El peligroso aburrimiento de los adolescentes

disparos de la locura. De las ideas que llegan desde la locura, de los ideales sangrientos, de los jinetes del Apocalipsis que vayan a desaburrirlos. Si pasara ...
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El peligroso aburrimiento de los adolescentes Por Mario Mactas En el adolescente desconcertado y ambulante de la ciudad se ve, casi puede tocarse, un aburrimiento espeso. Espeso y tóxico. Hay una generación tan despoblada de ilusiones como cuesta recordar otra. Yo, al menos, no recuerdo otra tan pobre en palabras y en ideas, tan aburrida y sosa. No lo está pasando bien esa generación amasada por el aburrimiento y el desencanto. La mirada romántica y sanguínea sobre las cosas de la vida que parecía característica inseparable de los temblorosos años del creciemiento y señal clara del camino hacia la sequía de los años adultos, ha desaparecido. Se los ve erráticos, sin entusiasmo, todo parece pesarles no sólo psicológicamente sino también como algo que llevaran sobre los hombros. El colegio y la facultad son también pesos, tragos difíciles a los que no se da otro valor que el de instrumentos para ganar la mayor cantidad de plata algún día. Son muchos los que dejan el secundario o se desplazan a otra actividad para tratar de dar materias como libres. No les importa apartarse de los amigos, de esas amistades emocionales y calientes que son un tesoro de la edad juvenil. Ese tesoro les importa un pito. Parecen agostados de sentimiltura. Dan preocupación y pena. Sus conversaciones de treinta o cuarenta palabras no alcanzan a macerar una, una sola idea. Son diálogos fragmentados a los que apenas alcanza a unir la palabra “boludo” repetida hasta el límite de la idiotez y el balbuceo enfermizo. Los aburridos vagan en las madrugadas por las calles mal iluminadas y sucias de la ciudad sin saber qué hacer con su aburrimiento. Grupos silenciosos que probablemente no tengan nada que decir. Es que los colegios y las facultades deben ser verdaderos agujeros negros de aburrimiento para los que estudian penosamente. Es seguro que allí no se emite nada que pueda sucitar la imaginación y embriagar la inteligencia. Sólo programas repetidos y áridos, sin la gracia del desafío y del estímulo. Los que trabajan, por su parte, no encuentran por ningún lado la famosa alegría del trabajo: van como a galeras, con la cabeza baja, van hacia un destino del que no participan. De los que buscan trabajo y no encuentran, casi no vale la pena decir nada: la situación habla sola. Estos aburridos de pocas palabras, solos en la madrugada, son el blanco perfecto para los disparos de la locura. De las ideas que llegan desde la locura, de los ideales sangrientos, de los jinetes del Apocalipsis que vayan a desaburrirlos. Si pasara, se irían desde el aburrimiento hacia la locura redentora de cualquier pelaje, y todo tendría el color de la desgracia. Actividad: Refuten los argumentos que sostienen este artículo y escribir uno que lo conteste. No olviden hacer primero un plan de trabajo y usar todas las estrategias para convencer al lector de lo contrario.