2

|

el torneo inicial

| Lunes 23 de septiembre de 2013

Gigliotti desperdicia una de las numerosas situaciones de gol que tuvo Boca, que igualmente dejó una buena imagen en la Paternal

Empieza a entender el mensaje Si bien igualó 0-0 ante Argentinos, Boca no quedó desorientado ● Mereció ganar, aunque falló en la definición Diego Morini LA NACION

Q

uizá sea una valoración muy pequeña para semejante empresa. Es real que no logró quedarse con lo que pretendía y no es un detalle menor cuando se advierte que dispone de herramientas de una calidad superior a la media. Aunque para Boca, el que tiene a Carlos Bianchi, el que se luce con Fernando Gago, no haber perdido ante Argentinos y haber merecido ganar hoy es una buena señal. No retrocedió y eso es bastante para este conjunto que por cada paso adelante que daba un fin de

semana, siete días más tarde daba tres hacia atrás. Y aunque resulte extraño, para este grupo, poder mostrar en dos partidos consecutivos argumentos como equipo que busca consolidarse, es tan importante como vencer. Porque lo logró ante un rival que de modesto tiene tanto como de molesto. Argentinos Juniors, con todas sus mañas, buscó darle un cachetazo tan fuerte como el que le había propinado hace quince días Olimpo, que embarulló y goleó a Boca por 3-0. Pero ayer, en la Paternal, no sucedió nada de aquello en Bahía Blanca. Sin dudas, convencido, compenetrado y asumiendo la res-

ponsabilidad del juego, el equipo xeneize mereció mucho más de lo que se llevó. Es verdad que los números le seguirán enrostrando al grupo del Virrey que acumula más de 38 partidos sin ganar dos juegos consecutivos. Aunque lo producido ante el esquema ideado por Ricardo Caruso Lombardi, con todo lo enrevesado que eso implica, mostró que el mensaje y la propuesta que desde el comienzo de 2013 intenta imponer Bianchi comienza a impregnarse en sus futbolistas. Boca fue todo lo protagonista que se le reclama y provocó las mejores situaciones de riesgo, aunque sufrió por su falta de definición. Lo hizo frente a un rival que conoce cada centímetro de su campo, pero que ayer sólo apostó al error de Boca. No intentó otra cosa más que tirar pelotazos a las espaldas de Erbes para que Carrera tirase un centro para explotar los 1,93 metros de Hernán Boyero, y a buscar alguna acción de balón detenido. Y si bien es poco lo que Argentinos tenía para ofrecer, otros rivales con las mismas armas le han hecho mucho daño a este Boca. Sin embargo, este modelo que comenzó a caminar con más firmeza desde que Fernando Gago asumió la conducción intelectual de este equipo ayer despejó las dudas y consolidó la autoestima. Porque si bien es cierto que no pudo aprovechar las nueve situaciones de gol que generó, lo cual es una de las preocupaciones

. AníBAl GREco

0 0

argentinos boca Pablo Migliore C Julio Barraza A Diego Barisone Nicolás Freire Sergio Víttor Rodrigo Gómez Santiago Nagüel Gaspar Iñíguez A Leandro Barrera A Enrique Triverio A Hernán Boyero DT: R. Caruso Lombardi

6 4 5 5 5 5 4 5 4 4 4

Cambios: ST: al inicio, Nicolás Olmedo (5) por Freire; 20m, Daniel Villalva por Triverio, y 31m, Osvaldo Miranda por Boyero. Suplentes: Nereo Fernández, Walter Serrano, Pablo Barzola y Matías Mirabaje.

Agustín Orion C Cristian Erbes Ribair Rodríguez A Claudio Pérez Nahuel Zárate A Jesús Méndez A Fernando Gago Pablo Ledesma Juan Sánchez Miño Juan Manuel Martínez Emmanuel Gigliotti DT: Carlos Bianchi

6 6 7 6 6 8 6 7 5 5 5

Cambios: ST: 29m, Claudio Riaño por Martínez, y 45m, Gonzalo Escalante por Erbes. Suplentes: Emanuel Trípodi, Matías Caruzzo, Federico Bravo, Joel Acosta y Nicolás Blandi.

GOLES: No hubo. CANCHA: Argentinos ÁRBITRO: Luis Álvarez (bien, 6)

de Bianchi, no haber recibido un golpe a la confianza como los que le propinaron rivales como Olimpo, Newell’s y Estudiantes es una buena inyección para un grupo que, hasta aquí, vivía sumido en una marea de dudas. Y tampoco es un simple dato estadístico para este conjunto xeneize no haber recibido goles por segunda vez en el torneo, con una defensa diferente, armada ante

la emergencia de la lesiones (Cata Díaz, Insúa y Marín) y que asumieron con solvencia Erbes, Ribaír Rodríguez, Claudio Pérez y Zárate. Pero es imposible no detenerse en el hecho de que Boca debe ajustar su impericia frente al arco rival: ayer, ante Migliore, sufrió un poco por la falta de justeza, y eso quedó en evidencia en las situaciones claras que tuvieron Sánchez Miño, Gigliotti y Méndez. Así como tampoco contó con la fortuna necesaria, porque el defensor Barisone, en el primer tiempo, sacó sobre la línea del arco de Argentinos una situación de gol. Porque es real que cada una de las acciones que creó Boca tuvo secuencias de, al menos, tres pases, pero la atención crece cuando se pone sobre la balanza que no logra contundencia con Blandi, ni con Gigliotti, ni con Martínez, ni tampoco con Riaño. Aunque, claro, antes no tenía tanto volumen de juego como ahora con la sociedad Méndez-Gago-Ledesma-Sánchez Miño. Por eso, aquello de no lograr convertir parece ser un problema no tan traumático de resolver. No ganó, es real. Boca no puede sumar dos partidos consecutivos con éxitos; es cierto. Pero dejó una sensación diferente ante un rival complejo, al que le gusta enredar el juego y que se potencia en su campo apretado. Y ante todo eso Boca no tembló, no cayó y no se fue desorientado. Eso, a estas alturas, no deja de ser una noticia positiva. ß