El horror de la guerra, en el espejo

12 feb. 2007 - mayores satisfacciones que me ha dado este proyecto, incluso más que los premios anuales de los críticos o las candidaturas al Oscar, ...
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Espectáculos

Lunes 12 de febrero de 2007

LA NACION/Sección 4/Página 3

Cartas desde Iwo Jima, estreno del jueves en nuestro país

El horror de la guerra, en el espejo Clint Eastwood presentó el film que muestra la batalla que narró en La conquista del honor pero desde la óptica japonesa Por Diego Batlle Para LA NACION BERLIN.– Con su innegable poder de convocatoria, el buen cine norteamericano se robó, por tercera jornada consecutiva, la inmensa mayoría de los flashes y gran parte de la atención de los 3800 periodistas acreditados en el festival. Así como sus compatriotas Steven Soderbergh y Robert De Niro habían conseguido posicionar a sus nuevas películas (The Good German y El buen pastor, respectivamente) como los principales eventos de las dos jornadas previas, ayer fue Clint Eastwood quien obtuvo otra convocatoria tan masiva que fue desbordada la inmensa sala de prensa instalada en el hotel Hyatt de Potsdamer Platz a la hora de presentar su más reciente y notable film, Cartas desde Iwo Jima, que aquí se proyectó fuera de concurso dentro de la sección oficial y que el próximo jueves se estrenará en los cines argentinos. Cartas desde Iwo Jima narra –desde la perspectiva japonesa y hablada en ese idioma–, la famosa batalla de la Segunda Guerra Mundial en la isla de ese nombre que terminó, luego de seis semanas de intensos bombardeos, con 7000 soldados norteamericanos y 19.000 combatientes nipones muertos. Acompañado por el astro japonés Ken Watanabe, que en la película interpreta al teniente general Kuribayashi líder de las tropas japonesas, y por Tsuyoshi Ihara, que encarna al barón Nishi, un aristócrata que supo ser campeón olímpico de equitación y amigo personal de Mary

Un mal día para la competencia

Pickford y Douglas Fairbanks, el director, de 76 años, indicó: “Nunca había pensado en toda mi carrera en rodar un largometraje en otro idioma, pero cuando nos adentramos en la investigación de la batalla de Iwo Jima y de la Guerra del Pacífico en general para preparar La conquista del honor quedé subyugado por la figura de Kuribayashi y, además, me pareció lo más natural filmar otra película desde la óptica japonesa y en su idioma original”.

Exito en Japón Cartas desde Iwo Jima se mantiene –desde su estreno el 9 de diciembre último–, entre los títulos más vistos en los cines japoneses, donde recaudó hasta el momento más de 40 millones de dólares (la película costó 15 millones), mientras que en los Estados Unidos –donde la mayoría del público aún se resiste a ver películas con subtítulos– no superó los 10 millones en la taquilla, aun con sus cuatro nominaciones a los Oscar en las categorías de mejor film, mejor director, mejor guión y mejor sonido. “El éxito en Japón es una de las mayores satisfacciones que me ha dado este proyecto, incluso más que los premios anuales de los críticos o las candidaturas al Oscar, porque significa que se han sentido respetados y en muchos casos, conmovidos. Para ellos, además, ha sido una suerte de revelación porque la batalla ha sido borrada de la memoria colectiva y no se habla jamás de ella en las escuelas”, expresó el director de Los imperdonables y Río místico. “Todavía hay 12.000 soldados japoneses que no han sido identificados y siento que esas vidas, esas memorias, merecen respeto. Porque fueron jóvenes inocentes sacrificados en la guerra por decisiones de sus superiores que en muchos casos ni siquiera compartían”, indicó. Consultado acerca de la idea de ha-

Clint Eastwood y Ken Watanabe fueron ovacionados en la presentación de la película en el festival DDP

cer dos películas juntas sobre el mismo tema, contestó: “La conquista del honor es sólo la mitad de la historia; por eso preparamos la otra película y la empezamos a filmar apenas terminamos de hacer la primera. Ojalá que entre ambos largometrajes se pueda mostrar una nueva forma de acercarse a un momento tan duro de nuestra historia en común”. Acerca del objetivo principal, dijo el director y ex héroe de acción: “Fue hacer dos películas que escaparan de la lógica de buenos contra

malos que ha dominado al cine bélico desde siempre. Hoy sólo tiene sentido abordar este género si uno está dispuesto a mostrar en toda su dimensión los efectos devastadores de la guerra en los seres humanos y en las sociedades”. Por su parte, Watanabe, una estrella en su país que en los últimos tiempos ha incursionado también con suerte en Hollywood con films como El último samurái, Memorias de una geisha y Batman regresa, opinó: “El general Kuribayashi fue un

hombre único y un estratego excepcional. Ante la inmensa superioridad militar norteamericana hizo construir 30 kilómetros de túneles y 5000 cuevas para resistir el bombardeo aéreo, naval y terrestre. Tenía una gran energía, creatividad e imaginación; era una persona sensible que, como lo demuestran las cartas, estaba muy pendiente de su familia, pero además combatió muchas tendencias conservadoras y, por momentos, fanáticas de los propios oficiales japoneses”.

BERLIN.– Una pobre jornada se vivió ayer en la competencia oficial de la Berlinale con las presentaciones de In memoria di me, del italiano Saverio Costanzo, y de Goodbye Bafana, del danés Bille August. Tras su premiada ópera prima Domicilio privado (estrenada el año último en los cines argentinos) había una gran expectativa por el segundo largometraje de este director de 31 años. El resultado, sin ser bochornoso, se acercó bastante a la decepción. In memoria di me narra las vivencias de un hombre exitoso que ingresar a un monasterio de clausura con la idea de convertirse en monje. Rodada íntegramente en la imponente iglesia San Giorgio Maggiore de Venecia, la película sostiene su interés durante la primera de sus dos horas, pero luego –debido a un torpe uso de la música y una exploración cada vez más previsible de sus contradicciones íntimas– va perdiendo interés. Peor aún resultó el nuevo trabajo de August, considerado alguna vez un prestigioso director gracias a los premios cosechados con títulos como Pelle, el conquistador y Con las mejores intenciones. Con una narración propia del telefilm más elemental, el cineasta describe la historia real de James Gregory (Joseph Fiennes), el guardia que custodió desde 1968 a Nelson Mandela (Dennis Haysbert, de la serie 24) durante su confinamiento en la isla de Robben. Sin eludir casi ninguno de los clisés del género, el militar blanco pasará del odio racial a la comprensión y, más tarde, a la admiración hacia el gran líder negro.

Finalizó el festival de cine

Brasil, ganador en Punta El cielo de Suely, de Karim Aïnouz, fue la mejor película Por Pablo Sirvén De la Redacción de LA NACION

Tom Tykwer (segundo desde la izquierda) durante el rodaje del film alemán más caro de la historia DISTRIBUTION COMPANY

Una experiencia sensorial Llega el film El perfume, sobre el best seller de Patrick Süskind Quince millones de ejemplares vendidos; traducciones del texto original a más de 40 idiomas (entre ellos, el latín); un asesino serial temible y fascinante a la vez como protagonista; intriga y sensualidad como elementos decisivos en la trama; la descripción minuciosa de una época. ¿Qué podía faltar para que semejante acumulación de potenciales atractivos, reunidos alrededor de uno de los éxitos literarios más resonantes de las últimas décadas se convirtiera rápidamente en una producción cinematográfica ambiciosa y llena de expectativas? Pasaron más de dos décadas desde la aparición de El perfume, la novela de Patrick Süskind que no tardó en convertirse en un best seller mundial y conservar hasta hoy esa condición. Pero hubo que esperar hasta ahora para que su versión cinematográfica viera la luz luego de años de desgastantes negociaciones. El resultado es la producción más costosa jamás realizada en Alemania (casi 66 millones de dólares), más el aporte de capitales franceses y españoles, rodada en Cataluña, los Alpes franceses, Holanda y Bavaria y con un elenco de cotizadas figuras internacionales, cuyo estreno anuncia Distribution Company para el jueves con el título local de El perfume: retrato de un asesino. El proyecto quedó finalmente en las manos del director germano más importante del momento, Tom Tykwer (Corre, Lola, corre), después de haber pasado sucesivamente, en forma fugaz o duradera, por nombres tan diversos como Tim Burton, Martin Scorsese, Jean-Jacques Annaud, Ridley Scott, Milos Forman y Jean-Pierre Jeunet. Aunque el más renombrado de todos los realizadores alguna vez involucrados en este proyecto fue el desaparecido Stanley Kubrick, que, como era de esperar, se sintió atraído e identificado con una historia con elemen-

tos tan detallistas como obsesivos. Pero a Kubrick se le atribuye un veredicto negativo que para muchos explica en buena medida por qué El perfume no tuvo durante largo tiempo su correspondencia cinematográfica. “Infilmable”, fue el calificativo invocado por Kubrick, que circuló alrededor de su negativa a llevar adelante la adaptación al cine (un arte tan sujeto a la experiencia visual) de una novela que trabaja con maniática minuciosidad la historia de un hombre llamado Jean-Baptiste Grenouille, nacido en París durante el siglo XVIII en la más extrema pobreza y dueño de una cualidad extraordinaria: posee el olfato más sensible del mundo y puede manipular a su antojo esencias y aromas como ninguna otra persona del planeta, pero al mismo tiempo carece de olor propio.

Seducción Esa condición, perfeccionada gracias al adiestramiento que le brinda un renombrado perfumista italiano llamado Baldini, se convierte en la materia prima de una conducta criminal, ya que se transforma en asesino serial en su afán de combinar aromas para lograr así manipular y dominar a los seres humanos. “Tim Burton seguramente se hubiese dejado llevar por el costado fantástico de la historia, pero yo preferí desde el comienzo hacer creíble el mundo de Grenouille. Quería que la cámara fuera la prolongación de su nariz”, señaló Tykwer a la prensa germana antes del estreno del film en su país. Para el realizador, sólo podría lograrse el efecto buscado por un film que trata de trabajar con elementos sensoriales a priori ajenos a la naturaleza del cine si se logra seducir o despertar la emoción del espectador. “En el fondo, queremos ser manipulados por el cine del mismo modo en que usamos per-

fume para manipular la emoción de cierta gente que nos interesa atraer”, precisó Tykwer, que se dedicó cuatro años a preproducir la película. Antes de llegar a esa instancia, los responsables del proyecto debieron cargarse de paciencia y apelar a todos los recursos imaginables para lograr que el elusivo Süskind, conocido por su carácter reservado y la escrupulosidad con que maneja su vida y su trabajo como autor, aceptara finalmente ceder los derechos de la obra que lo hizo mundialmente famoso. Lo hizo en 2001, luego de cinco años de arduas gestiones, y a cambio de unos 10 millones de euros que aceptó pagar la producción encabezada por Bernd Eichinger (La caída). Semejante esfuerzo, hasta aquí, dio sus frutos: más allá de una recepción dispar por parte de la crítica, el público europeo y asiático recibió con interés el estreno de esta superproducción y El perfume: la historia de un asesino ya lleva acumulados 114 millones de dólares de recaudación en todo el mundo. El británico Ben Whishaw fue elegido para encarnar a Grenouille, acompañado aquí en los papeles centrales por Rachel Hurd-Wood (la revelación del Peter Pan de P. J. Hogan), el gran Alan Rickman y Dustin Hoffman como el perfumista Baldini. Todos ellos fueron convocados y elegidos por Tykwer durante el largo proceso de desarrollo del film, que exigió del realizador un compromiso minucioso de cada secuencia. “La escena más fuerte e intensa del film, con cientos de personas viviendo una experiencia amorosa colectiva, me llevó una semana de rodaje y dura apenas 10 minutos”, señaló el director, para quien también llevar al cine El perfume resultó toda una experiencia sensorial.

Marcelo Stiletano

PUNTA DEL ESTE.– El cielo de Suely, un delicado film brasileño de Karim Aïnouz (Madame Satã), que trata el tema de la emigración y de la lucha de una mujer sola con su pequeño hijo por encontrarle sentido a su vida, recibió anoche el premio máximo del 10° Festival Internacional de Cine de Punta del Este. En los considerandos del jurado, integrado por los cineastas, investigadores y críticos Rosalba Vonella, Carlos Ameglio, Carlos Mattos, Mario Paz y Eduardo Russo, se fundamentó la distinción “por la integración de rubros expresivos en un relato de gran frescura y autenticidad”. También en la ceremonia de clausura fue galardonado con el premio revelación Francisco Vargas Quevedo, director de la mexicana El violín, “por el dominio de un lenguaje clásico para narrar la complejidad de un mito en estado naciente”. Se trata de una historia mínima con influencia neorrealista sobre un anciano violinista manco que distrae con su música a unos militares que reprimen a insurgentes en una zona rural. Por su parte, la italiana Nuovomundo, de Emanuele Crialese, un ambicioso drama histórico que sigue la peripecia de una familia campesina desde Sicilia a los Estados Unidos a principios del siglo pasado, se llevó otro Sol (el flamante premio escultura creado por Carlos Páez Vilaró) por originalidad y “por el enfoque singular que convierte un típico argumento sociológico en una experiencia estética de gran relieve”, según afirma el fallo del jurado. A su vez, hubo menciones especiales de carácter técnico para la fábula futurista Niños del hombre, del mexicano Alfonso Cuarón, y de carácter artístico para Selton Mello, protagonista de la comedia negra brasileña La rejilla. El festival, que se desarrolló en

Alatriste, con Viggo Mortensen, preestreno en Uruguay REUTERS/FOX FILM

este balneario internacional en tres sedes durante ocho días, culminaba al cierre de esta edición con la entrega de los premios mencionados y la proyección, en carácter de estreno mundial, de una verdadera curiosidad: 14 días en el paraíso, una comedia de enredos coproducida entre Canadá y Uruguay, íntegramente filmada en Punta del Este por Bill Marks, con Nicholas Campbell. Durante el transcurso de la muestra, que tuvo algunos desajustes de horarios e imprevistos cambios de programación no siempre bien anunciados, compitieron 18 películas y otras tantas se vieron en la sección Panorama Mundial, todas en carácter de preestreno para Uruguay y la mayoría todavía no conocidas en la Argentina. Entre las visitas más destacadas estuvieron Ulises Dumont (protagonista de la película española La silla), Víctor Laplace (que presentó su documental Angelelli, la palabra viva) y Pablo Trapero (que vino a mostrar Nacido y criado). Del campo internacional

sumaron su presencia a este festival Lola Dueñas (la hermana peluquera de Penélope Cruz en Volver), que llegó para acompañar la presentación de la comedia de tonos sombríos Lo que sé de Lola, y de la que es protagonista casi excluyente. A último momento, por problemas de agenda, no se concretó la visita de Graciela Borges, que iba a ser homenajeada al cumplirse los 45 años de la filmación de Piel de verano, rodada aquí por Leopoldo Torre Nilsson y que ella protagonizó. Al menos sí se vio la superproducción española Alatriste, que no había podido exhibirse en días anteriores por problemas con la copia. En ella, el impasible Viggo Mortensen parece más un machote mexicano que un valeroso soldado de la España del Siglo de Oro. Para Jorge Jellinek, director de programación de la muestra, “el balance fue positivo porque se cumplió con los títulos anunciados y la llegada de las figuras previstas; el desafío para la próxima edición será reafirmar la parte competitiva”.