El amor es casi pura casualidad

Birmania, imágenes clandestinas. Los conflictos .... en España, está empeñado en hallar aquí a un amor que ... tas relaciones, y ellas serán la que, en definitiva ...
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Espectáculos

Página 4/LA NACION

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Jueves 2 de diciembre de 2010

CINE

El amor es casi pura casualidad Amor en tránsito es la amable ópera prima de Lucas Blanco, aunque por momentos se embrolla en sus diálogos Buena ((( Amor en tránsito (Argentina/2009). Dirección: Lucas Blanco. Con Sabrina Garciarena, Verónica Pelaccini, Lucas Crespi, Damián Canduci y otros. Guión: Lucas Blanco y Roberto Montini. Fotografía: Sebastián Gallo. Presentada por Primer Plano Film Group. Hablada en español. Duración: 96 minutos. Calificación: sólo apta para mayores de 13 años.

UIP

Cinco desconocidos quedan atrapados en un ascensor, en manos de una fuerza demoníaca

Claustrofobia y terror, con el sello Shyamalan La reunión del diablo tiene demasiados lugares comunes Regular (( La reunión del diablo (Devil, Estados Unidos/2010). Dirección: John Erick Dowdle. Con Chris Messina, Caroline Dhavernas, Bokeem Woodbine, Jacob Vargas, Matt Craven, Joshua Peace, Logan Marshall-Green, Jenny O’Hara, Jonathan Potts y Bojana Novakovic. Guión: Brian Nelson. Fotografía: Tak Fujimoto. Música: Fernando Velázquez. Edición: Elliot Greenberg. Presentada por UIP. Duración: 80 minutos. Apta para mayores de 13 años.

A partir de una idea “original” del aquí también productor M. Night Shyamalan, La reunión del diablo combina la tensión del thriller (cinco extraños encerrados en un ascensor que queda atascado en un rascacielos de Filadelfia), elementos propios del terror religioso (la presencia de una fuerza demoníaca que los va atacando) y el melodrama familiar, a partir de los traumas íntimos del policía que supervisa la investigación del caso. Por más que la presencia de Shyamalan (el mismo de Sexto sentido y El protegido) en los créditos pueda sugerirle al espectador una vuelta de tuerca “autoral” y, por lo tanto, una mayor profundidad en el tratamiento de ciertos temas, la veta espiritual del relato es previ-

sible, superficial y trabajada con bastante torpeza por John Erick Dowdle, un director que parece obsesionado por la claustrofobia, ya que venía de rodar Cuarentena, remake hollywoodense del film español [REC]. Por lo tanto, si la “cáscara” (léase la culpa y la redención) que recubre al film no luce demasiado, lo que queda es un núcleo (cinco extraños en un par de metros cúbicos) propio del cine de género. En este sentido, la narración tiene sus hallazgos visuales (hay otro gran aporte del talentoso director de fotografía Tak Fujimoto, habitual colaborador de Shyamalan y de Jonathan Demme) y algunos logrados picos de suspenso. Sin embargo, esos destellos estéticos y los momentos de genuina tensión no alcanzan a compensar la acumulación de lugares comunes (incluso en la forma en que se resuelven las subtramas interconectadas entre sí) y los muchos personajes secundarios sin relieves ni matices (el nivel actoral es, en general, apenas discreto). Así, con más carencias que hallazgos, La reunión del diablo termina siendo un producto profesional que no irrita, pero que al mismo tiempo resulta decididamente menor.

Diego Batlle

El amor tiene sus sorpresas. Esto lo sabrá muy bien Mercedes, una joven que, cansada de la vida de Buenos Aires, decide comenzar a hacer los trámites para radicarse en Barcelona, donde la espera su novio. De pronto se cruza en su camino Ariel, un muchacho que para ella se irá transformando en una agradable y algo confusa compañía. Ambos vivirán una serie de casi infantiles peripecias mientras que Juan, un hombre que llega a la Argentina luego de permanecer varios años en España, está empeñado en hallar aquí a un amor que no pudo conservar en el pasado. La búsqueda se hace cada vez más infructuosa, hasta que se le cruza en su camino Micaela, que, abandonada por la partida de un antiguo amor, va convirtiéndose en algo que tal vez le hará olvidar a él la misión que lo trajo a esta ciudad. Ambas parejas comenzarán a conocerse y a comprenderse, hasta que los más íntimos sentimientos darán sus frutos en ese par de parejas casi taciturnas y proclives a las más angustiosas si-

PRIMER PLANO

Sabrina Garciarena, una de las protagonistas de esta historia de amores cruzados

tuaciones. El director y coguionista Lucas Blanco se dispuso en torno a estas historias a mezclar encuentros y desencuentros en medio de cierta soledad y penurias que hacen de las relaciones una trama coral en la que el amor será el eje y el sostén de sus existencias. Las casualidades se imponen en estas relaciones, y ellas serán la que, en definitiva, motivarán los sentimien-

tos y esas relaciones que nacieron de pronto y a las que ninguno de los cuatro puede sustraerse. La trama, por momentos excedida en sus diálogos, habla del conocimiento de las personas frente a las más sorprendentes circunstancias y recala en lo difícil que es, a veces, enamorarse profundamente. El realizador contó en éste, su primer largometraje, con un elenco que

trata de dar humanidad a sus respectivos personajes, y así Sabrina Garciarena y Verónica Pelaccini cumplen acertadamente con sus respectivos cometidos mientras, y con menor vigor, Lucas Crespi y Damián Canduci procuran dar veracidad a ese par de hombres a los que el amor se les cruzó repentinamente.

Adolfo C. Martínez

Un pionero del cine pornográfico local Maytland combina el documental y la ficción Regular (( Maytland (ídem, Argentina/2010, color; hablada en español). Dirección y guión: Marcelo Charras. Con Víctor Maytland, Roberto Solano, Francisco Trull, Pilar Orellana, Adrián Martel. Fotografía: Guido Lublinsky. Dirección musical: Pablo Chimenti y Hernán Kertleñevich. Edición: Marcelo Charras. Presentada por Magoya Films. 82 minutos. Sólo apta para mayores de 18 años.

Como Víctor Maytland, el pionero del cine pornográfico que está en el centro de la película, también ésta describió una trayectoria curiosa: empezó en clave de documental acerca del personaje ilustrando algunos episodios de su vida, y al llegar a un último proyecto que el protagonista nunca pudo concretar (una porno ambientada en un campo de la dictadura), adoptó la vía de la ficción, y

en una suerte de cine (porno) dentro del cine puso en escena la concreción de aquella filmación frustrada, y la rodeó de apuntes anecdóticos secundarios, algunos inventados, otros inspirados en hechos vividos por Maytland o en los argumentos de sus películas, ya que en ellas solía incluir apuntes de la realidad o historias cómicas, dramáticas y aun políticas. En el caso del cineasta, un porteño llamado Roberto Sena que alguna vez se definió como un Ed Wood porno, el recorrido se inició en los sets como meritorio junto a Pino Solanas, pasó por Canal 9 y terminó como realizador de la primera película nacional del género al que asegura haber aportado más de cien títulos. Con el tiempo, esa industria, que tuvo su época de florecimiento, le dio a Maytland cierta fama de di-

MAGOYA FILMS

El cineasta alguna vez se definió como “un Ed Wood porno”

rector de culto y hasta lo llevó a trabajar en Los Angeles, fue desvaneciéndose golpeada por la piratería, la competencia del material importado y la ilimitada oferta de Internet. La película que Marcelo Charras le dedicó propone al principio el retrato de este cineasta con aspiraciones de autor, pero se dispersa al torcer el rumbo hacia la ficción y termina en un cierto extravío. De tal giro, resulta que el retrato de un personaje de historia poco común y rasgos tan personales termina postergado por un relato que no llega a ser tan bizarro como los de Maytland y anda bastante a la

deriva. Quedan ciertas pinceladas sobre un ambiente cinematográfico con reglas propias, la eterna contienda entre la independencia creativa del cineasta y el ojo comercial del productor, algunas secuencias logradas (casi siempre las vinculadas con el hijo que bucea en los secretos de su padre), y un lenguaje cuidado en lo visual y el empleo de la música, pero no en la conducción de actores. Conviene aclarar que, si bien no faltan imágenes de sexo, quien vaya en busca de un film pornográfico saldrá decepcionado.

Fernando López

PARALLEL 40

La rebelión de los monjes budistas de diciembre de 2007 registrada por arriesgados reporteros de Rangún

Birmania, imágenes clandestinas El documental del cineasta danés Anders Østergaard fue candidato al Oscar Buena ((( Burma VJ (Burma VJ Reporter i et lukket land, Dinamarca/2008). Dirección: Anders Østergaard. Guión: Anders Østergaard, Jan Krogsgaard. Montaje: Janus Billeskov Jansen, Thomas Papapetros. Sonido: Marting Hennel. Productora ejecutiva: Lise Lense-Moller. Hablada en birmano e inglés. Presentada en DVD. Duración: 84 min. Calificación: para todo público.

Los conflictos étnicos y políticos vienen marcando a fuego la historia de Myanmar (Birmania), en los viejos tiempos de monarquía y colonia británica, y en sucesivos regímenes, hasta la dictadura militar de las últimas tres décadas. Centrado en la masacre de Rangún, Burma VJ deviene una prolija y tensa edición de videograbaciones sobre la realidad de aquel país asiático que habitualmente son enviadas, por distintos medios al exterior –siempre clandestina-

mente–, para ser subidas a Internet o mostradas en informativos extranjeros. En este caso el protagonista es Joshua, uno de los jóvenes periodistas que trabajan para rebatir la propaganda oficial y puntualmente echar una mirada al alzamiento masivo de monjes budistas ocurrido en diciembre de 2007. Por un lado, las imágenes de Joshua y su equipo de camarógrafos; por el otro, la impronta de Østergaard puesta en retratar esa actividad que en forma permanente elude ser descubierta y reprimida, algo cotidiano en un país donde reina el control absoluto por parte de las fuerzas militares. El efecto de Burma VJ es contundente en un sentido periodístico, en virtud de que la necesidad de revelar una verdad está en ese material rodado furtivamente y a riesgo de la propia vida de los reporteros birmanos que llevan

a cabo la difícil tarea para sacarlo del país y así mostrar al mundo una realidad trágica. Tres de los reporteros del equipo, informa la pantalla después del sangriento desenlace de los acontecimientos, fueron apresados y a la fecha del estreno del film aguardaban una condena a prisión que probablemente sea de por vida. El resto es un proceso de edición preciso, con un claro concepto de qué es lo que se quiere contar, sin intermediación alguna que pueda poner en peligro la autenticidad del registro. Resulta obvio advertir que la propuesta de Østergaard, que fue candidata al Oscar, no es de fácil digestión. Sin embargo, resulta imprescindible para conocer cómo estos monjes y el periodismo son víctimas de la opresión, la persecución, la cárcel y la muerte en un régimen impiadoso.

Claudio D. Minghetti