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Cuidado de que la iglesia urbana sea solamente una subcultura evangélica y no una comunidad de los redimidos. I. Entonces, ¿por qué existe esta iglesia ...
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El establecimiento de iglesias en las nuevas colonias Un taller Por Kenneth R. Hanna Introducción En esta época el Señor está edificando y extendiendo su iglesia (Mateo 16:18). La verdadera iglesia no solamente existe hasta que venga Cristo, sino que tiene un ministerio único que no puede ser reemplazado jamás. Es el agente divino por lo cual Dios realiza sus fines en el mundo de hoy. No pretendo justificar todo lo que existe bajo el nombre “iglesia”, ni las tradiciones, ni los intentos de renovación. Pero de esto estamos seguros, de que la verdadera iglesia no ha sido suprimida en la economía de Dios a pesar de que la iglesia visible falta muchas veces en la manifestación del propósito divino. La doxología en Efesios 3:20-21 reza así “. . . a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén”. La iglesia es la agencia de Dios por la cual él se expresa al mundo. Por lo tanto, esta agencia llega a ser una comunidad de los redimidos y una comunidad redentora. El problema que vemos con las iglesias urbanas tiene mucho que ver con membresía. La iglesia llega a existir por la predicación del evangelio. Los individuos oyen el mensaje de Cristo, vuelven de sus pecados a creer en Cristo como el único salvador (Romanos 10:8-13). Por el Espíritu Santo son regenerados (Juan 3:5; Tito 3:5). El bautismo por agua es un símbolo del cambio interno logrado por el Espíritu Santo cuando los colocó en el cuerpo de Cristo (Gálatas 3:26-29; 1 Corintios 12:13). En nuestro medio tenemos muchos que ya son “evangélicos por nacimiento”. Se han identificado con la iglesia local. Cuando llega Cristo, él sabrá separar las dos clases de evangélicos – los nacido por sangre y los renacidos por Dios (Marcos 13:24-30; Juan 1:12, 13). Uno de los peligros que afrenta la iglesia es el de rehusar reconocer que los hijos de evangélicos de las segundas y terceras generaciones pueden ser tan incrédulos como los de la sociedad pagana y materialista que nos rodea. Cuidado de que la iglesia urbana sea solamente una subcultura evangélica y no una comunidad de los redimidos. I.

Entonces, ¿por qué existe esta iglesia como un organismo divino en un ambiente hostil? Juan 17:16

A. En primer lugar existe como un trofeo de la gracia de Dios. Efesios 1:4, 6, 12, 14, 18; 5:25-27. Existe primeramente para la alabanza de Cristo, no para llenar el vacío que existe en el hombre, ni en primer lugar para evangelizarlo. Según el concepto nuestro del carácter y persona de Dios, será el culto, el sistema de organización, la música y el programa en general. Dios se interesa más en nuestra adoración que en nuestra actividad; en nuestra vida que en nuestro culto. Nuestra vida diaria como individuos es lo que da credibilidad a nuestro testimonio colectivo. La función de la iglesia en adoración y servicio a Dios no sólo se lleva a cabo en los cultos, sino ocurre en la vida cotidiana, con la oración, el sacrificio y el servicio de los creyentes unos a otros y a los inconversos. Hasta el cavar de zanjas y el lavar de trastos pueden ser actos de adoración cuando se hacen para la honra y gloria del Señor. Tal iglesia va a atraer a los que les rodean. Para el vacío, la soledad, la alienación, el ser desarraigado, el sentirse menos que una máquina, y las ansiedades para el bienestar de la familia en el mundo urbano, encontramos la base de la respuesta en Cristo, pero la formación e implementación de la respuesta se encuentra en el segundo propósito de la iglesia. B. En segundo lugar, la iglesia tiene un ministerio cualitativo. Es decir, que los que ya son miembros, han de crecer en gracia y en el conocimiento de Jesucristo (2 Pedro 3:18). Tiene que haber un adiestramiento mutuo (Efesios 4:12-16). Hay que reconocer el valor intrínseco de cada miembro, a pesar de su rango social o capacidad económica. Como parte del cuerpo de Cristo, su

contribución tiene valor mediante el ministerio del Espíritu Santo (1 Corintios 12). La iglesia se edifica mutuamente por amor genuino. Este amor es capaz de resolver el problema de la disciplina, cambio de cultura, diferencias legales y sociales, y hasta cambiar la personalidad y carácter de cualquier miembro (1 Corintios 13). La iglesia se expresa en el servicio mutuo (Gálatas 6:10) y en oración el uno por el otro (Efesios 6:18-20; Romanos 6:18-27). La dinámica de una iglesia que se amaba, se servía y se disciplinaba era lo que atraía al mundo del primer siglo. Las iglesias de los corintios y de los gálatas no eran intachables pero hicieron un impacto colectivo innegable en los centros urbanos de aquel día. Hoy la iglesia urbana que crece tendrá que manifestar las mismas características. C. En tercer lugar, tiene la iglesia un ministerio cuantitativo. Tiene que crecer. Tiene que llegar hasta el fin del mundo, abarcando a toda criatura en todo “etnos” – cultura y subcultura (Lucas 24; Mateo 28; Marcos 16; Hechos 1:8). El evangelio neo testamentario no se contempla sin el establecimiento de nuevas iglesias locales (Hechos 14:23; 16:5; Apocalipsis 1-3). Es difícil, si no imposible, hablar de evangelismo urbano sin hablar de la extensión de la iglesia urbana. Es el plan de Dios que la iglesia crezca y se extienda hasta cada rincón de la sociedad. II. La iglesia urbana tiene que ser una iglesia misionera. Tiene que extenderse. Muchas iglesias tienen celos para las ofrendas de los que viven en las colonias y tendrán que reevaluar sus principios. Debemos alcanzar a las colonias por medio de las iglesias madres. El vehículo más natural en el ambiente latinoamericano es la familia extendida. Una iglesia fuerte consiste de familias enteras. Las familias de los centros grandes ya establecidas están extendiéndose hasta las afueras de las ciudades por comprar terreno en las nuevas colonias para sus hijos y otros parientes. Esto ocurre tanto en las familias evangélicas como en las inconversas. Es menester que la iglesia actual se proyecte hacia las nuevas colonias consiguiendo de antemano terreno y hasta aconsejando a los hermanos en la compra de terreno para sus hijos conforme un plan de extensión. Cada casa comprada por un hermano en alguna colonia nueva es un puente potencial para el evangelio – sepamos cruzarlo y no quemarlo. Hay colonias que nacen de un día al otro como proyecto del gobierno. Son mayormente para gente de pocos recursos y son de mucha atracción para gente de las afueras. Preciso que las iglesias urbanas mantengan un vínculo con las iglesias del campo para saber del traslado de gente que pueda servir de núcleos en nuevas iglesias antes de que desaparezcan en el enredo urbano. III. Cuidemos de que el nuevo creyente no sea alienado indebidamente de su familia, mas bien que sea el puente hacia su familia. Primero, en el momento de decisión aconsejemos con el fin de averiguar si es una verdadera conversión o si es un paso hacia la conversión. En segundo lugar, alguien tiene que interesarse más de la cuenta en el nuevo, para orar y a veces llorar con él, invitarlo y traerlo a las actividades de la iglesia. Recuerde que todavía es tierno en la fe. En tercer lugar, tenemos que formar clases ajustadas a las necesidades de los nuevos con material adecuado. El enfoque ha de ser sobre su vida cotidiana y su responsabilidad a sus amistades y familiares. En cuarto lugar, que llegue a formar parte de la comunidad evangélica local en un acto formal por medio del bautismo por agua. Esto ha de ser incluido tan pronto como sea posible en las actividades de la iglesia. En los primeros días de su conversión, él ha de dar testimonio, empezar a testificar, ofrendar, asistir a los cultos, orar, y cantar; así podría crecer. IV. Urge discutir el concepto de extender la iglesia a través de grupos “homogéneos”, que quiere decir grupos que tienen algo en común o que les da una identidad propia. Muchas veces estos grupos giran alrededor de una profesión o algún concepto o actitud. Tal vez hay una razón étnica que les une, o tal vez es la nueva colonia en sí que les une, como las nuevas colonias que nacieron después de los terremotos en Nicaragua y Guatemala. Hay puentes naturales en la extensión del evangelio cuando tratamos con un grupo de gente con intereses en común. El crecimiento puede ser rápido.

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Es importante tomar en cuenta los grupos “homogéneos”, pero es difícil sostener de la Biblia que la iglesia se desarrolla por, o se limita a, un grupo homogéneo. Mas bien, el cuadro bíblico es más parecido a un grupo “heterogéneo”. Es decir, la iglesia neo testamentaria, después de su comienzo de entre los judíos, llegó a abarcar, en las mismas asambleas, a judíos, romanos y paganos de toda índole, además de varios idiomas que reflejaban muchas culturas. Es preciso que la iglesia urbana busque la base más amplia para extenderse. No se ha de limitar a ningún grupo étnico, ni a los ricos, ni a los pobres. Cuando es cierto que la iglesia puede nacer dentro de un grupo con interés común, ha de crecer en su visión y amor para que otros grupos con quienes no tiene nada en común humanamente hablando. Si la base de la iglesia es heterogénea, puede abarcar toda la comunidad y cada miembro de la iglesia puede ser un puente para alcanzar nuevos grupos homogéneos. V. ¿Cómo se puede descubrir cuáles grupos o colonias tienen interés en el evangelio? A. Obviamente, la primera indicación viene a través de la iglesia que ya existe. ¿Dónde viven los que vienen de otras partes del país donde ya tenemos obra? ¿Dónde van a vivir las nuevas parejas y sus amistades? ¿Qué es lo que les ha atraído? Muchas de estas respuestas y otros datos se pueden descubrir sin salir de las iglesias que ya existen. Las respuestas nos indicarán las colonias donde tenemos derecho, responsabilidad y ventaja para entrar. B. En segundo lugar, conviene hacer encuestas en áreas nuevas y en colonias grandes. El gobierno proporciona información que es muy útil. Por ejemplo, en Guatemala hay mapas que tienen todas las colonias nuevas proyectadas en los últimos cinco años. Suman más de 105 colonias que o ya ha iniciado o que se van a iniciar. Tan detallados son estos mapas que incluyen hasta cada casa y calle. El gobierno y las mismas empresas lotificadoras nos pueden proporcionar datos como el nivel de vida proyectada, restricciones que puedan haber, cuáles van a ser colonias claves con escuelas, servicios sociales y comerciales, y cuáles pueden servir como un enlace a otras. Las encuestas pueden tomar muchas formas como una sencilla lista de preguntas que se hace a la puerta. Puede ser el repartir tratados y en forma amistosa “pescar” gente con interés, o puede ser a través del “colporteur” (Palabra inglesa derivada del francés, que significa vender la mercancía que se lleva consigo. En español es colportor.). De mucha utilidad es el uso de cursos por correspondencia. Regulando la primera lección en todas las casas de varias colonias, rápidamente se fija en cuál colonia se da más respuesta. El patrón de interés general se puede descubrir por cursos por correspondencia ofrecidos en la prensa, la televisión y por radio. El fin de estos u otros métodos en el principio es de hallar las colonias que responden más al evangelio y de formar una estrategia de acuerdo con lo descubierto. VI. Ahora precisa confirmar el interés de una colonia o un grupo de gente en el evangelio para decidir dónde debemos concentrarnos. Para esto vale mucho el uso de estudios bíblicos. Otro método que ha sido eficaz es el de conciertos hogareños o pláticas sobre temas de actualidad por una persona dotada en la materia o películas en casas. Películas al aire libre con la venta de libros combinado con el curso por correspondencia han sido muy útiles en darnos información para decidir cuál colonia puede responder más rápido que otra, y también para “pescar” hermanos que están desvinculados de nuestras iglesias. VII. En cuanto a la metodología de la extensión de la iglesia en los centros urbanos, quiero mencionar varios principios. A. El primero es que lo exitoso tiende a estancarse. Si algo ha servido con éxito tendemos a institucionalizarlo. Es difícil creer que algún método sirva para siempre, y a la vez es difícil creer que algún método nunca sirva. B. El segundo principio es que los métodos han de reflejar el carácter del mensaje. Es decir, tenemos un mensaje de un Dios santo; no seamos tramposos. Tenemos a un Dios de orden; no seamos

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bulliciosos. Es un mensaje de gozo, paz y amor; no seamos muertos y severos sin vida y alegría. Es un mensaje de gracia y perdón para pecadores; no demandemos santidad completa en el momento de aceptar a Cristo. C. El tercer principio es que los métodos han de reflejar el cambio continuo de la cultura. La ciudad más que nada está en el estado de cambio constante. La moda cambia no solo en la ropa, sino en la expresión familiar, la construcción de casas, el uso del tiempo libre, la dependencia del centro contra las colonias que se sostienen en sí. Las necesidades de las familias cambian. Los padres siguen educándose. De un día al otro los hijos dejan la primaria y ya están en la universidad. Los métodos para atraer a la colonia nueva no van a satisfacer las necesidades de la misma colonia al pasar algunos años. Ni tal vez van a servir para atraer a la gente de la colonia ya establecida por mucho tiempo. El mensaje no cambia, pero la aplicación y la metodología están en perpetuo cambio. D. Todos los de la iglesia madre y los de la nueva iglesia han de ser reclutados e involucrados. El corazón sigue al tesoro. Si tengo una inversión en la nueva obra, también tendré lealtad a ella. Que la obra no sea de algunos “profesionales”. E. El evangelismo es un proceso y debe incluir muchos eventos. Lo ideal es que en el comienzo de una iglesia nueva se busque emplear todos los métodos y eventos posibles conforme la colonia y los recursos de los que van a trabajar. Lo importante es hallar la combinación de métodos y el proceso de eventos precisos para que resulte en una iglesia. Puede ser la combinación de encuestas, con estudios bíblicos seguidos por actividades al aire libre, puede que haya campaña. En algunas partes de la ciudad y entre las clases de gente con menos recursos, ha resultado muy eficaz las campañas que se extienden de tres semanas hasta tres años. A veces dejan una iglesia ya formada. La ventaja de estas campañas todas las noches por varias semanas o meses es que dan oportunidad para una orientación de toda la colonia al evangelio mientras que los que aceptan buscan terreno y forman el liderato. También dan oportunidad para involucrar a todos los de la iglesia madre y de la nueva. F. Si no hay un local determinado para reunirse desde el comienzo, tomando en cuenta el crecimiento más tarde, muere la obra tarde o temprano. Es preciso, aunque sea alquilado, que la obra tenga un lugar donde reunirse. Hoy en los centros urbanos la gente construye para su necesidad y son pocos los que pueden permitirse el lujo de una casa grande con lugar suficiente para toda una iglesia. Pocas personas caben para estudios bíblicos y otras actividades. Tenemos que crear soluciones a este problema de antemano. La mayordomía acoplada con una visión verdaderamente misionera nos va a proveer la respuesta. El problema mayor de la ciudad es lo del terreno. Raras veces puede la nueva iglesia comprar terreno, construir una iglesia y sostener un pastor a la vez. Ojalá que cada iglesia tuviera la visión de comprar un lote en alguna colonia nueva antes de que nadie construyera, mientras los precios son bajos. G. Hay una tensión entre forma y función. En nuestro medio ambiente precisa un templo con lo cual los hermanos pueden identificarse como algo propio. La mayoría de los hermanos están dispuestos a invertir grandes sacrificios para la construcción de tal templo. Pero en realidad estos templos muchas veces sólo sirven para el domingo en la mañana y para cultos especiales. El edificio no es la iglesia. Muchos que ya tienen un templo grande para atender las necesidades colectivas, han aprendido a crear sub-iglesias en casas que permiten el adiestramiento y comunión de sus miembros y la participación plena de cada individuo. Proveen a la vez un testimonio brillante en su vecindad, sin perder de vista su unidad con el grupo grande. Estos grupos pueden llegar a ser iglesias oficiales algún día, pero no precisa si cumplen su cometido. Tenemos que velar por la función de la iglesia, que cumpla sus tres propósitos: adorar a Dios, edificar la comunidad creyente, y extenderse al mundo inconverso.

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VIII. Lo más importante en la fundación de una iglesia urbana es el liderato. Tiene que haber continuidad y constancia. Debe haber alguien con quien se pueda relacionar o contar o si no, la gente se queda desorientada. Si hay una iglesia madre, urge el nombramiento de alguno o algunos para encabezar la obra y no fallar. Más importante que el local es el líder. Que sea un hombre de fe y de visión, con habilidad de adiestrar y de pastorear. El verdadero evangelismo, la doctrina sólida, el servicio a la comunidad, y el privilegio de sostener la obra se debe enseñar por el ejemplo de los líderes. Cuando el grupo alcanza cierto tamaño, vale la confirmación por el grupo de los líderes como ancianos o como pastores. Esto es especialmente importante si el obrero ha sido nombrado por otra iglesia o entidad, porque da voz a la nueva congregación. La organización en sí ha de seguir el ritmo del crecimiento. La mayoría de nuestras iglesias y denominaciones tienen un modelo de organización en sus estatutos, pero a veces necesitamos ajustar el molde. CONCLUSIÓN Por encima de todo hay que decir que es Cristo que edifica su iglesia, mediante el poder del Espíritu Santo manifiesto en la comunidad de los hermanos, lo cual es la iglesia. La responsabilidad para las nuevas iglesias en los centros urbanos cae sobre las iglesias que ya existen. Siendo que la iglesia es una comunidad espiritual, todo tiene que hacerse por la dirección del Espíritu Santo dependiendo de él. Todos tienen su papel y “su recompensa” (1 Corintios 3:7-8).

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