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en Cristo podemos vivir dirigidos por el Espíritu Santo, quien nos da el poder que ... La enseñanza sobre el fruto del Espíritu Santo se encuentra en la carta que ...
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El fruto del Espíritu

Índice Encuentros para las células: el fruto del Espíritu Santo ….. 2 Introducción al estudio del fruto del Espíritu ….. 3 Encuentro 1. El amor Información para el líder ….. 5 Plan del encuentro ….. 8 Encuentro 2. La alegría Información para el líder ….. 10 Plan del encuentro ….. 12 Encuentro 3. La paz Información para el líder ….. 14 Plan del encuentro ….. 17 Encuentro 4. La paciencia Información para el líder ….. 19 Plan del encuentro ….. 22 Encuentro 5. La benignidad Información para el líder ….. 24 Plan del encuentro ….. 27 Encuentro 6. La bondad Información para el líder ….. 29 Plan del encuentro ….. 31 Encuentro 7. La fidelidad Información para el líder ….. 33 Plan del encuentro ….. 36 Encuentro 8. La humildad Información para el líder ….. 38 Plan del encuentro ….. 41 Encuentro 9. Dominio propio Información para el líder ….. 43 Plan del encuentro ….. 46

Usado con permiso.

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El fruto del Espíritu

Encuentros para las células: el fruto del Espíritu Santo Esta es una serie de nueve lecciones sobre los principios bíblicos que Pablo enseñó a los creyentes en las iglesias en la región de Galacia. Pablo tuvo que escribirles porque llegaron unos falsos maestros que enseñaban doctrina falsa. Les dijo que la vida eterna es un don de Dios, donado por gracia y no por obras. Él nos enseña la libertad verdadera que tenemos al estar unidos con Cristo. Esta libertad no es libertinaje, sino la oportunidad real de vivir no controlados por una actitud de rebeldía. No podemos actuar, ni hablar como queramos. Ahora en Cristo podemos vivir dirigidos por el Espíritu Santo, quien nos da el poder que necesitamos para imitar la vida santa de Jesucristo. Es el Espíritu Santo quien produce en nosotros las actitudes y los hechos que muestran al mundo la presencia de Dios en nuestras vidas.

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Introducción La enseñanza sobre el fruto del Espíritu Santo se encuentra en la carta que Pablo escribió a los gálatas. Este libro está en el Nuevo Testamento, entre 2 Corintios y Efesios. Vamos a estudiar el trasfondo de ese libro para entender la razón de que Pablo tocara ciertos temas en esa carta. Prepararse para enseñar la palabra de Dios requiere conocer la situación y razón por las que los libros bíblicos fueron escritos. Durante su primer viaje misionero, Pablo y su compañero Bernabé, en su deseo de proclamar el evangelio y establecer nuevas iglesias, fueron a algunas ciudades como Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra y Derbe. Después de un año de haber regresado de su viaje, Pablo escribió a los creyentes de esas ciudades para ayudarles a entender más el evangelio y para ampliar su conocimiento de la gracia de Dios. Pablo escribió esta carta entre los años 48 y 50 d.C. desde la otra ciudad de Antioquía, la que se encontraba en la región de Siria, al norte de Palestina. Esta ciudad se había convertido en un centro fuerte del cristianismo del primer siglo, y era la base de operaciones de Pablo. Al estudiar esta carta de Pablo tenemos que tomar en cuenta que fue dirigida a varias iglesias para tratar una situación real que los cristianos tuvieron que enfrentar y corregir. Pablo les escribió para enseñarles principios bíblicos que ellos pudieran aplicar a su situación. Cuando comprendamos la ocasión y el propósito de la carta, entonces podemos aplicarla a nuestra situación actual con más certidumbre. Por la historia y los argumentos de Pablo, sabemos que había un movimiento entre los cristianos de aquel tiempo que insistía que el evangelio fue dado solamente a los judíos, o sea, a los descendientes de Abraham del Antiguo Testamento. Según este pensamiento, toda la demás gente, es decir, los gentiles (personas como usted y yo), no podían disfrutar las promesas y los privilegios de las buenas nuevas de Jesucristo. La única manera en que un gentil podría ser cristiano era primero convertirse en judío. Desde su punto de vista, convertirse al judaísmo quería decir ser circuncidado y cumplir con la ley de Moisés. Pablo fue criticado fuertemente por esos falsos profetas porque predicaba un mensaje universal para todas las razas. Para Pablo todo lo que enseñaban los falsos maestros era completamente herejía porque él aprendió del Señor Jesucristo que la vida eterna, o sea, el ser rescatado de un estado espiritual de separación de Dios, dependía de la gracia del Señor mismo. Él aprendió que ninguna persona Û3Û

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puede ganar o merecer la aprobación de Dios. Lo único que uno puede hacer es aceptar el amor que Dios ofrece, admitir su pobreza espiritual y confiar totalmente en la obra consumadora de Jesús. El ejemplo para el cristiano es Abraham quien confiaba personalmente en el Señor. Los falsos maestros que estorbaban a las iglesias con sus equivocadas creencias enseñaban que la salvación dependía de una señal corporal, la circuncisión, y del esfuerzo que cada persona hacía para cumplir con las leyes del Antiguo Testamento. En fin, ese grupo enseñaba que uno mismo podría lograr la salvación por los méritos acumulados de su propio esfuerzo, haciendo obras buenas y/o religiosas. Pablo nos habla de la libertad y la gracia que tenemos en Cristo en contraste con la ley de Moisés. Cristo nos ha hecho libres. Unidos a él somos hijos de Dios, no esclavos, como antes. Hemos sido librados de la carga pesada de cumplir con la ley de Moisés para complacer a Dios y merecer su aprobación. Ya somos libres para vivir en el Espíritu Santo, no por nuestra cuenta ni por ningún esfuerzo nuestro. Somos libres en Cristo para vivir, o sea, para experimentar una vida nueva y diferente a través de la obra del Espíritu Santo. Esto no quiere decir que podemos hacer todo lo que queramos, porque somos responsables delante de Dios. Si usted o cualquier otro cristiano piensa que por ser cristiano no tiene que ser consciente de las demás personas, está completamente equivocado. Ahora en Cristo vivimos dirigidos y sometidos al Espíritu. No tenemos que someternos a una gran serie de reglas detalladas, sino a un Espíritu vivo y poderoso que mora en nosotros. Por esa razón no andaremos en las maldades de la sociedad, llevando a cabo los hechos de la carne. Es decir, no haremos lo que el ser humano hace cuando él mismo o sus deseos, sus gustos o sus conceptos naturales le manejan. Todos esos hechos se encuentran en Gálatas 5:16-21. El Espíritu Santo que vive en nosotros, producirá fruto, o sea, resultados en nuestra vida que señalan su presencia y obra. La ley no nos puede ayudar a dominar las actitudes ni los hechos de nuestra vieja y humana naturaleza. El poderoso Espíritu que mora en los que confían en Cristo puede conquistar el pecado y crear un estilo nuevo de vida. Por eso estudiamos el fruto del Espíritu: para vivir en la libertad que Cristo nos ha dado y para vivir con las demás personas, tratándolas con el amor de Cristo.

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Encuentro 1. El amor. Texto. Gálatas 5:22. Información para el líder Aviso para los líderes del grupo pequeño. En la hoja informativa se provee información que le puede ayudar a formar sus comentarios para el pasaje bíblico. Esta es solamente una ayuda, no tiene que exponerse palabra por palabra exactamente como aquí se escribe. La teología debe ser la misma, por supuesto. La manera en que usted desarrolla los comentarios depende de su persona y creatividad. Acuérdese que el encuentro del grupo no es un estudio bíblico en el estilo más conocido entre nosotros. Después de presentar el tema y dar una introducción breve, usted intervenga menos y facilite una platica en la cual la gente comparta su vida, ministrándose el uno al otro a través de la palabra de Dios y la oración. Liberados en Cristo. Pablo fue muy criticado por enseñar que la salvación viene solamente por la gracia de Dios a través de la confianza personal que ponemos en él. Un grupo de falsos maestros de la región de Galicia estaban enseñando que la única forma de volverse cristiano era hacerse judío primero, pasando por el rito de la circuncisión y guardando la ley de Moisés. Ese grupo acusó a Pablo de abandonar la moralidad definida por la palabra de Dios en el Antiguo Testamento, y le acusó de enseñar libertinaje, o sea, vivir sin reglas. Toda esa crítica fue falsa. Es cierto que Pablo enseñaba un mensaje diferente al de ellos, pero no fue un mensaje que promoviera el libertinaje sino la verdadera libertad en Cristo. En primer lugar, por haber sido unidos a Cristo somos libres para vivir una vida nueva. Sin Cristo vivíamos como esclavos, dirigidos por nuestra naturaleza separada de Dios, por Satanás y por la rebeldía que surgía de nuestro corazón. Estábamos bajo el control del pecado, haciendo lo que nos convenía, viviendo por nosotros mismos, ignorando a Dios e intentando ser nuestro propio dios. Estábamos atados como esclavos sin tener los medios para salir de esa situación espiritual. Pero en Cristo hemos sido librados de la pena del pecado, librados de la culpa, librados del poder o autoridad del pecado. Hemos salido de la cárcel de la rebeldía y separación de Dios en la que estábamos condenados a la muerte. Ahora, como personas libres, podemos vivir

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conforme a la voluntad de Dios porque el Espíritu Santo mora en todo creyente. Ya no vivimos bajo el control del pecado, sino bajo el señorío del Espíritu, en verdad y santidad. Viviendo libres por el Espíritu Santo. Pablo habla del fruto del Espíritu en Gálatas 5:22. El fruto es un nombre metafórico para mencionar las obras o los hechos de una persona. Los hechos se presentan como la expresión tangible y visible del poder que maneja una vida por dentro, un poder que es interno e invisible. El carácter del fruto es la evidencia del carácter del poder que está adentro produciéndolo. Consulte Mateo 7:16 también. En Gálatas 5:16-21 Pablo señala los hechos comunes de la sociedad humana. Son las obras producidas por el poder interno de la naturaleza pecaminosa, versículo 19. La calidad de ese poder crea fruto de la misma calidad. La naturaleza rebelde produce todo tipo de maldad. El Espíritu Santo produce otro tipo de acciones o fruto. El Espíritu que mora en nosotros nos da el poder para producir ese tipo de fruto. Tal fruto, es decir, los hechos visibles, surgen del Espíritu, no de nosotros. No es nuestro, sino del Espíritu. Dijimos que el fruto es la evidencia visible de un poder que trabaja en el interior. El carácter del fruto está determinado por el carácter de ese poder. Si queremos el tipo de fruto mencionado en Gálatas 5:22-23 tenemos que someternos al Espíritu, obedecerle y dejar que él nos maneje según su carácter. El fruto es singular y significa una unidad de varias acciones y hechos. El Espíritu produce todos los componentes del fruto y el cristiano que vive bajo su control expresa el fruto en su totalidad. Note que el fruto no se refiere a actitudes internas sino a acciones visibles y tangibles. El propósito del fruto no es solamente que nos sintamos mejor, más amados por Dios o más tranquilos en el corazón, como cristianos individuales. El enfoque no es una experiencia privada y muy dulce, aunque el Espíritu nos concede tales experiencias. El fruto quiere decir nuestros hechos; nuestro comportamiento, es decir, cómo actuamos o cómo tratamos a los demás, especialmente a los del cuerpo de Cristo. Tenemos la idea que el andar con Cristo es un asunto primeramente individual y privado. Los principios de Dios si tienen su aplicación individual, pero se aplica aún más en las relaciones diarias con los demás. Libres para amar. El primer fruto que Pablo menciona es el amor. El amor tipo ágape es mucho más que una emoción romántica que se ve en las telenovelas y en el cine. Es un compromiso intencional hecho muy dentro de la voluntad personal de esforzarse por procurar el beneficio de otros. A pesar de lo que nos haga el otro, buscamos su bien, lo mejor para él o ella. En 1 Corintios 13:47 se definen las características de un amor ágape. Este es el amor que sólo el Señor puede producir en nosotros. En nuestra naturaleza humana no tenemos la capacidad de amar de tal Û6Û

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manera. Si amamos y hacemos sacrificios a favor de otros, pero no en el sentido más puro. El amor de Dios es puro, no egoísta, ni mezclado con el mal. Tenemos el modelo perfecto de ese amor en el Señor, quien siempre busca lo mejor para su pueblo, quien hizo todo para salvarlo, quien desde antes de la creación se comprometió a hacer todo lo necesario para llenar sus necesidades y quien, a pesar de las rebeliones y rechazos, ha sido fiel al desempeñar su propósito de beneficiarlo. Aun cuando disciplinaba a su pueblo con castigos muy fuertes como una conquista o una derrota, fue su amor lo que le provocó imponer la disciplina. Él no quería que su pueblo siguiera ofendiéndose ni lastimándose a sí mismo por su rebeldía. Este amor es algo que experimentamos individualmente cuando tenemos una relación personal con Jesús. Seguro sentimos el amor tierno de Dios hacia nosotros. Y, por eso, podemos convertir ese amor en acciones hacia los demás cristianos también. Jesús dijo que lo que iba a distinguir a sus discípulos era su amor el uno por el otro, Juan 15:12-17. De hecho, actuar amorosamente hacia los otros es un mandato de nuestro Señor Jesús. No se puede mandar que uno sienta una emoción pero si se puede exigir que uno actué conforme a la verdad. Las emociones vienen después. El amor existe para compartir con los demás no para atesorarlo para uno mismo.

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Encuentro 1. El amor. Texto. Gálatas 5:22. Plan del encuentro Rompe Hielo. 10 minutos. ¿Qué hicieron sus padres para demostrarle su amor? Alabanza. 20-25 minutos. Escoja himnos o coritos que expresen el amor de Dios hacia nosotros y también el amor que debemos compartir entre nosotros como creyentes. La palabra de Dios. 25-30 minutos. Use la hoja informativa y el siguiente bosquejo para formular sus comentarios breves y concisos sobre el tema. I. Libres en Cristo. Antes éramos esclavos al pecado. No podíamos escoger otra opción más que el obedecer nuestra naturaleza rebelde. Estábamos atrapados completamente en una vida lejos de Dios. Más en Cristo hemos sido librados de la pena del pecado, librados de la culpa, librados del poder o autoridad del pecado. Hemos salido de la "cárcel" de la rebelión y separación de Dios en la cual estábamos condenados a la muerte. Ahora, como personas libres, podemos vivir conforme a la voluntad de Dios porque el Espíritu Santo mora en todo creyente. Ya no vivimos bajo el control del pecado, sino bajo el señorío del Espíritu de verdad y santidad. II. Viviendo por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo no es solamente una fuerza o un poder impersonal. Es un ser divino y vivo. Es Dios, y por ello tiene todo el poder. Y lo maravilloso es que el mora en nosotros, los seguidores de Cristo. Él produce el fruto, o sea, los hechos de nuestra vida cristiana. Su poder determina el carácter de nuestros hechos. Solamente dirigidos por él podemos producir el fruto, un comportamiento que expresa su ser. No podemos hacer esto por nosotros mismos, sino confiando en él.

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III. Libres para amar. Dios nos ha amado profundamente. El amor no es simplemente sentir una emoción. Es el compromiso de dar de uno mismo para beneficiar al otro a pesar de sus hechos. En el Espíritu podemos expresar el mismo amor de Dios hacia los demás creyentes. El amor no es para que lo almacenemos para nosotros mismo, sino para difundirlo a otros. Opciones para las preguntas en la platica. 1. Antes de convertirse en un seguidor verdadero de Cristo, ¿qué dominaba su vida? 2. ¿Qué consejo puede dar a otros para que permitan que el Espíritu domine su vida? 3. ¿Es el amor una acción voluntaria o una emoción? 4. ¿Qué hizo usted para expresar a otros el amor en esta semana? 5. Honestamente, ¿se siente amado dentro de esta célula? 6. ¿Qué le hizo sentirse así? 7. ¿Ha sentido falta de amor en sus relaciones más cercanas últimamente? 8. ¿Qué está provocando ese alejamiento? 9. ¿Qué le gustaría hacer en esta semana para expresar el amor de Dios a otra persona de su célula? 10. Compartan uno al otro sus motivos de oración. Visión. 10 minutos. Queremos enfocarnos a cultivar una iglesia en la que todos se amen unos a otros; una iglesia de relaciones profundas y respetuosas. Esto requiere dedicar tiempo a convivir con otros, fuera de la reunión del grupo. Para desarrollar este tipo de relaciones necesitamos experiencias comunes. De vez en cuando inviten a sus compañeros del grupo a cenar, a pasear, a asistir a un evento, a convivir un rato. También inviten a sus vecinos que todavía no conocen a Cristo.

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Encuentro 2. La alegría. Texto. Gálatas 5:22. Información para el líder Aviso para los líderes del grupo pequeño. En la hoja informativa se provee información que le puede ayudar a formar sus comentarios para el pasaje bíblico. Esta es solamente una ayuda, no tiene que exponerse palabra por palabra exactamente como aquí se escribe. La teología debe ser la misma, por supuesto. La manera en que usted desarrolla los comentarios depende de su persona y creatividad. Acuérdese que el encuentro del grupo no es un estudio bíblico en el estilo más conocido entre nosotros. Después de presentar el tema y dar una introducción breve, usted intervenga menos y facilite una platica en la cual la gente comparta su vida, ministrándose el uno al otro a través de la palabra de Dios y la oración. ¿Qué es la alegría? El diccionario dice que el gozar es "tener gusto en algo" y la alegría es el "placer extremo de los sentidos". La Biblia no es como un diccionario que nos da definiciones, pero nos enseña la manera de encontrar las definiciones. La palabra "alegría" proviene del mismo vocablo griego del que proviene el término gracia. La gracia tiene que ver con la actitud de deleite al recibir un favor no merecido, el deleite porque alguien me concedió un favor. El sustantivo se refiere a "lo que deleita". Entonces, la alegría es deleitarse en algo, experimentar algo sumamente agradable. En la Biblia la alegría se basa en el Señor y se expresa en la persona íntegramente (en sus emociones, pensamientos y acciones) no sólo en sus emociones. Es una experiencia, no un concepto intelectual. Más que nada, la alegría fluye de la fe y hay gran cantidad de motivos por que alegrarse. El más importante es la salvación que experimentamos en Dios, Salmos 5:11. El creyente también se alegra en la Palabra, Jer.15:16; la alabanza, Jl. 2:21-23; la ley, Sal. 119:14; en nuestro nombre escrito en el cielo, Lc. 24:52. Hasta las aflicciones, 1 P. 1:6-7, pueden producir alegría no por el hecho de ser agradables, sino porque son ocasiones en que se nos concede lo inmerecido del Señor.

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¿Cómo se encuentra la alegría? Si usted quiere ir a comprar madera, ¿iría a una boutique para realizar su compra? Si usted tiene que comprar un sofá nuevo para la sala, ¿iría a una farmacia para hallarlo? Obviamente no. Porque en una boutique no se vende madera, y en una papelería se venden medicamentos, no muebles. Es decir, esos no son los lugares adecuado para las compras mencionadas. No importa que tanta esperanza tenga usted, porque no va a encontrar lo que le interesa si no lo busca en el lugar correcto. De la misma manera, si realmente queremos experimentar la verdadera alegría, tendremos que acudir a la verdadera fuente que produce alegría en el alma. La Biblia nos dirige a el Señor para encontrarla. La alegría se origina en él y fluye de la fe, o sea, de la confianza en él. La alegría no surge de nosotros mismos, ni del mundo, ni los bienes, ni siquiera de nuestras relaciones más cercanas, sino de Dios. Pensamos que muchas cosas nos van a traer alegría. Pero son sólo cosas, aun las buenas de la vida. La desilusión se crea porque olvidamos que las experiencias y las cosas en sí no pueden producir la verdadera alegría. Confiamos que las vacaciones nos la van a dar, o nuestros hijos, el casarnos, el divorciarnos, el deporte, estar en buena forma, solucionar los problemas matrimoniales, tener un carro nuevo que nunca falle, tener éxito en el negocio, quedar bien con la gente o tener muchos amigos. La lista no se acaba ni para los que dicen que confían en el Señor. Todo esas cosas son buenas y agradables. La vida puede disfrutarse, es cierto. Nada más que a veces olvidamos quién es la fuente de la alegría. Yo he notado en mí mismo que a veces pienso muy ligeramente: doy por hecho que mi alegría depende de mi relación con Dios, pero quiero más. Dios es el mínimo; lo que se supone debe ser. Pero yo quiero además una familia perfecta, también quiero salud, y también … La Biblia dice que nuestra alegría reposa solamente en el Señor, en su carácter y sus hechos. Por eso Jesús y sus seguidores muestran que uno puede gozarse a pesar de las circunstancias de la vida, a pesar de las enfermedades, a pesar de las pérdidas, a pesar de las persecuciones. Si queremos experimentar en verdad una alegría que permanece y resiste las dificultades de la vida, tendremos que buscarla en el “lugar” adecuado: en el Señor.

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Encuentro 2. La alegría. Texto: Gálatas 5:22. Plan del encuentro Rompe Hielo. 10 minutos. Si pudieras hacer una pregunta a Noé a cerca de su experiencia, ¿qué le preguntarías? Alabanza. 20 minutos. Escoja himnos o coritos que expresen la alegría de Dios. La palabra de Dios. 25-30 minutos. Use la hoja informativa y el siguiente bosquejo para formular sus comentarios breves y concisos sobre el tema. I. ¿Qué es la alegría? En la Biblia la alegría surge del Señor y se expresa en la totalidad de la persona (emociones, pensamientos y acciones) no sólo en sus emociones. La alegría es una experiencia, no un concepto intelectual. Fluye de la fe y encuentra muchos motivos para gozarse. II. ¿En dónde se encuentra la alegría? Si realmente queremos experimentar la alegría verdadera, tendremos que acudir a la verdadera fuente que produce alegría en el alma. La Biblia nos dirige a el Señor para encontrar la alegría. La alegría se origina en Él y fluye de la fe, o sea, la confianza, en él. La alegría no surge de nosotros mismos, ni del mundo, ni los bienes, ni siquiera de nuestras relaciones más cercanas, sino de Dios. Preguntas para la charla. 1. ¿Cuál fue la época más alegre de su vida? 2. ¿Fue la semana pasada una semana de alegría? 3. ¿Qué provocó esa alegría? 4. ¿Qué te quita la alegría? Û 12 Û

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¿Qué haces para recuperarla? ¿Cómo podemos mantener la alegría en medio de las pruebas?

La oración. 25 minutos. Divídanse en grupos de tres personas y compartan sus motivos de oración. Al orar el uno por el otro, pongan sus manos sobre los hombros del otro para expresar acercamiento y cariño divino. Escojan una secretaria para que apunte las peticiones y lleven un control de las contestaciones de Dios. Visión. Les recuerdo que nuestro enfoque es una iglesia en la que las personas muestren amor uno al otro. Una iglesia de relaciones profundas y respetuosas. Esto requiere dedicar tiempo a convivir con otros fuera de la reunión del grupo. Para desarrollar este tipo de relaciones necesitamos experiencias mutuas. Ocasionadamente inviten a sus compañeros del grupo a cenar, a pasear, a asistir a un evento, a convivir un rato. También inviten al vecino que todavía no conoce a Cristo. Usted, como siervo del grupo, debe poner el ejemplo. Por eso el manual dice que ser siervo requiere cambios en nuestro estilo de vida.

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Encuentro 3. La paz. Texto: Gálatas 5:22. Información para el líder Aviso para los líderes del grupo pequeño. En la hoja informativa se provee información que le puede ayudar a formar sus comentarios para el pasaje bíblico. Esta es solamente una ayuda, no tiene que exponerse palabra por palabra exactamente como aquí se escribe. La teología debe ser la misma, por supuesto. La manera en que usted desarrolla los comentarios depende de su persona y creatividad. Acuérdese que el encuentro del grupo no es un estudio bíblico en el estilo más conocido entre nosotros. Después de presentar el tema y dar una introducción breve, usted intervenga menos y facilite una platica en la cual la gente comparta su vida, ministrándose el uno al otro a través de la palabra de Dios y la oración. Viviendo bajo un gobierno justo. Para tener un concepto de qué es la paz tomemos como ejemplo la tranquilidad que un país disfruta bajo el liderazgo de un gobierno justo y benefactor. Soñamos con la posibilidad de tener un gobierno así. ¿Qué sucedería si nuestro gobierno fuera justo y beneficiara a todos los ciudadanos? Los gobernantes tendrían en cuenta su responsabilidad de servir al público y buscarían lo mejor para la mayoría de la gente. El presidente pensaría en la manera de guiar al país, para que avanzara y se superara. Los senadores buscarían leyes para que la prosperidad de la gente de su región. Los representantes dialogarían entre ellos para escribir leyes que protegieran los derechos básicos de la humanidad. Los presidentes municipales usarían los fondos de la ciudad para brindar el servicio más avanzado posible a la población. Los jueces y los líderes procurarían tomar decisiones rectas, guardando las leyes y respetando los derechos. Bueno, podemos imaginar muchos cambios. Desafortunadamente, no tenemos que imaginar qué sucedería si el gobierno no fuera justo. Dios, el gobernante justo y benévolo. Usando ese ejemplo, en la vida del creyente podemos decir que la palabra de Dios habla de una paz que no es solamente la ausencia de conflictos, sino mucho más. Es una tranquilidad positiva que se experimenta al saber que nuestra vida está en las manos de un Dios justo y benévolo. Û 14 Û

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Como creyentes estamos en el reino del Señor y vivimos bajo su soberanía. Conociendo su carácter y sus hechos podemos confiar en él, en su integridad, su habilidad, su disposición, su poder, su cariño, su apoyo, porque todo eso se revela claramente en su Palabra. No tenemos sospechas de sus motivos. No nos hace trampas, ni engaños, ni fraudes. Todo está en las manos de la gracia y justicia de Dios. Cómo experimentar la paz que Dios ofrece. Si quiere buscar otra cita bíblica acerca de la paz, busque Isaías 26:3-4. El contexto de ese versículo es la profecía de Isaías contra Israel y todos los países de esta región. En medio de todo lo malo que iba a suceder, Isaías habló del favor de Dios y la confianza en él. Dijo, “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad en el Señor perpetuamente, porque en el Señor está la fortaleza de los siglos”. Isaías nos enseña que la paz está en el Señor y que hay una manera de experimentar esa paz en el Señor. No dice que cualquier persona puede tener esa paz sin importar lo que este viviendo. Promete esa paz a “aquel cuyo pensamiento en ti (Dios) persevera; porque en ti (Dios) ha confiado”. Aquí esta la clave para la paz: perseverar enfocado y confiando en Dios, nuestro gobernante perfecto. Confiamos en él y aceptamos su soberanía reconociendo que su reino es justo, recto, perfecto y benévolo. No confiamos en las circunstancias, ni mucho menos tenemos la esperanza que Dios va a ajustarse a nuestra voluntad, deseos, sabiduría o lo que nos parezca mejor para solucionar las situaciones que enfrentemos. La confianza en el Señor debe ser perpetua, en cada momento. Él va a estar siempre. Él es la roca, la piedra angular, la fortaleza de los siglos. No hay otro cimiento más firme para la vida cotidiana. Filipenses 4:6-8 nos enseña unas acciones que aumentan la experiencia de la paz. Pablo habla de un orden lógico. Primero dice: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. No es necesario afanarnos. Si tú quieres hacerlo, es tu elección, pero la Palabra nos da otra opción. Si te gusta andar afanoso porque eso le da un sentimiento de estar vivo, tu escoges. Pero Dios nos ha puesto los medios para manejar cualquier situación desesperada. Por el hecho de que nuestro gobernante, el Señor, es justo, compasivo y misericordioso, expongamos delante de él nuestras peticiones expresándonos con franqueza, honestidad y respeto. También dándole gracias por quien él es y por lo que ha hecho hasta ahora, no sólo en nuestra vida sino por los siglos. Si actuamos por fe tomando en cuenta la promesa de Dios, él mismo guardará nuestros corazones y nuestros pensamientos en Cristo. No se trata de que en nuestra propia fuerza guardemos nuestros corazones y pensamientos. Û 15 Û

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La paz de Dios nos guardará. Nuestro papel es expresar al Señor nuestros problemas, mostrando una confianza verdadera, a través de oraciones personales, para que él conozca nuestras peticiones. Sin embargo, eso no quiere decir que el Señor esté obligado a cumplir cada uno de nuestros deseos, sueños y expectativas. Él no es un robot, ni es nuestro empleado. No es un mesero puesto para atender todos nuestros deseos. No puedo usarlo para ayudarme a hacer lo que yo ya he decidido, es decir, mi propia voluntad en mi vida y en la vida de otros. Muchas veces no tomamos tiempo para entender la voluntad de Dios, que nos muestra en su Palabra o a través de su Espíritu. Muchas veces no queremos aceptar la voluntad de Dios. Luego, le pedimos a él que bendiga nuestra voluntad sin darnos cuenta de lo que estamos haciendo. Cuando las respuestas de Dios son diferentes de nuestros deseos, nos desilusionamos, nos sentimos confusos. Es difícil aceptar la contestación de Dios cuando esta no cumple nuestra voluntad, cuando no podemos controlarle. Puede ser que el Señor no nos conteste lo que pedimos porque no sería la manera sana de tratar el asunto. Si cada vez, Dios nos contestara tal y como pedimos, entonces estaríamos cumpliendo con nuestra gran necesidad de estar en control de todo, en mi vida y en la de otros. Dios no es un siervo a nuestra voluntad para sanarnos y cumplir nuestros deseos. La paz verdadera sólo se experimenta relacionándose correctamente con Dios.

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Encuentro 3. La paz. Texto. Gálatas 5:22. Plan del encuentro Rompe Hielo. 10 minutos. Use un color para describir está semana y díganos por qué escogió ese color. Alabanza. 20 minutos. Escoja himnos o coritos que expresen la paz de Dios y también nuestra responsabilidad de vivir en paz con otros. La Palabra de Dios. 20-25 minutos. Use la hoja informativa y el siguiente bosquejo para formar sus comentarios breves y concisos sobre el tema. I. Viviendo bajo un gobierno justo. Un gobierno justo y benévolo genera confianza y paz en los ciudadanos. II. Dios, el gobernante Justo y Benévolo. Como cristianos estamos en el reino de Dios donde él gobierna bien. III. Cómo experimentar la paz que Dios ofrece. La paz que Dios ofrece se experimenta al seguir sus instrucciones, no cuando esperamos que él nos obedezca. Preguntas para la plática 1. ¿Es verdad que cada cristiano experimenta la paz de Dios? 2. ¿Es pecado estar tenso? 3. ¿Experimentó la paz en esta semana? 4. ¿Qué es lo que causa tensión? 5. ¿Se encuentra en paz ahora? ¿Por qué si o por qué no? Es una buena oportunidad de dejar de solucionar todos los problemas como si fuera experto y sencillamente escuchar a la gente del grupo. Û 17 Û

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¿Qué esta bloqueando su experiencia de la paz? Termina esta frase: “Para mí es difícil confiar en Dios en …..”. Pueden ser los hijos, el trabajo, la relación matrimonial, el jefe, los resentimientos.

La oración. 20-25 minutos. No debe hacer la misma cosa cada vez que oran. Lo peor es repetir cada ocho días lo mismo. Hoy, haga algo diferente. Apenas hablaron de las causas de las tensiones en nuestras vidas y las áreas en las cuales es difícil confiar en Dios. Cuando alguien exponga sus tensiones, tal vez necesita una oración especial. Entonces, pida a los demás que oren por esa persona particularmente. Visión. 10 minutos. En nuestro alrededor hay muchas persona que no tienen paz, llevan muchas preocupaciones y no ven soluciones. Andan tensos y ansiosos. Usted que es cristiano, puede acercarse a una de estas personas para mostrarle y darle testimonio de la paz que Cristo ofrece, tanto para la vida terrenal como para la vida eterna.. No deje de orar por ellos. No deje de preguntarles si les gustaría saber más de la Biblia, de lo que dice acerca de la paz que ellos podrían experimentar. No somos un comité. Nuestro propósitos como célula es encontrar a Jesús y conocerle mejor a través de su Palabra escrita, la obra del Espíritu Santo y al ministrarnos el uno al otro con los dones espirituales. Estamos aquí para crecer y multiplicarnos porque hay mucha gente que todavía no conoce a Jesús. No podemos quedarnos igual para siempre. Una célula sana reproduce otras células. Si no oramos y hacemos planes para multiplicarnos, nos vamos a estancar completamente y nos enmoheceremos espiritualmente. Nuestro enfoque es hacia el exterior.

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Encuentro 4. La paciencia. Texto. Gálatas 5:22. Información para el líder Aviso para los líderes del grupo pequeño. En la hoja informativa se provee información que le puede ayudar a formar sus comentarios para el pasaje bíblico. Esta es solamente una ayuda, no tiene que exponerse palabra por palabra exactamente como aquí se escribe. La teología debe ser la misma, por supuesto. La manera en que usted desarrolla los comentarios depende de su persona y creatividad. Acuérdese que el encuentro del grupo no es un estudio bíblico en el estilo más conocido entre nosotros. Después de presentar el tema y dar una introducción breve, usted intervenga menos y facilite una platica en la cual la gente comparta su vida, ministrándose el uno al otro a través de la palabra de Dios y la oración. El fruto del Espíritu. Hechos producidos por un poder interno. Recuerde que fruto es el nombre metafórico de las obras o los hechos de una persona. Los hechos se presentan como la expresión tangible y visible de un poder que maneja la vida por adentro, interno e invisible. El carácter del fruto es la evidencia del carácter del poder que está adentro produciéndolo. En la vida de un seguidor de Cristo el Espíritu Santo viene para morar en su propio espíritu, y de allí el Espíritu Santo produce un estilo de vida semejante al carácter de Cristo. El cristiano en sí no puede producir ese fruto. No es capaz. Pero Dios mismo, en la persona del Espíritu, puede hacer lo imposible. El cristiano tiene que someterse al Espíritu para ver surgir constantemente, desde su corazón, ese tipo de acciones y actitudes. La paciencia: una mecha larga. Después del amor, la alegría y la paz, Pablo menciona la paciencia. El sentido literal de la palabra original es “tener una mecha larga”. Uno puede imaginar un cohete que lleva una mecha. Al prender la mecha el fuego corre a lo largo de la mecha hasta llegar al polvo explosivo del cohete. Entonces el cilindro estalla y se eleva rápida y violentamente. La paciencia es como una mecha larga que toma su tiempo para llegar al momento de explotar. El contexto más importante tiene que ver con paciencia hacia las personas, y menos hacia las circunstancias, porque la mayoría del tiempo las personas son más difíciles y lastiman más. La paciencia dentro del cuerpo de Cristo es muy necesaria. Se puede decir que paciencia es detenerse cuando uno enfrenta una provocación. Se ve en las personas que no se dan prisa para Û 19 Û

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castigar, ni para vengarse o para avergonzar a otros. Uno de los escritores antiguos dijo, “La paciencia es la gracia de una persona que podría vengarse, pero que no lo hace”. Sin duda, hay provocaciones, razones para sentirse lastimado. Muchos cristianos piensan erróneamente que la paciencia requiere que el creyente no sienta ira jamás. Tienen expectativas no realistas de sí mismos y de los demás. Más bien, buscan la perfección para sentirse bien con Dios. Pero la verdad es que nunca vamos a lograr la perfección aquí en la tierra. Nunca vamos a complacer a Dios con nuestras propias fuerzas. Teniendo una perspectiva más sana, podemos decir que la paciencia es no rendirse a las circunstancias, ni doblarse al enfrentar las pruebas de la vida cotidiana y, aún más, no intentar castigar o vengarse en los conflictos que las relaciones interpersonales nos presentan. El ejemplo del Señor. Si quiere leer un ejemplo de paciencia, lea Éxodo 34:6. Moisés está glorificando al Señor en ese versículo y dice: “¡El Señor! ¡El Señor! Fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad;…” La expresión “tardo para la ira” ilustra el concepto central de la paciencia. Moisés describe al Señor. En Gálatas, Pablo describe a Dios, el Espíritu Santo. Los dos son iguales en naturaleza y carácter. La fuente de nuestra paciencia es Dios que vive en nosotros. Dios es así por varias razones: 1. 2. 3.

Es fiel a su promesa, su pacto con su pueblo. Él está consciente de nuestras debilidades como seres humanos y él entiende todo. Él es generoso en su gracia.

Siendo pacientes el uno con el otro. Está es la queja que más se escucha en el pueblo de Dios. “¡No tengo paciencia!” “Tengo que aprender a ser más paciente con …”. Sí, tenemos que aprender del Espíritu; dejar que él nos controle; someternos a él. No es un asunto de “No puedo”, sino de “No quiero”. Dios ha puesto todo lo necesario para aprender de él acerca de la paciencia. Con toda confianza nosotros podemos esperar que él produzca fruto en su pueblo, o sea, en los que se someten a él constantemente. Nosotros tendremos con completa seguridad la capacidad para ser pacientes con los demás del grupo, de la iglesia entera y con los paganos también, si nos enfocamos en el Señor; cuando nos sometamos al Espíritu Santo. Por las mismas razones que el Señor lo hace, podemos ser tardos para la ira. Para hacerlo. Recordemos la promesa de Dios y el pacto nuevo en Cristo. Tenemos una relación viva con Dios. Él promete morar en nosotros. Él siempre va a ser fiel a su Palabra y podemos Û 20 Û

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confiar en lo que él producirá en nosotros. Sean conscientes de las debilidades y luchas de los demás. Cada uno de nosotros fallamos en algo. Cada uno tiene sus puntos débiles y sus limitaciones. Buscando las habilidades de Dios, tendremos la capacidad de entender o simpatizar con nuestros hermanos espirituales, dándoles un margen más amplio. Compartan la gracia que ustedes han recibido de Cristo porque ni nosotros ni los otros merecen el perdón o la misericordia. Ustedes y yo somos pecadores manejados por nuestro egoísmo, por nuestra manera de dirigir la vida. No hay ni un cristiano sentado aquí en la célula que no haga cosas indebidas. Entonces, como recibimos del Señor su favor a pesar de que no lo merecemos, en Cristo podemos brindarles a los demás esa gracia. La hemos experimentado en Cristo. Sabemos lo que es la gracia por el ejemplo de Cristo. Cada uno tiene experiencia viva de recibir el favor inmerecido. No hay pretextos para negarlo. Sean llenos de gracia.

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Encuentro 4. La paciencia. Texto. Gálatas 5:22. Plan del encuentro Rompe Hielo. 10 minutos. Díganos una cosa positiva a cerca de la persona que está a su lado izquierdo. Alabanza. 20 minutos. Esfuércese por aprender cantos nuevos y por usar el tiempo del grupo para ensayarlos. Use un cassette mientras están aprendiendo. La palabra de Dios. 25-30 minutos. Use la hoja informativa y el siguiente bosquejo para formar sus comentarios breves y concisos sobre el tema. 1. 2. 3. 4.

El fruto. Hechos producidos por un poder interno. La paciencia. Una mecha larga. El ejemplo del Señor. Sí, podemos ser pacientes.

Preguntas. 1. 2. 3. 4. 5.

¿Fracasa el cristiano cuando se enoja con otro cristiano? ¿En qué tipo de situaciones es difícil para usted detener su ira? ¿Se ha enojado con otros miembros de la iglesia? ¿Debemos comunicarnos cuando algo surge entre creyentes o no? ¿Qué produce el silencio?

La oración. 20-25 minutos. Divídanse en grupitos de dos o tres y oren el uno por el otro. Compartan una experiencia actual que está desafiando a su capacidad de ser paciente. Oren que Dios les de la perspectiva correcta y la capacidad de detenerse al desear castigar, vengarse o avergonzar al otro. Û 22 Û

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Visión. 10 minutos. Cada uno de nosotros tenemos que venir a la célula preparados. Si solamente asistimos a la reunión del grupo para recibir alimento espiritual del pastor o líder, estamos fallando grandemente el uno al otro. Estamos volviendo a lo conocido, lo cómodo, lo anterior. La verdad es que en las iglesias no se ve mucha confianza. No se ve que la mayoría de la gente sirva a otros directa y espiritualmente. En la iglesia tenemos la oportunidad y responsabilidad de prepararnos para servir a otros. Venga a la célula para dar, para exhortar, para edificar, para ayudar , para escuchar, para compartir, para ser usado por Dios para fortalecer a su hermano (a) en Cristo. Realicen entre semana su devocional. Pasen tiempo comunicándose con Dios y escuchándole a él. Intercedan por los del grupo. Dígale al Señor, ¿Qué quieres que haga para edificar a mis co-discípulos en Cristo?

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Encuentro 5. La benignidad. Texto. Gálatas 5:22. Información para el líder Aviso para los líderes del grupo pequeño. En la hoja informativa se provee información que le puede ayudar a formar sus comentarios para el pasaje bíblico. Esta es solamente una ayuda, no tiene que exponerse palabra por palabra exactamente como aquí se escribe. La teología debe ser la misma, por supuesto. La manera en que usted desarrolla los comentarios depende de su persona y creatividad. Acuérdese que el encuentro del grupo no es un estudio bíblico en el estilo más conocido entre nosotros. Después de presentar el tema y dar una introducción breve, usted intervenga menos y facilite una platica en la cual la gente comparta su vida, ministrándose el uno al otro a través de la palabra de Dios y la oración. La verdadera situación de la iglesia de Galacia. Pablo fue un defensor de la gracia de Dios, pero fue atacado fuertemente por muchos lados por ello. Él anunciaba constantemente que la salvación es por la gracia de Dios, no por obras que pudiéramos hacer nosotros para ganar un lugar en el cielo. Uno obtiene la salvación por medio de la fe que Dios mismo crea en nosotros. Las buenas nuevas de Jesucristo que predicaba Pablo se oponían a las religiones comunes de aquel tiempo, y de hoy en día. Lo que Pablo enseñaba fue contrario a la enseñanza de los maestros judaicos, que estaban molestando a los creyentes de la región de Galacia en la época de Pablo. Por la evidencia del libro de Gálatas, aparentemente circulaban por las iglesias falsos maestros que exigían que los gentiles se convirtieran al judaísmo (sometiéndose al rito de circuncisión) para poder ser cristianos verdaderos, y que guardaran las leyes de Moisés para complacer a Dios y asegurar su lugar en el reino del Señor. ¿Qué es la benignidad? El diccionario dice que la benignidad es “ser afable, agradable; una persona que brinda al otro un trato amable”. Otro sentido es “ser benévolo”; que tiene buena voluntad o afecto hacia los demás. En griego es “ser digno, decente; una persona de buena ética o de buen carácter”. La benignidad implica ser honesto y recto. Una persona benigna mantiene sus relaciones en la sociedad con hechos concretos y tangibles de amor y lealtad; actos prácticos que llenan las necesidades de otros. Û 24 Û

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Dios es benigno. Salmos 34:8 dice que el Señor es bueno y que su bondad es palpable. Obviamente, su bondad no es materia, sino que Dios actúa en nuestra vida de tal manera que en verdad reconocemos su bondad. Este salmo que fue escrito por David cuando fingió estar demente ante Abimelec. David se encontraba en una situación muy peligrosa. Léalo en 1 Samuel 21:13-15. David huyó del rey Saúl, quien quería matarlo por envidia. Así que David se fue al lado de otros pueblos enemigos, quienes también lo veían como amenaza. Entonces, David escuchó que ciertas personas lo elogiaban. Eso lo asustó e ideó un plan para escapar. Su plan fue fingir locura. Y le fue muy útil. En vez de detenerlo y atarlo, el rey lo corrió de su presencia. Parece un buen plan, pero la verdad es que Dios estaba detrás, cuidándole. David dice que él clamó y que Dios le libró. Con este tipo de ayuda David pudo experimentar en su vida cotidiana la bondad de Dios. Dios hizo para él cosas prácticas. Por eso dice David, “¡Gustad! ¡Ved! ¡Palpad! Los beneficios del carácter moral del Señor”. En el Nuevo Testamento, la base de la definición de benignidad también es el Señor. Si no fuera por él, no sabríamos que es la benignidad. Un ejemplo palpable de ella es Romanos 2:4. Su benignidad le detiene para no castigarnos según nuestros pecados. Él es rico en bondad, y eso es lo que nos atrae a él. En su gracia, Dios se restringe a si mismo, aun enfrentando las ofensas dolorosas del hombre. Dios se caracteriza por su benignidad, y el ejemplo más grande es su hijo, Jesús. Benignidad cristiana hacia los demás. Recuerde que Pablo tenía que enfrentar muchas críticas fuertes en su época. Fue acusado de vivir sin reglas, sin normas, y de enseñar lo mismo para engañar a la gente. La razón por la cual fue agredido tanto era que él sostenía que, por ser salvos por la gracia de Dios, no tenemos que guardar la ley de Moisés para ser cristianos verdaderos. Él rechazaba que las normas de la ley escrita por Moisés fueran el medio para justificarse delante de Dios, es decir, rechazaba que tuviéramos la capacidad de pagar nuestros pecados por nuestro esfuerzo. Pablo dijo: “En Cristo somos salvos, ya, y libres de la ley”. Eso enseño Pablo porque con completa certeza sabía que un cristiano no tiene que ganar o merecer la vida eterna, sino sólo recibirla por la fe personal en la gracia de Dios. Por ser cristianos, el Espíritu Santo mora en nosotros para tomar control de nuestra vida. Pablo confiaba en un poder vivo dentro de él que produce el fruto que identifica a la persona recta. Las leyes de Moisés no fueron dadas para ganar la vida eterna si se confía en ellas, sino para mostrar, precisamente, que nadie podría hacerlo de esa manera. La ley no sirvió para que nos comportáramos bien. Más bien la ley destaca nuestra actitud de rebeldía. Û 25 Û

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Pablo sabía que el Espíritu es el que provee el poder interno para vivir sana y moralmente bien. En Gálatas 5:22-23, Pablo menciona el fruto que produce el Espíritu en nuestra vida. Son acciones prácticas, no sólo emociones, ni filosofía. Por eso Pablo decía que los cristianos no viven sin reglas, como los perdidos, sin control. ¡No! Más bien, los cristianos tienen una guía aún más importante, fuerte y eficaz: el Espíritu Santo. Los hechos se producen por un poder que salía del interior de la persona. El fin de la morada del Espíritu Santo en el creyente no es impresionar a la gente, porque este sea individuo moral que tiene una vida recta. El objetivo de que el Espíritu more en todo creyente es que todos los creyentes vivan juntos, mostrando día tras días las sanas actitudes y hechos de uno hacia el otro, a pesar de los problemas, las faltas y las ofensas (Efesios 4:32). En nuestras iglesias y grupos pequeños o células tenemos la perfecta oportunidad de se amables por el Espíritu. No hablamos de una experiencia eventual sino que esto sea realidad en nuestras relaciones entre creyentes en los grupos, y aún más entre semana. Dios quiere que todos nosotros seamos benignos uno al otro. No solamente con los líderes, sino ¡con todos! No es un dulce concepto celestial. Se trata de la forma en que nos relacionamos, aun con nuestras dificultades reales.

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Encuentro 5. La benignidad. Texto. Gálatas 5:22. Plan del encuentro Rompe Hielo. 10 minutos. ¿En que situación sentiste la presencia de Dios en esta semana? Alabanza. 20 minutos. La lectura bíblica y poesía también se puede usar para alabar a Dios. Delegue la alabanza a diferentes personas de vez en cuando. La palabra de Dios. 25-30 minutos. Use la hoja informativa y el siguiente bosquejo para formar sus comentarios breves y concisos sobre el tema. 1. 2. 3.

La verdadera situación de la iglesia de Galacia. Dios es benigno. Benignidad cristiana hacia los demás.

Preguntas sugeridas. Como cristianos, la mayoría del tiempo tendemos a hacer preguntas intelectuales y suaves que nunca llegan a explorar la vida real de una persona. Pensamos que tenemos que ser muy corteses siempre, según la cultura. Por eso no hablamos de la realidad y creamos la imagen de ser más maduros y perfectos de lo que en realidad somos. Esto es malo porque es una manera de mentir. En verdad, no somos tan perfectos. El Señor quiere que nos exhortemos y amonestemos uno al otro. Para hacerlo tendremos que divulgar la verdad de nuestra vida. Aquí hay personas que hablan de la vida real e intentan guiarnos a compartir nuestra vida cristiana tal y como es. Usted, líder del grupo, tiene que ser el primero en compartir su vida. 1.

David tenía varias experiencias palpables de la benignidad de Dios, cuéntenos una experiencia que la muestre. Û 27 Û

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2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.

¿Tenemos algo en la iglesia de hoy en día similar a la enseñanzas de los falsos maestros de Galacia? ¿Está usted esforzándose por cumplir las “leyes cristianas”, para complacer a Dios? ¿Opina usted a veces que la vida cristiana es demasiado pesada y llena de reglas? ¿Qué sería diferente en su vida si tuviera dentro de usted el poder para producir la “vida cristiana”? ¿Se somete al Espíritu Santo en su vida diaria? Si usted fuera amable, ¿cómo actuaría hacia otros? ¿Qué puede hacer para ser amable con la persona que está sentada al su lado derecho?

La oración. 20-25 minutos Compartan sus peticiones personales y sean benignos orando uno por el otro. Visión. 10 minutos Cada uno de nosotros debe venir preparado. Si sólo asistimos a la iglesia para recibir alimento espiritual del pastor o líder, estamos fallando grandemente uno al otro. Estamos volviendo a lo conocido, lo cómodo, lo anterior. En las iglesias no se ve mucha confianza. No se ve que la mayoría de la gente sirva a otros directa y espiritualmente. En la iglesia tenemos la oportunidad y responsabilidad de prepararnos para servir a otros. Venga a la iglesia para dar, exhortar, edificar, ayudar, escuchar, compartir; para ser usado por Dios para fortalecer a su hermano (a) en Cristo. Realicen entre semana su devocional. Pasen tiempo orando y escuchándolo a él. Intercedan por los de la célula. Dígale a Dios: Señor ¿qué quieres que haga para edificar a mis co-discípulos en Cristo?

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Encuentro 6. La bondad. Texto: Gálatas 5:22. Información para el líder Aviso para los pastores del grupo de vida. Use esta hoja para preparar sus comentarios sobre el tema. Es una guía para usted. Pero es más importante aún el tiempo que usted pasa con el Señor en su devocional y en oración. No deje de practicar las disciplinas básicas de la vida del cristiano sólo porque aquí tiene algo preparado y listo para la reunión del grupo. Usted tiene que estudiar la palabra de Dios y escuchar su “voz” antes de enseñarla a otros. Es indispensable. Ayude a las personas de su grupo a compartir su vida uno con otros. Para desarrollar un compañerismo verdadero tenemos que abrir nuestra vida y apoyarnos mutuamente. ¿Qué es la bondad? El concepto de la bondad viene de la palabra “bueno” o “lo que es bueno”. Se refiere al carácter o a la calidad de una persona. Nos interesa más la aplicación personal ahora, y la bondad indica la excelencia moral de una persona buena. En una persona con esta cualidad se observan los efectos de su vida, benévolos para los demás. En el mundo hay muchos conceptos muy comunes tras la historia de “lo que es bueno”. La filosofía griega humanista consideraba que la gente se volvía buena si recibía instrucción en lo bueno. Lo bueno era definido por los dioses y por la sociedad en general. En gran parte, su manera de “mejorar” a la gente era aumentar su conocimiento, y mucho más cuando tal conocimiento era revelado solamente a los integrantes de su creencia o religión. Otro concepto muy común es a la vez religioso y humano. Algunos pensaban que para volverse bueno uno tenía que rechazar las cosas materiales y mundanas, y fijarse sólo en lo espiritual a través de una mente extremadamente disciplinada. Enseñaban que lo material, incluso el cuerpo humano, era completamente malo, fuente de los malos deseos. Para luchar contra el mal castigaban su cuerpo y negaban sus humanas experiencias. El Señor es el único bueno. El concepto bíblico de la bondad en el Antiguo Testamento empieza con Dios. Dice que lo bueno se define a través de la auto revelación del Señor como en 1 Crónicas 16:34. El Señor en su carácter es bueno y, por eso, su obra en la vida de un ser humano es benévola. En Éxodo 18:9, Jetro se regocijó en la bondad que el Señor había hecho por Israel. Él bendijo a el Señor Û 29 Û

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por haberles librado de la esclavitud en Egipto. En el Antiguo Testamento, si alguno quería saber qué era lo bueno tenía que estudiar la ley del Señor. En ella se revelaba al ser humano lo bueno. En el Nuevo Testamento encontramos cosas interesantes. En primer lugar, Jesús enfatizó que sólo Dios era bueno, por ejemplo en Mateo 19:17. No había ni uno que hiciera lo bueno entre los seres humanos comparado con lo que es el Señor. Jesús atacó la idea de la auto justificación por las buenas obras y el concepto de que uno podía volverse una buena persona al practicar cuidadosamente las reglas de una religión. La bondad no surge de nosotros mismos. En Romanos 7:18-19, Pablo sacó a la luz la realidad de su lucha contra el pecado. Pablo enseñó que el pecado es maligno, de tal manera que se vale de algo perfecto, como la ley de Moisés, para dictar la sentencia de la muerte espiritual. Pablo hacia lo que no quería hacer, y reconocía que no era correcto. Así él estaba poniéndose de acuerdo con la ley. Se dio cuenta que nada bueno moraba en él mismo, es decir, en su carne, una palabra metafórica que representa la vida manejada en rebeldía contra el Señor. Para vencer esa batalla Pablo necesitaba un salvador, y en el versículo 25 Pablo revela la solución: Jesucristo. Unido con Cristo no había condenación por que el Señor, por su gracia, puso a nuestro favor toda la bondad y justicia de Cristo. Somos buenos por el hecho de que estamos unidos a Jesucristo. En la vida diaria. Nosotros, los seguidores creados por Dios, tenemos toda la posibilidad de conocer y hacer lo bueno, porque conocemos a Jesús. Rendimos nuestra persona entera a él en adoración práctica. Él renueva nuestra mente, y por esta nueva creación divina podemos probar o experimentar en su plena realidad lo que es bueno, agradable y completo (perfecto). En Cristo nuestra identidad cambió, y nos da la capacidad de ser una persona buena, creada por Cristo. El efecto práctico de esa re-creación en nuestra vida es que podemos tratar a los demás de manera benévola. No tenemos que competir por el primer lugar. No tenemos que criticar al otro. No tenemos que ser manejados por el deseo de ganarle a otro ni por el anhelo de avanzar más que todos. Podemos arriesgarnos a hacer lo bueno por los demás, aunque estos sean los que normalmente llamaríamos “enemigos”. Podemos dar preferencia al otro. Podemos despojarnos de unas monedas y darlas al que tiene necesidades. Podemos ayudarles a conseguir un trabajo. Hay miles de maneras de hacer lo bueno imitando la vida de Jesucristo.

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Encuentro 6. La bondad. Texto: Gálatas 5:22. Plan del Encuentro Rompe hielo. (10 minutos). ¿Qué animal describe con mayor exactitud tu personalidad? Alabanza. (20 minutos). La lectura bíblica y poesía también se pueden usar para alabar a Dios. De vez en cuando delegue la alabanza a diferentes personas. La palabra de Dios. 25-30 minutos. Use la hoja informativa y el siguiente bosquejo para hacer sus comentarios breves sobre el tema. 1. 2. 3. 4.

¿Qué es la bondad? El Señor es el único bueno. La bondad no surge de nosotros. En la vida diaria.

Preguntas útiles para la plática. 1. ¿Cuál es la definición más común en nuestra sociedad de una “buena persona”? 2. ¿Cómo define usted a una “buena persona”? 3. Conteste falso o verdadero a la siguiente afirmación: “Debemos intentar desarrollar una vida buena para beneficiar a los demás y para agradar a Dios” 4. ¿Se considera a sí mismo como una buena persona? ¿En qué basa su opinión? 5. ¿Debe considerarse como buena persona? ¿Qué dice la palabra de Dios? 6. ¿Hay algún peligro al considerarse “buena persona”? 7. ¿Cuál es la diferencia entre confiar en la Palabra y ser orgulloso? 8. ¿Qué cosa buena le gustaría hacer por otro en esta semana? No conteste en voz alta esta pregunta sino que guarde su idea y hágalo en secreto durante la semana. 9. Si usted fuera una buena persona, ¿qué diría o haría diferente en su vida diaria? Û 31 Û

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La oración. 20-25 minutos. Oren que el Señor desarrolle en ustedes el concepto adecuado acerca de sí mismo, confiando en su Palabra como la verdad. El concepto más verídico en cuanto a nosotros es lo que Dios dice sobre nosotros. Muchas veces manejamos o nos dejamos manejar por los conceptos erróneos que reinan en nuestra cultura o en nuestra familia. Ya que somos creyentes, roguemos al Espíritu Santo para que él nos ayude a pensar correctamente, con los conceptos divinos. Visión. 10 minutos. En Hechos 5:13, “Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios... mas el pueblo los alababa grandemente”. Es decir que la gente de Jerusalén dispersó la fama de los apóstoles y los creyentes. Hablaban bien de ellos porque veían el poder del Espíritu y su bondad. Ojalá que nosotros también tengamos una buena reputación ante nuestros vecinos por ser benévolos hacia nuestra familia, hacia nuestros amigos y con los que viven en nuestro alrededor. Haga algo bueno por sus vecinos en esta semana.

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Encuentro 7. La fidelidad. Texto: Gálatas 5:22. Información para el líder Aviso para los pastores del grupo de vida. Favor de no usar la hoja informativa y el plan del encuentro como excusa para no estudiar o prepararse para la célula. Si usted como pastor no pasa tiempo orando, ni intentando escuchar “la voz” del Señor, ni estudiando la Palabra, la reunión va a ser muy pobre. Estas hojas no deben ser usadas como sustituto de los hábitos espirituales. Arregle su agenda y preséntese a diario delante de Dios para que pueda servir a los demás. La fidelidad. La fidelidad es una convicción firme que produce el reconocimiento total, a tal grado que una persona viva conforme a lo que fue dicho. Una historia que ilustra la fidelidad. En 1 Reyes, capítulo 1, versículo 28 a 37, vemos un ejemplo de qué es la fidelidad. Se trata de un personaje no muy conocido de la Biblia, Benaía, el hijo de Joiada. Cuando David era viejo y su muerte se acercaba, quiso nombrar rey a su hijo Salomón. Pero su hijo Adonías se adelantó e intentó usurpar el trono reclamando ser el siguiente rey. Entonces David tuvo que hacer planes para coronar a su hijo Salomón. En los versículos 28-35 David dio todas sus instrucciones a Betsabé, Sadoc, Natán, y a Benaía hijo de Joiada. Lee esas instrucciones. Entonces, en los versículos 36 y 37, está la inmediata respuesta de Benaía. Él dijo: “¡Qué así sea!— le respondió Benaía hijo de Joiada — ¡Qué así lo confirme el Señor, Dios de su majestad! Que así como el Señor estuvo con su majestad, esté también con Salomón, ¡y que engrandezca su trono aún más que el trono de mi señor el rey David!”. Así de sencillo respondió Benaía. Si quiere leer lo que pasó después, vea los versículos 38 a 53. El asunto que yo quiero resaltar ahora son las palabras y los hechos de Benaía. El tenía fe en lo que dijo el Señor a través de su siervo, David. Benaía tenía una convicción muy firme sobre la autoridad válida de su rey, David. Su convicción fue tan firme que produjo en Benaía la convicción total de que la palabra de David y la realidad estaban plenamente ligadas. También Benaía sabia que la validez de las palabras autoritarias de David tenían consecuencias prácticas para el que aceptaba sus Û 33 Û

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palabras. Entonces podemos decir que Benaía reconoció las palabras del Señor, las aceptó como la verdad y que actuó conforme a sus palabras. Eso es tener fidelidad. No solamente estar de acuerdo con una afirmación sino tener una convicción firme de que la afirmación es la plena realidad y aceptar las consecuencias para uno mismo. Una persona confiable respalda su palabra. En la Biblia hay que tomar en cuenta que tras la palabra en la que creemos, siempre hay una persona completamente confiable. Dios siempre es fiel. Su palabra nunca jamás falla. Es decir que el contexto de la fidelidad requiere que conozcamos al Señor personalmente, en la persona de su hijo Jesucristo. Dios mismo respalda su palabra. Tenemos que reconocer que entramos en una relación personal con el Señor a través de la fe. La fidelidad es una actitud de compromiso extenso y profundo que involucra la totalidad de nuestra vida, no solamente partes de ella. La fidelidad afecta la vida interior y el comportamiento externo. Luego, por ser un compromiso completo con el Señor, surgen acciones y actitudes conforme a su palabra. Por ejemplo, si el Señor a través de su palabra nos dice “porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte”, entonces, tomamos esta afirmación como la verdad o realidad. Otro ejemplo, si la palabra de Dios, dice, “Por tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús”, entonces lo tomamos en serio y no condenaremos a otros hermanos ni a nosotros mismos. Para resumir, la fidelidad es la convicción firme que produce el reconocimiento total de la veracidad de la palabra del Señor y la aceptación de las consecuencias prácticas en la vida diaria. Usted puede ser fiel. Acuérdese que Pablo está hablando del fruto que surge de adentro de nuestra vida, y que es producido por un poder que nosotros llevamos por adentro, el Espíritu Santo. Tenemos morando en nosotros al Espíritu de Dios, que es completamente capaz de guiarnos y enseñarnos como vivir. La carne, o sea, la vida dirigida por nuestra actitud de rebeldía, antes produjo todo tipo de maldad, broncas, contiendas, relaciones quebrantadas, heridas, rebeliones, etc. Pero en Cristo no somos esclavos de la rebelión como antes. Somos libres en Cristo para vivir sanamente. No tenemos que esforzarnos por guardar las leyes de Moisés como para pagar por nuestros pecados. Û 34 Û

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No tenemos que intentar justificarnos a través de una obediencia perfecta para complacer a Dios. No tenemos que cubrir nuestras faltas y rebeliones con buenas obras ni tenemos que tratar de balancear las cuentas delante de Dios. Pero tampoco vivimos en libertinaje, sin límites. Lo que experimentamos en Cristo es algo mucho más profundo y mejor. El mismo Espíritu que moraba en Cristo, ahora vive en nosotros y, al someternos a él, produce los efectos reales de la presencia de Cristo. Una parte del fruto del Espíritu es la fe, dice Gálatas 5:22. Ese fruto debe afectar nuestra vida cotidiana, la vida real que enfrentamos cada día. Si no, entonces ¿de qué sirve? En dos áreas de nuestra vida podemos aplicar esta palabra. En primer lugar, podemos vivir por fe confiando en la autoridad de la palabra del Señor. ¿Qué dijimos antes sobre Benaía? El tenía fe en lo que dijo el Señor. Benaía tenía una convicción muy firme sobre la autoridad válida del Señor. Su convicción fue tan firme que produjo en él reconocimiento total de que la palabra del Señor y la realidad están plenamente ligadas. Benaía sabía también que la validez de las palabras de autoridad del Señor tenían consecuencias prácticas para él mismo. Es igual para nosotros. El Espíritu Santo crea en nosotros esa convicción siempre y cuando nos sometamos a él. En segundo lugar, podemos ser fieles uno al otro tanto como Dios es fiel. El Espíritu Santo produce en nosotros la fidelidad. Por el hecho de que él es confiable, también nosotros podemos ser confiables entre nosotros. ¿Qué tipo de fidelidad ocupamos dentro del cuerpo de Cristo? Piense un momento: fiel para respaldarse uno al otro, fiel para creer lo bueno de otro, fiel para amar, fiel para cuidar, fiel para amonestar, fiel para defender, fiel para perdonar y mucho más. Es la fidelidad de un amigo verdadero.

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Encuentro 7. La fidelidad. Texto: Gálatas 5:22. Plan del encuentro Rompe Hielo. 10 minutos. ¿Cuál es la llamada telefónica más larga que ha hecho? y ¿con quién estuvo hablando? Alabanza. 20 minutos. En la alabanza el propósito es expresar a Dios que él es lo más importante; que queremos enfocarnos en él; que deseamos exaltar su nombre sobre todas las cosas y sobre nuestra vida también. Si, de verdad, anhelamos alabarle a él, tenemos que prepararnos entre semana pasando tiempo con él. La palabra de Dios. 25-30 minutos. Use la hoja informativa y el siguiente bosquejo para formar sus comentarios breves y concisos sobre el tema. 1. La fidelidad. 2. Una historia que ilustra la fidelidad. 3. Una persona confiable. 4. Tú puedes ser fiel. Preguntas para facilitar la charla. 1. Durante el camino que ha recorrido para conocer a Dios, ¿qué es lo que más le ayuda para poner su fe en Dios? 2. ¿Es cierto que los buenos cristianos siempre tienen fe, sin fallar ni una sola vez? 3. ¿Qué hace cuando no tiene fe? 4. ¿Qué le hizo confiar en Dios? 5. ¿Le molesta que haya ocasiones en las que intenta ganar o preservar su salvación? 6. Cuéntenos una experiencia en la que aprendió a confiar en Dios. 7. ¿Qué ha hecho el Señor para demostrar que él respalda su palabra? 8. ¿Le cuesta trabajo confiar en Dios en alguna de sus experiencias actuales? 9. Termine esta frase: “Una persona fiel ______________________.” 10. ¿Conoce a algún creyente que le haya sido fiel? ¿Qué hizo? 11. Para demostrar su fidelidad hacia otro creyente, ¿qué haría? Û 36 Û

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La oración. 20-25 minutos. Compartan sus necesidades y preocupaciones uno al otro. Expresen a Dios su confianza en él por lo que él ya ha hecho antes. Visión. 10 minutos. Tenemos espacio para más personas. Vamos a multiplicar la célula y reproducir otra para que más gente tenga la oportunidad de conocer a Jesús. No podemos pararnos en este momento disfrutando para siempre el compañerismo entre nosotros mismos. Jesús nos dio una comisión muy grande, “hacer discípulos”. A la vez nos dio una promesa diciendo “he aquí yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”. Entonces, sí el Espíritu Santo mora en nosotros produciendo fruto como la confianza en Dios y su Palabra, ¿qué haremos? Tal vez, tú no ves la manera en la que Jesús va a multiplicar la célula, pero vivir por fe requiere la convicción firme que produce el reconocimiento total de la realidad de Dios y el compromiso profundo de aceptar las consecuencias para nuestra propia vida. En oración, hagan planes para crecer.

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Encuentro 8. La humildad. Texto: Gálatas 5:23. Información para el líder Aviso para los líderes del grupo pequeño. En la hoja informativa se provee información que le puede ayudar a formar sus comentarios en cuanto al pasaje bíblico. Cómo desarrolla los comentarios depende de usted, su persona y creatividad. Acuérdese que el encuentro del grupo no es un estudio bíblico en el estilo más conocido entre nosotros. Después de presentar el tema y dar una introducción breve, usted intervenga menos y facilite una platica en la cual la gente comparta su vida, ministrándose el uno al otro a través de la palabra de Dios y la oración. La humildad es fuerza bajo control. Dice el diccionario que la humildad es “lo contrapuesto al orgullo. Es reconocer sus debilidades”. Así también es el sentido griego. Cuando se refiere a personas indica una persona agradable o afable. Es una suave actitud amigable y era una virtud apreciada en la sociedad griega siempre y cuando fuera acompañada de firmeza o solidez emocional. De ninguna manera quiere decir aborrecerse a si mismo. Esto sería un concepto muy corrompido del sentido verdadero. Una persona humilde tiene que ser una persona de fortaleza, es decir, madura y firme en su persona. Lo opuesto es ser iracundo, una persona que prefiere rebelarse contra las normas de Dios para ser libre de expresar sus sentimientos como la ira, aunque no sean razonables. Ejemplos importantes. En la Biblia tenemos varios ejemplos de esta virtud, ahora concentrémonos en dos. El primero es Moisés en Números 12. El relato de ese capítulo parece algo demasiado común en las relaciones interpersonales, aun entre parientes. Moisés antes se había casado con una mujer cusita. Podría parecer simplemente que era una persona de otra tribu. Y así era. Pero aún más, ella era de otra raza porque la región de “Cus” se ubicaba en África del norte. Entonces Aarón y María, que era sus hermanos, estaban criticando a Moisés por haberse unido a esa mujer cusita. Las quejas de Aarón y María se centraron en la exclusividad del liderazgo de Moisés. Ellos se levantaron para ser reconocidos como líderes por el hecho de que hablaron por el Señor varias veces también. Tome nota de que la crítica que expresaron no era el asunto que en verdad Û 38 Û

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estaba molestándoles. Lo que dijeron sonaba más espiritual y aceptable en vez de revelar sus prejuicios y racismo. El comentario en el versículo tres es que Moisés “era muy humilde, más humilde que cualquier otro sobre la tierra”. Se ve que Moisés no reaccionó contra de sus hermanos para contestar con crítica o amenazas. Entonces el Señor intervino rápidamente para corregir la situación en los versículos 4-12, porque esa era una rebelión en contra de Dios mismo. Moisés dejó que el Señor hiciera lo que tuviera que hacer para solucionar el problema. Él no tomó las riendas para dirigirlas según sus deseos. Luego al ver el castigo que María tuvo que padecer, Moisés intercedió por ella para que el Señor la sanara. El castigo cayó sobre ella lógicamente por haber sido la agitadora principal, no por ser mujer. No es correcto decir que en ese momento Moisés fue débil o cobarde. Todo lo contrario. Era un hombre íntegro, de fuerza personal controlada. En una circunstancia muy difícil de un ataque dirigido a su esposa, no se perdió su auto control. Un varón inmaduro no podría haber reaccionado con tanta sabiduría para nada. Eso es la mansedumbre. El otro ejemplo es Jesucristo y vamos a leer dos pasajes breves. En Mateo 11:29, el dice de sí mismo, “carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón y encontrarán descanso para su alma”. Jesús explica esto inmediatamente después de revelar su autoridad en los versículos 25-27. Imagínese el poder y la posición tan alta de Jesús, “mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera revelarlo”. Conociendo perfectamente al Padre y confiando en su autoridad sobre toda la revelación de Dios, nos invita a acercarnos a él para un descanso espiritual verdadero. No fue prepotente, ni orgulloso, ni duro con la gente humilde y necesitada. No intento exigir de ellos más actividad religiosa para pagar por sus pecados. Ni puso encima de la gente más reglas para ganar la vida eterna. Su misión era cargar el yugo de nuestras debilidades y enfermedades sobre sus hombros sometiéndose humildemente a la voluntad del Señor, como un siervo, para hacer lo que no podemos hacer nosotros mismos: librarnos del pecado. De la misma manera en Mateo 21:5, Jesús demostró la humildad en lo que se llama la “entrada triunfal” a Jerusalén. En ese momento él era un hombre muy popular en el pueblo de Dios, pero no entre los líderes religiosos. La profecía de Isaías y Jeremías dice que Jesús era el rey esperado de Sión, el pueblo de Israel. Sus profecías se cumplieron cuando Jesús se montó en un pollino, hijo de animal de carga. ¿Piensa usted que esa era la manera normal de presentarse como un rey en aquel entonces? Obviamente, no. Los reyes judíos y romanos siempre demostraron su gran importancia y autoridad al vestirse muy bien, organizar un desfile Û 39 Û

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largo de soldados fuertes en sus rangos, humillar a sus enemigos jalando filas de cautivos y mostrando sus riquezas en carros adornados de oro y plata. La gente rica y poderosa quería impresiona y asustar a la gente. La mayoría de la veces eran ego-maniacos. Hombres miedosos de otros. Egoístas, inseguros y prepotentes por la necesidad de fortalecerse a sí mismos con toda la pompa externa. Pero Jesús sabía quien era y entendía su comisión. Como rey no necesitaba la pompa. Él era humilde, una persona de gran fuerza, pero bajo un sano control personal. Esa actitud de humildad estaba basada en el amor verdadero, no en la debilidad. En el cuerpo de Cristo. Los ejemplo son muy claros y se aplican a nuestra vida especialmente dentro del cuerpo de Dios. Como creyentes tenemos un poder interior que produce la humildad adecuada y que nos permite tratarnos uno al otro con amor y respeto. Cuando salga una crítica indebida, todavía podemos seguir a Dios y dejar que él nos guíe para reconciliarnos. En el Espíritu tendremos la capacidad de rechazar la prepotencia, el orgullo, y el mal uso de un oficio. Siendo cristianos controlados por el Espíritu, podemos apoyar y ayudar a creyentes nuevos y a no cristianos a conocer más a Jesús en vez de sentirnos como personas mayores que ellos juzgándoles y poniendo encima de ellos más y más reglas y expectativas supuestamente cristianas. Gálatas 6:1 nos dice que un creyente consciente del otro puede amonestarle a él o ella. Es cierto que cada uno de nosotros todavía pecamos, todavía nos rebelamos, todavía somos capaces de desviarnos del camino de Dios intentando controlar o manipular la vida a nuestro gusto, ignorando al Espíritu Santo. Por eso Pablo enseñó a los de la familia de Dios que iba a ser necesario a veces corregirnos el uno al otro. Dios nos llama a responder a un hermano o hermana en Cristo en medio de su pecado, fracaso o falla, pero con humildad. Debemos tratarlo como un amigo verdadero, hablándole con amor y amistar real. No sería correcto acercarnos con arrogancia u orgullo espiritual para castigarle, ni avergonzarlo o condenarlo.

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Encuentro 8. La humildad. Texto: Gálatas 5:23. Plan del encuentro Rompe hielo. 10 minutos. ¿Cuánto pagaste por los zapatos que llevas ahora? ¿Qué es lo que te gusta de ellos? Alabanza. 20 minutos. Una posibilidad es usar un audio-cassette de cantos espirituales que le guste, escribir a máquina las letras, y cantarlos juntos usando una grabadora. La palabra de Dios. 25-30 minutos. La hoja informativa sirve para guiar y ayudarle a formar su enseñanza breve. Es el comienzo del tema. Después, facilite una plática entre los miembros del grupo para aplicar los principios a la vida real. 1. 2. 3.

La humildad es … Ejemplos importantes. En el cuerpo de Cristo.

Preguntas útiles. 1. Cuando piensa en una persona humilde, ¿qué viene a su mente? 2. ¿Esa persona es más débil o más fuerte que usted? 3. No es raro que haya crítica entre creyentes, ¿qué piensa usted? 4. ¿Alguien le ha criticado? ¿De qué? 5. ¿Cuál es su reacción más común ante la crítica? 6. ¿Qué hacemos para manejar conflictos con más sabiduría y humildad? 7. ¿Cuál es el peor ejemplo de liderazgo que usted ha visto? ¿Qué hizo esa persona? Favor de no señalar a nadie en específico. 8. Un buen líder dentro del cuerpo de Cristo es __________________________. 9. ¿Ha sido corregido o amonestado por alguien alguna vez? ¿Salió bien o no? ¿Qué hizo? 10. Una de las razones de la célula es desarrollar relaciones más profundas de lo normal y crear un contexto de amor y entendimiento en el cual podamos amonestarnos el uno al otro. ¿Esta dispuesto a involucrarse en ese indispensable proceso? Û 41 Û

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11. Si anduviera fuera del camino de Jesús, ¿qué le gustaría que hiciera el hermano cercano? La oración. 20-25 minutos. Muchas veces tenemos que orar confesando nuestras rebeliones y fracasos. A veces hemos sido criticones. No hemos reaccionado con humildad hacia otros. Hemos actuado con orgullo y enojo sin control suficiente y perjudicamos al cuerpo de Cristo. Oren uno por el otro. Si el Espíritu Santo indica que él quiere usarle a usted para exhortar al otro, escúchele bien y acérquese a su amado hermano en Cristo para compartir la palabra de Dios. Visión. 10 minutos. Nuestra meta es multiplicarnos, ¿de acuerdo? Una célula que no crece ni se reproduce está enferma. Una célula que crece sin control es cancerosa. Queremos seguir al Espíritu Santo en ese asunto. No dejemos de orar por personas inconversas. No dejemos de relacionarnos con ellas. No dejemos de tratarles con mansedumbre para que se abran a la palabra de Dios. En el comienzo personas que todavía no conocen a Cristo van a ser abiertos primero que usted como medio del mensaje de la gracia de Dios. Si usted es confiable las personas a su alrededor van a considerar las verdades de Cristo. Este principio tiene mucho que ver con nuestro comportamiento, como personas que se identifican con Cristo. Creo que todos nosotros hemos encontrado personas altamente cerradas por causa del mal ejemplo de un “creyente”. Algunos no están abiertas al evangelio porque no conocen a un cristiano. ¡¡Otros no están dispuestas a considerar a Cristo porque conocen a algunos cristianos!! Demos un trato adecuando a todos los que están a nuestro alrededor.

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Encuentro 9. Dominio propio. Texto: Gálatas 5:23. Información para el líder Aviso para los pastores del grupo. En oración estudie esta hoja para saber más del tema. Permita que el Espíritu Santo le hable para entender la Palabra y la mejor manera de aplicarla a su vida. También ore que el Espíritu Santo le ayude a entender a las personas de su célula y sus necesidades en cuanto a la templanza o dominio propio. El dominio propio es poder. El último fruto que el Espíritu Santo produce en la vida del creyente es el dominio propio. La palabra original es “poder”, “fuerza”. El verbo es “ser fuerte, conquistar, controlar, dominar, ser maestro sobre alguien o algo”. Es la capacidad que el ser humano tiene de dirigir o controlar sus pensamientos, acciones y reacciones a sus sentimientos y sus deseos. Esta probado que el ser humano tiene esa habilidad por su naturaleza como creación del Señor. Como personas que toman en serio la palabra de Dios entendemos que la voluntad del ser humano tiene su límite. Las personas pueden disciplinarse en muchos sentidos para lograr sus metas y dirigir su fuerza, sin embargo el auto-control no puede crear una relación de justicia delante del Señor ni curar el dilema del pecado, como Pablo nos explicó en Romanos 7. Errores graves. En el primer siglo había filosofías humanas que enseñaban que el ser humano debía vivir con templanza y otros que enseñaban que se debía tratar severamente al cuerpo para controlar sus múltiples pasiones. Un concepto griego muy común decía que el cuerpo material era malo y la fuente del mal en nuestra vida. Todo lo material, incluyendo el cuerpo, no tenía nada que ver con lo espiritual. Desde su punto de vista había dos partes del mundo: el mal que constaba en cualquier cosa física o material; y el bien que era cualquier cosa espiritual. Ellos inventaron sus normas de disciplina para el cuerpo y sus pasiones. Llegaron a formar la ética en las vidas de sus practicantes, lo que era algo bueno. Lo equivocado en esos puntos de vista era que las normas fueron usadas en un intento de justificarse delante de su Dios. Al fin de cuentas fue también un Û 43 Û

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engaño total, porque Dios reveló a través de Pablo que las reglas y las practicas religiosas no tienen el poder para dominar el corazón pecaminoso del ser humano. Colosenses 2:20-23 dice, “Si con Cristo ustedes ya han muerto a los principios de este mundo, ¿por qué actúan como sí todavía pertenecieran al mundo, y se someten a preceptos tales como: ‘No tomes en tus manos, no pruebes, no toques’? Estos preceptos, basados en reglas y enseñanzas humanas, se refieren a cosas que van a desaparecer con el uso. Tienen sin duda apariencia de sabiduría, son su afectada piedad, falsa humildad y severo trato del cuerpo, pero de nada sirven frente a los apetitos de la naturaleza pecaminosa”. La expresión “naturaleza pecaminosa” es un modismo de Pablo para designar la vida que uno lleva en rebeldía contra el Señor. Entonces tanto los paganos como los judíos se equivocaron grandemente enfocando su fuerza en el cumplimiento exigente de leyes o reglas. No cabe dentro de la verdad de Cristo el concepto de una salvación ganada por méritos con el maltrato del cuerpo. Auto-control no es un dominio de si mismo por su propia fuerza. ¿Qué tipo de control es el que Pablo enseñaba? ¿Es un control absoluto en el cual no tengo responsabilidad ni decisión? Por ejemplo, si yo estuviera sentado en la sala de mi casa viendo un partido de fútbol, y el Espíritu me dijera que me levantara para ir a un vecino para testificar de Cristo, entonces como robot, ¿me levantaría involuntariamente para visitar a mi vecino? Por su puesto que no es un dominio propio impuesto por el poder autoritario del Señor. No. No somos títeres. Pablo enseñaba una verdad absolutamente diferente porque dijo que el Espíritu Santo del Señor moraba en los creyentes para producir la vida ejemplar de Jesucristo en cada uno de ellos. Él explicaba que el Espíritu Santo es una persona con poder que puede proveer todo lo necesario para que el creyente ejecute las acciones que caracterizaban a Cristo. No es una filosofía muerta, inútil, sino una persona viva que habilita a los cristianos para obedecer la Palabra. En el Espíritu estamos capacitados para controlarnos a nosotros mismos. Él llena nuestras necesidades emocionales, psicológicas, físicas y espirituales. Lo que necesitamos en nuestro ser para cumplir la voluntad de Dios, el Espíritu Santo nos lo da y nosotros, bajo el dominio propio, mostramos la justicia que tenemos en Cristo. Pero en la vida real enfrentamos luchas, tentaciones, crítica, momentos de enojo, desanimo, tristeza y depresión. Enfrentando tales cosas, ¿levantamos nuestra ojos a Dios para reconocer que debemos depender de su Espíritu? Debemos orar primero en esos momentos, Û 44 Û

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expresando al Señor toda nuestra experiencia: las emociones, los pensamientos, los deseos y las acciones. No debemos intentar evadir la verdad, ni crear excusas, ni negar lo que existe ya en nuestro corazón, lo apropiado y lo pecaminoso. Volvámonos a buscar al Señor. Esa es la actitud básica que nos permite vivir la realidad del fruto del Espíritu producido por él. Al acercarnos a Dios Padre por el Espíritu, llegamos a otra crisis. Tenemos que escoger entre obedecer o rebelarnos. El Espíritu Santo puede producir en nosotros el poder suficiente como para decidir adecuadamente y dirigir nuestras acciones por nuestra voluntad en los caminos del Señor.

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Encuentro 9. Dominio propio. Texto: Gálatas 5:23. Plan del encuentro Rompe hielo. 10 minutos. Seguramente usted tiene muchas habilidades, de todas ellas, ¿cuál aprecia más? Alabanza. 20 minutos. En la alabanza el propósito es expresarle a Dios que él es lo más importante; que queremos enfocarnos en él, que deseamos exaltar su nombre sobre todas las cosas y sobre nuestra vida también. Si de verdad anhelamos alabarle tenemos que prepararnos entre semana pasando tiempo con él. La palabra de Dios. 25-30 minutos. La hoja informativa es útil para guiar y ayudarle a formar su enseñanza breve. Es el comienzo del tema. Después, facilite una platica para que juntos apliquen los principios a la vida real. 1. 2. 3.

Dominio propio es poder. Errores graves. ¿Qué tipo de control es el que Pablo enseñaba?

Preguntas importantes sugeridas. 1. ¿Qué haces tú para controlarte? 2. ¿Qué haces tú para experimentar el dominio del Espíritu? 3. En tu propia vida, ¿qué es lo que más te cuesta dominar: tristeza, depresión, enojo, envidia, lujuria, celos, miedo, comer, beber? 4. ¿Qué podemos hacer cómo grupo para fortalecernos el uno al otro? 5. ¿Has intentado formar una relación con otro creyente para que le rindas cuentas de tu vida? Visión. 10 minutos. Tenemos espacio para más personas. Continuamos con nuestros planes para multiplicar la célula y reproducir otra para que más gente tenga la oportunidad de conocer a Jesús. No podemos parar en este momento disfrutando para siempre el compañerismo entre nosotros mismo. Jesús nos dio una comisión muy grande: “hacer discípulos”. A la vez nos dio una promesa: “He aquí estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” Û 46 Û

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