y el plato sólo alcanzaba para una persona. Y a pesar de eso estaban felices de poder compartir ese plato conmigo”. Por sugerencia del Padre de Maryknoll John Waldrep, Hua se animó a iniciar otra misión en las afueras de Dar es Salaam. “Este pequeño pueblito, una especie de estación remota, quedaba muy lejos de la parroquia”, dice. Los campesinos de esa aldea rural tenían que caminar mucho más de una hora para llegar a la iglesia durante la época de lluvias cuando los cami22

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nos se ponían malos—algo que Hua entendía bien desde su propia niñez. “Así que el Padre Waldrep me envió a ver lo que podía hacer”. En una semana, la gente de allí ya había despejado un terreno descuidado en medio de un campo, y trajeron postes y lonas, palos y madera, para construir su propia iglesia. “Cada domingo que llegaba, veía que habían añadido más postes, más lona”, él dice. “Es una manera muy hermosa para orar, ahí en medio de la naturaleza. Eran personas de gran fe. Venían cada semana, portando sus propias sillas y tapetes”. “Lo bueno de esa experiencia es que porque yo dije que sí, lo hacemos, ellos fueron capaces de construir esa remota iglesia”, dice Hua, quien será ordenado sacerdote de Maryknoll el 31 de mayo de 2014. “Si yo no hubiera ido, no hubieran tenido alguien que les diga que sí. Eso es todo lo que estaban esperando. Ya estaban listos”.

Sí, quiero proclamar el Evangelio mediante el apoyo a los Padres y Hermanos de Maryknoll y en honor a la ordenación de Lam Hua. Por favor, acepte mi regalo de: q $10 q $15 q $25 q Otro $______ GIRE SU CHEQUE A NOMBRE DE: Padres y Hermanos de Maryknoll P.O. Box 302, Maryknoll, NY 10545-0302

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