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ANTIGUO Y NUEVO TESTAMENTOS: ¿CONTINUIDIAD O DISCONTINUIDAD? Por Shema Usado con permiso

Durante muchos siglos, se les enseñó a la mayoría de los cristianos que hay una dramática discontinuidad entre el Antiguo y Nuevo Testamento, entre "la Ley" y la "Gracia", entre Israel y la iglesia. Mientras que existen diferentes y mayores ventajas en el nuevo pacto instituido por el Mesías Yeshua, existe asimismo mucha continuidad entre el Antiguo y Nuevo Testamentos. Hay gracia en la Torah, y hay leyes y mandamientos en el Nuevo Testamento. Hay diferencias entre Israel y la iglesia, pero at mbién hay muchísima sobre posición. Si alguna vez ha escuchado hablar que “los cristianos no deben interesarse en el Antiguo Testamento”, entonces lo animo a considerar lo siguiente: El fundador de la fe, el Mesías Yeshua, era muy judío. Jesús era un sabra (un israelí nativo). Ya que él nació en la tribu de Judá, y es descendiente del rey David, es de la realeza judía. Fue circuncidado al octavo día. Se le dió un nombre judío-Yeshua. Fue criado en un hogar judío piadoso por padres piadosos. Iba regularmente a la sinagoga, como era su costumbre (Lucas 4:16). La vida que llevó era la de un judío observante que guardaba la Torah (Gálatas 4:4). Él pudo decir “¿Quién de ustedes me puede acusar de pecado?” porque él nunca pecó al romper los mandamientos de la Torah. El Mesías Yeshua enseñó que él cumpliría, no que dejaría de lado la Torah (Mateo 5:17-19). El estudioso ortodoxo Pinchas Lapide hizo esta observación: “Jesús nunca y en ninguna parte rompió la Ley de Moisés, ni en ninguna manera provocó su infracción. Es completamente falso decir que lo hizo. Al respecto deben creerme, porque conozco mi Talmud más o menos.. Este Jesús fue tan fiel a la ley como yo esperaría serlo. Pero sospecho que Jesús fue más fiel a la ley de lo que yo lo soy, y yo soy un judío ortodoxo”. ¿Y qué de los apóstoles?. Ellos fueron los primeros cristianos, lo que significa que ellos se convirtieron al cristianismo y cesaron de vivir como judíos ¿Correcto? ¡Errado! Los discípulos judíos del Señor continuaron viviendo una vida muy judía durante siglos después de su muerte. El libro de Hechos registra la historia primitiva del movimiento de judíos mesiánicos, y presenta una figura muy judía. Por ejemplo, los apóstoles y los otros judíos mesiánicos se reunían regularmente en le templo de Jerusalén (ver Hechos 2:46;3:1). Guardaban el Sábado, incluyendo las tradicionales restricciones de desplazamiento en ese día. Hechos 1:12 se refiere a “un día de camino en Sábado”. Lucas, el autor de Hechos, estaba registrando el hecho de que cuando los apóstoles estaban regresando a Jerusalén desde el Monte de los olivos en donde vieron a Yeshua ascender al cielo, estaban a un día de camino en Sábado, o cerca de 2,000 codos (aproximadamente media milla). Esto indica la actitud prevalente entre los apóstoles y Lucas respecto a la observancia del Sábado en el momento en que se escribió el libro de Hechos en el 60 d.C.

Los apóstoles observaron asimismo fiestas judías como el Shavuot (Pentecostés). Hechos 2 registra los asombrosos eventos que tuvieron lugar en el día de Shavuot, cuando el Espíritu de Yeshua fue derramado sobre los apóstoles y ellos fueron llenos con el Espíritu. hechos 10:9-16 indica que Pedro, el líder del grupo apostólico, aún guardaba las leyes dietarias kosher después de la muerte y resurrección del Mesías. “Levántate Pedro, mata y come (¡animales no kosher en una gran sábana¡)” Pero Pedro dijo, “De ninguna manera Señor, porque yo nunca he comido nada inmundo o impuro”. ¿Y qué acerca de Pablo? Ciertamente Pablo vivió como un gentil, ya que él era el apóstol para los gentiles, y entonces, cuando estaba entre judíos, él vivía como judío ¿Correcto? No exactamente; a través de su vida este gran rabino de Tarso mostró un gran respeto por la ley judía. Por ejemplo, Pablo, quien supuestamente renunció a su identidad judía, tomó los votos de Nazareo, que incluían ofrendas sacrificiales de animales en el templo de Jerusalén (ver Hechos 18:18 y Números 6:2-21). Pablo y sus compañeros continuaron guardando la Pascua y la fiesta del Matzo (ver Hechos 20:6). Ellos celebraron el Shavuot (la fiesta de Pentecostés, ver Hechos 20:16). Ellos observaron el ayuno del Yom Kippur (ver Hechos 27:9). Debido a que él era un líder religioso judío reconocido, Pablo fue invitado a hablar en la sinagoga en Antioquia de Pisidia (ver Hechos 13:15). En su defensa ante Porcius Festus, el nuevo gobernador romano, Pablo dijo “no he cometido ninguna ofensa ni contra la ley de los judíos ni contra el templo ni contra César” (Hechos 25:8). Frente al Sanedrín, Pablo afirmó que aún era un fariseo: “Soy fariseo, hijo de fariseos” (Hechos 23:6). Noten que Pablo no dijo “Fui fariseo”, sino “Soy fariseo”. Cuando oyeron esto, los otros fariseos se pusieron de su lado y dijeron, “Nosotros no encontramos nada malo en este hombre” (Hechos 23:9). El estudioso cristiano H.L. Ellison, nos recuerda que “estamos en lo correcto al pensar que durante su actividad misionera Pablo vivió de una manera que no habría levantado comentarios adversos de un fariseo que se hubiera encontrado con él”. Esta fue la manera en que Pablo vivió toda su vida. Al final de ella y de su ministerio, en su defensa delante de los líderes judíos en Roma, Pablo pudo decir, “Hermanos, aunque no he hecho nada contra nuestro pueblo o las tradiciones de nuestros padres, aún así, he sido entregado como prisionero a los romanos en Jerusalén” (Hechos 28:17). Lo que el gran rabino de Tarso practicaba, instruyó a otros judíos mesiánicos a hacer también. En 1 Corintios pablo insistió que los otros judíos mesiánicos mantengan un estilo de vida judío. “Pero cada uno ande según el Señor le dió y según le llamó. Y esto lo mando en todas las iglesias. ¿Ha sido uno llamado en la circuncisión? No disimule el prepucio. ¿Ha sido llamado en el prepucio?. No se circuncide.... cada uno permanezca en el estado en que fue llamado” (1 Corintios 7:17-20). ¿Qué significa para un hombre circuncidado “no disimular el prepucio”?. Significa que puede continuar viviendo una vida judía basada en las leyes de Dios. La sociedad occidental ha tendido a olvidar que lo que se llama “la iglesia primitiva” o “cristianismo del primer siglo” era un movimiento judío desde sus inicios. La cuestión en el primer siglo no era, “¿Cuánto de la ley de Moisés debemos abandonar?”, sino “¿Puede un gentil creer en el Mesías judío sin primero convertirse al judaísmo y guardar las leyes

judías?”. No había duda de que los judíos mesiánicos continuarían viviendo vidas judías basadas en la Torah de Dios. Estaba entendido que era normativo para los udíos j mesiánicos que continúen teniendo una vida observante de la Torah (ver Hechos 21:2026). Fue la relación de los gentiles con la Torah, y cuánto de ella era de su incumbencia el observar lo que era el tema de debate en el primer concilio de Jerusalén (ver Hechos 15). Mientras que a primera vista la carta escrita por Pablo a la congregación de Galacia puede parecer contradecir este análisis, en realidad no lo hace. En esa carta Pablo no está enseñando que la gracia de Dios está opuesta a la ley de Dios. “¿Está la ley entonces en contra de las promesas de Dios?” Nada de eso (Gá. 3:21). Para entender esta carta bastante difícil, tenemos que entender que el término “ley” (que Pablo usaba frecuentemente en sus cartas), se puede referir a varios conceptos distintos. He encontrado por lo menos nueve usos distintos de la palabra “ley” en el Nuevo Testamento. Se puede referir al pacto mosaico, o a los cinco libros de Moisés, o a toda la Tenach (la Torah, los profetas y los escritos). “Ley” se puede referir a un mandamiento bíblico específico, o a un “principio”, o a un “legalismo”, dependiendo del contexto en el que se usa el término. En su carta a los gálatas, pablo usa el término “ley” de una manera paralela al concepto de “carne” u “obras”, esfuerzo propio. Pablo está enfocando su ataque en el “legalismo”, la idea de que los esfuerzos y logros personales pueden ganar mérito salvador con Dios. Muchos de los judíos en el primer siglo no habían entendido el mensaje básico de la Torah. Habían distorsionado la observancia de la maravillosa Torah de Dios en un sistema de obras, logros y esfuerzos personales. La idea de guardar las leyes de Dios fue torcida y convertida en un medio de conseguir estar bien con Dios por méritos y fuerza propios. Esta errónea aproximación legalística a la salvación estaba siendo llevada hacia algunos sectores del nuevo movimiento mesiánico también. En particular los creyentes gentiles de Galacia estaban siendo mal enseñados en el sentido de que los esfuerzos y obras personales resultaban en salvación y/o en un nivel más elevado de espiritualidad. Fue este perverso legalismo, y no las leyes santas de Dios, lo que Pablo atacó vigorosamente. Las críticas de Pablo hacia el legalismo no se deben tomar como un ataque contra la observancia de los mandamientos bíblicos por amor a Dios y un deseo de obedecerle por los judíos mesiánicos. Otro estudioso cristiano, R. Alan Cole, observa que “Pablo nunca parece haber instado las iglesias gentiles a actuar como judíos...pero es igualmente cierto que él no esperaba que las iglesias judías actúen como creyentes gentiles. Nunca dijo que estaba mal para ellos el ser circuncidados, o guardar la ley, o celebrar sus fiestas. Todo lo que él dice es que ello no tiene nada que ver con el don de la salvación”. El ejemplo de Yeshua y la observación de Pablo y de los apóstoles, encuentran corroboración histórica en los escritos de Josefo, un historiador judío del primer siglo. En el capítulo 9 del libro 20 de las Antigüedades, Josefo registra la muerte de Santiago, el medio hermano del Mesías Yeshua. Santiago era el líder de la congregación de Jerusalén. Como descendiente vivo del rey David y como líder de la congregación de Jerusalén, Santiago había levantado la ira del sumo sacerdote de Israel, quien ordenó que Santiago

fuese apedreado. Sin embargo, Santiago era tan querido por la mayoría del pueblo judío por su vida devota y observante, que se quejaron al nuevo gobernador romano, quien retiró al sumo sacerdote de su puesto. En su libro “Diálogo con Trifo el judío", Justino mártir, un prominente líder cristiano del siglo segundo, indica que habían judíos mesiánicos en la mitad del siglo segundo que todavía mantenían un estilo de vida judío y a la vez seguían al Mesías Yeshua. Luego de explicar que algunos cristianos condenaban las observancias judías, él dice que en cuanto a él concierne, si ellos “desean observar tales instituciones dadas por Moisés... junto con su esperanza en el Mesías... y escogen vivir junto con los cristianos y los fieles...entonces sostengo que tenemos que unirnos con los tales y asociarnos con ellos en todas las cosas como semejantes y hermanos”. (4) Ireneo, un prominente líder de la iglesia del segundo siglo, cuyo mentor había sido enseñado directamente por los apóstoles y que por lo tanto tenía un conocimiento preciso acerca de sus vidas, escribió acerca de los apóstoles (“Contra las herejías” 3.23.15). “Pero ellos mismos continuaron las antiguas observancias…Así hicieron los apóstoles… escrupulosamente actuaban de acuerdo a la dispensación de la ley mosaica”. (5) La mayoría de la gente no se da cuenta que el movimiento mesiánico judío continuó durante siglos después que Yeshua vino. Los apóstoles no se “convirtieron en cristianos” en el sentido de renunciar a su identidad, estilo de vida y herencia judías. Ellos se “convirtieron en cristianos” en el sentido de seguir al Mesías Judío. Cerca del año 400 d.C, Epifanio notó esto (“Panarion” 30:18,39:7). “Pero en realidad ellos permanecieron totalmente judíos y nada más. Porque no sólo usan el Nuevo Testamento sino también el Antiguo, como los judíos, porque la ley y los profetas y los escritos, que es llamada la Biblia por los judíos, no son rechazados por ellos. Ellos viven de acuerdo a la predicación de la ley como entre judíos... Han venido a creer en el Mesías. Porque ellos aceptan también la resurrección de los muertos. Ellos proclaman un Dios y su hijo Jesús Cristo. Tienen buen dominio del idioma hebreo, porque toda la ley y los profetas son leídos por ellos en hebreo. Con los judíos no concuerdan por su creencia en el Mesías, con los cristianos (no concuerdan) porque están entrenados en la ley, en la circunsición, el Sábado y otras cosas”. (6) Hace algunos años cuando Marta y yo estuvimos en Israel, visitamos una iglesia en Caná, la antigua ciudad de Galilea que está cerca de Nazareth, en donde Yeshua hizo su primer milagro y convirtió el agua en vino. A medida que los arqueólogos descubrían capa tras capa de restos de iglesias más y más antiguas en este sitio, en la capa más profunda descubrieron los restos del edificio más antiguo de todos, una sinagoga mesiánica del siglo segundo d.C. Encuentro esto fascinante, que la palabra de Dios enseñe que en el futuro milenio, cuando el Mesías Yeshua esté reinando desde Jerusalén, todas las naciones deberán observar el Sucot (la fiesta de los tabernáculos -ver Zacarías 14), el Sábado y las fiestas de la luna nueva (ver Isaías 66:23). Si estas cosas fueron observadas por el pueblo de Dios durante

siglos antes de la cruz, por judíos mesiánicos durante siglos después que Yeshua vino, y en el milenio, entonces ¿Cuán malas pueden ser ahora? A la luz de todo esto, urgiría a mis hermanos cristianos y a mis hermanos judíos mesiánicos a no menospreciar a aquellos que enfatizan la continuidad de las leyes y costumbres judías que están basadas en la Biblia. Creo que estaremos mejor servidos al enfatizar la continuidad entre los pactos, como hicieron los apóstoles, que tratando de forzar una ruptura radical entre antiguo y nuevo testamentos, como el ala más gentil de la iglesia ha hecho en los largos siglos desde esa vez. Obrero Fiel. Se permite la reproducción de este material siempre y cuando no se venda.