Es Dios soberano? - ObreroFiel

Fue advertido por Jeremías que se sujetara a Nabucodonosor. En esa primera deportación, comenzó el “TIEMPO DE LOS GENTILES”. (Lucas 21:24). 722 ------- ...
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¿Es Dios soberano? Un estudio de Daniel y sus tres compañeros Por Ken Hanna INTRODUCCIÓN Daniel y sus tres amigos fueron llevados cautivos en septiembre del año 605 antes de Cristo. Joacím fue el décimo séptimo rey de Judá. Fue advertido por Jeremías que se sujetara a Nabucodonosor. En esa primera deportación, comenzó el “TIEMPO DE LOS GENTILES”. (Lucas 21:24)

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La caída de Jerusalén 2000------------------------------- 1000 ----------------- 606 --- 18/7/586 ------------- C ----------------- Hoy La formación de la nación La teocracia | EL TIEMPO DE LOS GENTILES -- La tierra de Palestina fue quitada de Israel y puesta bajo el dominio de poderosos gentiles conforme a lo prometido por Dios en Dt. 28. En los versículos 1 al 14 recalca Dios, a través de Moisés, que la obediencia traerá bendiciones, pero, en 15 al 68, que la desobediencia producirá disciplina. La última disciplina sería el uso de una nación de gentiles que los sujetaría y los desterraría (49-68). Dios no levantaría la disciplina hasta que volviesen a él con todo el corazón (Dt. 30:1-10). En el año 722, las diez tribus del norte fueron llevadas por el imperio de Asiria y dispersas por toda la tierra. Las dos tribus del sur se arrepintieron, pero no duró su nueva relación con Dios. El último rey bueno era Josías, quien terminó su reinado en 609. Los Israelitas habían ignorado el sábado, y se habían metido de lleno en la idolatría. Dios escogió a Nabucodonosor como su instrumento de castigo y disciplina, como vemos claramente en Habacuc 1:6 y Jeremías 27:6. Sería un castigo inigualado, severo, pero con el fin de traerlos de nuevo a Dios. Dt. 30:1-10 les hace ver que hay esperanzas para la restauración nacional y personal: Si…vuelves al Señor tu Dios, tú y tus hijos, y le obedezcas de todo tu corazón y con toda tu alma, conforme a todo lo que yo te ordeno hoy, entonces el Señor tu Dios te hará volver de tu cautividad, y tendrá compasión de ti, y te recogerá de nuevo de entre los pueblos adonde el Señor tu Dios te haya dispersado. Consideremos lo que nos enseña la vida de Daniel en cuanto a la persona y el carácter de Dios. I.

DIOS ES SOBERANO EN LA VIDA COTIDIANA ÉL PUEDO 1:2 El Señor entregó a sus manos a Joacím y algunos utensilios del templo. Nabucodonosor los llevó a la casa de su dios, Bel o Marduc, haciendo ver que su dios había conquistado al Dios de Israel. 1:3-4 Daniel y sus tres compañeros eran de la familia real, bien parecidos, inteligentes, capaces de adornar y servir al palacio del rey.

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1:6-7

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El rey les cambió sus nombres. Sus nombres fueron compuestos de características de Dios y servirían de memoria de la persona de Dios. Nabucodonosor quiso borrar tal memoria, dándoles nombres que honraban a los dioses paganos. Les dio una educación que serviría no solamente de preparación, sino de un lavamiento de cerebro. La comida serviría para remachar el culto a los dioses paganos. Pero Daniel propuso en su corazón no contaminarse. Esta lección iba a servir a todos los del cautiverio. ¿Es posible agradar a Dios en circunstancias tan ajenas, tan imposibles? ¿Puede Dios proteger a uno que quiere agradarle en todo, incluyendo en los detalles de la escuela, comida, bebida, y empleo? Es difícil entender esta historia para los que creemos que “el que no tranza, no avanza”. Sin saber qué ocurriría, Daniel pidió permiso a los oficiales. No tenía garantías de Dios. Pero Dios concedió a Daniel hallar favor y gracia ante el jefe de los oficiales. Aunque existía una relación amistosa, tal acción podría poner en peligro la vida, no solamente de Daniel y sus amigos, sino también del mismo mayordomo. Propusieron una prueba y salieron en su aspecto mejor que todos los demás jóvenes (judíos iguales a ellos). Dios les dio a estos cuatro jóvenes una medida especial de conocimiento, etc. y por lo tanto, una posición en la política de la nación. Dios sí supervisa todos los detalles de la vida cotidiana. Podemos confiar en él y esperar su fuerza para agradarle en los detalles de la comida, la bebida, el empleo, y todo lo que resta de nuestra vida cotidiana. Santiago 4:13-16 – “Pienso hacer tal” – pero tengo jaqueca, gripa, cáncer – SI DIOS QUIERE, DIOS DA LAS FUERZAS - ¿Lo merecemos? - ¿Qué tenemos que no hemos recibido de Dios?

II.

DIOS ES SOBERANO EN LA OPOSICIÓN 3:1-7

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ÉL PUEDE

Se le ocurre a Nabucodonosor levantar la estatua (posiblemente un obelisco) y exigir que todos los funcionarios políticos de todas las provincias se hincaran delante de ella. Fue un acto calculado para unificar a su inmenso reino por los representantes políticos en una sola política y adoración. No es que exigía la exterminación de otras religiones, sino que reconocieran la suya y a él como el sumo pontífice de ella. Toda persona tendría que decidir si iba a guardar la línea de la exclusividad en la adoración a su dios o si iba a aceptar el pluralismo que abarcaría la creencia del rey. Otra vez, para nosotros hoy, el pluralismo es valorado. El que cree en un solo camino, un solo Dios, y un solo mediador, es objeto de menosprecio.

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3:8-13

3:13-18

Los tres amigos de Daniel no se inclinan ante la imagen y son acusados severamente por otros políticos. Son tildados como “judíos”. Son conocidos como diferentes. No han sido absorbidos por la cultura macra. Han mantenido una distancia y una diferencia a base de su fe. Nabucodonosor es furioso, pero valora a los tres. Les da chance de entender o si no comprenden el mandato, de arrepentirse y adorar a su imagen. La respuesta de los tres es de suma importancia: Ciertamente, nuestro Dios a quien servimos PUEDE librarnos del horno de fuego ardiente; y de tu mano, oh rey, nos librará. PERO SI *O LO HACE, has de saber, oh rey, que no serviremos a tus dioses ni adoraremos la estatua de oro que has levantado.

3:19-27

3:28-30

III.

Dios les liberó y Nabucodonosor quedó atónito al ver que les acompañaba un ser sobrenatural dentro del horno. Dios ha prometido estar con nosotros. No se baja a la entrada del horno, ni ha prometido que no pasaremos por el horno, sino que estará con nosotros. El rey es medio convencido de que el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego es grande y merece ser adorado, por lo menos no blasfemado, porque no hay otro que libere como su Dios. Pero todavía no lo toma por su propio Dios.

DIOS ES SOBERANO EN EL CORAZÓN DEL REY 4

4:1-18

4:19-27

4:28-33

4:34-37

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ÉL PUEDE

El capítulo 4 fue escrito por Nabucodonosor. Para algunos, esto reta su fe, pero el Espíritu Santo ha incluido este capítulo para mostrar la soberanía de Dios sobre el corazón del rey. Nabucodonosor cuenta como había tenido un sueño de un gran árbol que creció y se hizo fuerte, pero fue derribado, aunque se dejó el tronco. Ningún sabio lo podía interpretar. Finalmente a Daniel se le llama. Por la relación que tuvo Daniel con Nabucodonosor, lamenta tener que revelar lo que Dios había dicho por medio del sueño. Revela que por el orgullo y egoísmo del rey, Dios le iba a hacer actuar como un animal del campo por siete años, hasta que él reconociera que el altísimo domina sobre el reino de los hombres y que lo da a quien le place. En otras palabras, el propósito de Dios fue de glorificarse. Daniel amonestó al rey que dejare sus pecados y que hiciera justicia, sometiéndose a Dios, y tal vez podría evitar esta ocurrencia. El rey se puso necio y una noche en la azotea, contemplando la gran ciudad, se dijo así mismo, ¿*o es esta la gran Babilonia que yo he hecho como residencia real con la fuerza de mi poder y para gloria de mi majestad? De inmediato, oyó una voz de Dios sentenciándole y al instante se cumplió la palabra dicha por Daniel. Al final de siete años, él alzó sus ojos y bendijo al altísimo y le alabó y le glorificó. Dijo,

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Porque su dominio es un dominio eterno, y su reino permanece de generación en generación. Y todos los habitantes de la tierra son considerados como nada, mas él actúa conforme a su voluntad en el ejército del cielo y entre los habitantes de la tierra; nadie puede detener su mano, ni decirle: “¿Qué has hecho?” Él termina el capítulo diciendo, Ahora yo, *abucodonosor, alabo, ensalzo y glorifico al Rey del cielo, porque sus obras son toda verdaderas y justos sus caminos; él puede humillar a los que caminan con soberbia. ¿Podremos confiar en que Dios es capaz de cambiar el corazón del más necio, difícil, poderoso, sea familiar, jefe, oficial, o maestro? Tenemos el testimonio elocuente de Nabucodonosor, el rey más poderoso del mundo antiguo, para asegurarnos que sí, él es soberano sobre aún el corazón del rey. Lo hará para su gloria, no para nuestra comodidad. IV.

DIOS ES SOBERANO SOBRE EL SISTEMA 6

6:1-9

6:10-16

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ÉL PUEDE

Con la conquista de Babilonia por los medos y persas, se introdujo un nuevo sistema y una nueva cultura. Bajo Nabucodonosor y sus descendientes, el rey era supremo. Pero ahora el rey es un siervo de la ley, a veces llamada la ley de los medos y persas. Tenía fama de ser una ley que no podía ser alterada ni cambiada. Habían deificado, endiosado, al sistema político y cultural. Es similar la situación en un país donde la expresión religiosa popular es parte de la definición de su nacionalidad. Es como quien dice que ser mexicano y no guadalupano es una contradicción de términos. Como en toda cultura, hay quienes saben manejar el sistema para su propio beneficio. Algunos envidiosos buscaban crear leyes en contra de Daniel. Pero desde su juventud, por más de 70 años, había sido fiel en su empleo, su honradez personal, y su vida social. El único área en que podrían ellos señalarle era aquel que produjo tal honradez – su fe en Dios. Instituyeron una ley que negara que nadie orare a ningún otro dios, sino al rey. Al darse cuenta de la ley, Daniel no flaqueó, sino que, confiando en el Dios soberano, oró como lo solía hacer antes. ¿Cuáles hábitos has desarrollado en la disciplina de tu vida cristiana hasta hoy? Jeremías dijo en Lamentaciones 3:27, Bueno es para el hombre llevar el yugo en su juventud. Eclesiastés 12:1 dice, Acuérdate, pues, de tu creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años en los cuales digas: no tengo en ellos contentamiento. LA FORMA EN QUE RESISTIMOS LA PRUEBA GRANDE ES LA DISCIPLINA QUE HEMOS DESARROLADO EN ENFRENTAR LA VIDA COTIDIANA. A veces ni la muerte, ni alguna tragedia nos hace acercarnos.

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6:16-24

6:25-28

Dios permitió que Daniel fuese echado al foso de los leones. Su fe había hecho tal impacto en el rey que él mismo dijo, Tu Dios, a quien sirves con perseverancia, él te librará. El pobre rey dio vueltas en la cama toda la noche. Dios libró a Daniel de los leones. Fue sacado y sus acusadores fueron devorados por los mismos leones. El rey hizo un nuevo decreto que llegó a ser parte del sistema, y en ese decreto declara: Porque él es el Dios viviente que permanece para siempre, y su reino no será destruido y su dominio durará para siempre. En tantas palabras, él es mayor que ningún sistema. Dios puede operar libremente a través de o a pesar de cualquier sistema social o político. Ninguna cultura puede cancelar su poder.

V.

DIOS ES SOBERANO AUN CUANDO NO LIBERA - ÉL PUEDE pero no siempre lo hace Hebreos 11:32-40 A muchos los libera, como nos dicen los versículos 32 al 35ª. Pero también a muchos no los libera. ¿POR QUÉ? ¿SERÁ POR LA CANTIDAD O CALIDAD DE FE? ¡NO! Todo el capítulo tiene que ver con los que operaban por fe. No es la cantidad ni la calidad, sino el objeto de nuestra fe que importa. Nuestra confianza tiene que ver en él, el Dios que puede si desea hacerlo; el Dios que es capaz de liberar si es conforme a sus propósitos. Los de 35b a 38 eran igualmente hombres y mujeres de fe según dice el versículo 39. La fe no es lámpara de Aladino a la cual frotando sale un diosito para complacer nuestros deseos. Nuestro Dios es soberano. Hace lo que le place. Le place hacer todo para el bien de los que le aman. Entonces, la fe es reconocer que Dios está en control, aunque no lo entendamos, y hay que pedir que él nos bendiga conforme a su voluntad. Mi fe no afecta su soberanía, sino que la reconoce. No es fatalismo, sino aceptación activa de que ÉL PUEDE.

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